Te voy a dar lo que no le he dado a nadie

FECHA: 10/31/2014


Cuando mis compa?eros de trabajo, le escuchamos decir esas palabras a la secretaria del gerente dec?rselas, por trlefono, a su futuro esposo. Al unison?, aunque sin que ella se diera cuenta, dijimos. Le ir? a dar el culo, pero al rev?s?
Lo cierto es que Amatista, o la tremenda Ama como le decimos en la oficina, No hay cosa que no haya hecho en una cama, con la mayor?a de nosotros. Incluso hasta dejar, que le den por el culo. Yo me acuerdo la primera vez que sal? con ella, parec?a que no romp?a un plato, pero cuando la conoc? m?s profundamente, me di cuenta que sin esforzarse mucho Amatista, rompe la vajilla completa.
Esa primera vez fue algo ?nico, para m?. Ya que yo reci?n, y hab?a comenzado en la firma. Y desde tom? posesi?n de mi escritorio, casi de inmediato, Amatista pr?cticamente se me meti? por los ojos. Cuando no era que me tra?a caf?, o los peri?dicos, era que yo sin esforzarme mucho, a cada rato, le ve?a sus sabrosas nalgas, o su co?o, apenas cubierto por lo que llaman un hilo dental. Ya que la condenada, se las ingeniaba de todas las maneras conocidas, y otras no tanto, para que yo la viera. Cuando no era que estaba recogiendo, alguna tonter?a que seguramente ella misma hab?a dejado caer intencionalmente, separando sus largas y bien torneadas piernas, al tiempo que me daba la espalda, se inclinaba hacia adelante, pero sin flexionar sus rodillas, con el fin de recoger lo que supuestamente se le hab?a ca?do. Por lo que sumado, a que por lo general, A por no decir que siempre, Amatista andaba con esas peque?as minifaldas, mostrando sus paradas, y bien formadas nalgas, en todo momento, por toda la oficina.
Bueno como dicen, tanto va el c?ntaro al rio hasta que se rompe. Yo la invit? a cenar, y ella acept? gustosa, luego la invit? a bailar, y ella acept? gustosa, ya cerca de las doce de la noche, la invit? a mi apartamento, y Amatista acept? gustosa. Pero cuando ya nos est?bamos besando en el sof?, y comenc? a acariciar su cuerpo, y sin prisa fui introduciendo una de mis manos, dentro de su co?o.
La cosa es que al sacar la mano, estaba toda llena de su sangre, la muy puta le comenz? a bajar el periodo, y al parecer ni cuenta se hab?a dado. Claro que, fue algo que a los dos nos tumb? la inspiraci?n. Desde luego que Amatista se termin? de quitar las manchadas pantis, me pidi? el ba?o prestado, y ya para ese momento, yo hab?a perdido las esperanzas de acostarme con ella.
Cuando la vi salir completamente desnuda de mi ba?o, mojada de pies a cabeza, pidiendo que le prestase una toalla, para secarse. Yo desde luego que le prest? la toalla. Pero cuando ella en un tono melosamente seductor, me dijo. Bueno cuando no hay pan, buenas son las galletas. Yo la verdad es que como que no la entend? al principio, hasta que d?ndome la espalda, y mostr?ndome sus paradas nalgas, me pregunt? entre rizas. Y separando sus nalgas, con ambas manos, dejando, que su apretado esf?nter, quedase completamente al descubierto. Te gustar?a comerme mi galletita.
A lo que yo sin responderle, me le fui acercando, hasta que la abrac?, y le dije, que nos fu?ramos a mi cama. Ella contoneando sus firmes caderas, camin? frente a m?, como mostr?ndome su valiosa mercanc?a. En cosa de segundos, yo ya estaba tan desnudo como ella. Amatista se recost? boca abajo sobre mi cama, y levantando su culo, me lo ofreci? en bandeja de plata.
Yo nada m?s de verla ya ten?a toda mi verga duramente parada, y al momento en que comenc? a penetrarla, ella sin dejar de gemir, comenz? a mover sus caderas, de lado a lado. Cuando sent? que ya todo mi miembro se encontraba sabrosamente clavado dentro de su apretado culo, comenc? a disfrutar de lo lindo, ya que la Amatista, sin dejar de menear su cintura, comenz? a producirme un rico placer como hac?a tiempo que no sent?a.
Por un buen y largo rato, a medida que yo enterraba y sacaba casi toda mi verga de su sabroso culo. Ella no cesaba de gemir, y de repetir una y otra vez, que le diera m?s duro, que deseaba que le partiera el culo en dos.
Yo desde luego procur? en desempe?arme lo mejor que pude, hasta que despu?s de un largo rato, de meter y sacar mi verga de su cuerpo, comenc? a venirme por completo dentro de su culo. Luego hicimos otras cosas, como el ponerla a mamar mi verga, y dejar que le chupase sus paradas tetas. Hasta que ya no pudiendo contenerme m?s, le llen? por dentro todo su culo con mi leche.
Amatista y yo estuvimos saliendo en repetidas ocasiones, hasta que un d?a, ella me dijo as? de repente, que se iba a casar. Bueno ya meses despu?s en la boda, algunos de los que nos acostamos con ella, apenas se marcharon para el hotel a pasar su luna de miel. Comenzamos a charlar que tambi?n conoc?amos a la tremenda Ama.
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