Saltando clases en la secu

FECHA: 8/31/2014
La secundaria, que época, hace ya 5 años.Al comienzo del ciclo escolar me imaginaba cómo me iban a hacer bully ese año mis compañeros, si lanzándome una libreta, pateando mi mochila al pasar por mi mesa o golpeándome con la pelota de futbol a la hora del receso. Pero también me imaginaba la forma en la que me escaparía a comprar Sabritas y demás frituras. Era algo gordito pero igual que todos a los 13 años ya me masturbaba, esta vez al ir por refresco se me vino a la idea, masturbarme en un terreno baldío con maleza y algo de tierra blanca. Lo siguiente que paso mientras me bajaba el cierre y me bajaba el short café junto con la trusa para acostarme en esa tierra fresca, me dio tremenda idea y me hizo comenzar una de las mejores etapas de mi vida, qué hasta el día de hoy disfruto. Pues se me ocurrió una nueva manera de saciar mis ganas de eyacular en algún lugar clandestino.


Entre los arbustos donde ya me acostaba con las piernas abiertas, el pene y los huevos café-oscuros sin vellos aun, junto con mis 70kg casi de pura grasa que ocupaban la gran mayoría mi pansa estaba ya a punto de empezar a jalarme la gorda, pero escuche un ruido de pisadas, a lo cual rápidamente reaccione intentando subirme el short que de manera torpe trataba de subir desde mis pies hasta mi ancha cintura, poco fue el susto porque era una perra, me recosté agradecido de que solo fuera esa perra y no alguna persona, me volví a bajar el short hasta los pies y me recosté sobre la tierra blanca, mi camisa ya estaba llena de polvo por una caída en la cancha de futbol así que no me preocupaba. Me acariciaba los huevos con la mano izquierda, suave pero llena de algo de tierra y con la derecha me masajeaba el tronco de la verga, me masturbaba con fuerza pero lento. Aun escuchaba a la perra husmeando por ahí, no le preste más atención puesto que yo disfrutaba de mi guarrada, me escupí la mano y me empecé a masturba fuerte, sintiendo la grasa de mi cuerpo haciendo movimientos de rebote, mis piernas ya plegadas mostrando con certeza mi escroto fato y ano dilatándose con el placer.


Escuche el jadeo y correr de otros perros en la cercanía, me detuve y senté un momento aun tallando mi verga, pude ver que se acercaron, de manera inmediata buscaron a la perra y la empezaban a montar, uno tras otro, por lo pronto eso me excitó y mientras los miraba mi seguía masturbando aumentado el placer con esa estupenda vista, ya no me preocupaba volver a entrar a las clases quería disfrutar ese momento hasta que me viniera. Un perro logro montar y copular con la perra hasta quedar amarrados, volteados y buscando la forma de desabotonarse el perro la arrastro más cerca de donde yo estaba (chillidos y gruñidos), me subí el short junto con la trusa pensando en que me iban a morder cosa que no sucedió, se desatoraron y pude ver la verga del perro era gigante para mí, y por otra parte la perra tenía un bulto grande el cual se retorcía, empezó a lamer con rapidez su vulva se recostó y los otros perros empezaron a acercarse, la perra se alejó, yo ya no tenía la erección al máximo pero me éxito bastante la situación porque si el perro podía meterle tremendo trozo yo podía meter mi pene también que no era tan grueso y largo, pero que estaba sumamente con ganas de sentir placer me imaginaba que era extraño pero tenía ya ganas de meter mi pene en su vulva especialmente al ver que se retorcía. La perra se alejó de los perros y se acercó un poco a mí, a lo cual respondí con sonidos y unas galletas que tenía, logré tenerla cerca y le di la galleta la lamio un poco, accedió a que la pudiera acariciar, ya llevaba seguramente 1 hora ahí, pero estaba decidido a que quería meter mi pene dentro de esa perra, teniendo no solo mi primera experiencia sexual sino que también descubriendo el mejor sexo del mundo.


Acariciaba a la perra y los perros se mantenían a raya, uno que otro ladraba, mi reloj de niño decía las 11am más o menos, seguía con la perra, acariciando su lomo, osico, patas, gruñía un poco, luego con mis manos pequeñas pero gordas toque su vulva la perra levanto su cola, se mostró hacia mí, se la toque un poco más buscando donde se supone que debía colocar mi pene, estaba peluda, grande y babosa esa vagina de perra, no gruñía, le apreté un poco con los dedos y se empezó a retorcer su concha, la abrí un poco y se vía una pequeña abertura, hinchada y como ahorcada pero tenía ganas montarla como el perro que la había abotonado, sentir su pelaje en mis huevos, sentirme un macho, un chiquillo gordo con el short y trusa caídos cogiendo una perra. Tome mi verga y temeroso lo puse sobre la vulva, empujaba pero nada, me puse nervioso de que alguien me viera, me arrodille y fue un poco más fácil, la perra estaba algo enana, blanca algo cuadrada con orejas grandes, vello pegadito y algunas manchas de tierra o lodo pegadas en su panza por los laterales, mis rodillas en la tierra blanca pero suave me ayudaron a acomodar lo suficiente mi pene en la perra como para sentir que estaba con la verga adentro, pero aun no, jale a la perra y quedo un poco más pegada a mí, presione mi pene en su vulva y se fue para arriba metiéndose un poco, sentí que topaba con algo, presione más fuerte y la perra chillo y se jalo, me quede quieto asustado, pero se volvió a incorporar la perra, la acaricie y la volví a jalar hacia mí, esta vez me acomode rápido e intente ir más despacio, estaba ya sudando, así que me había quitado rápido el short y la trusa de un lado, mi zapato manchado de tierra blanca pero no importaba.

Tome a la perra, ya acomodado y empujando despacio empezó a entrar, por un momento me dolió y la perra soltó un quejido, no se movió pero por donde paso pensé que me había lastimado o algo, al poco ya no quería sacarlo, sentía pequeño apretones estaba super excitado y lleno de adrenalina, mi corazón latía fuerte, mis huevos eran suavemente besados por la vulva de la perra blanca, estaban hinchados mis huevos por mi gordura, mi pene era gordo igual, grueso a su manera aunque no muy largo pero con ganas de empujar, y empecé a disfrutar a esa perra a escondidas, levantaba la mirada de vez en cuando por si las dudas de que alguien me mirará, los perros estaban echados así que no me preocupaban, la perra jadeaba y mi pene sentía apretones y sensaciones indescriptibles, algo completamente nuevo para mí. Empujaba con suavidad a mi manera, pero imaginando que era el macho-perro de esa esplendida perrita, quería seguir mintiéndole a la perra mi verga, mi cabello con corte de hongo, lacio y brillante se movía al ritmo con el que mi pansa y demás cuerpo chocaban con la perra, sentía el topar con la perra hasta en los cachetes regordetes y rosados que aún tenía sin granos, mi camisa manchada ya me rosaba y me excitaba más, de un momento a otro la perra quería irse, la jalaba y la seguía cogiendo.

A mis 13 años me imaginaba poder cogerme a mi maestra de español, pero nunca me imaginé estarme en algún momento cogiéndome, mis testículos disfrutaban chocar y rosarse con esa perra, mi pene empezaba a sentir cosquilleos en la punta, el glande, jadeaba yo y la perra también, escuche un carro pasando, y en seguida quise salir corriendo pero paso lo suficientemente rápido como para darme cuenta de que quizá no me habían visto así que seguí , mi panza sentía como se ponía dura, aguante la respiración y empecé a eyacular dentro de la perra, la apreté contra mí me vacié completamente, la solté y ella se empezó a lamer, moviendo la colita y haciendo movimientos de copulación como las de un perro macho, me levante me sacudí un poco y aún estaba lleno de pelo de esa perra, mi pene tenía pelos de perra, mi short, bóxer, huevos, todo.

Hice lo posible hasta quedar decente aun que mis huevos y pene aún tenían pelos y algo de líquido del semen o de la perra. Me senté y cuando la perra termino de lamerse se acercó y olfateo un poco, ya no tenía ganas y sentía un poco de culpa. La perra me movía la cola, escuche unas pisadas acercándose y se me acelero el corazón, era un albañil viejo de las casas de cerca de la escuela, tome mi refresco y galletas y me fui corriendo a la escuela cual niño cagado, ya acababan las clases así que tome mis cosas y me fui a casa. No volví a ver la perra pero ya tenía en mi cabeza una idea de cogerme esas hembras.

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