Una antigua novia mía

FECHA: 11/30/2013

Te cuento: La semana pasada un amigo me invitó a su casa donde celebraban el compromiso de un amigo que había anunciado su matrimonio. Yo fui solo ya que mi novia había salido de viaje. En la fiesta estaban muchos de mis amigos y amigas que tenía desde la infancia. Todo iba normal hasta que una antigua novia mía llegó junto con su novio, tenia años de no verla, ella, muy atractiva, lucía un top muy escotado, enseñando un poco sus senos, lo cual me impactó por que se veía muy provocativa. Llevaba un pantalón pegado que dejaba ver un poco de su tanga muy sexy, sus nalgas, normales eran muy llamativas.


Cuando ella me vio me clavó la mirada. Me decía, “Manuel has cambiado mucho, luces diferente”, yo la saludé respetuosamente pero ella no me quitaba la mirada. A cada momento venía hacia mí y me preguntaba si necesitaba algo más, que como me había ido, etc. Su novio, un antiguo amigo mío no le importaba mucho nuestra platica y empezó a tomar como loco con otros chicos en la fiesta lo cual no le agradaba a mi amiga. En el transcurso de la fiesta ella se me acercó mucho y si bailaba me buscaba a cada momento, provocándome con sus bailes sensuales. Pasaba más y más cerca de mí, muy coquetamente poniéndome un poco arrecho. Me ofreció una copa de tequila, pasando lentamente su mano sobre la mía, bajándola y rozando mi pene. Me invitó a bailar, bailamos salsa muy bien, pero a medida que pasaba el tiempo ella se pegaba más y más a mí. Yo empecé a bajar mi mano a sus caderas y mi otra mano la ponía cerca de sus senos, los cuales se veían más sexys a cada vuelta, ya que su escote se bajaba más y más quedando casi a flor el pezón de sus senos. En cada baile mi amiga se acercaba mas a mi verga, le gustaba que la puntera haciéndolo discretamente, mientras su novio seguía tomando, ella y yo seguíamos bailando cada vez más cachondamente.


Fuimos a la cocina donde ella me preparó un emparedado. Yo la tomé por detrás besando su cuello y espalda, pasando mis manos lentamente por sus senos que ya estaban súper erectos y duros. Le di la vuelta y la subí en la mesa sacado sus senos a frote, nuestros besos se ponían más fuertes y atrevidos. Me empezó a tomar mi verga sobre mi pantalón, bajándome el cierre y masturbándome en la cocina. La calentura era mucha, yo pasaba mis manos sobre su tanga la cual se sentía muy sexy. Nuestros cuerpos estaban ya súper ardientes y decidimos ir a un lugar más intimo, ella me pidió que subiera a una recamara unos minutos después de que ella lo hiciera sin que su novio se diera cuenta, así lo hicimos, cuando llegue a la recamara ella estaba sentada ardientemente en una silla pidiéndome que bailara para ella como lo hace un stripper. Yo no sabía mucho pero empecé a bailar muy sexy para ella, meneando mi cuerpo despojándome lentamente de mi ropa.


Mientras que le daba vueltas a la silla donde ella estaba sentada, empezó a tocarse, yo me baje el pantalón lentamente y saque mi verga la cual estaba ya muy dura. Cuando ella la vio la empezó a acariciar, pasaba sus dedos por la cabeza de mi pene lentamente y se detenía en las venas de mi verga ocasionando que me excitara más, ya que me provocaba un placer extraño cuando lo hacía. Sus manos me acariciaban suavemente al mismo tiempo que yo le besaba el cuello y orejas, lo cual la excitaba más. La puse de pie y la voltee lentamente empezando a despojarla de su ropa, su top fue fácil de quitar, su sostén era muy lindo con encajes delicados súper femenino y atrevido transparente negro. Empecé a besarle la espalda lentamente, pasando mi lengua de arriba hacia abajo, su pantalón fue más difícil quitar, pero la hermosa tanga negra que llevaba premió el tiempo invertido. Era tal cual como la había imaginado, súper sensual y con una tela hermosa que dejaba que mis dedos pasaran lentamente. Volví a sentarla en la silla, pero esta vez abrí sus piernas mientras que se las lamía, empezando desde los dedos de los pies, pasando por sus muslos hasta llegar a su tanga, ya súper mojada.


Le quite la tanga lentamente con mi boca de manera suave y delicada y empecé a lamerle la vagina despacio y suave, dejando que le salieran más jugos. Mis manos subían lentamente por sus senos mientras que le metía los dedos entre estos quitándole lentamente el sostén transparente. Yo seguía mamando, ella me pedía que no le dejara de mamar, y decía “Manuel no me saques esa lengua, mámame más mi clítoris” mientras que mis manos acariciaban sus nalgas más y más, mi boca estaba llenándose de leche. Ella seguía gimiendo cada vez más, no dejaba de apretar sus piernas contra mi cabeza. Se movía más y más y mi boca seguía tragando su leche hasta que ella dio un grito estremecedor a la llegada de su orgasmo, explotó en mi boca llenándomela con su leche la cual era riquísima, su cuerpo estaba todo mojado pero ella quería más.


Me sentó en la silla, su respiración era alta, pero me empezó a tomar mi verga masturbándome lentamente y más rápido, empezó a mamarme pasando sus dientes entre mi verga lo cual me estremecía mas por que tenía muchas venas. Ella se puso de cuatro patas y me dijo que la penetrara. Empecé despacio, pero fui aumentando haciéndolo más y más rápido, cambiamos de posición, ahora ella estaba en el suelo y sus piernas en mis hombros. Le metí mi verga hasta el tope de mis huevos hasta el fondo, ella tuvo otro orgasmo, no lo podía creer, era su segundo orgasmo y yo seguía taladrando su vagina que estaba súper llena de leche. Ella se puso encima de mí y así seguimos, me apretaba mucho con sus piernas moviéndose muchísimo, fue tan rápido su movimiento que hizo venirme dentro de ella, yo grité, fue un orgasmo muy prolongado, pero muy rico. Ella aun no estaba del todo satisfecha y me pidió que la siguiera mamando, lo cual hice con mucho gusto. Seguí mamando más su clítoris, el cual estaba súper erecto y muy rico, su vagina seguía dándome leche, llenándome la boca, empezó a meterse los dedos en su vagina pero ahora yo tenia ya ganas de penetrarla otra vez, se volvió a poner de cuatro patas y esta vez la penetré por el ano, mi pene estaba cubierto con su leche, lo cual lubricaba mas mi penetración.


Al principio lo hice despacio, pero luego más rápido, ella gritaba mucho, era una combinación de dolor y placer. Yo no pude aguantar más y deje que se volteara hacia mi y me empezó a mamar nuevamente la verga pasando sus dientes lentamente entre mis venas provocando mi eyaculación en su boca. Me la mamó hasta la última gota, mi leche era súper blanca, la poco que dejó se la untó en todo su cuerpo y al final nos abrazamos con toda la leche que ambos habíamos sacado. Me dijo que nunca se había venido en la boca de nadie, que ese orgasmo había sido fenomenal, que no había tenido tantos orgasmos en una misma noche y que le gustaría volverme a ver, por eso me dio su tanga como muestra de una noche inolvidable. Se puso su top y su falda y así bajamos de la recamara, abajo estaba su novio y sus amigos tan borrachos, que no podían mas con su alma.

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