Soy un tipo solidario

FECHA: 11/30/2013

La vi el otro día con su marido, y moviendo ese culito tan apetitoso. ¡Que buena cola que tenia! No era grande, pero si bine redondita, bien parada, que cuando estaba de pie de perfil se notaba – y aun e nota – la curvatura, y de espalda las nalgas se apretaban pero dejaban ese rombo entre las piernas, para ver el papo desde atrás.
Era de las que se creen buenas, de las que se quieren convencer que podrían ir al convento. ¡Como me costo cojerla!. Modestia aparte, pero ¡como la reme!
Pero ella también era calentona, no asumida, pero claentona. Besos y franeleo en el que se prendía como desesperada. Y por fin llegue a chuparle la concha. Se resistió un tiempo antes de ella sola pedir que la clave, pero ¡como le gustaba que le chupe la concha! Típico de las santurronas, no tomaba la iniciativa nunca, pero se acomodaba solita cuando sabia que se venia la piletada y dedeada.
Al dia de hoy sigo sosteniendo que era una pena que haya que dar tantas vueltas para que ella disfrute, por que cuando le salía la puta de adentro era una hembra que gozaba a full. Llego un momento en que solita me pidió que la garche y no dejaba de confirmar que le gustaba y mucho. Me dejaba la pelotas empapadas de cómo se mojaba, y donde sea que estuviese apoyada quedaba el brillo de sus flujos en un charco.
Cada cojida era como si fuese la primera vez, había que convencerla que me me haga el favor de hacerla gozar como guarra.
En esa estaba una vez, ella acostada boca abajo, mimos, besos, caricias, y me dice que no puede por que esta indispuesta. Maldición, pensé para mis adentros, pero me gustaba mucho verla gozar, y con las caricias, a pesar de lo que decía su boca, se retorcía bajo mis manos. Asi que continué. Bordeaba su tanga con mis dedos y me arrimaba cada vez mas a su sexo. Ella me detenía.
- No vas a poder (intento burlarse entre suspiros), ya esta ocupado
Y me percate del hilito del tampón que salia de su vagina.
Pero a mi me produjo el efecto contrario. Había menos posibilidad que se manche, que se ponga incomoda. Asi que me fui a su clítoris y con un poco de saliva empecé a pajearla.
Aunque ser reiterativo: confirmado, disfrutaba cada orgasmo como si fuese le mejor droga del mundo. Nunca supe si se pajeaba sola, si sabía masturbarse siquiera. Pero que la hagan acabar tocándola no había duda.
La hice acabar varias veces. Y aproveché la excusa de que su conchita estaba tapada para lubricarla con aceite de bebe. Como resbalaban mis dedos! Como se retorcía. Eso si, después de cada acabada, quedaba boca abajo, con las piernas medio separadas y la bombacha corrida. Parecía insaciable. Tenía que saciarla (como estaba mi pija es historia a parte)
Roce su ano y se ve que la mojigata estaba descuidad por que la puta hizo que se dilate, haciendo que la yema de mi dedo se hunda un poquito y la haga suspirar. Entonces volví a hacerlo pero la monja estaba mas atenta y me sujeto la mano:
- no ahí no
- shhh, te gusto o no?
- No se, pero ahí no
- Vos dejame a mi
Y antes que me responda eché otro poco de aceite y volví a masajear su orificio apretado que, sin soltarme la mano, se volvió a relajar.
No entraba ni la primer falange de mi dedo pero se notaba como todo su cuerpo se dispuso, sino a goza, a dejarse hacer.
Lentamente, con pequeños círculos y amentando la presión, mi dedo índice se fue hundiendo en su ano.
Cuando tuve la segunda falange completamente introducida, empecé la culeada a dedo. No hizo falta mucho para que gire su cara que estaba de costado y la tape con la almohada mientras gemía muy , muy fuerte.
Yo no me detuve, pero fue inevitable que mi dedo se fuese cada vez mas y mas adentro. Cuando lo tuvo completo, cuando mis nudillos separaban sus nalgas, ella empezó a levantar la cola para que le entre mas y mas. Se quiso poner de costado y por la pose, la penetración no era tan profunda así que solita se volvió a poner boca a bajo.
Cuando me di cuenta, entre los gemidos, llorarba.
- ¿Estas bien? – Le pregunte
Solo afirmo con la cabeza, cerro sus manos sobre la sábana, e arqueo empujando su cola para arriba y volvió a hundir su cabeza en la almohada.
Cuando todo su cuerpo se aflojo y cayo con el dedo clavado en el orto. Una mano que parecía no ser suya me tomo de la muñeca y me hizo salir lentamente.
Obvio que me ensucié un poco, pero no me importa cuando las veo y siento gozar asi.
Me fui a lavar y al volver estaba la mojigata en pleno control y plena crisis de vergüenza por lo que había hecho y como se había comportado…
La calme, le dije a por mi no se preocupe, que me había gustado verla y sentirla a si, que e mi me gustan las mujeres asi. Se calmo un poco


Después de la primer orteada a dedo a Griselda, y como aclaré que cada garchada era un volver a empezar, no me dejo hacer todo el jueguito de nuevo, con el que yo tenia la intención de ir abriendo mas el hoyito hasta que no quede otra mas que atenderla a pija.
Pero no. Decia que eso estuvo mal, que asi no hay que jugar, etc.
Pero ese culo lo iba a romper a como de lugar, yo sabía mejor que ella como gozaba por el culo. Asi que la siguiente vez que la tenía clavada en la pose del misionero y aprovechando como se mojaba, le empecé a masajear el ojete. No abia duda, le gustaba que le atiendan la puerta trasera, por que ni bien le apoye la punta mi dedo se deslizó fácilmente, por completo, dentro de su recto y ella solo atino a sujetarse mas fuerte a mi cuerpo.
Habrá sido muy conservadora, muy nena bien, pero su primer novio no solo la estaba cogiendo, sino que entre sus primeras experiencias ella puede contar una doble penetración, al menos con dedos.
El misionero con un dedo en el culo se volvió la pose para le empernada de cada día. Al extremo que un día, yo me demore en dedearle el orto y ella solita me llevo la mano al lugar que ella la necesitaba.
Recién cuando las sesiones incluían tres dedos en el culo y mi pija en la concha empecé a vislumbrar una luz al final del camino o mejor dicho, en la puerta del túnel
¡Y llego el dia! Se acomodo de costado, hecha un ovillo y se preparó para entregar el culo. Simbólicamente hablando por supuesto, por que para esa altura su culo ya había sido abierto mas que el diámetro de una verga normal y el largo de mis dedos
Aceite. Mucho. Dedos. Uno. Dos. Tres. Punteo. Costaba un poco por la cantidad de aceite, que me pedía que le ponga por que tenía miedo que le duela, pero ni bien se alinearon los cuerpos le entro el glande. La mojigata reacción tarde por que la quizo hacer fingir que se quejaba, pero fue varios segundos después de que el ano se cerrara detrás del glande.
- ¿Sigo? – pregunte
- Si, pero despacito por favor
- Dejame que te ayudo – le dije mientras llevaba mi mano a su concha
La hija de puta no podía ni disimular como le gustaba. Tenia la vagina completamente empapada y ni bien le toque el clítoris empezó a empujar con su cola para atrás. Lento, apretado, pero constante, ella solita fue guiando la penetración culo. Solo por un instante se detuvo y me dio la sensación que era cuando la verga empezaba a recorrer profundidades que mis dedos no llegaban, pero continuo y se la clavo entera.


Aca ocurrió un suceso que primero pensé que era desafortunado, pero después me sirvió para confirmar que Griselda, era culeadora de alma, que le gustaba tener el culo lleno de pija, mas de lo que ella se podía imaginar.
Cundo todo mi pija estaba en el recto, que empezó a tener unos espasmos que era como si me quería ordeñar la pija, y ella se abrazaba a la almohada, ¡entro mi hermano a la habitación! ¡Nos habíamos olvidado de poner llave!
Estaba oscuro y estábamos tapados asi que el entro, pidió disculpas si nos había despertado, saco unas pilchas que había dejado allí y se fue.
Yo pense que todo mi trabajo se había perdido. Me aliste a salirme de su culo pero ella me sujeto con una mano hacia atrás, agarrando mi cuerpo.
¡Gloria total! Asi que empecé a moverme lentamente, con movimientos cortos primero, y después se las sacaba por completo y se la volvia a clavar sin siquiera guiarla.
No puedo garantizar que es lo que siente una mujer, pero entre lo que se me transmitía a la verga, sus gemidos, su cuerpo temblando o siendo atravezado por espasmos, tensándose y aflojándose, puedo decir que acabó varias veces antes de que la paje con mi mano en el clítoris y se pusiese a llorar otra vez. Me quedo la meno atrapada entres sus piernas asi que seguí rozando el clítoris. Aflojo las piernas y le penetré la vagina con dos dedos y le volvía su tan preciada doble penetración, pero esta vez al revés: pija por el culo y dedos a la concha
A partir de allí no puedo decir que era un fiel entregadora del ojete, pero cada tanto, cuando los dedos no eran suficiente, hacíamos una entrada por la puerta trasera.
Además, como teníamos mucho miedo al embarazo, siempre lo hacíamos con profiláctico, excepto por el culo. Era la gloria en todo sentido, no solo por no usar forro, sino por que me vaciaba en sus tripas y me daba cuenta que sin importar si recién ella había acabado, cuando mi leche la inundaba, ella volvía a acabar una vez mas.
Poco a poco también ella se permitía coger sin tanta actuación y probando nuevas poses (contrario a lo que leo de muchas, a ella no le gustaba ir arriba). Y vino la confirmación que era una culo roto desaforada: le estaba dando patitas al hombro, la sacaba completa, me alejaba y se la mandaba hasta el fondo… y me equivoque de agujero. Con el envión de 20 o 30 centímetros de distancia, hasta el fondo y casi sin preparación previa, se la meti por el orto. Me asusto el alarido que pegó. Se salio y agarrandose el ano se enrosco en la cama. Lloraba. Yo quede paralizado. No fué intencional asi que me asusté. Golpearon la puerta de nuestro dormitorio y una de sus compañeras pregunto si estaba todo bien. Ella contesto tratando de disimular el llanto. Me acerque y le pregunte si estaba bien. Ella solo respondio:
- para, para
Mas alla de la parte sentimental, pense: “a la mierda, ahora no entrega el orto nunca mas”. Estaba en eso, acariciándola, cuando me dice:
- Bueno, ahora segui, pero despacito por que me duele mucho
¡Y se puso en cuatro!
Por si me quedaba alguna duda, paso su mano por en medio de las piernas, sujeto mi pija por el tronco y se metió la punta en el culo. Fue una de las orteadas mas suaves que nos dimos, pero a medida que liberó el tronco de la chota, se la metió completa y me saco toda la leche.


Ahora, viendola con el marido, y recodando todo el trabajo que me llevó hacerla que se descubra a si misma y sacar la yegua culo roto que había en su interior, mas que envidia, me siento un benefactor, un tipo solidario, ha hecho mi aporte a la humanidad

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