Mi maestro me dejo bien mojadita

FECHA: 11/30/2013

Una de las mej0res noches de mi vida fue con mi maestr0 !! Lento, muy lentamente sent? como me estaba bajando los jeans, est?bamos nerviosos pero tambi?n muy excitados, sus manos tocaban mis piernas, mis nalgas y a cada momento sent?a m?s h?meda mi intimidad, deseaba sentirlo dentro de m? pero ya. Adrian deslizo mis bragas cent?metro a cent?metro por mis muslos, sent?a morirme de placer cuando sent? sus dedos entrar en mi vaginita, estaba por hacerme suya y yo le ped?a a gritos que me poseyera, que me hiciera el amor.
Un saludo estimados lectores, me llamo Rosa Itzel y quiero compartir con ustedes una reciente y deliciosa experiencia intima. Apenas hace menos de un mes que me entregue a uno de mis profesores de la universidad, me posey? y deje que me hiciera su puta sin l?mites. Tengo 24 a?os, apenas acabo de iniciar una carrera de f?sica-matem?tica porque me gusta este campo pero aun al gustarme no soy nada buena para el campo de las matem?ticas, mis primeros ex?menes los reprob? y eso me causo una gran frustraci?n, tanto que estuve a punto de abandonar la universidad. Pero entre todos mis maestros hubo uno que si crey? en m? y que me brindo todo su apoyo para que lograra superarme, el fue Adrian uno de los catedr?ticos de la facultad. Adrian no es tan mayor que yo, tiene 32 a?os y s? que es apuesto, sus ojos caf?s y su cabello claro s?lo son un poco de su atractivo f?sico.
?l s?lo era un maestro m?s pero un d?a escucho una pl?tica que tuve con el rector para decirle que me dar?a de baja argumentado que la carrera no era lo m?o. Esa misma tarde se acerc? a m? ofreci?ndome su apoyo, me dijo que ve?a en m? un buen prospecto para la carrera, quiz? el que haya sido una de las pocas personas que tienen fe en m? me hizo tomarle mucho aprecio, se ofreci? darme clases de regularizaci?n para mis pr?ximos ex?menes y me mor?a de alegr?a por tener su apoyo, cuando le cont? a mis amigas que me dar?a clase todas comenzaron a decirme que iba a terminar en la cama con ?l pero cero me importo, creo hasta ese momento estaba interesada en las clases y no en Adrian, adem?s no era un secreto que estaba casado.
La clases serian en su casa, la primera vez que fui a su casa quede impresionada, ten?a una casa muy bonita fruto de su buena carrera y su esposa una mujer pedante, presumida y bastante segura de s? misma. Me daba clase todos los mi?rcoles y viernes por las tardes, hasta eso no ten?a que pagarle. Pero creo el pago que le di fue mucho m?s que dinero, conmigo era bastante amable, alegre, caballeroso y hasta coqueto. Algunas veces nos decimos ciertas indirectas pero al momento nos reprim?amos.
De algo si estaba muy segura y eso era que le gustaba, bastantes veces le note nerviosismo a hablarme y otras m?s note peque?as erecciones que tenia al estar cerca de m? y esto era m?s notable cuando iba de falda, al sentarme en el sof? mi falda se remangaba y Adrian discretamente me miraba los muslos, estos juegos eran cada vez m?s arriesgados ya que su esposa estaba todo el tiempo en casa a esas horas y sab?amos que cualquier descuido ser?a fatal para los dos.
Y en clases suced?a lo mismo, ?l no dejaba de verme las piernas desde su escritorio e intercambi?bamos miradas que fueron muy obvias para algunos. Mis amigas se ruborizaban mucho m?s y me preguntaban que si ya me hab?a hecho el amor y como me lo hizo, a pesar de que les trataba de convencer que entre ambos no hab?a m?s que una relaci?n acad?mica no lo creyeron. Pero esa tarde? La verdad es que me sent? maravillosamente complacida en sus manos, en manos de un verdadero amante.
Ese viernes, al llegar a su casa estaba s?lo, su esposa hab?a salido con sus amigas seg?n me dijo. Creo me ve?a coqueta, ten?a una chamarra negra, jeans y tacos altos. Al primer instante que nos vimos supimos que no era asesor?a lo que dese?bamos esa tarde, mientras est?bamos sentados en la sala tratando de abordar temas de estudio era imposible, estaba tan cerca de m? que pod?a sentir el calor de su cuerpo. Adrian me besaba el cuello, a cada momento me sent?a m?s excitada, intentaba chupar mis orejas y me encantaba, al poco tiempo nuestros labios ya estaban toc?ndose suavemente, cerr? mis ojos para dejarme llevar y entonces escuche las palabras que deseaba o?r ?Rosita, quiero met?rtela mi amor! Le afirme con la mirada.
Entonces lleg? el momento, yo me puse de pie. Adrian lento, muy lentamente inicio a bajarme los jeans, sus manos tocaban mis piernas, mis nalgas y sent?a mi intimidad cada vez m?s h?meda. Delicadamente sent? como iba deslizando mis bragas hacia abajo y sus dedos se perd?an dentro mi rajita, yo le ped?a a gritos que me hiciera el amor.
Adrian me puse a gatas en el piso, escupi? en mi zona intima y sent? como inicio a penetrarme vaginalmente. Amaba sentir ese pedazo de carne entrar en mi rajita y derretirme de placer, una y mil veces lo estaba haciendo era en verdad inevitable no gritar de placer, tuve dos venidas maravillosas en ese momento. Entonces Adrian dejo de penetrarme, me tomo en sus fuertes brazos de hombre y me llevo a su cama, a la misma cama donde seguramente hacia el amor con su esposa. Me acost? separando mis piernas mientras lo ve?a quitarse el resto de su ropa, ?l se acost? sobre m? y comenz? a lamer mi rajita, con sus labios me daba ligeros mordiscos en mi intimidad. Nuevamente volvi? a met?rmela en mi concha, el placer volvi? una vez m?s y esta ocasi?n con m?s vigor, parec?a querer derretir mi conchita.
Las embestidas que me daba eran impresionantes, era en verdad un excelente amante. Aunque no iba a demorar mucho, quiz? sac?rmela al sentir que iba a venirse pero lo detuve le ped?a a gritos que se viniera dentro de m?, el incremento m?s la velocidad y a los pocos segundos se tenso, todo ese liquido caliente entre en mi vagina ocasion?ndome un placer maravilloso, poco m?s se quedo dentro de m? mientras no perd?a erecci?n y luego se quito, su miembro estaba embarrado de semen al igual que mi conchita, al vestirme no me dejo ponerme las bragas, quiso conservarlas de recuerdo. Me arregle lo mejor que pude y me fui antes que su esposa regresara, al salir me sent?a dichosa, el tener la concha mojada del semen de mi profesor me causaba una euforia inmensa, ahora si pude contarle a mis amigas esto que ahora les comparto a ustedes.
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