El regreso

FECHA: 10/31/2013

Ese día domingo en que los dos estaban en casa, quería prolongar el sueño lo mas posible Cuando eso sucede yo les permito dormir conmigo en mi amplia cama matrimonial en la que podemos estar los tres sin……….. tocarnos. Es una costumbre nuestra que yo instauré desde mi separación hace casi 18 años.

Ellos son mis hijos gemelos Julián y Julio que siendo físicamente idénticos sus temperamentos son absolutamente opuestos. Julio es reservado, cuidadoso, reflexivo, al paso que Julián es espontáneo, impulsivo y alegre. Julio estudiaba en otra ciudad y había llegado a pasar dos días en casa.

Era por eso que nos habíamos quedado despiertos conversando y riéndonos hasta muy avanzada la noche hasta que el sueño nos venció.

Abrí los ojos lentamente tratando de moverme lo menos posible para que ellos siguieran durmiendo hasta tarde. Lo que vi. me lleno primero de ternura y luego de una alegre inquietud.

Uno de mis pechos estaba completamente fuera de mi camisa de noche. De muchacha tenia yo los pechos mas bien de tamaño mediano pero se me habían desarrollado casi demasiado desde la lactancia de mis hijos, sin que nunca volvieran a su tamaño anterior,

La imagen era demasiado tierna . Mis muchachos son mi única alegría y la razón de mi vida y lo que estaba mirando me llenaba de cariño infinito.

Delicadamente tome mi pecho con suavidad para retirarlo pero no pude evitar la tentación de rozar sus labios con mi pezón muy dilatado retiré enseguida para no despertarlo. Cuantas evocaciones había en esa actitud .

Durante el día nuestra habitual conversación a la hora del almuerzo fue alegre e intensa y el pequeño incidente tierno de mi despertar quedó secreto en mi mente.

La noche de ese día salimos a cenar a un restaurante y ellos me contaron algo de sus vidas sentimentales . Me alegró saber que hacían una vida muy normal en eso, pero muy dentro de mi sentía asomarse un sentimiento de celos que me pareció divertido.

Pasamos a dejar a Julio al Terminal de Autobuses pues regresaba esa noche al paso que Julián y yo regresamos a casa.

Julián pleno de ternura me rogó que lo dejara dormir otra noche con el a lo que resistí pero luego me envolvió con su simpatía para hacerme acceder a su ruego y así volvimos a conversar hasta tarde .

Debo reconocer que una cierta inquietud me invadía antes de dormirme pues la escena de la noche anterior rondaba en mi mente casi sin quererlo

Fue quizás bastante tarde , pasada la media noche cuando sentí que Julián se movía a mi lado y me quedé absolutamente quieta. Entonces percibí los movimientos de su mano sobre mi pecho. Eran muy suaves y muy medidos. Quizás era un movimiento que hacia durante el sueño, de esos movimientos espontáneos que uno hace en estado casi inconsciente. O quizás eso habría sucedido ya muchas veces anteriormente, cuando dormíamos juntos los tres y yo no me había dado cuenta . Quizás a la luz de lo experimentado la noche anterior yo estaba sobre dimensionando lo que ahora percibía. En todo caso me quede inmóvil .

La mano de Julián parecía detenida sobre mi pecho sin avanzar ni retroceder, sin apretar nada , simplemente estaba allí , de modo que al poco rato volví a dormirme placidamente. Pero no habría de ser por mucho tiempo, porque volví a despertar. Entonces si me pude percatar que la mano de mi muchacho se había hecho activa .Ahora francamente la movía en movimientos circulares con los cuales parecía querer abarcar toda la tibia redondez de mi pecho que placido y blando se mostraba obediente a la caricia de mi hijo .

Si. Porque ahora despierta, en medio de la oscuridad, podía diferenciar claramente lo que es un movimiento espontáneo , reflejo , involuntario , de una caricia intencionada, que sigue un camino pensado describiendo trayectorias especificas y que aplica presiones diferentes según la zona que recorra la mano.

Algunas cosas estaban claras en ese momento. Por ejemplo que hacia minutos que había percibido su caricia y que no me había movido , lo que a mi juicio quería decir que yo la aceptaba. Ese era un aspecto que me costó un poco admitir . El otro aspecto era mas perturbador, yo tenia claro en mi mente que la caricia me producía placer .

En ningún momento me moví. La mano recorría mi pecho con calma y con ternura , era una caricia serena y apacible que perfectamente podría haber sido una reacción motriz producto de algún sueño que Julián tuviese en ese momento y de la cual no tendría conciencia una vez despierto. Pero en algún momento el encerró entre sus dedos mi pezón aplicando una presión muy delicada y eso me desconcertó un poco, pues me parecía que pudiese ser producto de una acción plenamente consciente, sin embargo continué inmóvil.

Si Julián estaba despierto habría de estar seguro de que yo dormía, de otro modo no habría podido hacer lo que en seguida hizo. Comenzó a moverse muy lentamente hasta colocar su rostro junto a mi pecho y su labios rozaron mi pezón tal cual yo se lo había hecho la noche anterior en un impulso de ternura, antes de abandonar la cama, tan solo que ahora yo permanecía inmóvil a su lado.

Julián permaneció largos minutos en esa posición . A veces hacia movimientos muy leves, que a mi me parecían espontáneos y que hacían que mi pezón se deslizara sobre sus labios. Creí percibir que mi pezón había crecido y estaba mucho mas sensible , no quería moverme para tocarme ,pero me parecía que mi otro pezón también se había sensibilizado.

Pensé que habrían transcurrido unos diez minutos de estar inmóvil, para no delatar que estaba completamente despierta, cuando percibí con claridad táctil definitiva, que Julián había separado sus labios introduciendo mi pezón en su boca . El me estaba mamando.

Creo que ese ha sido un momento crucial en mi vida ,porque ahí, despendiendo de mi respuesta, que debería ser inequívoca ,nuestro futuro se deslizaría por caminos diferentes. Pero yo no soy mujer de reacciones espontáneas , sino que soy una mujer anal ítica y reflexiva y esos procesos requieren tiempo.

Así que ahí en medio de la noche y el silencio, mientras yo trataba de elaborar una explicación emocionalmente aséptica y adecuada a lo que estaba pasando , mi hijo succionaba mi pecho derecho que ahora francamente parecía inflamado de sensibilidad , mas voluminoso, y cuyo pezón crecía alborozado en su boca ocasionándome un placer cuyo evocación surgía desde el fondo de mi tiempo 22 años atrás.

Entonces, ahora, asumida la realidad, me moví por primera vez y pasando mi brazo bajo su cabeza, acerqué su boca conscientemente a mi pecho y se la sostuve así para que el pudiera meter en ella no solo mi pezón sino también parte de mi pecho y en ese proceso maravilloso estuvimos todo el tiempo necesario para que nos invadiera el sueño.

Durante todo el día siguiente. Trate de hacer coincidir lo que había sucedido con mi forma analítica de ser. Nada había sido pensado ,todo había fluido en forma natural ,sin presiones , sin justificaciones , sin causas y sobre todo sin palabras.

La explicación que yo me daba para lo sucedido era la existencia normal de una gran corriente de ternura entre madre e hijo que se había manifestado como un acercamiento normal aceptado tácitamente por los dos sin darle ninguna otra connotación. Dicho así parecía una explicación lógica. Pero esa era una explicación que yo me daba sin saber para nada cual seria la explicación que se daba Julián y es mas sin saber si el la necesitaba.

De modo que con esa explicación de lo sucedido me di cuenta que mi tranquilidad no había sido alterada y seguí mi vida apacible y feliz, además, el ajetreo del trabajo semanal me absorbió de nuevo.

Julio había regresado al instituto y a Julián lo veía solamente a la hora de la cena y en nuestras conversaciones nada reflejaba que el siquiera tuviera consciencia de lo sucedido. Así , cuando llego el próximo fin de semana todo estaba como siempre de modo que el día sábado , como yo había acostumbrado desde que mi matrimonio se terminó, le llevé a mi hijo el desayuno a su cama.

El aun estaba dormido, de modo que me di al trabajo de correr las cortinas de su pieza y luego de poner la bandeja con el desayuno en su mesa de noche, me incline para revolverle el pelo y despertarle cariñosamente.

Fue en ese momento que me di cuenta que había cometido el segundo error, por cierto involuntario. Mi bata de noche se había abierto en la parte superior y mis dos pechos oscilaban en el aire frente a la cara de Julián, que ahora me daba cuenta, había despertado y miraba mis pechos con sus grandes ojos negros luminosos y dilatados.

Ya era tarde para reaccionar, de modo que lentamente acomode mi bata para cubrirme y me senté en el borde de la cama como queriendo borrar mi imprudencia con una dosis casi exagerada de naturalidad. Julián incorporándose en la cama me dijo una frase que a pesar de mi tranquilidad tenia que desconcertarme.

- Esta bien mama , esta bien. Son lindos . me gustan.

Mi silencio fue lo que considere mas adecuado, porque todo lo que había pasado aquella noche podría ser atribuido a la espontaneidad o a la evocación de actitudes subconscientes, pero lo que había escuchado era una frase que el había dicho conscientemente, derivada de la observación de mis pechos desnudos ahí en pleno día y las palabras empleadas nos eran la evocación de una percepción infantil, sino que eran las palabras de un hombre maduro frente a los pechos de una mujer mas madura aun por mas que fuéramos madre e hijo. Por primera vez desde que comencé a enfrentar la situación me di cuenta que estaba perturbada.

Reconocía errores tempranos, como haber acostumbrado a mis hijos a dormir junto a mi aunque ya eran hombres, haberme quedado inmóvil cuando me di cuenta que el succionaba mi pezón y el no haberme fijado en mis pechos desnudos al traerle el desayuno a su cama. Eran cosas que ya no podía negar . Pero lo que era peor, eran cosas que no podía integrar ya en una explicación natural y coherente que me dejara tranquila y ahora en ese mismo momento no encontraba ni las palabras para responderle lo que me había dicho . Estaba allí mirándolo en silencio y sosteniendo una sonrisa inexplicable.

Me quede allí tratando de sostener con una conversación anodina, porque no quería irme de ahí en forma brusca , como si tratara de huir por lo que me había dicho .

Lo que me había dicho era en el fondo un elogio que además era justificado porque yo misma encontraba que mis pechos eras hermosos a pesar que eran quizás un poco grandes para mi estatura y me lo decía una persona con la que tenia una relación de intimidad bastante grande puesto que a veces dormíamos juntos los tres con su hermano gemelo y aunque no dormíamos desnudos ni mucho menos , no se puede negar que era una situación intima.

¿ Entonces que era lo que me molestaba ¡?

Me di cuenta que nada me molestaba.

Cuando el terminó de desayunar y yo decidí dejarlo solo para que se levantara, me retuvo por uno de mis brazos .

.

-Mamá por favor no te vayas aún , quiero estar contigo un rato mas largo.-

En seguida me rodeó el cuello con uno de su brazos y me atrajo dulcemente hacia el , como lo había hecho tantas veces en su vida cuando quería un momento particular de ternura con su madre. Yo acepté el abrazo porque estábamos acostumbrados a estas manifestaciones de cariño entre los tres y me dejé reclinar en su almohada .

Entonces sentí su mano separando mi bata y buscando uno de mis pechos con la misma naturalidad que si acariciara una de mis manos. Su piel estaba tibia y un poco húmeda y yo sentí un pequeñísimo estremecimiento al recibir su caricia . Luego, como si formara parte del mismo ritual, acercó su boca al pezón y comenzó a succionarlo con una delicadeza infinita.

Era una situación tan calida y llena de paz que puedo decir que en ese momento me sentía sobrecogida por un ambiente de intimidad filial que no era sorpresiva, porque me parecía la continuación natural de la vivida en la penumbra de la otra noche.

Entonces, en ese ambiente, asumí plenamente la situación. Me acomodé en la cama, como si el esquema básico de ese movimientos me viniera de un pasado que revivía y tomando su cabeza entre mis manos la impulsé suavemente hasta llevar sus labios ardientes hasta el otro pezón y dejarlo dueño absoluto de mis pechos.

El se sintió seguro y protegido en esa postura y su boca se tornó hábil, modulando con una sabiduría innata la intensidad de la succión, al paso que yo me sentía regresada a un mundo de entrega plena a una actividad que antaño fue como una misión natural planamente satisfactoria y ahora era como una reproducción placentera, pero coronada `por una impronta de placer cautivante.

Yo lo estaba disfrutando intensamente . Me gustaba estar allí con el y la forma como estábamos. Me sentía completando un esquema que estaba interrumpido en mi vida y pensaba que en ese momento estaba en deuda con esa vida porque estaba desempeñando un rol totalmente pasivo mientras mi muchacho se empeñaba amorosamente en extraer de mis pechos una leche que había dejado de existir hacia años.

De alguna forma , que recuerdo en forma nebulosa, mi mano se deslizó por su vientre entrando en la zona caliente y dilatada de su sexo mano y se abrió para recibirlo con la misma naturalidad con la cual su boca había encontrado mis pezones.

Hacia tanto tiempo que mi mano había estado allí. Busqué en mi mente recuerdos oxidados que se habían despedazado en tardes multiplicadas de desilusión y olvido y que ahora renacían con el perfume floral de su piel ardiente y tensa creciendo en mi mano ,haciéndome sentir su presencia pura y simple ,sin promesas ni engaños, con la simple realidad del placer prohibido y doblemente permitido.

Latía en mi mano como un corazón impúdico que se sentía libre en un mundo de puros tactos, trasmitiéndome una frecuencia que mi sexo reproducía fielmente sin que yo pudiera evitarlo. Tampoco yo quería evitarlo .

Dentro de mi pecho y dentro de mi sexo golpeaba rítmicamente una campana cuya tonalidad ya no era de ternura sino de algo mas duro y profundo . Era la tonalidad del puro deseo.

Esa ola había nacido pequeñita y lejana . Pero poco a poco nos fue envolviendo , mojándonos al comienzo, moviéndonos con su estimulo poderoso luego, haciéndonos flotar en una complacencia tierna y ahora simplemente nos estaba arrastrando . nos levantaba y nos dejaba caer en un vértigo poderoso y excitante que ninguno de los dos quería evitar

Pero me marché en silencio desde su cuarto, dándole solo un beso en su mejilla.

Que podría significar ese beso. Quizás un intento de diseñar un limite difuso entre la ternura y el deseo . Una zona en la cual yo pudiera refugiarme de todos los temores y tabúes que podrían atacarme aunque en realidad no percibía en mi nada de eso. Me estaba defendiendo acaso que un peligro que no me atacaba, o quería sumir en la niebla un fantasma que aun no aparecía?

La calma habitual de mis días de trabajo formaban un ambiente acogedor como siempre y ni siquiera podía decir que mi mente estuviese llena de la imagen de lo vivido. Durante el día , recordé un par de veces lo sucedido , pero era como un recuerdo cualquiera entre otros de la jornada pasada. Eso si . era un recuerdo placentero.

Fue esa evocación placentera la que se fue imponiendo en mi sentir a medida que avanzaba el día, la que me hacia sonreír con facilidad . la que agilizaba mi cuerpo en cada movimiento la que me hacia encontrar las palabras mas gentiles para responder a las consultas de mis compañeros de trabajo cosa que no era habitual en mi que soy mas bien de temperamento huraño . Esta nueva percepción de mi misma me acompaño todo el día y a medida que avanzaban las horas se fue haciendo tan dueña de mi, que al llegar el atardecer parecía imponerse con tal intensidad en mi conducta interior que al final del día me percibí como una mujer distinta, asumiendo una especie de esquizofrenia placentera que me permitía abordar un mundo de sensaciones novedosas e inquietantes sin dejar de ser yo la misma de siempre.

Algo me impulsaba a hacer y desear cosas que antes no habría hecho ni pensado , pero no percibía en eso conflicto alguno .

Cuando llegué a la casa, todo estaba como siempre y durante la cena Julián y yo hablamos y reímos como siempre, sin aludir para nada a lo que estaba pasando entre los dos , como si nunca hubiese sucedido nada , como si todo lo que estábamos viviendo perteneciera a un mundo paralelo a la realidad

Esto se hizo evidente cuando ya cerca de la medianoche , quede sola en mi cuarto.

Lo primero fue la sensación de placer creciente que me invadía a medida que me iba despojando de mi ropa , una atención preferencial por los detalles de mi cuerpo desnudo ya que hacia años que no reparaba en el , la sorpresa frente a mis pechos que aceptaba como hermosos , suaves al tacto , pesados , con una gravedad plena de sentido.

.

Pero sin duda que lo mas impactante para mi era la zona de mi cintura y mis caderas . Me parecían de una armonía maravillosa que me incitaba a recorrerlas con mis manos dando paso a una sinfonía de suavidades no imaginadas. Mis manos , calmadas, antes , se tornaban presurosas para saltar de una zona a otra como si temieran que el descubierto tesoro de placer pudiese desaparecer de un momento a otro.

Alcé los brazos para apreciar el conjunto de mi cuerpo desnudo y acomodarme el cabello con una cinta al tiempo que giraba lentamente frente al espejo para dar plena presencia a la imagen de mi trasero . Entonces sentí que había llegado el tiempo y el reloj del deseo comenzó a latir en mi cuerpo y en mi mente lenta y acompasadamente como marcando los pasos que me hacían salir de mi cuarto y enfrentar la oscuridad del pasillo que conducía al suyo. Mis manos sostenían mis pechos , mas que nada porque no sabia que hacer con ellas pues mi desnudez, lejos de producirme pudor me proporcionaba una alegría particular.

Mientras caminaba ocupaba mi mente imaginando la forma como el me esperaba.

Quizás estaba atrozmente despierto , desnudo en su cama con una erección mortífera que yo sabría calmar, o quizás estaba dormido para que yo lo despertara con mis besos mil veces mas atrevidos que sus caricias, o quizás su inquietud acumulada lo había decidido a caminar hasta mi cuarto y nos encontraríamos en la oscuridad en medio de un quemante abrazo.

Cualquiera de estas posibilidades me encendía mas que la otra y mi caminar se hacia ahora muy lento porque quería prolongar el tiempo del deseo, la antesala de la culminación para la cual me preparaba segundo a segundo .

Ahora sentía cada parte de mi piel invadida de estímulos novedosos que eran como pequeñas corrientes que seguían extrañas trayectorias a través de mi geografía para confluir todas hacia el vértice de mis muslos donde formaban un torbellino que agitaba mi sexo con latidos profundos que a veces me impedían dar el paso siguiente y debía detenerme.

Mis muslos habían sido invadidos por una tibieza húmeda y suave que los hacia deslizarse uno sobre el otro en cada paso . Yo trataba de cruzarlos para extender ese placer lo mas posible, hasta que abrazada por esa descarga que no pude contener , mis paso se detuvieron y mi cuerpo se doblo deslizándose apegado a la muralla fría mientras el orgasmo brutal me invadía completa consumiéndome en el suelo junto a la puerta de su cuarto.

Era una doble percepción de lo sucedido ,lo que comenzó a invadirme a partir de esa noche. Por un lado me daba cuenta que estaba invadida por un deseo creciente de concretar con Julián ese camino que había surgido en forma tan espontánea y natural y me daba cuenta que ese orgasmo fenomenal que me había arrastrado al suelo en la puerta de su cuarto, representaba la máxima expresión del deseo sexual que yo hubiese experimentado jamás .

Por otro lado , justamente el hecho de que no se hubiese concretado me hacia percibirme a mi misma como la misma mujer de siempre sin que hubiese trasgredido nada y por tanto mi vida diaria continuo en apariencia como siempre.

Y digo como siempre porque en el hecho habían comenzado a suceder cosas que si eran indudablemente nuevas.

Si bien yo cumplía el tácito acuerdo de no hablar del asunto, era evidente que había conductas que cambiaron drásticamente de significado.

La forma cariñosa en que siempre nos saludábamos ,era diferente. El ya no me besaba en la mejilla, como era lo habitual, sino que me abrazaba pleno de alegría reteniéndome entre sus brazos y haciéndome sentir la presencia dura de su cuerpo junto al mío. Yo le acariciaba el cabello en forma ansiosa y sus manos no tenían ningún pudor de hacerse de mis pechos y entregarle sus caricias anhelantes. A veces , caída ya la noche, mientras nos instalábamos a ver algún programa de televisión se recostaba en forma tierna en mi regazo para que yo acariciara su rostro mientras su manos emprendían paulatinamente la exploración de mis muslos inventando mil juegos novedosos que no me dejaban en modo alguno indiferente.

Pero nunca ni el ni yo hicimos referencia a lo que seguramente ambos teníamos claramente instalado en nuestras mentes que tendría que suceder.

Yo pensaba a menudo en ello y hubo varias noches en que en mi cuarto, en medio de una calentura casi desenfrenada de mi mente de mujer desde años sola , debí luchar casi con dolor contra el poderoso deseo de abandonar mi lecho y correr al suyo .

Pensando como mujer tenia claro que habría de ser yo quien tomara la iniciativa ,por experiencia quizás , pero también porque pensaba que algo aun lo inhibía a el frente a la mujer que evidentemente deseaba.

Una mañana de sábado entró en la cocina donde yo me afanaba preparando el desayuno . Algo me inquieto al mirarlo porque sus ojos tenían un brillo extraño. Era un día de verano que se iniciaba caluroso y el vestía únicamente un corto y delgado pantalón de tela que no podía de manera alguna atenuar la violenta erección que lo embargaba . A mi me pareció una erección descomunal , pero era claro que el de pie ahí a unos pasos de mi quería de alguna manera que me enterara del efecto que yo producía en el . Su posición y su actitud parecía decirme ” mira lo que haz hecho conmigo ” o algo parecido. En ese momento me mire y me sentí peligrosamente indefensa. Mi bata de casa se había abierto un poco y mis pechos lucían impúdicas su redondez alimentada por el deseo y mis pezones me molestaban agradablemente al rozarse con la tela. Los dos sonreíamos como si nos diera un poco de vergüenza sorprendernos el uno al otro pensando lo mismo.

Cuando el me abrazó, no opuse ninguna resistencia porque estaba esperando ese abrazo. Entonces el se dio vuelta conmigo en sus brazos y me presionó contra el borde de la mesa y en ese momento mi bata se abrió para dejar completamente mis pechos al descubierto y mis muslos expuestos y yo sentí la presencia de su tremenda virilidad justamente sobre la tela del pequeño calzón que era lo único que yo llevaba debajo.

Suavemente me alzo para dejarme sentada sobre la mesa y separando mis muslos , a lo que no opuse resistencia alguna sentí que con un rápido movimiento se desnudaba para colocar su miembro candente entre mis muslos.

Yo estaba ahora extendida , de espaldas sobre la mesa con mis pezones rígidos apuntando al cielo y con los ojos cerrados completamente entregada. El me acariciaba los muslos con su pene caliente y suave . Era una caricia deliciosa casi tan tierna como excitante. Lo hacia con parsimonia como si quisiera que yo me enterara, por la sensibilidad de mi piel, de su envergadura y su suavidad. Lo rozaba sobre mi sexo como si quisiera darme a entender cual era su verdadera ansiedad y esas caricias ocasionaban en mi el despertar casi violento de contracciones desde las profundidades de mi ser de mujer privada de sexo por mas de quince años.

Yo facilitaba esos roces porque me gustaban , porque los anhelaba , porque me hacían sentirme viva , mas viva que nunca , pero el no intentó sacarme la prenda intima ni yo hice nada por deshacerme de ella. Estábamos en ese mundo limitado por la ultima barrera como si los dos supiéramos que el momento supremo estaba tan cerca y por eso mismo doblemente deseado y temido.

Entonces me deslice sobre la mesa de tal manera que pude situar su pene entre mis pechos y lo apreté entre ellos y me moví para sentirlo subir y bajar en medio de esa prisión de suavidades viéndolo surgir y desaparecer entre mis dos globos encendidos por el deseo.

Así nos entendimos sin hablarnos encontrando el ritmo preciso buscando la nota mas alta perdidos es el bosque de la calentura infinita . Ahí lo sentí latir para mi cada vez mas fuerte y mas caliente hasta que la leche surgió, no de mis pechos calientes pero vacíos, sino de la pequeña boca en medio de la cabeza desafiante de su hombría y ahí entre mis pechos se derramó en mi geografía redonda saltando hasta mi cuello y lo sentí fluir y rodar por mi piel y aspiré ese aroma acido y denso que yo había olvidado en la niebla de mis años llenos de intima soledad.

Entonces, mientras la tranquilidad nos invadía tras el placer desatado, parecimos pensar al mismo tiempo y como siempre nos miramos sin decirnos nada.

Entonces se lo dije:

- Esta noche a las once en mi cuarto.- fue todo-

Traspasadas todas las barreras y todos los tabúes y todos los sueños no realizados. Quería que el supiera que llegaríamos a la verdad absoluta, al final y al comienzo. Sin la sombra de un pequeño remordimiento, ni el gusto amargo de ninguna duda.

Las once de la noche comenzó a dibujarse en mi mente como algo definitivo

. Eran recién las dos de la tarde y yo salía en ese momento al centro comercial de la ciudad. Pasando presurosa entre las gentes que caminaban agitadamente .Saludaba con una sonrisa a los conocidos de siempre que me dirigían algún saludo formal , repetido y cordial y me llenaban de buenos deseos, como siempre . Eran los mismos que yo le devolvía , Tan solo que ninguno de ellos imaginaria jamás que la mujer de siempre a la que saludaban ya no era la mujer de siempre ni lo volvería a ser jamás porque yo ahora comenzaría a ser , desde las once de la de la noche la mujer de nunca porque nunca imagine llegar hasta donde llegaría.

Y me compraba ropa , porque había descubierto que esa noche mas que desvestirme quería vestirme. El ya me había ya me había visto desnuda . Mi cuerpos no tenia secretos. Me había acariciado o besado cada parte de mi piel . Así se habían dado las cosas . Así habían sido dispuestas por el destino . No había secretos visuales entre los dos. Ese oscuro y secreto mundo del desnudo lo habíamos iluminado hasta el ultimo rincón con nuestra natural y prohibida curiosidad . Lo que quería era vestirme , cubrirme , adornarme. Decorarme para esa única e irrepetible ceremonia que quebraría nuestro tiempo en un antes y un después.

A las once de la noche el entró desnudo en mi cuarto . Llegó algo desconcertado algo desconcertado . Pareció sorprendido al verme de pie en el centro de mi cuarto primorosamente envuelta en mi vestido completamente rojo y un pañuelo blanco alrededor del mi cuello.

Hermosa , me sentía yo y hermosa me veía el , quizás un poco sorprendido porque habría deseado verme tan desnuda como el .

Pero yo estaba vestida de rojo y así , vestida de rojo, camine lentamente hasta la puerta donde el se encontraba de pie.

Y así , vestida de rojo tomé su mano y caminamos lentamente hasta llegar junto a la cama.

Entonces cuando hubimos llegado a ese lugar hacia el cual habíamos estado caminando desde hacia dos semanas. me tendí en la cama, subí mi vestido rojo hasta mas arriba de mi cintura , abrí las piernas , levanté las rodillas y expuse mi sexo desnudo abierto y palpitante y sin soltarle la mano, lo guíe hasta que estuvo en posición de penetrarme y cuando lo sentí entrar en mi , los percibí de vuelta , lo sentí de regresar y comencé a recibirlo.

Volvía a mi . entero grande , húmedo y caliente en medio del rojo que me rodeaba como la sangre que lo había recibido al nacer.

Mientras entraba en mi mas sublime encontraba el beso que sellaba nuestra alianza , porque a medida que me llenaba con su liquido espeso y caliente sentía la pasión brutal de ese beso, mas prohibido que todo lo prohibido y por eso mismo mil veces mas placentero.

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