Vacaciones en Plentzia

FECHA: 8/31/2013

Déjame contemplar mis opciones. O me tiro una semana en pleno agosto en el centro de Madrid friéndome de calor o me voy contigo a Bilbao, junto al mar, a la casa de unas ricachonas a pasar unos días, ¿no?

Exacto – Le responde José a su mejor amigo.

Pues nada, ¿cuando dices que salimos?

A José le habían ofrecido unas amigas suyas -mas bien le exigían- ir a pasar unos días a Plentzia, un pueblo de la costa vizcaína, cerca de Bilbao, con el fin de desconectar un tiempo y de libertad total, ya que los padres de Silvia y Mónica se habían ido a Punta Cana de vacaciones, y así poder conocer a su novio. José era un chaval gay de 19 años, algo regordete y con una cara no muy agraciada, pero que suplía con creces con una simpatía y un desparpajo propio de alguien con mucho don de gentes.

El único problema para pensar en rechazar la oferta es que no tenia novio, ya que sin saber muy bien porque, en una de sus tantas conversaciones –tanto por teléfono como por la red- les había dicho que tenia un novio muy guapo, mucho más cachas que guapo y aún más cachondo que cachas, lo cual supuso una tremenda alegría para las hermanas y unos deseos fervorosos de conocerle. Las veía tan felices e insistieron tanto y tanto que al final le fue imposible a José decirles la verdad y aceptó.

Así que no le quedó otra opción que proponérselo a su mejor amigo, Alberto. Este no se lo pensó demasiado a la hora de aceptar la oferta. Ni tan siquiera le molestó la condición de hacerse pasar por su novio ya que era bisexual y no le preocupaba darle un beso o un achuchon llegado el momento. Aunque lo que sí le puso claro –una vez más- es que no iba a tener relaciones sexuales con él, no por que no le gustase, si no porque prefería mantener esa línea lo mas lejos posible, ya que creía que si en algún momento la cruzaban probablemente su relación de amistad, que los dos consideraban maravillosa, se iría al traste simplemente por un polvo, lo cual le joderia bastante.

Alberto, al igual que José, tenia 19 años recién cumplidos, y se podría decir que era bastante guapo, muy musculoso ya que era nadador y sin un bello en el cuerpo. Tenia una cara de niño que provocaba mas de un suspiro entre las mujeres y los hombres de su entorno, por lo que a su corta edad ya era un experto en temas sexuales tanto con hombre como con mujeres. Así que ya le costaba excitarse, mas que nada porque había follado mucho y solo lo “diferente” le ponía cachondo últimamente. También será justo decir que con los hombres no había tenido mas que sexo, ya que sus dos relaciones serias habían sido con mujeres, las cuales tampoco duraron mucho debido a lo que le gustaba a Alberto meter la polla en otros “agujeros” que sean los de sus parejas.

Sin más y después de preparar las maletas y demás, se pusieron en marcha en el coche de José, dejando atrás el infierno madrileño y después de unas 4 horas llegando al paraíso de Plentzia y preguntando a un par de lugareños y gracias alas indicaciones que le había dado antes Silvia, consiguieron llegar a la entrada de la casa –que digo casa, ¡palacio!- de las hermanas.

Ahhhhhhhh!!! Joseeeeee! – Salió a recibirles una rubia despampánate corriendo desde la entrada de la casa por todo el jardín privado con los brazos en alto hasta abrazar tan fuerte a José que los dos se cayeron al suelo.

Hola cariño, como me alegro de verte! – Le dijo José sin dejar de darse besos el uno al otro. Como pudieron se pusieron de pie. – Mira, Mónica, te presento a Alberto, mi novio.

Joer, pero fin te conozco –se abalanzó sobre un sorprendido Alberto y le dio dos besos muy cerca de la boca- José me ha hablado maravillas de ti y ya veo que no me ha engañado mucho.- Decía mientras le miraba de arriba abajo con ojos lujuriosos.

Yo también me alegro de verte, auque me da que este gañan no te ha hecho justicia en alabanzas hacia a ti.- Le soltó Alberto sin quitar la vista de los ojos de Mónica.

Mientras iban hacia la casa con las maletas a cuesta y hablando, salió de la casa, más tranquila, Silvia, la hermana mayor. Mónica tenia 18 años y Silvia 20, las dos eran rubias aunque a Mónica le llegaba el pelo a la altura de los pechos y Silvia lo tenia más corto. El cuerpo de las dos era espectacular “esto de tener de pasta…” pensaba Alberto mientras las recorría con la vista a las dos.

Silvia tenia unos tetas inmensas y muy bien puestas -”¿una talla 120?”, Seguía Alberto absorto en sus pensamientos- y un culo respingon que se la notaba muy bien a través del pareo semitransparente y el tanga-bikini que lucia. Ni un gramo de grasa, al igual que su hermana Mónica, la cual tenia el pecho más pequeño –”pero igual de apetecible”- y un culo más bonito que el de su hermana –”aunque eso sea difícil de creer”- y en su caso solo llevaba el tanga-bikini por lo que la visión era espectacular.

Después de estar charlando un buen rato en el salón, les empezaron a enseñar la casa. Eran tres plantas así que tardaron un buen rato. En la planta baja estaba el salón, la cocina, un pequeño cuarto y un cuarto de baño. En la segunda planta había 3 habitaciones, una de las cuales era la de sus padres y en la tercera había 4 habitaciones donde 2 eran de las hermanas y una tercera seria para José y Alberto, -la de la cama de matrimonio” les dijo Mónica con una sonrisa traviesa y soltando una risita a la que respondió su hermana de forma cómplice-. Al principio le mosqueo un poco a Alberto pero tampoco le dio mucha mas importancia ya que había dejado claro que nada de sexo. En cada habitación había un baño, al más puro estilo de un hotel de lujo, eso sí. El terreno del que disponían tenia espacio suficiente para tener una pista de tenis y una piscina climatizada, a la par que unas cuantas hectáreas de jardín donde se podía perder uno sin problema en una pequeña plantación de árboles y demás plantas que había. Impresionante.

Después de ducharse y cambiarse de ropa, los “novios” bajaron hasta la cocina donde los esperaba Silvia y Mónica preparando la copiosa cena que habían encargado en un restaurante, ya que no sabían cocinar ninguna de las dos. Eran cerca de las 11 de la noche cuando empezaron a comer. Habían hecho muy buenas migas con Alberto, lo cual no era difícil, así que la cena fue muy divertida y bastante amena.

Pues como os digo vienen de camino una pareja amiga nuestra desde Sevilla a pesar estos días con nosotros –les informaba Silvia durante la cena y unas cuantas botellas de vino de gran reserva, claro.-

¿Son gays también?- pregunto José

No, no, son hombre y mujer, aunque bueno nunca se sabe si pueden llegar a ser bisexuales, que hoy en día todos lo somos, no?- Se rieron los cuatro a carcajada limpia recordando cierta película y ayudados por los litros de vino que ya corrían por sus venas.

Sobre la una de la mañana llamaron a la puerta, seguro que era la pareja sevillana. Mónica se levanto como un resorte y fue a abrir, y al de unos segundos se oyó un grito de alegría.

Mi querida hermana, siempre tan discreta- se levanto Silvia con movimientos más discretos dirigiéndose a la puerta y Alberto y José detrás de ella.

Después de los achuchones de las hermanas a la pareja, se presentaron los “desconocidos”. Maite era una amiga de la infancia de las hermanas que se fue muy joven a Sevilla por sus padres. Era una chica muy normalita, no era nada espectacular, morena, mas bien bajita, algo rellenita y con una gracia y un salero que no se podían aguantar.
En Sevilla conoció a su novio, Sergio, el cual, al igual que su novia, no era nada del otro mundo, aunque si estaba bastante fuerte de trabajar en la construcción. Y sin duda era el más tímido de los 6 que allí estábamos.

Ya habían cenado y después de unos minutos de charla, José empezaba a cabecear en el sofá, pero lo que pidiendo disculpas se subió a la habitación y de acostó, seguido media hora mas tarde por los demás invitados, ya que el viaje había sido largo y estaban todos cansados.

El día siguiente, Silvia y Mónica habían reparado una excursión para conocer todos los alrededores de Plentzia, se embarcaron en una pick-up donde entraban los seis y se recorrieron media Vizcaya. Mónica llevaba unos pantalones pirata blancos y un top muy ajustado donde se le marcaban perfectamente los pechos ya que no llevaba sujetador y de vez en cuando se le marcaban los pezones exageradamente. Eso no pasaba desapercibido para Alberto es cual estaba loco por poder meterla mano y lamer esos pezones. Pero no le hacia atrás su hermana Silvia la cual llevaba un pantalón ajustado que le hacia un culo impresionante y una camiseta de tirantes donde en cualquier instante se le podía escapar una teta de su interior ya que tampoco llevaba sujetador. Entre estas dos bellezas, casi no le hizo caso “sexualmente” a Maite y me atrevería a decir que su novio Sergio tampoco la prestaba demasiada atención.

Si quieres te hago una mamada y te relajas un poco, que ya veo que estas loco de ganas de follartelas. –La atención que Alberto prestaba a los cuerpos de Silvia y Mónica no paso desapercibida para José, que le susurro la propuesta a su amigo casi al final del día. Al principio se lo pensó pero luego recordó las posibles consecuencias y le dijo que no. Lo cual no quito que al llegar a casa cerca de la una de la mañana se fuese a uno de los baños, se bajase los pantalones y se hiciese una paja recordando a las hermanas y sus cuerpos, corriéndose sobre el lavabo y llenándolo de su semen caliente.

Tengo que follarmelas como sea – pensó Alberto mirándose en el espejo y sintiéndose como un adolescente con las hormonas a mil por hora. Se ducho y se fue a la cama junto a José, al cual ya estaba dormido, estaban los dos rendidos.

El tercer día fue especial ya que cada uno se levantó cuando quiso y una vez ya todos en pie (ya era por la tarde) Mónica les dijo que se iban a ir en su barco mar adentro a pasar el día, tomando el sol, bebiendo margaritas y descansando. Les pareció una idea excelente ya que aun no habían descansado lo mas mínimo desde su llegada. Pero Sergio tuvo que rechazar la propuesta ya que no se encontraba bien, seguro que le había sentado algo mal el día anterior y decidió quedarse en casa. Al principio Maite se iba a quedar con él pero Sergio casi la hecho a patadas y le dijo que aprovechase esta oportunidad de sentirse rica por unas horas. Y animada por los demás los 5 se acercaron al puerto con unas ganas terribles de embarcar.

Una millas mar adentro, Silvia, a la que le había enseñado su padre a manejar el barco, paró el motor, donde solo se veía mar por todos lados. Era un día espléndido, mucho sol, el agua muy tranquila y limpia.

¿¡Que haces tía?! –Le gritó Maite a Mónica viendo que se quitaba la parte de arriba del bikini para seguir con el tanga, quedándose completamente desnuda.

¿¡Que?! Pero si hay confianza –le respondió señalando a José y Alberto- Además son gays no me van ha violar ni nada parecido.

“Si tu supieras…” pensaba Alberto mirando el cuerpo completamente desnudo de Mónica. Se encontraba tumbado junto a José y frente a ellos estaban las 3 chicas, las cuales habían seguido a Mónica quitándose el bikini, aunque a Maite la tuvieron que convencer, ya que le daba mas apuro, diciéndole que le quedarían unas marcas horribles y cosas por el estilo. Las tres tenían el coño depilado completamente menos Silvia que tenia un hilo de bello púbico sobre su monte de venus. Era un espectáculo impresionante para los ojos de Alberto que no sabia donde mirar, si al culo de Mónica cada vez que se agachaba para colocar la toalla sobre cubierta, enseñándole todo el coño rasurado o a las inmensas tetas de Silvia, con unos pezones muy oscuros y unas aureolas grandes, perfectos para succionar una y otra vez. El cuerpo desnudo de Maite no destacaba precisamente junto a estas dos bellezas pero tampoco estaba nada mal. Tenia los pechos firmes y turgentes con los pezones duros como piedras –la excitaba estar desnuda delante de hombres aunque sean gays- y bastante ancha de caderas y un culo muy apetecible.

Cuando se empezaron a poner crema para el sol las unas a las otras, Alberto no podía mas, se le estaba poniendo la polla dura y para no estropearlo todo se lanzó desde cubierta al agua dándose un chapuzón y nadando un poco intentando calmar su recientemente recuperadas hormonas adolescentes.

Mientras Alberto estaba en el agua, las chicas y José no paraban de hablar y tomar alcohol y reír y seguir hablando y bebiendo.

Pero si estamos en confianza, además que no creo que tengas nada que no hayamos visto antes ninguna de nosotras –le instigaba Silvia a José para que se quitase el bañador y se quedara desnudo al igual que ellas. Y la verdad es que no tuvieron que insistir mucho ya que estaba bastante a gusto y se levanto para quitarse el bañador dándoles la espalda a las chicas.

¡¡Date la vuelta, machote!! –le gritaban las chicas entre risas y al hacerlo las tres se quedaron con la boca abierta y mirando la polla flácida de José, que era inmensa incluso sin estar dura.

¡Joder que pedazo rabo! –gritó Maite al de unos segundos de silencio lo que provoco una carcajada generalizada de todos.- Que pena que seas gay porque ya te hacia yo un favor.- Siguió entre risas.

Igual el favor te lo hacia yo cariño- respondió José divertido por la situación y ayudados por el alcohol y la desinhibición que tenían empezaron ha hablar de sexo.

En ese instante subió de nuevo al barco Alberto que se había tirado alrededor de una hora en el agua-le encantaba- y nada mejor que un buen rato en las frías aguas del cantábrico para bajar la libido. Al ver a los cuatro completamente desnudos y riendo sin parar, se sintió un poco desplazado da la situación, pero enseguida le hicieron entrar de nuevo en el grupo.

¿Y tu también tienes una polla así de grande? –le pregunto divertida Mónica al verle llegar hasta donde ellos

¡Huy cielo! Tan grande no, pero es que hace maravillas con ella –le respondió José entre las risas de todos antes de que Alberto pudiese decir nada, el cual se abalanzó sobre su “novio” le agarró la polla y le metió la lengua hasta la garganta que José recibió sorprendido y con lo ojos abiertos como platos y antes de que pudiese reaccionar, Alberto se separó de su boca y le susurro al oído “no tienes ni idea de hasta donde te puedo llevar”

Uhhhh!!- Gritaban divertidas las chicas mientras se besaban la pareja- Joder, me he puesto cachonda y todo- soltó jocosa Mónica cuando separaron sus bocas.

Oye chicos, ¿cómo lo hacéis, es decir, quien recibe y quien da? –preguntaba curiosa y algo excitada la hermana mayor.

Pues sinceramente, nos da igual por que a los dos nos gusta que nos abran el culo.- les contesto Alberto que veía como las chicas no les quitaban la vista de encima a ninguno de los 2.- además vosotras lo deberíais de saber ya, ¿o es que nunca os la han metido por atrás?

Siiii- respondieron sonrientes y complacidas las 2 hermanas moviéndose sobre las toallas como recordando aquel momento en que les follaban por el culo.

Pues a mi no me han dado todavía- dijo Maite con cara triste y mirando al suelo de cubierta- La verdad es que me da algo de miedo.

Cariño –reaccionó José después de despertar del pequeño shock en que le había sumido el beso de su amigo- pues no sabes lo que te pierdes. Creo que es el mayor placer sexual que alguien pueda sentir, la verdad.

El resto del grupo afirmaron con la cabeza. La conversación había llegado a unos derroteros sexuales sin ningún tipo de inhibición y bastante excitantes a la vista de cómo tenían la polla José y Alberto, el cual también se había quedado desnudo.

Vaya, veo que esto no os deja precisamente indiferentes- les soltó Mónica al ver sus pollas como iban creciendo poco a poco gracias a la conversación que tenían.

Es que somos gays, no de piedra guapa. Además que seguro que vosotras tenéis el coño chorreando –le dijo José entre las risas de todos mientras Silvia se levantaba para ponerse mas crema para el sol.

Ponme un poco a mí, por favor Silvi- la pidió Maite a su amiga, que se encontraba entre las dos chicas las cuales estaban con sus pechos sobre la toalla.

Silvia empezó a esparcirle la crema sobre la espalda, al igual que había hecho anteriormente, con un suave masaje con sus manos. Mientras los chicos seguían hablando y bebiendo sobre todo con Mónica sobre sus aventuras sexuales y Maite y Silvia en esta ocasión solo escuchaban. Poco a poco fue bajando hasta llegar a la altura de su culo donde soltó un chorro de crema sobre su imponente culo lo que provocó en Maite un gemido de placer involuntario que provoco unos segundos de silencio en el barco.

¡¡¡Serás guarra tía!!! Si estas más cachonda que una perra – le gritó Silvia sin dejar de masajearle el culo con la crema entre las carcajadas de todos y la cara sonrojada que se le puso a Maite de la vergüenza que sentía pero con una sonrisita cómplice y libidinosa.- ¿Qué quieres, que te haga un dedo aquí mismo?- la instigaba mientras le metía la mano en la raja del culo a lo que Maite respondió abriendo un poco las piernas para que Silvia siguiera para abajo.

Pero si estas mojadísima tía. Mírala como abre las piernas- dijo Mónica mientras veía como su hermana mayor seguía bajando su mano hacia el coño de su amiga.

A estas alturas la polla de Alberto estaba dura como una roca viendo el espectáculo, lo que no paso desapercibido para Mónica y sobre todo para José que miraba mas a su amigo que a Silvia metiendo mano a Maite. Silvia también estaba algo caliente al acariciar la raja del culo y el coño de su amiga o al menos eso indicaban sus pezones, duros como piedras. En ese preciso instante se empezó a escuchar un motor a lo lejos, lo que hizo que Silvia parase con su masaje y se levantara para ver si se acercaba alguien. Vio a lo lejos a los guardacostas que se venían hacia su posición, lo que provocó que los 5 se vistieran rápidamente antes de que llegaran. Les indicaron que se fueran a puerto ya que se acercaba una tormenta por el norte. Las nubes cada vez eran mas y más, así que sin perder demasiado tiempo se pusieron rumbo al puerto.

Joder tía. Esta noche vas a exprimir al “pobre” Sergio- le dijo Mónica a Maite ya algo mas relajada- Aunque como siga mal a ver que haces…

Mas le vale que se halla recuperado porque sino no me va a probar en mucho tiempo. Le voy a quitar la timidez echando hostias- respondió Maite entre las risas de los 5.

Alberto ya miraba con otros ojos a la “fea” del grupo. El espectáculo que había montado junto a Silvia le había hecho verla como una mujer muy deseable y muy cachonda, vamos, digna de sus pensamiento más lujuriosos y pervertidos.

La cena y la velada transcurrió de forma tranquila, entre risas e indirectas que todos lanzaban sobre Maite y Sergio -quien ya se encontraba algo mejor- a pesar que este no se enteraba de mucho (porque además de tímido era algo corto) .

Hora de irse a la cama, solo se quedó Silvia un rato mas viendo la tele en la sala. Los sevillanos se quedaron en el segundo piso ya que así se lo pidió Maite a Silvia “por si montaban mucho ruido no despertar a nadie”.

Ya veo que te ha puesto a mil lo de esta tarde no? –Le dijo José a Alberto una vez los dos metidos en la cama y con las luces apagadas.

Joder, tío, lo verdad es que no sé lo que me pasa con estas tías pero me ponen cachondo que no veas. Parece que vuelvo a tener 14 años cuando me empalmaba por un pezón transparentando sobre una camiseta, es la hostia. Pero si además solo de recordar sus cuerpos ya se me esta poniendo morcillona.

Si, yo también me he puesto cachondo, la verdad.

¡¡Ala venga!!-le increpo Alberto levantándose levemente para poder verle la cara a su amigo a través de la oscuridad solo rota por los focos del jardín.- Ahora me dirás que te excita ver a dos tías dándose el lote…

No, eso no. El beso que me distes y cuando me agarraste la polla así.- José se abalanzó sobre su amigo agarrando su pene sobre el slip y lanzándose sobre su boca dándole un beso apasionado al que al principio Alberto no respondió pero entre las caricias sobre su polla y lo cachondo que estaba desde hace días no tardó en agarrarle la cara con sus manos y meterle la lengua hasta la garganta.

No deberíamos hacer esto – la dijo Alberto en un momento que separaron sus bocas aunque ya tenia la polla como una roca gracias a las caricias de una mano experta como la de José.

Cállate y disfruta de esto- le decía su amigo mientras bajaba por su pecho mordiendo sus pezones y besando su tordo desnudo entre los gemidos de placer que le producía tal situación.

No tío, la vamos a cagar. –seguía insistiendo Alberto mientras tenia la lengua de José en su ombligo y seguía bajando hasta su bello pubico sin dejar de acariciar su polla dura. José le empezó a besar la punta del capullo entre las suplicas de su amigo de que parara y le seguía lamiendo todo el tronco de su pene, los huevos, sin dejar de masturbarle, volviendo a subir con su lengua por toda la largura de su polla hasta meter la boca y empezar a succionar como un experto mamador que era.

Llevo años y años queriendo hacer esto, eres mi mayor fantasía sexual- Si quería llegar al final con su amigo, eso fue lo peor que podía haber dicho José, ya que encendió una luz de alarma en la cabeza de Alberto y recordó que no podía hacerlo con su mejor amigo ya que seguramente José sentía algo mas profundo por él que solo sexo y no podía permitir que se pensara algo no era, así que apartando la cabeza de su amigo de su polla dura y levantándose de la cama rápidamente, se puso el bóxer, como pudo metió su polla en el interior y salió de la habitación no sin antes, mirando a los ojos de José, le dijo que no podía hacerlo.

Estuvo dando tumbos por todo el piso de arriba sin saber donde meterse, sentándose en el suelo, levantándose nervioso, hasta que decidió bajar a la cocina a tomar algo y pensar o relajarse. Según iba bajando, en el segundo piso, empezó a oír unos ruidos en una habitación -gemidos mas bien- y enseguida se dio cuenta que Maite esta “desangrando” a su novio. Se sonrió ligeramente y en mitad de la escalera al primer piso se detuvo pensando que estaría bien si se acercaba a verlos follar, pensamientos por los cuales su polla enseguida reaccionó con unos golpetazos al ritmo que bombeaba su corazón. Sigilosamente se acercó hasta la puerta de la habitación que estaba cerrada pero que se oía perfectamente los gemidos de la pareja.

Alberto no se dio por rendido e intentando hacer el menor ruido posible empezó a abrir la puerta. La verdad es que no le importaba demasiado que le descubriesen ya que consideraba que era mejor el premio que el posible castigo por voayer.

Maite estaba comiendo la polla a Sergio como una tigresa, los dos estaban desnudos con la luz encendida, por lo que no se percataron de la puerta, ayudado de que no hizo el menor ruido, y que estaban los dos dedicados por completo a otras cosas que a ser o no pillados. Ver a Maite como pasaba su lengua por la polla de su novio recorriéndola lasciva, deseosa de saborearla, metiendosela por completo en su boca sin dejar de masajearle los huevos… Esa visión excitó de sobre manera a Alberto que enseguida empezó a acariciarse su miembro sobre el bóxer, el cual en unos segundos ya estaba a la altura de sus rodillas y sus manos acariciaban y masajeaban sus hermosa y rígida polla. Para entonces Maite se había puesto de cuclillas para sentarse encima de la polla de Sergio que estaba apuntando al techo firme, no era muy grande pero estaba bien dotado. Desde su posición podía ver perfectamente la cara de placer de chica al sentir como la penetraba su novio y empezó a mover con un ritmo suave que iba acelerando poco a poco hasta llegar a moverse sobre él como una loca, sus tetas botaban frenéticas siempre y cuando Sergio no las cogía y las estrujaba. A Alberto le estaba poniendo más cachondo si cabía esa imagen y sobre todo la situación de espiarlos. Ya había dejado los masajes a su polla para pajearse salvajemente y sin pudor.

Después de unos minutos de cabalgada, Maite empezó a besar a su novio sin dejar de mover su sabroso culo y le dijo algo al oído que Alberto no pudo oír. Acto seguido, se bajó del falo de su novio, se puso a cuatro patas sobre la cama y Sergio justo detrás de ella hundió su cara en el ano de la chica. Enseguida comprendió Alberto lo que iba a pasar y tenia los ojos como platos para no perderse ni un solo detalle. Definitivamente había juzgado mal a Maite, y en eso instante solo deseaba estar en la cama junto a la pareja.

Venga, vamos reviéntame el culo! –le suplico Maite después de introducirle 2 dedos y ensalivar completamente su ano.

Sergio coloco la polla en la entrada de su orificio virgen y poco a poco le fue introduciendo la punta ante los gemidos y gritos de Maite, se detuvo un momento para que el ano de su novia se hiciese al su polla pero Maite movía el culo hacia él, pidiendo que la metiera mas adentro, y este obedeció hasta que sus huevos chocaron con sus nalgas. Y enseguida comenzó un movimiento lento. La cara de Maite era una mezcla de placer y dolor que poco a poco se fue quedando en únicamente lo primero y el ritmo de la follada iba en aumento. Maite empezó a gritar como una posesa y a apretar fuertemente las sabanas. Parecía haber tenido un orgasmo bestial mientras su novio no paraba de bombear en su culo virgen.

Un ruido desconcertó a Alberto de la “película” y se giro rápidamente hacia el pasillo donde vio a contraluz y a unos 5 metros escasos de él a Silvia, la tenia la mano dentro del tanga, acariciándose el coño y con la otra pellizcándose el pezón de su teta que estaba al aire. Alberto se sobresaltó y no sabia como reaccionar exactamente, pero eso sí, su polla no la soltó un instante.

Ssshhh!- le susurró Silvia con un dedo en la boca y acercándose a él. Le agarró su verga dura y comenzó a acariciársela por todo el tronco.

Se arrodilló poniendo su boca a la altura de la polla de Alberto, la comenzó a lamer, a saborear cada centímetro de aquella preciosidad. Le comía los huevos sin dejar de masturbarle. Alberto se entretenía viendo a Maite recibir su primera enculada y con la mamada que le estaba haciendo la tetuda de Silvia. No podía más. Estaba a punto de correrse. Demasiada tensión acumulada. Miro por ultima vez a la pareja y vio como Sergio se sacaba la polla del culo de su chica y comenzó a correrse sobre la espalda de ella.

Fue demasiado para el chaval que sin previo aviso se empezó a correr de una forma exagerada en la boca de Silvia, que no pudo contener tanta cantidad de esperma en su boca por lo que empezó a caerle por la comisura de sus labios, por su garganta e incluso algunas gotas sobre sus pechos. Hacia mucho que Alberto no tenia un orgasmo tan salvaje.

Que pases buena noche guapo- le dijo Silvia a su amante trasnochador después de darle un beso en la boca y saborear ambos la leche de la corrida. Sin más se fue moviendo su precioso culo hacia el piso de arriba, dejándolo con cara de alucinado. Echó un ultimo vistazo a los sevillanos que ya estaban acostados y abrazados, y pudo ver que Maite estaba mirando fijamente a la puerta con una cara de satisfacción tremenda y pudo leer en sus labios un “gracias” dirigido a él.

A la mañana siguiente todo seguía igual que el día anterior, parecía como si no hubiese pasado nada durante la noche. Seguían de buen rollo, con gracias, riéndose y disfrutando de la compañía de unos y otros. El día transcurrió sin demasiados sobre saltos, mas que alguna miradita cómplice entre Alberto y Silvia y Maite, y pocas sonrisas con José, aunque no había problema ya que en el fondo José comprendía la actitud de su amigo.

A la noche fueron a bailar a una discoteca cercana. No era muy espectacular pero estaba llena de jóvenes bailando, bebiendo y metiendose sin parar. Enseguida Mónica se lanzó a la pista a bailar arrastrando a las chicas y a José, nosotros nos acercamos a la barra a pedir algo para los 6. Desde la barra se podía ver perfectamente el espectáculo que estaban montando sobre la pista.

Mónica no dejaba de restregar su cuerpo sobre dos chavales que se arrimaban a ella buscando algo mas que un roce y cuando ella consideraba que ya era demasiado se acercaba a su hermana y a José como buscando protección, y hacía lo mismo con ellos. A Alberto ver a las 2 hermanas como bailaban y se acariciaban de forma sensual le estaba poniendo jabato. Aunque claramente no era al único ya que casi todos estaban mirando a las hermanas y a su amigo, que en realidad no sabia donde meterse exactamente. Maite ya estaba junto a nosotros bebiendo algo y observando a sus amigas.

¿Verdad que te encantaría follartelas a las dos a la vez? – Le dijo al oído sin que su novio de enterase. Alberto la miro y vio que tenia una cara perversa y cachonda, parecida a la que tenia después de correrse mientras la enculaba su novio.

No, me encantaría follaros a las 3 toda la noche. –le respondió cachondo mirándola a los ojos.

Bueno, pues no sé, pero tal vez se puedan cumplir tu deseos guapo.- Y pasando disimuladamente su mano derecha sobre la polla de Alberto, cogió a Sergio y se fue a bailar con los demás, quedándose solo cerca de la barra y con la polla morcillona después de lo que le había dicho Maite.

“¿Que se trairán entre manos estas perras?” Era lo único que se preguntaba mientras no las quitaba ojo de encima, viendo como ponían cachonda a toda la discoteca en su sección masculina y probablemente alguna femenina. Estaba muy caliente, solo tenia en la cabeza lo que pasó la noche anterior, viendo a Maite recibir por el culo mientras Silvia se la comía magistralmente.

Hola, tu no eres de por aquí, no?- le dijo una voz femenina a su izquierda que le hizo “desembrujarse” del show en la pista, aunque de vez en cuando miraba con el rabillo del ojo. Era una tía morena que iba vestida de tal forma que dejaba muy poco a la imaginación, una minifalda ajustada y un top semitransparente mostrando su sujetador sin ningún pudor. Un sujetador que escondía unos pechos de una talla media. Le llegaba a la altura de los hombros y eso que llevaba unos tacones altos.

Pues no, soy de Madrid, he venido a pasar unos días con unos amigos.

¿Y donde están? ¿Te han dejado solo?

No, son esos que están ahí bailando, los del espectáculo pseudo pornográfico.-le respondió Alberto en tono jocoso.- He invadido su casa por unos días.

¡Anda! ¿Esas son tus amigas? Joder, pues una de dos, o no te cansas de echar polvos o tienes que tener un calentón en el cuerpo…- esa frase y ver a la morena saborear el botellin de cerveza que tenia en la mano de la forma que lo hizo, provocó que Alberto se olvidase completamente del espectáculo de la pista, de la música y de todo lo que le rodeaba, centrándose únicamente en la chica de unos 24 años que tenia delante.

Pues la verdad es mas bien lo segundo, aunque eso espero que cambie tarde o temprano. –Se fueron a un lugar algo mas apartado y tranquilo dentro de la discoteca donde siguieron conversando durante unos 20-30 minutos y a cada minuto con mas roce, un empujón cariñoso, una caricia, un abrazo… Y definitivamente llegó en beso, apasionado y caliente entre dos desconocidos, sus lenguas se entrelazaban en sus bocas y la morena le agarraba fuerte el culo a Alberto quien no se quedó corto y metía la mano por debajo del top acariciando sus pechos sobre el sujetador.

Ella le agarró de la mano y le arrastró hacia fuera de la disco, al parking donde probablemente ya había estado antes con otros tíos igual que él. Le empujó sobre el lateral de un coche que estaba apartado en un lugar oscuro y le empezó a desabrochar el pantalón bajándoselo hasta los tobillo y arrodillándose delante de su polla comenzó a acariciarla sobre el bóxer, los cuales en cuestión de segundos estaban haciendo compañía a los pantalones, quedando delante de la morena la polla semi erecta de Alberto. Sin pensárselo dos veces se la metió en la boca y empezó a succionarla como una posesa, saboreando cada centímetro de esa preciosidad, notando como iba creciendo dentro de su boca. Así siguió durante unos minutos, comiéndole los huevos, pajeandole… La situación de que una desconocida se la chupara, le ponía a Alberto muy caliente, la levantó bruscamente y le metió la lengua en la boca, casi comiéndosela mas que besándola. La apoyó sobre el coche dejando sus tetas sobre el cristal, se arrodilló levantándole la minifalda y apartando el tanga le empezó a meter la lengua en su culo. La morena no paraba de gemir y de soltar jugos por su caliente coño el cual era acariciado por la mano de Alberto sin dejar de comerle el ano. La dio la vuelta golpeándola sobre el coche y empezó a comerle su caliente coño. Le encantaba que la tratasen así, de forma salvaje y descontrolada y Alberto estaba disfrutando de los jugos de su coño.

¡¡Follame cabron!! ¡¡Reviéntame el coño!!- le suplicaba ella mirándole desde arriba.

Alberto obedeció como buen chico, coloco la punta de su dura polla en la entrada de su coño y empezó a restregarla sobre sus labios y su clítoris que estaba hinchadísimo. Y sin mas se la metió de un solo golpe, hasta que los huevos golpearon con su culo. Empezó a bombear completamente descontrolado y fuera de si, a una velocidad endiablada lo que provocaba unos gemidos de placer extremo en la morena que arañaba la espalda de Alberto, también descontrolada por el placer.

Siiii, sigue, sigueeeeee, reviéntame!!! Ahhhh!!! Me corrooooo!! Siiiiii- le daba igual si había alguien por allí cerca mirando, estaba descontrolada y solo quería sentir esa polla dentro de su coño, entrando y saliendo de sus entrañas. Arqueo su espalda y Alberto bajó ritmo de sus envestidas. Tuvo un orgasmo salvaje.- Quiero mas- le dijo mientras le metía la lengua en la boca y apoyando sus manos sobre al capó del coche, puso su culo en pompa y se lo ofreció a Alberto quien sin dudarlo se la metió de un solo golpe lo que provocó un grito de dolor y placer en la morena que enseguida comenzó a seguir el ritmo que le imponía Alberto.

¿Te gusta, puta? ¿Te gusta sentir mi polla en tu culo?- le decía al oído a la vez que le pellizcaba los pezones. Ella solo gemía y disfrutaba de otro orgasmo, pero en esta ocasión Alberto no paró de empujar sobre su culo ya que estaba a punto de correrse. Y lo hizo dentro de ella, soltando unos 4 o 5 chorros que recibió el ano de la chica con sumo gusto.

Los dos cayeron al suelo del parking exhaustos pero complacidos. Ella se limpio las corridas, tanto de él como de ella, le dio un sonoro y apasionado beso y dándole las gracias por el polvo se fue por el parking moviendo el culo alejándose de la disco. Alberto se volvió a vestir y volvió dentro de la discoteca donde le estaba esperando José y Mónica.

¿¡Dónde has estado tío?!

Nada que he salido a tomar un poco el aire, ¿pasa algo?

Pues hombre que tenemos que irnos, otra vez Sergio se encuentra mal y además estas ya se han cansado de calentar al personal…

Dejaron en casa a las chicas y a Sergio y se fueron los dos de marcha por ahí, como siempre lo hacían por Madrid, como amigos, sin mas. Llegaron a las 8 de la mañana, cuando Silvia ya estaba desayunando, con un pantaloncito corto ajustado a su culo y un top marcando sus tetas. Desayunaron algo con ella y de inmediato se fueron a la cama.

Cuando Alberto se levantó serian sobre las 6 de la tarde, se asomó a la ventana y vio que hacia un día de perros, lloviendo sin parar. José todavía estaba en la cama aunque empezaba a despertarse. Se pegó una ducha rápido, se puso algo cómodo y bajó al primer piso donde estaban las 3 chicas y Sergio hablando tranquilamente.

¿Y como es que estáis aquí y no dando un paseo?- les preguntó irónicamente.

Pues nada, que simplemente hoy no queríamos ducharnos. Ya ves, que guarras, eh?- le respondió Mónica.

Alberto se fue con una sonrisa a la cocina a comer algo y al de unos minutos apareció José. Los dos se fueron a la sala con unos sándwich y una para de cervezas a juntarse con las chicas, que aun estaban con la ropa de dormir. Tenían el día vago.

Bueno ¿y cual es el plan para hoy?- preguntó interesado José.

Pues la verdad es que no hemos pensado nada.- Le respondió Silvia- Estábamos aquí apalancadas y tenemos muchas ganas de salir, la verdad.

Bueno y porque no montamos una pequeña fiesta en casa, yo que se algún juego o algo así.- propuso Maite, que llevaba un camisón bastante sexy que ayudaba a utilizar la calenturienta imaginación de los hombres.

¿Que? ¿Al Monopoly, a la bancarrota o preferís un parchis? –Dijo Mónica a lo que todos nos reímos. Ella, al igual que su hermana llevaba un top ajustado a sus pechos y un pantalón de nylon largo.

Hombre, no se, ¿os apetece un kinito?- Propuso Maite a lo que todos dijeron que si, menos José y Alberto que no sabían que era eso.

El juego consistía en que con un cubilete se tiran 2 dados y había que pasarle a la persona que esta a tu lado el numero que sumen los dados siempre y cuando este comprendido entre el 7 y el 10, si no tocaba mentir. Si el siguiente se lo creía tiraba y tenia que sacar algo superior a lo que le habían pasado. Si no se lo creía y era verdad le tocaba beber un vaso y si era mentira bebía el que se lo había pasado. Luego existía una serie de combinaciones. Así por ejemplo si en los dados salía un 5 y un 6 o un 1 y un 2 significaba kinito que no era otra cosa que mandarle a otra persona que lo volviese a sacar. Si lo sacaba volvía otra vez a la primera persona y tenia que volver a conseguir dicha combinación, de tal forma que los vasos se iban acumulando hasta que uno de ellos no lo sacaba y tenia que beberse los vasos acumulados. Otra combinación era que si sacaban parejas (ya sean dos 1, dos 2, dos 3…) mandabas beber la misma cantidad a alguien o repartías. Sacar un 4 y un 2 significaban doble kinito que era igual que el kinito normal pero bebiendo el doble de vasos.

Y así les fueron explicando poco a poco las reglas del juego a los novatos que al principio no se enteraban muy bien pero enseguida le cogieron el tranquillo, mas que nada porque si no les tocaba beberse el toda la bodega de la casa. José estaba al lado de su “novio” y de Silvia, quien tenia a su derecha a Maite y a Sergio. Mónica estaba junto a Alberto. La cosa se fue animando y todos tenían ya un punto majo, se reían de casi todo y se lo estaban pasando en grande, como todos esos días bastante desinhibidos. Lo que pasa que llegó un momento en que el juego se hacia algo monótono por lo que Mónica propuso una pequeña variación que a todos les pareció bien.

¿Porque no hacemos que el 4 y 2 sea un mandato que dice el que lo saca y se tenga que cumplir por narices? Quien se niegue ha hacer lo que se le pede se va a la calle, bajo la lluvia a quitarse el pedo.

Al único que le dio algo de apuro fue a Sergio porque conocía bien a su novia y tenia miedo de lo que pudiese llegar a pedir a alguien, pero lógicamente, al final cedió y aceptó la nueva variación del juego. Para Alberto era algo realmente cojonudo ya que podría pedir cualquier cosa a las chicas y tendrían que cumplirlo. Ya solo de pensarlo se excitaba.

Así que el juego continuo con un nuevo e inusitado interés. Empezó la ronda por Mónica, pero no fue hasta que se bebieron 7 repartidos vasos más cuando salió el primer 4 y 2. La afortunada fue Silvia que echando una mirada todos finalmente se quedó con José al que, y por se el primero, le dijo simplemente que se quitase la camiseta, entre el abucheo general del resto que les pareció algo demasiado suave. El juego continuo pero costaba mucho que el 4 y 2 coincidiesen por lo que Alberto propuso que tanto el 5 y 6 como el 1 y 2 también fuesen mandatos. El resto acepto ya que todos deseaban mandar algo a alguien.

Y la siguiente en tirar Silvia que casualmente sacó un 1 y 2 .

Bueno como el anterior os pareció algo chorra ahora quiero que mi hermanita y Maite se den un morreo de 30 segundos con lengua.- Alberto y Sergio gritaron afervorizados por el alcohol y el deseo. Las dos chicas la llamaron de todo a Silvia y José solo sonreía. Después de unos momentos de protesta jocosa y bajo la insistencia de los dos chicos y la hermana mayor, fue Mónica la que se acercó a Maite arrastrándose como una gata en celo por el suelo de la sala hasta llegar a la altura de su amiga, la cual cogió la cara de Mónica sin pensárselo dos veces y junto sus labios con los de la pequeña entrelazando las calientes lenguas e intercambiando saliva apasionadamente. Estuvieron así por algo mas de 50 segundos ya que nadie les decía que parasen, estaban embobados viéndolas como se comían la boca e incluso como Maite acariciaba las nalgas de Mónica. Incluso José se quedó petrificado viendo la pasión inusitada que gastaban las dos amigas. Hasta que Silvia salió del autismo colectivo y dijo que ya había pasado el tiempo. Después de unos segundos de silencio, Alberto empezó a aplaudir seguido de los demás espectadores lo que las dos chicas agradecieron encantadas.

El juego siguió entre el recuerdo de ese beso y los vasos de alcohol que seguían injiriendo todos. Las pollas de Sergio y Alberto estaban claramente hinchadas a través de sus pantalones cortos, lo cual no pasaba desapercibido para ninguno de los demás, con comentarios jocosos y en algún caso caliente. El siguiente mandato le salió a Maite con un 1 y un 2.

Vale, habéis gozado como enanos del beso que no hemos dado por lo que creo que ahora es justo que lo hagáis vosotros, no?- José y Alberto se miraron y con la mirada aceptaron hacerlo, pero Maite no había acabado- Quiero que José le coma la boca a mi chico Sergio mientras se acarician la polla el uno al otro durante 1 minuto.

Todos miraron a Maite alucinados, y acto seguido las hermanas gritaron de satisfacción y alegría ante tal sorpresa que les dejó a los chicos en trance, del cual salió Sergio décimas de segundo después para negarse rotundamente a tal petición.

¡¿Estas loca?! Pero como se te ocurre que voy a besar a un tío y además acariciarle la polla… ¿y tu eres mi novia? ¡¡Hay que joderse!!

¡Buhh fuera! – le increpó Alberto que le excitaba ver a su amigo comerle la boca a un hetero, aunque a esas alturas hasta el vuelo de una mosca le excitaba- Pues ya sabes lo que te toca si no lo haces. ¡A pegarte un chapuzón!

Venga cariño que será divertido además es muy excitante, es una situación que me calienta mucho, joder.- Le imploró Maite mientras se acariciaba sensualmente.- Hazlo por mi, que luego te lo voy a agradecer bastante.

Ante la insistentecita de todos incluido José que también le gustaba la idea de acariciarle la polla sobre todo, Sergio tuvo que ceder aunque no muy convencido. Así que José se acercó a Sergio y diciéndole que se tranquilizara acerco su mano derecha al paquete del chaval y con la izquierda cogió su mano y la puso sobre su polla, la cual estaba algo dura debido a la excitante situación, y poco a poco se fue acercando a los labios de Sergio hasta juntarlos sin abrir la boca.

Hasta que no os metáis la lengua no empieza a contar al tiempo, es con lengua o si no nada.- Impuso implacable Mónica.

Al principio no resulto tan excitante como el beso de las chicas, sobre todo por la cara de “asco” que tenia Sergio, que estaba completamente inmóvil mientras José no paraba de acariciarle la polla sobre el pantalón y juguetear con su lengua dentro de su boca. Pero al cabo de unos 40 segundos el chaval empezó a mover la mano acariciando el inmenso palo de José que estaba súper excitado, al igual que todos los demás, incluido Sergio que, aunque no lo reconoció, acabó gozando del beso y de la caricias.

Todos sabían o intuían como iba a acabar la tarde-noche pero querían seguir alargando esta situación que les gustaba y excitaba tanto, así que siguieron jugando al kinito.

Le tocaba al propio Sergio que no hacia otra cosa que acariciarse la polla sobre el pantalón, ya sin tapujos y a la vista de todos. Pero no fue hasta que le tocó el turno a Alberto cuando salió el 4 y el 2. Mandato.

Oye una cosa, si esto es kinito doble también debe ser mandato doble, no?

Eh, eh! Tranquilo, si? –le dijo José en tono jocoso- Lo suyo es que tengas uno como todos los demás.

Bueno, ¿y que mas da? Además es lógico lo que ha dicho. Doble Kinito, doble mandato, no?- respondió Mónica deseosa de que alguien le mandase algo otra vez, fuese lo que fuese. Todos aceptaron la propuesta de Alberto ya que estaban como Mónica, deseando seguir con este excitante juego.

Muy bien, entonces como primer mandato quiero que todos nos quedemos sin la parte de arriba, es decir, con el pecho al aire.- José se imaginaba algo así, aunque le extraño que los dejara a todos completamente desnudos. En esta ocasión no hubo ningún tipo de protesta y todos lo hicieron sin rechistar e incluso José que no tenia camiseta se quito el pantalón corto quedándose solo con unos bóxer que prácticamente no podían esconder su tremenda polla dura como las de los demás. Las chicas dejaron sus pechos al aire y las tres tenían los pezones duros como piedras y Maite se quedó solo con un tanga que se veía bastante empapado, lo que provoco el comentario de Mónica

Ya, como que a ti no te estará picando el coño, perra, que no paras de restregarte la pierna.- Le dijo Maite junto con la carcajada de todos.

Vale, y mi segundo mandato es… – interrumpió Alberto haciendo una pausa- Quiero ver como Mónica y Maite le comen las tetas a Silvia durante el tiempo que quieran.

Tu flipas tío, pero si es mi hermanita.- Protesto levemente Silvia que enseguida fue acallada cuando Maite que estaba a su lado se abalanzó sobre la teta derecha de su amiga y después llegó Mónica y empezó a morder el pezón izquierdo de su hermana con una lascivia impresionante a lo que Silvia solo pudo contestar con gemidos de placer y acariciando los cuerpos semidesnudos de su amiga y hermana. Y en un instante fue Mónica la que fue bajando su mano esta el ajustado pantaloncito de su hermana, donde empezó a acariciarle el coño sin dejar de saborear su pecho. Estaba claro que no era la primera vez que las hermanas disfrutaban de sus cuerpos mutuamente. Silvia se contornaba como una serpiente disfrutando de las caricias que les proporcionaban ambas, mientras Sergio y Alberto tenían los pantalones a reventar quitándoselos también y quedándose al igual que José en bóxer, quien había empezado a acariciar la polla de su amigo. Maite tuvo que detener los lametones que Mónica estaba proporcionando a su hermana después de unos 3 minutos, ya que aun no había acabado el juego.

Todo estaba a punto de estallar, pero todavía querían jugar una ultima ronda, ya que hacía que fuese más excitante el final que todos sabían que llegaría aunque ninguno lo decía. El siguiente mandato le toco a José con un 1 y 2. Era el que más estaba disfrutando de esta situación porque tampoco le ponía de sobremanera las caricias y demás de las chicas, por lo que el mandato que dio fue algo “light” viendo como estaban todos deseando que alguien lanzase la orden que hiciese arrancar la orgía.

Quería que todos se quitasen el resto de ropa que les quedaba “para poder contemplarnos sin nada encima”. Hubo un pequeño abucheo general pero el primero en quitarse el bóxer fue el tímido de Sergio, con el cachondeo generalizado de todos “mira el modosito, que lanzado va…” Le siguió su novia y el resto quedando para el final el propio José que cuando salió su polla dura a la luz todos se quedaron hipnotizados mirando semejante el falo, incluso Sergio que no le podía quitar los ojos de encima. Le media por lo menos 22cm y era bastante gorda. Silvia se mordía los labios mientras no dejaba de acariciarse el coño, totalmente liberado de su pantaloncito, mirando la tremenda polla de su amigo. José tampoco hizo nada para ocultársela un poco sino más bien lo contrario, se puso de pie y se acariciaba la polla ante la mirada de lujuria y deseo de todos los presentes.

Ya casi se habían olvidado de beber cuando les tocaba ya que estaban deseando que alguien lanzase un nuevo mandato e incluso estaban más pendientes de sus propios sexos que de los dados y el cubilete. Por fin le toco a Mónica, probablemente la que más caliente estaba de todas las chicas y en el fondo todos lo sabían por lo que contuvieron la respiración esperando probablemente el que seria el mandato final, siendo además un 4 y un 2 por lo que seria doble.

¡Muy bien, por fin me toca! Pues lo primero que quiero es ver escenas homo –Sergio tragó saliva pensando que le tocaría montárselo otra vez uno de los dos chicos. – Quiero que Albertito le coma esa pedazo tranca a José y que mi hermana se beba todos lo jugos del coño de Maite.

Dicho y echo, Silvia se abalanzó sobre Maite y empezó a comerle ansiosa los pezones llenándolos de su caliente saliva y poco a poco bajando hasta su sexo que podía sentir el calor que desprendía antes de llegar a él. Mientras Alberto miraba a José, sin saber muy bien si hacerlo, lo deseaba como un loco pero no las tenia todas consigo hasta que José le dijo “no te preocupes, sé que solo es sexo, y seguro que del bueno”. No le basto mas palabras para coger a José y ponerle de pie dándole un morreo impresionante y muy sensual que excitó mucho a la causante de ello, Mónica, que no paraba de acariciarse sin tener muy claro si mirar a los hombres o a las mujeres, lo que no era duda para Sergio que no apartaba la vista de su novia viendo como gozaba de la lamida de coño que le hacia Silvia. Maite estaba tumbada en el suelo bocarriba con las piernas abierta de par en par mientras Silvia le metía un par de dedos por el coño y no dejaba de jugar con su clítoris con la lengua e incluso se lo mordía cariñosamente. El ritmo de la follada de sus dedos era frenético e iba aumentando según el sexo de Maite iba expulsando mas y más jugos, permitiendo a Silvia meter un tercer dedo dentro de su amiga. Mientras tanto Alberto ya estaba de rodillas lamiendo y acariciando la polla de su amigo, la cual intento meterse en la boca para comérsela pero era realmente complicado por lo que optó por succionarle el capullo mientras no dejaba de pajearle lo que a José le estaba poniendo malo, le encantaba como lo hacia y no dejaba de acariciarle la cabeza, empezando un movimiento lento para follarle la boca a su amigo, quien la recibía ansioso sin dejar de masturbarse así mismo.

Silvia seguía follando a Maite con sus dedos hasta que esta no pudo mas y tuvo un delicioso orgasmo llenando de jugos la boca de su amiga que no quería dejar escapar ni una gota de ese delicioso brebaje. Viendo semejante escena Sergio ya llevaba un buen rato haciéndose una paja y manoseando las tetas de Mónica la cual no paraba de meterse un dedo en su chorreante coño.

Y por ultimo quiero que la polla de Alberto me reviente en dos y que Sergio se folle a José, que seguro lo esta deseando.- Acabo la segunda parte del mandato de Mónica y ya por consiguiente el juego, ya que acababa de empezar la orgía.- Vosotras dos hacer lo que os de la gana, os doy carta blanca.- Les dijo a su hermana y amiga.

Alberto dejo de comerle la polla a su amigo y se dirigió como un poseso a la boca de Mónica para comérsela como deseaba desde hace días, restregándole la punta de la polla por su hinchado clítoris, lo que la ponía mas cachonda si eso podía ser, moviendo su pelvis hacia el pene de Alberto, quien empezó a bajar por el cuello de su amante basándola, llegando a sus pechos y mordiéndole los pezones que estaban a punto de estallar. Mónica no podía soportarlo más, quería que alguien se la follase y tener un orgasmo o dos o los que hiciese falta. Cuando Alberto estaba llegando a su jugoso coño apareció Maite para tapar los gemidos de placer que salían de la boca de su amiga, dándole un beso igual de sensual que el que se dieron hacia un rato pero esta vez mucho mas caliente.

Silvia había dejado el coño de su amiga para acercarse a José que estaba de rodillas haciéndole una soberana mamada a Sergio antes de sentir su polla dentro de su ano, lo cual le ponía a mil, así como cuando Silvia empezó a chuparsela y aunque pareciese mentira consiguió meterse mas de la mitad en la boca lo que provoco una sensación de éxtasis total en José, quien tumbó a Silvia en el suelo, le metió su polla en la boca y se coloco a cuatro patas ofreciendo el agujero de su culo a Sergio. Este lo entendió a la primera y se la clavó de un solo golpe, empezando un bombeo suave al principio pero que se fue acelerando rápidamente. Era una situación nueva para los tres que nunca habían estado en esa situación pero les excitaba de sobremanera, no paraban de gemir y gozar de las caricias y embestidas tanto de unos y otros. José apoyó una mano sobre el coño chorreante de Silvia quien no dejaba de chuparle lo polla y empezó a moverse restregando su sexo en la mano de su amigo gay, que no paraba de gozar de las embestidas de Sergio en su culo, quien estaba realmente cachondo, no solo por estar follandose a un tío, lo que nunca se hubiese imaginado, si no porque le ponía a mil ver a su novia comerle las tetas Mónica, mientras esta era prenetrado por el coño por Alberto.

La pequeña del grupo tuvo un orgasmo escandaloso, gritando como una loca, mientras no dejaba de recibir la polla de Alberto y los lametones de Maite. Esta se acercó a la boca de Alberto y se la empezó a comer con deseo mientras este no dejaba de bombear en el coño de Mónica.

Quiero mas- le suplico Mónica sacandose la polla del coño y poniéndose a cuatro patas para que la follase por el culo.

Espera un momento cariño, que quiero ver como te folla el culo mi chico. –Le dijo Maite haciéndole un gesto a Sergio para que se acercara hasta donde estaban las dos quien sin pensárselo sacó la polla del culo de José y se dirigió hacia allí, clavándosela, al igual que había hecho con José de un solo golpe mientras veía la cara de placer que ponía su novia recibiendo los lametones en el coño de Mónica.

Alberto se acercó hasta la posición de José y Silvia y se tumbó sobre ella, restregando su polla por sus labios vaginales y besando tanto la polla de su amigo como la boca caliente de Silvia. Sin dejar de saborear ambas partes le metió su polla dura en el coño y empezó un ritmo rápido que provocaba que Silvia no pudiese seguir chupando la polla de José debido a los gemidos casi involuntarios que salía de su garganta. En ese preciso instante Sergio se corrió como nunca dentro del culo de la pequeña Mónica que tuvo su segundo orgasmo mientras unos segundos después se corrió Maite, Fue espectacular ya que en menos de un minuto se corrieron los tres llegando casi al éxtasis total.

Alberto de había incorporado un poco para poder clavársela mejor a Silvia a quien le botaban sus tremendas tetas sin un ritmo fijo y casi de forma cómica. Mónica quería mas así que llegó reptando hasta su hermana y empezó a comerle las impresionantes tetas. Unos instantes después Silvia llegó al orgasmo dejando todo el suelo de la sala lleno de sus jugos. Pero Alberto no se conformó con eso así que dio la vuelta a Silvia como un muñeco de trapo y puso su polla en la entrada de su culo.

“Si, cabron, follate el culo de mi hermana, joder” le animaba Mónica que estaba fuera de sus casillas deseando recibir mas polla en sus entrañas. Se tuvo que conforma con ponerle el coño a su hermana en la boca ya que José no estaba por la labor y Sergio aun no se había recuperado. Alberto se la metió hasta que sus huevos golpearon las nalgas de ella, quien lo recibió sin grito pero si con un inmenso placer rogándole que se la follase sin parar. Tampoco hacia falta que se lo dijera pero eso le puso mas “agresivo” así que se la folló sin piedad, destrozando su ano y durante un par de minutos sin parar. Hasta que José también quería su parte y se acercó a su amigo por detrás, comiéndole el ano antes de acercar su enorme polla al agujero de Alberto.

Este dejo de empujar sobre Silvia al sentir la lengua de su amigo en la entrada de su culo y relajando el ano y agarrandose a las tetas de Silvia esperó a sentir ese regalo de los dioses que tenia José, mientras, ante el momento de falsa calma Silvia comía con mas ganas el coño chorreante de su hermana todavía con la polla de Alberto en su culo hasta que José empezó a meter la punta de su polla por el culo su “novio”, lógicamente despacio, sin prisas, saboreando cada segundo de su mayor deseo, follarse a su amigo. Gracias al sudor que tenia el cuerpo de Alberto, el inmenso sexo fue entrando poco a poco sin que le doliese demasiado, mas bien todo lo contrario, gozando con cada centímetro que avanza dentro de él. Mónica se había levantado para acercarse hasta el culo de Alberto y ver desde cerca como recibía ese falo, lo que la excitaban como nunca hubiese imaginado. Silvia giro la cabeza buscando la boca de Alberto para que saboreara los jugos del coño de su hermana una vez mas, momento en el que lo polla de José no entraba mas en el culo de su amigo. Estuvieron unos segundos los tres quietos hasta que Alberto empezó a mover su culo hacia atrás recibiendo mas de la polla de José y a su vez sacándola del ano de Silvia. Poco a poco empezaron a seguir un ritmo de mete y saca lento que imponía Alberto a sus dos amantes, hasta que unos instantes después ya estaban follando con unos movimientos perfectamente conjuntados lo que provocó que Mónica y Maite tuviesen otro orgasmo acariciándose viendo semejante show quedando las dos exhaustas sobre el suelo, casi sin fuerzas.

Acto seguido y sin dejar de recibir las embestidas de José, Alberto se corrió soltando 5 calientes chorros de esperma dentro del culo de Silvia quien al sentir el semen dentro de su ano tuvo otro orgasmo cayendo al suelo desplomada del cansancio y Alberto encima de ella sin sacar su polla empujado por las embestidas de José, quien no paraba de bombear hasta que no pudo mas y sacándosela del interior de su amigo empezó a masturbarse delante de la cara se Silvia y Alberto llenándoles de cantidades indecentes de semen que cayo sobre sus labios, ojos, cuello e incluso pecho. Y haciendo un ultimo esfuerzo los dos se metieron la polla en la boca para saborear las ultimas gotas que salían de esa preciosidad.

Quedaron todos tumbados en el suelo, mirándose los unos a los otros con caras desencajadas por el cansancio pero con un gesto de satisfacción plena, esa satisfacción que te queda después de echar un maravilloso polvo, que en este caso fue una orgía.

Las vacaciones continuaron con mas historias, pero antes de continuar agradecería algún comentario si esta gustando o si es un rollo de la ostia.

Un abrazo y espero sus comentarios y sugerencias. Gracias

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