Soy una madre soltera de 34 años y el sábado pasado me sucedió algo increíble. Regresé a casa con las piernas todavía temblando de placer. Todo comenzó así:
En los últimos cuatro siempre me quedo en casa con mi hijo pero desde hace ya unos meses necesitaba una noche para mi, para salir, tomar algo y divertirme un poco así que el pasado sábado le pedí a una amiga que cuidara de mi hijo y ella lo hizo.
En realidad no sabía bien qué me pasaba, últimamente estaba nerviosa y un poco inquieta pero bien, me había acostumbrado a la rutina y no echaba nada de menos, a veces me acuerdo del sexo pero no es algo que conscientemente me estuviera preocupando.
En definitiva el sábado quedé con otra amiga en un bar del centro, hacía calor y me había puesto un vestido corto de color blanco, ceñido en el que se adivina lo que hay debajo pero no es transparente, no tengo el pecho demasiado grande aunque tampoco pequeño pero como si de una premonición se tratara no me puse sujetador.. ¿estaría yo pensando en algo sin saberlo? quién sabe… me puse un tanga semitransparente seda, unas bonitas medias y mis zapatos de tacón favoritos.
Llegué al lugar de la cita y a los cinco minutos un SMS, me habían dejado tirada, mi amiga no iba a venir y me encontré sola, lo peor llegó a los treinta segundos, comenzó a llover y comencé a caminar sola por la calle hacia mi casa pero de repente se puso a llover más y más fuerte y medio mojada me refugié en un portal. No pasó mucho tiempo cuando un hombre (por cierto muy atractivo) se refugió a mi lado, a un metro de distancia entonces me di cuenta de que mis pezones estaban duros, se salían del vestido y casi se adivinaban mis pechos, sin sujetador, sin protección y me comencé a sonrojar, en ese momento me di cuenta de que descaradamente el me miraba los pezones y entonces sentí lo que me había estado pasando todos estos meses; estaba algo mojada por fuera pero mi vagina comenzaba a estar húmeda por dentro, cuanto más me miraba él, descarado, más sentía yo los nervios bajo mi ombligo y más húmedo estaba mi coño, tanto que sentía como se me empapaba el tanga bajo mi vestido.
El desconocido se acercó a mi, yo hice como que me apartaba pero solo giré un poco mi cuerpo y sentí como me cogía por la cintura, su respiración en mi nuca y su polla enorme y erecta rozando mis nalgas, entonces me asusté pero en vez de huir restregué mi culo en esa polla dura que me pedía sexo.
Sentí su mano bajo el vestido y me dejé llevar, cada vez acercaba más mi culo hacia el, me apoyé en la pared y abrí mis piernas, sentí romperse mi tanga y su mano en mi coño y el calor subía entre mis piernas como la lava de un volcán, tímidamente le pedí que me follara pero el me giró, puso su manos suavemente en mis mejillas, y me invitó sin hablar a agacharme yo lo hice aunque estaba tan caliente que solo deseaba su polla dentro de mi pero cuando me agaché, su bragueta ya estaba desabrochada y su enorme polla estaba frente a mi cara y sin pensarlo me puse a chupársela y cuanto más lamía esa enorme polla más caliente estaba, no recordaba haberme sentido así nunca antes ¡estaba viva!
Me solté y me metí toda su polla en mi boca, casi no podía respirar pero el sufrimiento hacía que el placer fuese aún mayor, el me cogió entonces, me levantó por las piernas y me folló contra la pared, en menos de dos minutos ya me había corrido y entonces me dejó en el suelo, me puso cara a la pared y sentí como él restregaba su mano en mi coño y la llevaba hasta mi ano, lo lubricaba y metía un dedo dentro, me dio una sensación entre la lujuria, el morbo y el miedo yo nunca había tenido sexo anal y me temía que esa sería la primera vez……
Abrí mis piernas cara a la pared, dejé que el me posicionara y su polla entró en mi culo poco a poco, sentía un leve dolor pero estaba tan caliente y tan húmeda que aunque al principio no me gustaba demasiado la sensación volví a dejarme llevar y entones me penetró hasta el fondo, yo no podía dejar de gemir, me corrí una y otra vez casi pierdo el sentido sentí su polla salir de mi culo, su mano coger mi cara y su leche caliente caer por mis labios y entrar en mi boca, me la bebía como si fuese lo mejor que había probado nunca, el se subió la bragueta, yo estaba sentada con el vestido por la cintura en el portal, el me acarició la mejilla y se fue bajo la lluvia…
Bajé mi vestido, me arreglé el pelo y dejé el tanga en el suelo, roto y cuando dejó de llover me fui a casa, feliz, bien follada y relajada, era lo que necesitaba.
Madre soltera y un anal bajo la lluvia, 5.0 out of 5 based on 1 rating
0 comentarios
Publicar un comentario