La fantasía de mi esposo

FECHA: 8/01/2013
Mi nombre es Aracely, tengo 24 años, soy de estatura mediana, morena, muy piernuda, nalgona y de muy buenos senos, además soy muy guapa. Hace ya casi 2 años que estoy con mi pareja, Antonio quien tiene 26 años. Mi mundo de sexualidad experimental comenzó gracias a sus fantasías eróticas.

Hace ya tiempo, cuando estamos teniendo relaciones, él siempre habla de sus fantasías, las repite tanto que ya se me hacían realidad, las introducía en mi cabeza y éstas acababan convirtiéndose en una obsesión para mí. Una de ellas, era verme teniendo relaciones con otro hombre, su favorita y la que más repetía y todo me lo dice al oído mientras follamos, lo cual hacía que todas mis sensaciones se multiplicasen.

Aproximándonos al día de San Valentín me preparó una noche de sexo fenomenal. Inicio con unos suaves besos, caricias, lengüetazos, etc. Después sacó unas copas con vino e hizo que me las bebiera, unas saboreándolas, las otras con la finalidad de embriagarme rápido. Me llevó al cuarto donde está la computadora y nos pusimos a ver unos videos pornos donde el esposo grababa a su esposa teniendo relaciones con otro(s). Al verlos tocaba todo mi cuerpo, yo estaba muy caliente y me decía al oído: mira mi amor como se la mamás, como te come y te lame, como te la mete, como se viene en ti, cosa que me prendía aun más y más hasta que sentí como entraron sus dedos en mí. Hizo que me tomara botella y media de vino y le dije que ya no podía tomar más pues estaba muy mareada. Cuando le dije eso me llevo a la cama empezó a cuestionarme sobre los hombres que conozco, sobre quienes se me hacen guapos y con quienes me gustaría tener relaciones.

Al principio me daba pena contarle pero me insistía tanto que no pude contenerme y le conté de un compañero de mi salón: Hans (el Boss), es alto, moreno claro, de muy buen cuerpo, nalgas gorditas, es muy inteligente y me fascina verlo con ropa pegadita. Le mencione que con él, aunque estuviera casada, me fascinaría tenerlo dentro de mí, probar su pene, que se coma mi vagina, mis senos, que meta sus dedos dentro de mí, que me penetre por todos lados, lo que lo excito más y me pregunto que si lo que decía era verdad a lo que respondí ¡sí Hans!. Le platique a mi esposo que yo también le gustaba (o por lo menos eso creo) porque siempre está al pendiente de mi en la escuela, me lleva en su coche a las clínicas, me aparta lugar, etc. Al estarle diciendo eso, mi esposo me pidió provocarlo y yo le pregunte que si en verdad quería que hiciera eso y él me respondió que sí eyaculando dentro de mí.

Yo no hice caso a lo que mi esposo me había pedido, la verdad no lo recordaba. En otra noche de pasión me pregunto que si ya había empezado y le conteste que no, no me dijo más, fantaseamos (que para ser sincera me fascina) y tuvimos una noche de sexo fenomenal.

A la mañana siguiente le conté a mi esposo que habría un congreso en Mazatlán, y que me gustaría ir, le dije quienes irán de mi salón, pero que ocupaba que me patrocinara el viaje. No terminaba de contarle quienes irían de mi salón cuando se le dibujo una sonrisa de oreja a oreja al escuchar el nombre de Hans y me dijo: te doy todo lo que quieras y necesites para ese congreso pero con una condición, que empieces a coquetear con tu amigo Hans y se follen en Mazatlán, a lo que conteste: ¡es un trato! Aproveche cada momento en que me veía con Hans para coquetearle, le mandaba miraditas, mensajes por el celular diciéndole lo bueno que se veía y él me correspondía.

A un día del congreso tuvimos un examen de cardiología y quedamos de estudiar un grupo de amigos en mi casa; en el grupo, Hans por supuesto. Ese día por la tarde comenzó a llover por lo que cancelaron la tarde de estudio y yo estaba vestida con una pijama de short muy cortita. Pero resulta que llego Hans, se veía genial con su short y camiseta desmangada mojada, pegadita a su cuerpo y le resaltaban sus grandes músculos de los brazos. Me sentía un poco nerviosa por todo lo que había estado pasando entre nosotros, la casa sola, además que ya no lo esperaba, sin embargo nos pusimos a estudiar. En algunas cosas que no entendía se ponía detrás de mí para explicarme, se acercaba demás, rosaba su rostro con el mío y comencé a respirar más rápido de lo normal, se dio cuenta y me pregunto: ¿te pasa algo? No le pude contestar y me dijo te voy a revisar, tomo su estetoscopio y empezó a explorarme, sin querer al moverme, mi mano rozo su short justo donde se guarda su pene y lo note duro. No dijimos nada me volteo, me agarro las manos y me dio un gran beso, que me hizo me temblar. Me puse de pie y solo lo mire, él sonrío y me abalance a su cuerpo, me tomo de las piernas, me levanto y me recargo a la pared, a tal altura que su paquete quedo pegadito al mío donde comenzamos a besarnos como locos, yo tocaba su espalda, sus brazos, y Hans besaba mi cuello, y parte del escoté de mi pijama. Nos tumbamos en un sillón de la sala y empezó a tocar mi cuerpo con sus grandes manos, toco mis senos y los saco de mi bra, los empezó a besar con ternura lo que provoco que me mojara tanto que se me traspasaba la humedad, yo agarraba sus nalgas y las apretaba, después metió su mano por debajo de mi pijama y empezó a acariciar mi clítoris lo que me prendió más, bajo uno de sus dedos y al tocar la entrada de mi vagina pegue un grito fuerte que hizo que tuviera un orgasmo e involuntariamente junte mis piernas y su dedo grande me penetro. Lo abrace fuerte y él me dijo que me quería mucho, nos miramos a los ojos y nos besamos profundamente. En eso estábamos cuando se escucha el ruido del carro en el que venía mi esposo y rápidamente nos levantamos, Hans se fue a la mesa a seguir “estudiando” y yo me metí al baño para cambiarme de ropa. Al salir salude a mi esposo y le dije en el oído, él es Hans y sonrío.

Llego el tan esperado congreso, tuvimos las primeras conferencias y al término de ellas organizaron una fiesta a la que claro asistí porque ahí estaría mi Boss. Así que me puse un vestido negro con adornos blancos, muy cortito con encaje trasparente en el escoté, unas mayas de figuras a media pierna, una tanguita súper sexy que mi esposo me compro para este viaje y unas zapatillas. Hans pasó por mí en el hotel y al verme su expresión fue, mamacita, quien fuera vestido para tener tu cuerpo así de pagadito, y yo le conteste, pues has tu luchita y quien quite te conviertas en mas que un solo vestido.

En la fiesta bailamos de todo y aprovechábamos cada momento para darnos nuestros repegones. De repente me sentí mareada por tantas bebidas que había ingerido y Hans no perdió tiempo, se me acerco por la espalda, me abrazo por la cintura besándome en el cuello y me dijo: te deseo Aracely, Aracelyyy, yo sonreí, hice mis brazos hacia atrás tomándolo de su cabeza y empecé a moverme tratando de sentir su paquete y la sensación fue fabulosa. Salimos del antro como a las 2:30 a.m. y me acompaño hasta mi cuarto. Después de abrir la puerta me volteo para darle las gracias y me empuja hacia adentro, cierra la puerta, pone el seguro y me dice: terminemos lo de ayer y le conteste, porque quieres terminarlo si podemos empezarlo.

Me tomo la cara con sus dos grandes manos y comenzó a besarme y a decirme: hace mucho que me gustas, quise llegarte cuando te cambiaste de salón pero como te vi con anillo de compromiso no me acerque a ti, para respetar. ¿Eres Feliz Aracely?, me pregunto y yo le respondí: sí muy feliz. Y me dijo ¿por qué haces esto entonces? por amor respondí. ¿Me amas? cuestionó Hans. Y le dije: Por amor a mi esposo. Gracias a él y al amor que le tengo es que estamos disfrutando de esta noche y de las próximas que podamos disfrutar. Hans dice: Entonces ¿él sabe? Sí, él sabe que estaremos juntos esta noche, porque yo también te deseo Hans, en varias ocasiones en las que he estado follando con mi esposo he pensado en cómo me besarías, cómo me tocarías, a qué sabrá tu pene, cómo te comerías mi vagina, cómo me penetrarías por todos lados. Entonces sentí un fuerte apretón y me dice Hans: pues esta noche Aracely lo descubriremos.

Bajo lentamente el cierre de mi vestido, sin quitármelo, beso toda mi espalda; mi tanga ya estaba muy húmeda por las sensaciones que tenía. Puso sus brazos sobre mis hombros y me quito el vestido de una forma lenta que me ponía mas cachonda, me acaricio los brazos y las piernas besándolas hasta llegar a mis nalgas las cuales mordía y lamía con suavidad, me desabrocho mi “bra” lo retiro y tomo mis senos grandes acariciándolos alrededor de mis pezones sin tocarlos mientras besaba mi cuello, después me cogió entre sus fuertes brazos y me recostó boca arriba sobre la cama, se quito su camisa y vi ahora desnudos sus hermosos pectorales, su abdomen, sus brazos fuertes, los cuales empecé a besar y acariciar mientras el besaba mis senos, con sus gruesos labios, se paso al área de mis piernas, las alzo y las reposo sobre sus hombros, con sus manos me retiro la tanga, se bajo y empezó besar mi clítoris, mi vagina, dándome el beso negro en varias ocasiones; me sentía en el paraíso. Se puso de pie para despojarse de la ropa que le quedaba y fue realmente sorprendente el verle el pene blanquito y muy grande. Di un salto y me hinque a sus pies para mamárselo. Lo introduje en mi boca y Hans grito de placer. Lo tumbe a la cama, le quite la ropa que no deje que se sacara y bese sus fuertes piernas hasta llegar a su pene, empecé por acariciárselo y le dije: Esta noche mi Boss yo soy toda para ti y tú todo para mí. Tome con mis labios sus gordos testículos y los intercambiaba por mi boca con mi lengua mientras le acariciaba el pene con mis manos, después lamí su largo pene hasta llegar a su glande besándolo y recorriéndolo con mi lengua. Me subí a la cama y me puse arriba de él para que él también se deleitara con mi vagina. Hicimos un grandioso 69. Estábamos en eso cuando Hans mete uno de sus dedos en mi colita y eso me prendió tanto que hizo que introdujera todo su pene en mi boca lo que a él también lo prendió y se vino dentro ella. Sentí fuertes chorros de líquidos calientitos pasar por mi garganta y yo se le exprimía como si no quisiera que se acabase.

Me hizo para un lado para incorporarse, y empezaron de nuevo, los besos, las caricias, y entre la calentura me dijo Hans de nuevo: te quiero Aracely, pero no solo de una noche, y yo le conteste: amo a mi esposo, pero yo tampoco quiero que seas solo de una noche mi Boss, te prometo que habrá más. Me movió de tal modo que me puso en cuatro patas, me abrió poquito y empezó a mamarme la vagina, y de repente sentí que algo grueso, caliente y largo entraba en mí, lo que hizo que apretará las sabanas y diera un fuerte grito: ¡Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaans!!!. Él lo hacía lento y rápido, moviéndose muy bien y yo le decía: no pares mi Boss, dale más, dale más Boss!!!. Me levanto y me tomo entre sus brazos y así, suspendida en el aire me penetro y yo me movía rápido tratando de que me penetrará lo más profundo posible. Tumbados de nuevo en la cama las grandes bolas de Hans  golpeaban mi colita lo que me excito y sin pensarlo exclame: por todos lados mi Boss. Hans entendió claramente y sacó su pene de mi vagina, mojo uno de sus dedos y lo introdujo en mi culito, lo movía en círculos rápidos con la finalidad de dilatarlo bien, lo saco, mojo su dedo de nuevo pero acompañado de otro y los metió, yo solo le decía más mi Hans!!!, maaaaaaaaaas mi Hans!! aaaaaaaaaaaah!!!. Acerco su pene a mi boca y se lo mame, lo retiro y me dijo: lista mi amor, para viajar a un mundo que no has conocido? Asentí con la cabeza y la empezó a meter muy despacio, solo sentía como se separaban mis glúteos para dar cabida a semejante majestad. Ya con su pene adentro el espero acariciándome y diciéndome que era muy hermosa, que le gustaban mis piernas, mis pechos, mis ojos, mi voz, mi piel y que le gusta verme con el uniforme pues lo excito mucho, eso hizo que comenzara a moverme y fue la señal para que Hans empezará con el vaivén. Los sonidos que se desprendían de tal acción eran fantásticos, Me volví loca al sentirlo dentro de mí. Él me repetía mucho: te amo Aracely, te amo mi amor, quiero estar por siempre contigo. Me lo repitió tanto que le conteste: yo también Hans. Me sacó su paquetote, me sentó arriba de él y lo volvió a meter por mi colita. Mientras lo metía y sacaba acariciaba mi clítoris y mis pechos, yo sentía no tener fuerzas, parecía que me iba a desvanecer. Gemía muy fuerte y gritaba su nombre ¡¡¡Hans!!! ¡¡¡Hans!!! ¡¡¡HAAAAAAAAAAAAAAAAANSSSS!!!, sin importarme que mis compañeros en otros cuartos se dieran cuenta de que me estaba follando Hans. Me saco su pene y fue a lavárselo, al regresar lo puso en mi boca y se lo mame hasta ponerlo ahora más duro de lo que ya lo había visto. Se recostó sobre la cama y yo lo monte mirándolo de frente, me agarro los senos y los empezó a apretar y a pellizcar suavemente, metí su pene en mi vagina: aaaaaaaaaaaah Hans!!!!!!!!!, dale más duro, más profundo mi Boss, máaaaas, maaaaaaaaaaasss!!! Al escuchar eso nos venimos los dos, yo sentí como su semen caliente salía de él y chocaba dentro de mí. Al sacar su pene me fui sobre él y se lo chupe hasta dejarlo seco. Nos quedamos recostados, el me acariciaba, me besaba, jugaba con mi cabello y me repetía te amo Aracely, hasta que nos quedamos dormidos.

Hace dos días que regresamos del congreso y extraño a mi Boss. Extraño tenerlo dentro de mí y ser suya. Ya planeamos vernos este fin de semana en un motel de Culiacán, pero ahora mi esposo Antonio nos acompañara; dice que como espectador, a ver si lo convenzo de participar.

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