Ana Laura

FECHA: 8/01/2013
El vecino de la muchacha la entra en su casa una noche en que viene como sonambula tras una cita con su novio y en la intimidad de la habitacion penetra su ano virgen.

Eran las 10:00 de la noche y al llegar tan tarde a casa, mi mujer me recibio con un plato de comida, deliciosa como siempre. Mas tarde, al salir al balcon a reposar vi un coche detenerse enfrente de la casa.

Era Ana Laura, la hija de la vecina que llegaba tarde con su novio. Eran las 11 de la noche y a esa hora mi mujer estaba dormida profundamente, cansada por la fatiga de trabajar todo el dia en la oficina y de paso llegar a cocinar a su marido. Estaba alli afuera fumando un delicioso cigarrillo y pude notar que demoraba en bajarse la chiquilla, por lo que intui que la despedida era como la de cualquier adolescente de 17 años. Me sonrei recordando mis tiempos de juventud apasionada… Recorde como Ana Laura, la hija de mi vecina, siempre me sonreia, incluso desde que llegue por primera vez a alquilar el anexo de la casa de sus padres. Recuerdo que tenia 15 años y acariciaba su gato acostada descalza en un sofa, mientras me miraba con inteligencia y picardia, a la vez que sonreia como diciendome lo mucho que adoraba su gato y lo mucho que le gustaria que me quedase con el anexo.

Yo ajuste los terminos del contrato con su madre y decidi quedarme con el piso sin pensarlo mas tiempo. Su madre era simpatica y muy agradable, pero muy dura y disciplinada con la hija, lo que hacia que la chica fuese muy despierta, lista y de caracter maduro. El padre trabajaba casi siempre fuera, en el extranjero y pasaba poco por casa. En estos dos años que han transcurrido, lo habre visto unas 10 veces y conversado unas 3. Tambien en esos años, habia visto a Ana Laura subir y bajar infinitamente las escaleras de la puerta principal de la casa hasta su puerta. La mia daba de cara a la ellos a lo largo de un pasillo comun, pero siempre habia que pasar por la principal para acceder a ambas casas. En muchas ocasiones habia conversado con Ana Laura sobre sus clases, sus amigas del colegio y pequeños problemas con sus materias.

Todo esto mientras pagaba el recibo a su madre, ayudaba en alguna faena de la casa de ellas o simplemente pedia prestada la lavadora para lavar la ropa. Alguna vez la habia visto en bikini o en pantys cuando bajaba a secar la ropa o a colgarla en el tendedero. Desde el primer dia hasta hoy, siempre habia tenido un cuerpo blanco, terso y bien formado. De manos y pies de mujer y mirada inteligente, muchas veces hasta seductora. Con el pasar de los dos años de mi estancia, su cuerpo se habia templado y particularmente sus senos se habian formado redondos y firmes, dejando entrever una aureola bien formada, pero muy adecuados para sus 17 años. No negare que alguna vez confundi su estampa con la de una mujer, y lo era ya mucho con apenas 17 años.

Lo cierto es que era hermosa con sus cabellos largos y con rulos, unas piernas largas y proporcionadas para su pequeña estatura y unos brazos, manos y pies de porcelana que me encantaba mirar cuando andaba descalza entre el pasillo y su puerta de entrada. En mi opinion de mas chovinista, lo mejor de todo era su culo que me hipnotizaba cuando ella no se daba cuenta al entrar y salir de casa en todo este tiempo. ¿o se daba cuenta?.

En esos pensamientos estaba cuando vi que la puerta del coche se abrio y salio Ana Laura, con un vestido negro que dejaba ver todo el muslo al bajar. Iba con tacones y fue cerrar la puerta del coche para que este saliera a toda leche del estacionamiento. Algo habia sucedido. Caminaba como dando saltitos y se notaba incomoda con los zapatos, quiza la falta de costumbre de andar con ellos. Oi como subio las escaleras y sacaba sus llaves para abrir la puerta principal.

-Buenas noches- dije desde mi balcon. -Mmmm, ¿ah? -oi murmurar-

Algo iba mal, ya que no acertaba a abrir la puerta y al final sus llaves cayeron y descendieron 3 escalones. Desde donde podia ver, intento agarrarlas, pero cayo sentada de culo en el primer escalon.

Deje transcurrir 20 segundos y al ver que no se movia decidi salir a ayudarla. Pense que quiza estaria borracha o enferma, asi que cerre la puerta del dormitorio, verificando que mi mujer dormia profundamente. Fue en este preciso instante donde reconoci la situacion en la que me hallaba, y mi corazon empezo a latir rapidamente y a pensar desordenadamente.

Mientras abria y cerraba la puerta de mi casa, senti unas mariposas en mi estomago por lo que mi lado sexual empezaba a tramar y a imaginar. Descalzo, en bermudas y sonriendo, abri la puerta principal y Ana Laura me miro desde donde estaba sentada. Una tira de su traje se habia caido y dejaba ver su sosten de color negro que hacia juego con su traje. Le mire el amplio escote que oprimian sus dos senos y que los empujaba irreverentemente hacia fuera. Pase por sobre ella, recogi las llaves y le pregunte: -¿que sucede,… te sientes mal?

Ella solo asintio y estiro los dos brazos hacia mi, y sin dejar de mirarnos la sujete por sus suaves brazos y la levante dejandola sobre el escalon. Luego, como siguiendo con el impulso inicial, la sujete por la cintura (muy atrevidamente) y la puse del otro lado de la puerta. Le guiñe un ojo, casi por acto reflejo, para aliviar la tension sexual que tenia ese momento. Aqui senti como mi sexo empezaba a aumentar de temperatura y a coger tamaño considerablemente. Ana Laura, se sostenia con dificultad de la puerta e intento continuar hacia su casa, sin prestarme atencion.

Desde donde estaba podia ver su cuello largo y moreno, con los vellos arremolinados que se sumergian bajando por la espalda. Dio dos pasos y se quito los zapatos de tacon con los mismos pies y se acomodo la tira del vestido como quien se ve ante un espejo. Yo mientras tanto, cerraba la puerta y con sus llaves abria las de su casa, haciendome sentir como el novio que entra por primera vez a escondidas a casa de su novia. Ella seguia de pie, sin decir nada, pero sus ojos expresaban que estaba lucida y mas bien parecian pensativos. Le ofreci mi mano y dado que conocia la casa, la lleve hasta su habitacion sin resistencia por parte de ella. Mi estomago no paraba de dar vueltas, me sentia mareado, como nunca me habia sentido. Aquella casa me miraba y mi conciencia sabia que Ana Laura era en aquel momento para mi, un refugio que siempre habia buscado sin saberlo… ella sin darse cuenta, al entrar a su cuarto no me solto la mano, y una vez adentro yo con la otra instintivamente cerre la puerta, quedando totalmente en una semi-oscuridad que me excito y asusto tremendamente, todo a un tiempo.

Ella se sorprendio y quedo suspendida entre el ultimo paso que habia dado y el que queria dar hacia la cama. Pense que me habia equivocado en mi accion al cerrar la puerta y se habia roto el encanto. Pero ella solo solto mi mano y se acosto boca abajo en la cama sin decir nada. Esto me dejo sin aliento. Observar su figura entera, desde los pies desnudos, sus divinos tobillos, los gemelos, el muslo descaradamente arqueado, su culo prominente y perfecto amoldando el vestido que en el medio se metia como entre dos montañas descubriendo sus redondeces.

Aquella cintura pequeñita, sus hermosos y apetitosos senos que se dejaban adivinar, los brazos que indicaban el camino a recorrer hasta su cuello… y al final sus bellos ojos abiertos, lucidos y que me invitaban a la locura sin expresar nada en concreto. Fue alli cuando perdi la nocion de todo lo que me rodeaba, solo hice lo que mi palpitante corazon deseaba, me acerque a la cama y tome sus pies delicadamente y recorri toda su planta con mis manos, me detuve en los talones que eran suaves, como un algodon. Muy diferentes al tacto mas dura y ajada que tienen incluso las mujeres de 20 años, desde que usan tacones. Aquellos pies eran mullidos, claros y limpios. Me entretuve un buen rato acariciandolos. Luego resbale mis manos por sus piernas hasta llegar a los muslos siempre por la cara de atras, la parte mas suave al contacto. Se sentian calidos y duros. Todo lo que oprimia con mis grandes manos, volvia a su lugar de inmediato, todo suavidad y firmeza como un junco.

Ella no estaba rigida, ni asombrada por mis caricias, mas bien sus piernas se movian como danzando con mis manos y su piel se erizaba agradablemente en sus zonas mas sensibles. Desde alli, y como una flor joven y ansiosa de beber sus piernas se fueron abriendo solas y ella seguia boca abajo. Con una de mis manos recogi el vestido hasta su cintura, dejando sus redondas nalgas al aire revestidas por unas pantaletas de color negro, que se introducian un poco en su canal. Casi de inmediato, y como si todo fuese a desaparecer de repente quise contemplar su culo desnudo y virgen. En un instante, saque sus pantys y las lance lejos. Primero empece a acariciar sus firmes gluteos, sintiendo primero los vellos transparentes y luego; mas adentro los oscuros y mas firmes. Luego la caricia se convirtio en masaje, como si de un experto en relajacion se tratase.

Ella abrio aun mas sus piernas, lanzando un suspiro profundo y relajandose al maximo sobre la cama. En ese momento, mientras abria y cerraba sus nalgas lentamente, me percate de mi sexo. Estaba como nunca lo estuvo. Como una serpiente tensa, dispuesta a morder y anhelante de refugiarse en una cueva. Al sentir esta fuerza incontenible en pocos segundos me puse de pie sobre la cama, me desnude completamente y cai sobre sus piernas excitado como nunca y con mi verga placenteramente aireada. Era como si respirase.

Segui acariciando sus nalgas y podia ver su ano pequeño y rosado, perfectamente limpio y humedo por el calor que desprendiamos los dos. Sin pensar en otras posibilidades, puse mi desproporcionado capullo sobre su aura mas rosa, dispuesto a dar una estocada lenta y divina. Ella paso de los suspiros a los jadeos bajitos y repetidos. Sabia lo que tenia en su puerta de atras, aun sin ver a mi orgulloso animal. Ella preparo su cueva, subiendo sus manos y, quedando tensamente apoyada en su pecho y sus rodillas como quien quiere sujetarse con fuerza, abrio firmemente con ambas manos sus redondas nalgas, dejando un agujero apetitoso, estirando su aura de placer que era imposible de resistir. La primera embestida a Ana Laura… nunca, nunca, nunca la olvidare… con una mano sujetaba mi polla hinchada, para empujar con precision y con la otra aprete una de sus delicadas manos.

He de confesar que mi virilidad estaba en su punto maximo, ya que alli estaba yo, un tipo normal, pero con una sensacion que no era de este mundo, con una niña-mujer de 17 y un cuerpo de diosa abierto, caliente y en movimiento frente a mi, por otra parte mi sexo se veia enorme al posarse sobre la entrada de Ana Laura. Sus dimensiones eran del todo fantasticas a mis ojos, ver aquel mastil oscuro recostado a todo lo largo y rozando su tibia piel. El contraste era insultante. Asi que mientras mi polla convulsionaba de placer, la fui empujando centimetro a centimetro, sintiendo como todo mi cuerpo se apoyaba en ella, estaba como en el aire y solo era capaz de sentir a traves de mi piton voraz que se inundaba del calor interior de Ana Laura.

Todo esto sucedia, mientras sentia un alivio en mi estomago que se contrastaba con el placer que sentia en mi verga siendo apretada por esa calida recepcion que me estaba regalando el culo de Ana Laura.

Ella se tenso como una gata lista a saltar, y el tener mi miembro dentro de ella, aflojo su pequeño esfinter todo lo que pudo permitiendo que mi empuje fuese mas rapido… implacablemente fui introduciendo mi durisimo, pero suave pene; estimo que a 1 cm por segundo…1……2…….3……4……5……6……7……8……9……10…, estaba dandome el gusto de incluso ensanchar por momentos y a proposito mi miembro ya al maximo, haciendo dar pequeñas convulsiones a mi imprevista amante adolescente…11……12…..13…..14…..15……16….. llegado este punto, ella estiro sus brazos por encima de la cabeza mientras se oia un gemido delicioso: -”mmmmmmmm” de placer reprimido y en cierto punto abrio sus manos al maximo, casi desesperadamente…..17…..18…..19….. Llegado un punto, deje de meterlo y senti como toda ella se relajo de golpe, cayendo sus rodillas rendidas y sus rigidos muslos se desplomaron sobre la cama, por lo tanto quedo sostenida por mi poderosa serpiente.

Esto me puso a 1000, y decidi retroceder hasta sentir que ya no quedaba carne para sostenerla….18….17….15….13….10….8, pero aun asi era suficiente soporte. Todo sucedia muy despacio, ambos saboreabamos ese momento como si fuesemos a morir al siguiente minutos…. Alli me vino a la mente todo tipo de frases para decirle, pero sabia que no era apropiado. Solo en mi mente, me decia a mi mismo “te estas empalando la gata mas rica, deliciosa y cachonda del mundo” o imaginaba que le preguntaba a ella “¿te gusta sentir mi verga poderosa mientras te enculo una y otra vez?”. Pero no dije nada. Solo me excite un poco mas y empuje otro poco……10….15….. en este momento me senti como un titiritero que sostiene a su marioneta con los hilos, solo que yo sostenia a mi joven amante con mi enorme polla…. estaba tan relajada, sus muslos estaban mojados y al voltear a mis espaldas recorri con mi vista sus largas piernas hasta sus pequeños dedos de los pies.

Aqui solte su mano, y manteniendo la posicion, rapidamente la sujete por la cintura con mis dos grandes manos y en un mismo instante, y bajo el impetu del deseo, se la meti descaradamente con la clara intencion (para ella) de metersela completa hasta el fondo… 16….17……..18…….19……..20……..21……..22…….. No me importaba mi dolor o el suyo, aun cuando ya sentia como si se rasgase algo por dentro. Mi serpiente lo necesitaba. Pedia el roce de su torso contra su carnosa cavidad estrecha y su palpitante presencia. Asi que decidi que reptara sin descanso hasta tocar el fondo.

Era demasiado para ella, aquel cincel perforando su canal y ensanchandolo segun iba siendo devorado. Y alli descubri lo mas placentero de todo el sexo que habia disfrutado en la vida. Era como si su ano, su cueva mas estrecha y caliente, su culo perfecto y virgen durmiera mi animal interno, durmiendo a mi gran polla, como si la hipnotizara para que llegase al fondo. Dejandola abrir camino, amoldandose a sus palpitos y dejando espacio para todo su peso. Asi fue mi sensacion hasta tocar sus entrañas. Al estar al completo, al limite, de repente yo salia del letargo y retrocedia hasta la puerta de la cueva…. para empezar todo de nuevo. ¡Que gusto!… era como crear una obra de arte, como pintar dentro de ella, como hacer reir ambos cuerpos.

Ella se dejo hacer todo lo que quise y ya no reconocia si gemia, lloraba o sonreia, solo sentia su piel por dentro y por fuera, y yo me sentia dueño de ella, toda para mi, 17 años para mi, su cuerpo esbelto todo para mi. Luego de 10 minutos seguidos de reptar potentemente, crecerme y re-crecerme dentro de ella, saque mi vibora purpura incansable y la coloque en el medio de sus dos blancas y sudadas nalgas, como si estuviese durmiendo en un lecho mullido y caliente. Ella lo agradecio con un suspiro y un pequeño ¡uhhhhh! Que me sono a gloria y a unas gracias… Se relajo al completo quedando totalmente tumbada boca abajo. Como estaba desde el principio.

Habia sido mucho esfuerzo para ella, para su culo y de seguro, para su corazon. Pero mi corazon seguia agitado y mi estomago de nuevo se intranquilizo. Sabia que podiamos hacer mucho mas con este cuerpo que me rejuvenecia y este pene extraordinario potenciado como nunca. Ana Laura, aun no habia dicho ni una palabra. Pero sus movimientos antes y ahora me decian que estaba feliz. Contenta como una gata jugando con su cordel. Y fue entonces cuando me acoste completamente sobre ella hasta poner mi boca sobre su oido. Aparte sus cabellos mojados por el sudor (toda ella estaba empapada) y con mi respiracion agitada y mi pene retozando palpitante entre sus nalgas le dije suavemente, en un ronco susurro: “eres mi gata preciosa, para siempre”.

Pude ver como ella sonrio. Animado por su sonrisa, movi mi polla entre sus nalgas y podia sentir hasta el ritmo de las venas que sobresalian de mi verga palpitando sobre sus dos monumentales gluteos. Ella, empezo a dar pataditas muy despacio, como si estuviese nadando, pero lo cierto es que su placer era tanto y su inmovilidad tan extrema (debido al peso de mi cuerpo sobre el de ella) que solo podia moverse de esa manera para que su culo acariciara mi sexo de alguna manera y asi danzar de nuevo. Nuevamente el deseo me nublo la razon y le solte con voz un poco mas clara: “seras mi gata toda la madrugada y siempre, asi que preparate” y simultaneamente, sin avisar, sin pensar en nada meti profundamente mi capullo dilatado y engrandecido por su sonrisa sostenida, derecho por todo el medio de su ano, y detras de mi glande, el resto de mi columna suave y rigida… mi ariete entro todo de una sola vez y sin considerar que estabamos en una posicion relajada que no permitia acomodo mejor.

Fue fabuloso, para mi corazon… ¿como describir ese segundo?… Tambien fue increible sentir su espalda arqueada sobre mi pecho. A duras penas alcance a apoyarme en los codos, pero algo que me sobrepasaba controlaba mi serpiente anhelante, aquella polla se hizo nuestra dueña y señora de la situacion, era un super miembro, que no dejaba de regocijarse por el calor de ese divino culo. Sentia como lo estiraba por dentro con el solo calor que expelia mi grueso pedazo en su desvirgado culo. Algo nos unio para siempre, en ese momento. La carne se hizo espiritu y la sensacion fue de ser uno solo, con una vida interior generandonos el maximo placer. No se detenia mi dulce y purpureo ariete en sus acometidas al ya masajeado culo de mi gata. Una y otra vez… me excito la vision de verme en esa en la que solo se veria levantando mi trasero, cayendo freneticamente una y otra vez sobre el delicado y resistente cuerpo de Ana Laura.

Llegado un punto, mi dilatado y largo falo resbalaba facilmente dentro del ano de Ana Laura y dejando que el placer fuese extensible hasta sus nalgas, asi que me salia de ella, (con la respectiva sensacion de aire fresco en mi piel) acariciaba la cumbre de sus gluteos con mi ancha cabeza hasta posar suavemente mis huevos sobre la piel de su trasero, para luego resbalar furiosamente y hundirme de placer en su agujero infinito y ya distendido. Un agujero experto, jugueton y feliz; casi sublime. Su culo tambien sonreia como ella, de eso no habia duda. Mientras tanto, ella se movia con sus pies y pataleaba con mas fuerzas. A su boca, fue a parar una parte del vestido que mordia furiosamente mientras duraba nuestra batalla sagrada. Mis brazos tambien se estiraron imitando a los suyos y entrelazando nuestras manos. Que suaves, calidas y delicadas. Nunca habia deleitado de esa forma a una mujer.

Nunca un hombre encontro un refugio mejor. Luego de otros 15 minutos de perforar cariñosamente, de agrandar su aura anal y acariciarla una y otra vez por todas partes, senti desde la base de mi pene, un recrecer de mis testiculos y como si un millon de plumas me hicieran cosquillas desde la base del falo hasta la punta… sabia que me vendria pronto y queria que ella lo supiera, aun con su corta experiencia. Asi que aun sintiendo que me reventaba le dije: “preparate mi gata para lo mejor, tu leche cremosa toda para ti”… me senti su dueño diciendole esto. Ella solo abrio su boca de excitacion… en ese instante mi pene aumento considerablemente su grosor y busco el mejor de los refugios… el final de la cueva… siempre supe que la tuve mordida, atrapada en toda su humanidad, pero esto era la demostracion de quien era el dueño de la situacion, algo que surgia de mi sexo y acababa en sus entrañas… eramos el macho y una suave y dulce gata disfrutando juntos.

Me hundi en ella abriendo al maximo sus gluteos y aplastandolos lo mas que podia. Ella se abrio lo inimaginable, se intuia el maximo placer que recorria su cuerpo. Podia sentir sus temblores en las piernas… y asi fue como disfrute para siempre, en el universo, mi roce desesperado en sus entrañas bajando hasta el limite, a la vez que por fin, un chorro a presion y profundo, un rio de lava cremosa se descargaba con fuerza, bañando todo su interior y aumentando la presion de la piel, dejando su boca llena de saliva, su culo lleno de esperma rebosada y su cuerpo bañado en sudor.

Descargue mi semen como un animal en celo, como un toro de lidia, como un caballo semental, mi verga fabulosa tomo vida propia e involuntariamente descargo una y otra vez todo su interior… desde los huevos hasta el mismo agujero senti el placer y como este se precipitaba a extenderse por ambos cuerpos. Asi estuve por unos inexplicables 45 segundos, eyaculando y eyaculando al universo, reptando a los lados de mi amante, acariciando el interior de mi gata amada y abrazando con fuerza inusitada un cuerpo joven y delicioso.

Una vez terminadas las convulsiones, cai sobre su espalda y ella cerro su boca pequeña, roja y temblorosa. Aun mi miembro estaba dentro, y sus nalgas vueltas a su tamaño real se encargaron de empujarme hacia fuera. Quedo un hilo de semen que unia mi piton dormida y su cueva exhausta.

¿Como imaginar que existiese tanto placer?, ¿que haria ahora, para perpetuar ese momento?

Vi mi reloj y eran las 11:55 de la noche.

Me levante algunos centimetros por encima de ella y me deje caer recostandome de lado hacia donde daba su cara. Ana Laura tenia los ojos abiertos y pude adivinar que solo los cerro una vez en toda la noche y fue en el cenit de nuestro acto recien realizado.

Nos quedamos viendonos sin hablar, solo mirandonos y sonriendo.

De improviso una de sus manos abrazo delicadamente mi polla aun caliente. Ver su mano blanca acariciando mi morena verga me hizo sentir suyo para toda la vida. Luego su otra mano vino en auxilio de la otra y entre ambas intentaban determinar el peso de mi falo semi-erecto. Sus ojos se hicieron mas grandes, para cerrarlos mientras daba suaves caricias a mi sexo. No era una niña de 17, ni yo un hombre casado. No era una inexperta. Ni yo un ser omnipotente.

Era mi gata. Y mi serpiente, estaba entre sus manos suaves, preparandose para un nuevo encuentro. Eran las 12:00 de la noche.

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