Yo me encontraba toda nerviosa, con el coraz?n que parec?a que se me quer?a salir por la boca, debido a la gran carrera que hab?a pegado, para llegar lo m?s pronto que pude a ese lugar. Fue cuando el tipo ese, que me dijo que se llamaba Esteban, me pidi? que me calmase, y que lo acompa?ase a sus oficinas, en donde yo supon?a me encontrar?a con la joyita de mi hijo. Pero una vez que atraves? la puerta de la oficina y el tal Esteban la cerr? tras de m?, me di cuenta de inmediato que Carlitos, no se encontraba en ese lugar.
Yo de por s?, ya me encontraba bien nerviosa, pero al no ver a mi hijo, y darme cuenta la manera en que el tipo ese me miraba de pies a cabeza, como queri?ndome desnudar con los ojos. Me indign?, y comenc? a reclamarle explicaciones de cu?l era la raz?n de que me llamase a casa, y de manera tan brusca me exigiera que estuviera de inmediato en sus oficinas. Yo iba a seguir reclam?ndole, cuando ?l simplemente, tras prender un monitor, y poner a correr un video en su computadora, me hizo se?as de que me sentase.
El video comenz? a correr de inmediato, y en el yo pude observar claramente como mi hijo Carlitos, ocultaba entre sus ropas, un par de botellas de ron. Y luego en otra c?mara pude observar como trat? de salir del Supermercado, sin pagar esa mercanc?a. Por lo que una vez que atraves? la puerta que da a la calle, fue detenido, por el guardia de seguridad del negocio, en compa??a del tal Esteban.
Yo me mor?a de la verg?enza, aunque quisiera negarlo, en el video pod?a ver de manera bien clara y sin lugar a dudas, de que mi hijo rob? esas bebidas. Tratando de salirme por la tangente, es decir sin aceptar los hechos, le pregunt? al tal Esteban que cuanto era lo que le deb?a. Fue cuando ?l, me pas? una factura, dici?ndome. Durante toda este mes su hijo Carlitos, nos ha robado un total de unas cincuenta botellas de diversos tipos de bebidas, lo que suma esa cantidad.
Yo me qued? boquiabierta, sin saber que decir. Hasta que el hijo de la gran puta de Esteban me continu? diciendo. Sabe se?ora Rita, yo pensaba llamar a los polic?as y entregarle a su hijo, pero cuando lo vi llorando, como un ni?o peque?o, y pidi?ndome que por lo que yo m?s quisiera, que no llamase a la polic?a, digamos que se me abland? un poco el coraz?n. Pero como comprender? no puedo dejar que eso se qued? as?, ya que en lugar de hacerle un bien al chico, le estar?a haciendo un tremendo mal. As? que decid? llamarla a usted, para ver como entre los dos podemos arreglar este asunto, sin que la polic?a, ni el padre de Carlitos se enteren.
Yo en medio de todo le agradec? que tomase esa decisi?n, ya que si mi marido se llegase a enterar de lo que hab?a hecho nuestro hijo, seguramente lo mataba a correazos, por sinverg?enza. Fue cuando volv? a notar la manera en que el Esteban ese, se me quedaba viendo. Lo que me hizo sentir nuevamente algo nerviosa, as? que mientras ?l continuaba pregunt?ndome que era lo que pod?amos hacer, comenz? a caminar a mi alrededor, mientras que yo permanec?a sentada en la silla, viendo el monitor. Una de sus manos la coloc? sobre mi hombro, al mismo tiempo que no dejaba de preguntarme qu? era lo que pod?amos hacer por el bien de mi hijo.
Yo tartamudeando como usualmente me pasa cuando me encuentro nerviosa, le ofrec?a cancelar completamente la deuda, pero para mi sorpresa, el tal Esteban me dijo. No se preocupe por eso, yo le tengo un seguro a toda la mercanc?a para situaciones como estas. As? que por el dinero no se preocupe, me volvi? a repetir. Sin dejar de mirarme de la manera en que lo estaba haciendo, y sin retirar su mano de mi hombro lo que me puso m?s nerviosa me dijo. Yo estoy pensando en hacer algo diferente, algo que me asegure que su hijo no va a volver a querer robar m?s nunca.
Aparte de estar bien nerviosa, sus palabras me confundieron much?simo m?s, ya que continu? dici?ndome. A su hijo hay que darle un fuerte escarmiento, y de esa manera le aseguro que no volver? a robar m?s nada en su vida. Su hijo tiene que darse cuenta que las acciones de ?l, van a repercutir en la persona que m?s ama en el mundo, o sea usted. Yo aun continuaba sin comprender ni papa, de lo que el hijo de la gran puta ese me dec?a.
Si usted est? de acuerdo, basta con que me diga que si, y acepte lo que yo le proponga, de lo contrario simplemente llamaremos a la polic?a, y usted se puede imaginar el resto, cuando su hijo llegue al correccional, lo menos malo que le puede suceder, es que alguno de los internos, lo convierta en su mujer. As? que t? decides Rita, o te acuesta conmigo o meto a su hijo preso. Cuando escuch? sus palabras, pr?cticamente me qued? paralizada, pero antes de que yo lo mandase al co?o de su madre, el tal Esteban abri? la puerta de una covacha, tras la cual se encontraba Carlitos sentado en el piso llorando. En ese instante al verlo, sabiendo que mi hijo es de car?cter d?bil, me lo imagin? siendo sometido por cuatro tipos, completamente desnudos, y mientras dos de esos tipos, lo sujetaban por brazos y piernas, otro lo penetraba por el culo, y el cuarto lo obligaba a mamar su verga, en contra de su voluntad.
En ese instante el Esteban ese, sin verg?enza alguna me dijo frente a mi hijo, bueno Rita, decide, o hace todo lo que yo le ordene y nos acostamos ya mismo, o llamo a la polic?a y seguramente en el correccional, esta noche alg?n abusador le comer? el culo a tu hijo, por todo el tiempo que el permanezca ingresado. Yo la verdad es que no sab?a que responder, mientras que mi hijo aun sentado en el piso, no dejaba de llorar, y me ped?a no dejase que ?l fuera preso.
Una vez que escuch? la voz de mi hijo, no me qued? m?s remedio que aceptar lo que Esteban de manera tan vulgar y ruin me propon?a. Pero por lo visto no contento con eso, se dirigi? a Carlitos, y le dijo. Mira hasta donde te ha tra?do la mariguana, yo al escuchar esas palabras que Esteban le dec?a a mi hijo, me sorprend? mucho m?s, y al ?l ver mi sorpresa, me dijo. A es que no lo sab?as Rita, tu hijo me robaba las bebidas para cambiarlas por marihuana. Y sin detenerse continuo dici?ndole a mi hijo, ahora por t? culpa, t? madre para que no vayas a ir preso, tiene que complacerme en todo lo que yo le ordene, y serle infiel a tu padre, que te parece pendejo.
Carlitos aun sentado en el piso de esa covacha, no dejaba de llorar, con su cabeza entre las manos. De momento Esteban se dirigi? a mi orden?ndome que me pusiera de pie, yo sumisamente obedec?, y una vez que estuve de pie, me indic? con un gesto de su mano que me quitase la bata. Yo lentamente comenc? a desaboton?rmela, al tiempo que sin propon?rmelo record?, que hac?a unos cuantos meses atr?s, le hab?a comenzado a ser infiel a mi marido, pero por otras razones.
Estando en mi trabajo, recib? una llamada de una cl?nica, la persona me dijo que mi esposo hab?a sido ingresado de emergencia, con un fuerte ataque de apendicitis, y que justo en ese instante se encontraba en la sala de operaciones. As? que de inmediato, le indiqu? a Mauricio mi supervisor lo sucedido, y ?l viendo lo nerviosa que me hab?a puesto, se ofreci? llevarme en su auto a la cl?nica.
Bueno una vez que llegu? a la cl?nica, ya a Carlos lo hab?an sacado de la sala de cirug?a, por lo que aparte de llenar los papeles de la cl?nica, le compre un pijama, y algunas cositas extras, tras lo cual pensaba regresar a casa. Pero en el vest?bulo de la cl?nica, Mauricio me estaba esperando, y al salir me invit? a comer. Cosa que yo acepte, la cuesti?n es que despu?s de comer algo, nos tomamos unas cervezas, y aprovechando que Carlos se encontraba en la cl?nica, y que mi hijo Carlitos estaba en la finca con sus abuelos, cuando Mauricio me invit? a bailar, y que para que se me calmasen los nervios, tambi?n acept?.
A medida que fuimos bailando Mauricio, poco a poco sin prisa alguna comenz? acariciar mi cuerpo, y decirme lo bella que me encontraba a pesar del susto que hab?a terminado de pasar. Y as? entre las caricias, y sus palabras cuando me bes?, y me introdujo su lengua dentro de mi boca. Por dentro yo estaba grit?ndole que deseaba acostarme con ?l. Por lo que cuando me llev? a mi casa, lo invit? a pasar. Y en la misma sala ambos nos continuamos besando, acariciando, y quitando toda la ropa. Mauricio me recost? en el sof? de la sala, y en ese mismo siti? me ha dado una mamada de co?o, como nunca antes nadie me la hab?a dado. Haciendo que yo gimiera y gritase de placer al sentir sus dientes y boca, mordisqueando todo mi cl?toris, y chupando toda mi vulva.
Por lo que una vez que me hizo alcanzar un tremendo orgasmo, nos fuimos a mi dormitorio, y en la misma cama en que yo dorm?a con mi esposo, lo dej? que me hiciera de todo, incluso hasta que me diera por el culo, y ponerme a mamar su verga. Cosas que a Carlos mi marido, nunca lo he dejado hacerme. Desde ese d?a Mauricio y yo nos convertimos en amantes ocasionales, desde luego sin que ni mi hijo ni mi esposo se enterasen.
Pero volviendo a lo que me sucedi? estando con Esteban, apenas qued? completamente desnuda ante ?l y mi hijo, Esteban dirigi?ndose nuevamente a mi hijo le dijo. Mira a tu madre, como va a dejar que yo le haga lo que a m? se me antoje, para que t? no vayas a ir preso. Y aunque Carlitos aun sentado en el piso, manten?a su cara oculta entre sus manos, no me queda la menor duda, de que me estaba viendo por entre sus dedos en esos momentos. Esteban se solt? los pantalones, y el interior quedando con su verga al aire, y de inmediato me dijo. Quiero que me lo mames, hasta que te diga.
Yo de manera obediente, me arrodill? ante ?l, y procurando no ver a mi hijo, cerr? los ojos, y agarrando su erecto miembro entre mis manos, lo dirig? a mi boca. As? que a medida que yo mamaba su verga, esteban me fue diciendo lo bien que yo lo hac?a, que por lo visto ten?a una gran experiencia, y sin dejar de hablar me pidi? que me acariciara el co?o con mis dedos. Por lo que sin dejar de mamar su verga, cambi? de posici?n y frente a mi hijo, comenc? a tocar mi co?o.
Yo creo que debido a la situaci?n tan morbosa que nos encontr?bamos, Carlitos hizo lo posible por no verme, pero eventualmente sus ojos bien abiertos se clavaron en mi cuerpo. Por lo que seguramente, no perdi? detalle alguno de todo lo que estaba sucediendo. Por un largo rato le mam? la verga al tal esteban al mismo tiempo que acariciaba mi co?o profundamente frente a mi propio hijo, hasta que el hijo de la gran puta ese, me orden? que me detuviera. Dej?ndome tirada en el piso de su oficina, con mis piernas bien abiertas, frente a mi hijo. Quien como ya les coment?, no me quitaba los ojos de encima.
A los pocos segundos regres? Esteban con un tarro de margarina en sus manos, fue cuando me orden? que me pusiera de pie, y que me recostase sobre su escritorio, dejando mis piernas bien abiertas. De inmediato supe que era lo que ?l deseaba hacerme, y cuando sent? sus dedos embadurnados con la margarina, unt?ndola sobre mi esf?nter, no me qued? la menor duda de lo siguiente que me pasar?a. El desgraciado de Esteban sin consideraci?n alguna me ha enterrado toda su verga por mi culo, haciendo que del dolor hasta se me corrieran unas cuantas lagrimas.
Yo no pensaba complacerlo, moviendo mis caderas, pero a medida que su verga comenz? a entrar y salir de mi aporreado culo, una de sus grandes manos, llenas de margarina aun, se clav? dentro de mi co?o. Por lo que a medida que no dejaba de meter y sacar su verga, sus dedos jugueteaban con mi cl?toris y vulva, pero de tal forma y manera, que no pude contenerme. Y pr?cticamente de manera involuntaria comenc? a mover mis caderas, restreg?ndolas contra su cuerpo, al tiempo que ?l me mordisqueaba todo mi cuello, y orejas.
Ya hasta me hab?a olvidado de la presencia de mi hijo, cuando Esteban d?ndole un fuerte grito lo llam? a nuestro lado. Casi de inmediato Carlitos se puso de pie, y r?pidamente se coloc? a nuestro lado. Fue cuando Esteban le orden? que se bajase los pantalones. Cosa que mi hijo hizo de inmediato, sin oponer resistencia alguna. Lo que me sorprendi? a mi fue ver que el miembro de Carlitos se encontraba completamente erecto. El muy pervertido, se hab?a excitado viendo como el tipo ese me daba por el culo. De momento Esteban me agarr? por el cabello, y con un bruco movimiento, coloc? mi rostro frente a la parada verga de mi hijo., dici?ndole. Ahora aparte de ver c?mo le doy por el culo a tu propia madre, ella te va a mamar la verga.
En la situaci?n en que me encontraba, no me qued? m?s remedio que obedecer lo que Esteban me ordenaba. Por lo que de inmediato me dediqu? a mamar la erecta verga de mi hijo, al mismo tiempo que el tal Esteban continuaba clav?ndome su verga por entre mis nalgas. Esteban no perd?a oportunidad para decirle a Carlitos, que todo era culpa suya, que era un hijo de la gran puta, pero por meritos propios, que su madre o sea yo, estaba siendo obligada hacer todas esas porquer?as por culpa de ?l.
A medida que Esteban continu? d?ndome verga por el culo, se fue excitando m?s y m?s, sus manos recorr?an todo mi cuerpo, apretaban mis tetas con tal fuerza que casi me hac?a llorar, mientras que Carlitos a medida que yo le mamaba su verga, no dejaba de mirar el techo. Hasta que Esteban se corri? dentro y fuera de mis nalgas. Para de inmediato separarse de nosotros, y preguntarle al hijo de la gran puta de mi hijo, si quer?a darme por el co?o con su verga. A lo que Carlitos de inmediato le respondi? que s?.
No es que no lo pudiera creer, pero mi propio hijo de inmediato sac? su verga de mi boca, y recost?ndome sobre el escritorio de Esteban, me penetr? divinamente por mi co?o. En mi vida hab?a ni tan siquiera pensado en hacer algo como eso con mi propio hijo, pero a medida que su sabrosa verga entraba y sal?a de mi lubricado co?o, yo contin?e moviendo mis caderas como toda una puta desesperada. As? estuvimos movi?ndonos hasta que tanto mi hijo como yo disfrutamos de un tremendo cl?max.
Ya nos hab?amos separado, cuando Esteban le pregunt? a mi hijo, si ten?a algo de monte encima, y de inmediato Carlitos sac? una peque?a bolsita pl?stica, llena de picadura, en in abrir y cerrar de ojos, prepar? un cigarrillo, lo prendi?, y mientras yo me lavaba mi co?o y mi culo en la covacha, ellos dos comenzaron a fumar. Para posteriormente obligarme a m? hacerlo. El resto de esa noche, me la pas? d?ndoles el culo y el co?o a los dos y mamando sus respectivas vergas.
Al regresar en la madrugada a casa, me di un buen ba?o, y no le dirig? una sola palabra a mi hijo. Al siguiente d?a, Carlitos se despert? y apenas me vio se puso a llorar pidi?ndome perd?n por todo lo que me hab?a pasado. Carlitos tengo entendido que dej? de fumar esa cosa, ha regresado a sus estudios, y hasta tiene una linda novia. Mientras que yo creo que me he convertido, sin querer serlo, en la mejor cliente del negocio de Esteban. Mientras que mi esposo Carlos, ha desarrollado un gran gusto por salir a pescar con sus amigos?
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