Mis ganas de ser penetrada serían calmadas, me levantó, me giró, abrió mis piernas, me inclinó sobre el banitori y atacó mi conchita le grité, no, quédate tranquila nena respondió, y no se de donde sacó un profiláctico, dejé caer mi tanguita, sentí carne en mis entrañas, carne de un hombre y fui más puta aun, comencé a gemir y retorcerme, ya no tenía miedo y menos vergüenza.
Estaba como todas las mañanas en la oficina donde soy secretaria, más precisamente en un estudio jurídico, como hacía unos días había decidido poner banda ancha tras insistirle tanto a mi jefa, decidí abrir mi msn y dejarlo en no disponible pero siempre alguien aparece, ese alguien me decía que su tía tenía una amiga que estaba muy interesada en conocerme, ya que al igual que a mí les gustaban las nenas, no me pareció nada extraño, me pasó su msn y la agregué, a los pocos instantes era aceptada y estábamos charlando, me contó que se encontraba sola, que su anterior pareja la traicionaba con una vecina y la cosa se terminó.
Como muchas de las chicas que se conectan terminan tratando de conquistarme a la primera insinuación le dije que tenía pareja y que estaba muy enamorada, siguió insinuando que ese no era problema y le repliqué que tanto mi pareja como jamás nos traicionamos y ni lo habíamos hecho a anteriores parejas; bueno le terminé contando algo, hace no mucho tiempo que me he enganchado con una damita de Bahía Blanca y me enloquecía, de la cual me estoy enamorando, le conté de mis jueguitos con ella, de lo ansiosa que estoy por conectarme con mi Cele, le decía a Paula, así se llama mi nueva amiga, que últimamente tenía sensaciones extrañas cuando me acaloraba mi cabeza divagaba y debido a propuestas de como dije anteriormente de damitas se me cruzaban las sensaciones (me han propuesto entre otras cosas compartir al novio) y darle una buena chupada de pija juntas, experiencia que ni sola he tenido y la curiosidad colmó mis ansias.
Trató de convencerme para que junto con un amigo de ella lo hiciéramos, le dije que tenía miedo, que no sabía, me respondió que no sea tonta, de que edad querés que sea, un pendejo, uno maduro, decime insistió, así le das una buena chupada y te sacas las ganas, no ni loca, dale y te consigo un amigo, no en serio le dije, pasa que esto me pasa cuando me excede la temperatura y para eso tengo que estar con una mujer.
- Bueno para que estoy yo dijo Pau, y seguía en pos de convencerme. – No en serio y en realidad tengo miedo. – No va ha pasar lo que vos no quieras. – Mi miedo no es por algo sexual, tengo miedo que me lastimen. – Bueno si querés arreglamos para conocernos y después vemos y si querés jugamos las dos que estoy solita y con muchas ganas.
- Vos me estás haciendo agarrar ganas, estoy encendida y con tus propuestas. – ¿No querés que te saque el calor amor? – Mmmm, me encantaría. – Como estás necesitas un macho para que te saque la calentura. – No, la calentura tengo quien me la saque, me quiero chupar una pija. – Dale que arreglamos ¿te estás tocando? – Si tengo la pollerita de cinturón y la tanguita casi en las rodillas.
- Ay que rico, toda mojadita. – Si pero hay gente acá y un abogado que está mirándome no sabes. – Ahí tenés, sacate las ganas. – Estás loca calentona si puta no. – Dale no seas tonta miralo. – No si lo miro me coge acá nomás.- Dale miralo, parate, andá al baño y cuando pasas volvé a mirarlo. – Ni loca. – Dale andá, sacate las ganas y chúpasela miralo. – Levanté la vista y me sonrió, me muero de vergüenza. – Dale boba aprovecha ¿están solos? – Ahora si recién entró con mi jefa otro hombre que había.
- Anda y manotéale la verga y chúpasela. – Ni en pedo bueno ganas no me faltan. – Y bueno dale. – No. – Miralo, dale parate y anda al baño pasa y rozalo. – ¿Que lo roce?, ya te dije que esté caliente es una cosa que me regale es otra. – ¿No tenés ganas de comerte una buena pija acaso? – Si pero… – Pero nada nena manotéasela y llevalo para el baño que me lo vas a agradecer, sacate las ganas.
De repente levanto la vista y lo veo acercarse, no sabía que hacer mi tanguita estaba en las rodillas y yo transpirando excitación acomodarme la pollera a posición normal imposible si me veía así seria un blanco fácil no podía dejar que notara lo caliente que estaba pero tenia que dejarle presentir algo y eso ya lo había logrado como pude levante mi mojada y diminuta tanguita blanca pero quedando mi pollera en la peor de las posiciones conseguí disimular mi desnudes con la bandeja del teclado.
- Se está acercando, ¿que hago? – Miralo. – No puedo muero de vergüenza. – Cogételo de una vez y sacate las ganas y chupale la garcha putita. – Lo tengo acá delante de mí. – Dale hacelo me lo vas a agradecer.
Llega a mi lado me toma la mano y tiemblo no tarda en notar que mi pollera estaba en una posición poco común rodea el escritorio donde me encontraba y mira el monitor lee alguna de las ultimas frases tomó el teclado y empieza a escribir.
…Quedate tranquila que tu amiguita me va hacer lo que querés y le voy a…sacarse las ganas…
Se paró delante de mi y mientras acariciaba mis senos fue desprendiendo uno a uno cada botón de mi camisa, desprendió el gancho del sostén dejando mis tetas a su disposición, inclinó su cabeza, comenzó a lengüetear y morder mis pezones mientras su mano derecha hacía presa de mi depiladita conchita, sentí como sus dedos entraban en mí, seguía temblando, no se si de miedo o de vergüenza, no podía levantar la vista a tal punto que me dijo a cierto vos estás deseosa de hacer algo, por eso no levantás la cabeza.
Un no salió de mi boca, me dijo bueno, quizás si respondí, ya estaba en el ruedo y de nada servía disimular, bajó su pantalón y algo interno me decía que era eso lo que quería, sacó su miembro y lo puso en mis manos, solo atiné a acariciarlo, tendría unos 16, 17 cm, no sabría decirles si eso es grande o suficiente, no vi muchos como para comparar, y los que tuve ya han pasado 10 largos años, así que ustedes lo deducirán.
- No querías meterte uno de estos en la boca le decías a tu amiga. – Bueno si pero… – Pero que, abrí la boquita que te la lleno. – Acá no le dije. – Bueno vamos a un hotel.- Ni loca yo de acá no me muevo. – Bueno hacele caso a tu amiga vamos al baño.
Y para ahí fuimos, entramos al baño y me quiso besar en los labios y me rehusé por completo, al correrle la cara besó mi oreja, mordió mi lóbulo, siguió con mi cuello y sus dedos deleitaron mi chuchi, cerré los ojos mientras él acariciaba mi clítoris, me sentía una puta y con ganas de todo, si de todo, así fue como comenzó mi cambio de hábito, me arrodilló y llenó mi boca con sus aproximados 17cm y alrededor de unos 5 cm completaban sus medidas, comencé a saborear ese pedazo de verga, mi calentura iba en creces, sentía cada vez más las ganas de ser cogida, él solo pellizcaba mis pezones y muy esporádicamente realizaba una caricia a mis senos.
Estuve mamando por casi 15 minutos, cuando sentí que se estaba por venir, una ráfaga de cálida lechita casi me atraganta, me produjo arcadas y un poco de asco pero pensé las mayores ganas eran mías sino no estaríamos aquí, tomo coraje y seguí saboreando, su pija aumentó el calor y él lo notó, mis ganas de ser penetrada serían calmadas, me levantó, me giró, abrió mis piernas, me inclinó sobre el banitori y atacó mi conchita le grité, no, quédate tranquila nena respondió, y no se de donde sacó un profiláctico, dejé caer mi tanguita, sentí carne en mis entrañas, carne de un hombre y fui más puta aun, comencé a gemir y retorcerme, ya no tenía miedo y menos vergüenza.
-Que ganas que tenés amor, parecés una perra en celo, como te gusta la pija. -Dale aprovechá cogeme bien cogida dale.-Quédate tranquila que pija no te va a faltar.
Mi cuerpo hervía, mi desesperación era inmensa ya estaba casi, el entrar y salir de su verga me deleitaba por momentos le pedía cosas que jamás me hubiese imaginado.
- Cogeme, si haceme tuya, más quiero más…
Y otras palabras que ya no recuerdo, no estaba más caliente que con una mujer pero esto era mi fantasía y la estaba disfrutando, un grito marcó mi llegada, no me importó, solo sentí que él también acababa, sus movimientos así lo demostraban, siguió dándome por unos minutos, yo ya había cumplido mi fantasía, aún tenía ganas pero las podía contener, sacó su miembro de mi cuevita e intentó penetrar mi cola, no eso no, le dije, volvió sobre mi conchita mientras acariciaba mi culito, no le dije nada pero sabía a donde iba un dedo, invadió mi parte trasera y lo dejé, lo retiró rápidamente apoyó su miembro en mi trasero y volvió a intentarlo, me incorporé y le dije se acabó eso no, acomodé mi pollera que nunca llegué a sacarme y me dijo, bueno, está bien, pero bajá un poco más.
Después de recibir tanto placer me pareció algo justo, volví a arrodillarme, saqué el profiláctico y comencé con lo que quería, esa si fue la chupada que ambos queríamos, saboreé cada gota de semen que esa chota tenía y saqué después de unos pocos minutos lo poco que le quedaba en su interior, después de secársela toda me paré y comencé a vestirme, quiso quedarse con mi tanguita, que por estar empapada no me coloqué, no nene le dije, si alguien tiene que quedarse con algo soy yo, así que anda, salí que yo salgo después.
Cuando salgo noto que está en mi PC escribiendo algo, no llego a saber que fue, días después Paula me comenta que decía,…Convencé a tu amiga que entregue la colita…
Quiso pasarme a buscar a la salida y le dije que no, quería tomar algo y claro continuar en otro lugar, lo que hicimos en el baño insistió en varias ocasiones y no quise aunque alguna vez pensé si lo hice una vez por que no volver a repetirlo pero con él… ¿no?
Autora: La señorita misteriosa
Cambio de hábito, 9.5 out of 10 based on 8 ratings
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