No había sido un buen día en el trabajo, se me había estropeado una venta que tenía casi cerrada y ese mes me quedaba sin la comisión que tanto necesitaba. Salí un buen rato antes de mi hora normal y me fui directo para casa, necesitaba recomponer las ideas a ver si la semana siguiente podía reconducir la situación antes de que se pusiera más delicada.
Cuando salía del ascensor no sabía si Raquel, mi novia, estaría ya en casa o tardaría mucho en volver. Pensaba proponerla irnos a comer fuera para poder despejarme y hacer algo diferentes a ver si me desatascaba un poco. Al entrar en casa vi la puerta de la terraza abierta, saludé pero no debió oírme. Vivimos en un ático con una esplendida terraza donde se puede tomar el sol y Raquel suele tomarlo con los cascos puestos así que me fui al dormitorio para dejar las cosas del trabajo y salir un rato con ella.
Al salir a la terraza escuché unos sonidos un poco extraños y me acerqué silenciosamente a la tumbona donde estaba Raquel, me daba la espalda por lo que no podía ver que me acercaba. Al estar a un par de pasos detrás de ella me quedé pasmado de lo que eran los sonidos que había escuchado unos segundos antes. Raquel estaba tomando el sol con la parte de abajo del bikini solamente… pero es que con una mano se estaba pellizcando un pezón mientras que la otra desaparecía debajo de su bikini y no la tenía quieta ni mucho menos. Se estaba haciendo una paja de campeonato.
Como me imaginaba estaba con los cascos puestos y no me había oído llegar, aunque dudo mucho que se hubiera dado cuenta con la intensidad con la que se estaba masturbando. Por si fuera poco y no estuviera ya completamente empalmado veo como se baja el bikini hasta los tobillos y empieza a meterse primero un dedo y después dos cada vez más deprisa mientras sigue sobándose las tetas y pellizcándose los pezones como una posesa.
Yo que soy un caballero y no quiero dejarla sola en estos menesteres me acerco rápidamente a ella, le quito uno de los auriculares y le digo al oído
-¿Puedo ayudarte en algo?
Su cara de sorpresa no puede ser mayor pero no la dejo mucho tiempo a reaccionar. Me pongo delante de ella, le quito la parte de abajo del bikini de entre los tobillos y me arrodillo sacándole los dos dedos que se habían quedado parados dentro de su chorreante coño y los sustituyo por uno de los míos que entra con toda facilidad.
Para completar le paso la lengua por su hinchado clítoris de arriba abajo al mismo tiempo que empiezo a meter y sacar mi dedo de su interior. Ella me corresponde con un arqueo de caderas hacia mí que me confirma lo que le está gustando lo que le estoy haciendo.
Meto otro dedo más en su húmedo y palpitante coño mientras sigo lamiendo y succionando sus labios y su clítoris. Raquel no deja de retorcerse de placer mientras sigue acariciándose las tetas y pellizcándose los pezones.
Por sus jadeos y sus contorsiones noto que no le queda mucho para correrse así que hago más fuertes mis succiones y dejo de meter y sacar mis dedos en ella para dejarlos dentro pero moviéndose en su interior. Al poco noto como estalla en un orgasmo que la hace retorcerse más aún mientras tomo su clítoris entre mis labios y succiono con más fuerza aún.
-He llegado justo a tiempo por lo que veo… Le digo con cierto tono de ironía
-Desde luego que sí, has llegado en el momento justo
Se levanta de la tumbona, me desabrocha los pantalones y junto con los calzoncillos me los baja hasta los tobillos. Me empuja a la tumbona que hay enfrente de la que ocupaba ella hasta hace un momento y me tumba en ella. Se sienta encima de mi restregándose y besándome y sin ningún tipo de ayuda consigue poner mi capullo en la entrada de su coño que seguía chorreando.
-Ahora te vas a enterar por haberme asustado, me dice metiéndose mi polla de un golpe hasta el fondo.
Nos besamos con pasión y empieza a cabalgarme, yo la levanto un poco y empiezo a comerle las tetas después de quitarle del todo la parte de arriba del bikini para que no estorbe. Mientras con la lengua le lamo un pezón con una mano le acaricio el otro y le doy pequeños pellizcos. Intercambio los tratamientos de uno a otro para que estén igualados. Recorro con mi lengua sus areolas y chupo los pezones despacio pero cada vez con más intensidad. Raquel sigue con su cabalgada y nuevamente está a punto de correrse. Yo también pero quiero disfrutar un poco más y cambio de postura. Me levanto quedándome sentado, agarro a Raquel del culo y le ayudo en sus movimiento apretándola contra mi mientras nos besamos. Ella se queda de rodillas en una postura un poco incómoda pero continua con su sube y baja. La agarro de la cintura y me pongo de pie con ella agarrada a mi cuello por un lado y por otro bien ensartada por mi polla, me rodea la cintura con las piernas para no caerse y ahora soy yo el que marca el ritmo haciendo fuerza con mis brazos.
La acuesto sobre la tumbona sin sacársela y yo me quedo sentado, así puedo ver su cuerpo en todo su esplendor al mismo tiempo que follamos y puedo masturbarla.
Cuando tiene el segundo orgasmo de la sesión yo ya no puedo aguantar más y tengo que sacarla rápidamente para no correrme dentro de ella.
Nos quedamos unos segundos recuperándonos de la intensidad de l polvazo…
-Pues no ha sido tan grave como lo ponías con eso de “te vas a enterar…” le dije entre jadeos.
-Todavía no he terminado contigo, nene…
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