Un día conocí a un hombre, era bastante particular para las artes amatorias, tenía tendencias medio sados, le encantaba dominar y obvio a mi encantaba que lo hiciera. Un día me encontré con él como muchos otros, fue algo así como un encuentro explosivo.Nos comenzamos a besar, pero no un beso normal, de esos que uno los siente hasta en las partes divertidas, de esos besos que lo dejan a uno sin aliento, mientras transcurría el beso las manos de él hacían su trabajo, pues los dedos de ese hombre son algo así como el acceso al cielo a través del orgasmo. Y así comenzó la bluejeneada, yo lo sentía completamente y ya estaba muy húmeda, seguían los besos hasta que llego la estimulación de las partes divertidas…
Luego de un momento llegó la quitada de la ropa y yo quede desnuda ante los ojos de aquel hombre, seguido de una oleada de sensaciones que no podía procesar, las cuales eran la consecuencia de las lindas maniobras con sus dedos, entraban y salían de vagina varias veces, algunas veces rápido otras lento y otras muy fuertes, hasta que mentía otro dedo e iniciaba un magnifico movimiento de arriba hacia abajo que desembocaban en el primero de muchos orgasmos…Yo gritaba, me desesperaba, gemía y creo que me iba a explotar…
Después él se quitaba la ropa, quedaba desnudo ante mis ojos (la espalda de él me encantaba) y seguíamos en el intercambio de caricias, acompañado de besos por todo el cuerpo, iniciando en la cara, en las orejas, llegando hasta los senos y los mordía con una excitación que me encantaba, y así, seguía bajando hasta que llegaba al abdomen ahí mordía un poco más, no muy duro; luego llegaba a mi vagina la cual estaba llena de deseo, placer, fluidos, excitación, allí se detenía un rato más, besaba, mordía, chupaba, saboreaba y yo mientras tanto gritaba, gemía, me movía y quería más; seguía bajando un poco más y llegaba a los muslos un lugar lleno de sensaciones placenteras, él mordía suave, duro, lento, rápido y con deseo…Deseo que se le notaba en la mirada, es un hombre poco expresivo, de pocos sonidos y pocas palabras, pero con la mirada lo decía todo…
Después de haber recorrido todo mi cuerpo con sus labios llegaba nuevamente a mi boca y yo lo sentía cerca, excitado, su erección estaba junto a mi cuerpo y era un momento en el que quería que estuviera dentro de mí, lo deseaba ¡y mucho! La penetración siempre era fuerte, que llegaba hasta el fondo que se sentía; yo gemía, gritaba; las manifestaciones mías siempre dependían de la posición, si estaba arriba de él llegaba al orgasmo, lo sentía a él, me estimulaba el clítoris; de acostada de espalda también me hacía sentir maravillas, así como las posiciones de penetración profunda, en ese encuentro fue una combinación de todas y yo sentí varios orgasmos, unos más intensos que otros, me temblaba el cuerpo, tenía placer, plenitud y excitación hasta el dedo pequeño del pie. Mientras él hablaba con las expresiones de la cara, no decía nada pero con los gestos era suficiente…
Decidí hacerle sexo oral una práctica, que con él me gustaba hacer no comprendo por qué, siempre me salían lagrimas pero lo disfrutaba mucho, creo que de todas las lágrimas que he derramado, esas eran de placer, su pene entraba y salía de mi boca, lamia, besaba, chupaba, a veces creo que mordía no era muy consciente de ello, él se veía excitado-tengo que reconocer que no lograba durar mucho haciendo sexo oral pero lo disfrutaba al máximo- luego él se masturbaba mientras yo lo veía y llegaba el momento de la eyaculación, la cual era en mi boca y mi cara cosa que era genial, nada como probar al otro, sentirlo adentro, el sabor ¡uhmm! no lo sé equiparar con algo, solo sé que bueno, muy bueno….
MEKATO!
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