Una noche llena de fiesta y alcohol

FECHA: 12/01/2014

Todo ocurrió hace unas semanas, llevábamos muchos días en el pueblo y teníamos ganas de salir a una discoteca de la capital. Mi novia, Alba, estaba enferma y no iba a salir. En principio me iba a quedar con ella, pero ella me animó a salir. Carlos y Marta salían al igual que Kike y Raquel, más cuatro de nosotros que ibamos sin parejas.

Un día un poco loco tuve una orgía con ellos (y más gente) y desde entonces había miraditas entre nosotros pero no habíamos dicho de repetir, ni siquiera se había hablado del tema. Personalmente, Alba y yo comentamos al día siguiente que fue una locura propia de la borrachera pero que no condicionaría nuestra relación en absoluto. Mi trato con dos de mis mejores colegas como son Kike y Carlos era igual de bueno, y en alguna ocasión soltábamos alguna indirecta. Hay que decir que somos bastante viciosos y antes de estar emparejados solíamos hacer destrozos cuando salíamos juntos. Con Marta, a pesar de que se me ha pasado por la cabeza llamarla mil veces, no he tenido apenas contacto, es más, no hemos vuelto a coincidir en una fiesta. Y con Raquel tuve una de las mejores folladas de mi vida después y ahí quedo.

La idea era hacer el clásico botellón y luego a alguna discoteca importante de la ciudad. Hay que decir que en esta capital andaluza esta prohibido hacer botellón y hay que buscarse la vida y tratar con la pasma. Yo conocía bien la ciudad, hice un master allí, y fuimos a un parque donde la gente quedaba para hacer botellón hasta que, en ocasiones, la policía solía desplazarla. Raquel invitó a dos amigas de la univeridad que eran de allí de la capital, María y Cristina. La primera era una morenaza con un tatuaje a lo largo del brazo, llevaba unas mallas negras que le hacían un culo increíble, una niña de veinte años que aparentaba 16 con esa cara, un caramelo como dice mi colega. La otra amiga, Cristina, ya la conocía a través de fotos, típica tía que se echa fotos en plan “yop” mostrando esas tetazas, que en realidad no lo son tanto (siempre se las subía con los sujetadores), es muy pija, y habla con un pavo que te dan ganas de meterle la polla y ahogarla.

Pues bien, una vez ya medio instalados en el parque y echándonos las primeras copas y hablando entre nosotros, me comentaron mis otros tres colegas que iban solteros que las dos pavas esas estaban para reverntarlas, que esta noche pintaba bien la cosa. Y durante la noche irían a saco. Nosotros siempre hemos competido mucho por las tías, incluso en ocasiones no hemos saltado límites de amistad como ya habréis deducido por el anterior relato.

Yo estaba un poco raro, me pasé media noche mirando a Marta y no hablé nada con ella. Raquel en cambio me insinuaba de vez en cuando ciertas cosas pero no me apetecía tener trato con ella, y eso que siempre me ha encantado. Yo pensé que el alcohol había sido un gran aliado la otra noche y esta había que hacer algo especial para animarme. Propuse jugar al juego de “un limón-medio limón” a través de chupitos de LARIOS. El juego para quien no sepa en que consiste, trata de asignarse números, decir tú número, luego la frase , el número de otra persona y otra vez la frase y asi sucesivamente, el que no lo diga de manera correcta, trabándose o no completando la frase bien es el que bebe un chupito, debe de ser rápido y agil de mente. Recuerdo que empecé yo y dije: ” 2 limones (mi número) medio limón, 8 (el número de Marta) medio limón. Ella me lo devolvió: ” 8 limones medio limón, 2 limones medio limón y sonrió, ahí dije, esta noche promete.

Ahí se vio todo claro, mis colegas solteros iban a por las dos amigas de Raquel, Carlos también les había soltado alguna, mientras Marta y yo nos pasabamos la bola aunque yo a veces cambiara de dirección para no ser muy cantosos. Me empecé a poner un poco cachondo porque Marta es muy lista y a veces fallaba a caso hecho para beber. Las otras dos estaban ya tibias, Cristina cumplía mis pronósticos, hablaba muy pava y efectivamente era digamos corta de mente, mientras que María me estaba llamando la atención, había hablado algo antes del juego y me parecía interesante, más interesante me pareció cuando se bebió un chupito y medio se lo tiró encima y le cayó por todo el canalillo. Veo que un colega mio le pone la mano en la espalda a Cristina para ver si iba bien, ya que parecía que estaba mareada, ella contestó sí, mientras él bajaba la mano hasta su culo y la perra cogió se acercó a él juntando cintura con cintura y llevo su mano derecha hasta depositarla encima de la mano de mi colega para que le apretara el culo. Maravilloso. Poco después ella le dijo que le acompaña a mear y se fueron juntos.

Mis otros dos colegas empezaron a hablar con un grupo de sevillanas al cual se unió Carlos, Marta y Raquel, las dos preciosas y elegantes, como siempre, estaban hablando con Kike mientras que María y yo nos vimos inmersos en el tema de las relaciones de pareja de pronto. Contándome sus experiencias, no parecía muy satisfecha, quería dárselas de dura pero no lo era, o al menos no lo conseguiría al menos. Una cosa lleva a la otra y acabamos hablando de sexo. Por un lado sus posturas favoritas, por otro los lugares donde ha follado o donde le gustaría hacerlo, típicas fantasías, hasta que me dijo que siempre llevaba tanga. Ahí yo le dije: Hoy con esas mallas, ni siquiera se te nota. Se da la vuelta y se baja un poquito la malla mostrando un tanga de hilo blanco brutal. A esto que llegó Cristina y mi colega que se habían perdido y nos dijeron de irnos ya para la disco. Nos fuimos todos menos Carlos y mis otros dos colegas ( no digo más nombres para que no haya confusión) que se quedaron hablando con el grupo de las sevillanas.

Estando en la puerta de la disco esperando a entrar, a que nos buscasen en la lista, Marta se acercó y me dijo que iba muy guapo, En realidad iba con camisa, americana y pantalones ceñidos, ella iba con unos pantalones vaqueros super ajustados, taconazos, una blusa (como aquellas noche) pero esta vez de color rosa y una chaquetita vaquera. Se había rapado un lado y había planchado todo el pelo hacia el otro, con esa sonrisa y ese tono de piel ( es mulata), era un espectáculo. En realidad, con el tema de María me había olvidado un poco de ella. Me dijo que llevabámos mucho sin vernos y ya que Carlos no estaba que si la invitaría a una copa. Yo me limité a sonreir.

Una vez dentro, la discoteca era espectacular, con cuatro plantas, ideal para perderse por alguna con alguna. En cada pista ponían un estilo de música, a las niñas les gustaba la sala de reggaeton. Esta discoteca tiene fama de ir muchísimas tías, pero esa fama le ha llevado a que cada vez asistan más nabos. Había de todo, me pedí una copa y miré un poco la sala. Vi a una rubia alta meneándose de arriba a abajo y viceversa que era un escándalo, otro grupito haciendo un círculo con alguna metida en el medio bailando, una que salía del baño bajándose el vestido, algo colorada, y un minuto después otra despeinada algo alterada, dos en la pared liándose, el tío metiendole la mano por debajo del vestido y la tía tocándole la polla por fuera del pantalón, un zagal salí del baño frotándose la nariz, se habría metido un tirito como dicen los sevillanos, subí a la sala donde ponían techno y ahí afloraba el MDMA, vuelvo a bajar y veo a Kike con Raquel bailando mi colega con las dos amigas de Raquel y de pronto veo a Marta en la tarima bailando y media sala mirando. Ella esos estilos de baile los lleva en la sangre, es una pasada como baila, al verme bajó y me dijo: ¿y mi copa?, la cogí de la mano y me la llevé a la barra. Mientras le pedía la copa me puso la mano sobre mi polla, yo me sorprendí, pero lejos de quitarle la mano la cogí de la cintura y la traje hacia mi, ella me pajeaba por fuera del pantalón, miré hacia nuestro grupo y en ese momento María me miraba, Marta estaba de espaldas a ella y al estar pegados en la barra no se veía nada de lo que estábamos haciendo.

Marta, debemos de tener cuidado, le dije mientras cogía la copa. ¿de que tienes miedo? me contestó. Se había quitado la chaqueta vaquera y se había desabrochado un botón de la blusa, es una diosa, la mejor tía que había en la discoteca. Cogió la copa y fuimos con los demás del grupo, en esto que María le dice algo a Cristina y ríen las dos. Veo que Cristina y mi colega guarrean al máximo y María se engancha a mí, yo, que ya iba bebido me dejo llevar en todo momento pero al mismo tiempo soy consciente de lo que está pasando. Baila muy cerca de mi restregándose y comprobando como yo ya la tenía dura, empieza a frotarse rápido y suelta algún gemido en mi oído. Eso me volvió loco y le agarré el culo y la apreté más contra mi. Empezamos a liarnos de manera fogosa, tenía la polla que iba a reventar. De pronto, me dice: ¿te pongo cachondo o necesitas algo más?, contesté: tú sabes lo que necesito. Si quieres vamos a mi piso, están mis padres en casa pero no es problema me dijo mientras me daba un lengüetazo en mis labios. Pensando en Marta le dije: tengo la copa prácticamente entera, espera al menos que me la beba encanto. Nos volvemos a comer la boca y luego empieza a comerme el cuello, veo a Marta que estaba bailando junto a Raquel y le comentaba algo al oído mientras me miraba. Voy al baño, no te vayas, me dijo María.

Me moría de ganas de follarme a esa puta, con esa cara de niña con ese culazo histórico y lo provocativa que era quería reventarla pero al mismo tiempo quería follarme a Marta. No podía decidirme por ninguna de las dos, mi novia en casa enferma y en la discoteca zorreando con esas doz pedazos de zorras. En cuanto ve Marta alejarse a María vino y me dijo: esa puta no va a tener esto y al mismo tiempo me pegó un fuerte apretón en la polla. Me cogió y nos apartamos al lado opuesto de la sala. Ahí se puso a hacerme un baile que los tíos que había alrededor no podían apartar la vista. Puso las manos contra la pared, se inclinó y sacó el culo, empezó a hacer un baile con el culo bestial como buena latina que es, yo fuera de mis cabales le pegué un azote y tardó por lo menos medio minuto en estabilizarse el culo, impresionante como botaba. Alza un poco el cuerpo y empiezo a manosearle las tetas por fuera de la blusa, ella sigue frotándose y empiezo a comerle el cuello. Se nos estaba yendo la cabeza allí delante de todo el mundo, yo sabía que allí no podíamos hacer nada y como nos viese un portero nos mandarían a tomar por culo. Ell se dio cuenta de esto cuando yo me paré un momento con una simple mirada me entendió y veo que me coge de la mano y me lleva a la tercera planta donde había poquita gente y me lleva para los servicios, justo antes de llegar vemos una puerta al lado que pone “privado” medio encajada, nos miramos, la abrimos un poco y vemos que está todo oscuro, enciendo el movil y era la típica sala donde guardaban las cajas de los refrescos vacíos y demás, la sala era pequeña, nos metimos detrás de una pileta grande de cajas por si entraba alguien que no pudiese vernos y ahí empezó un festín. Empezamops a liarnos como si no hubiese mañana, le abro la blusa de golpe rompiéndole un par de botones le como las tetas mientras le pellizqueo los pezones, empieza a gemir con suspiros cada vez más intensos mientras me desabrocha el cinturón, yo hago lo propio y e bajo de manera brusca los pantalones y el tanga al mismo tiempo dejándoselos por la rodilla, ella me saca la polla empieza a pajearme, de pronto ella ya tenía la mano empapada, yo le metía dos dedos mientras nos comiamos a lengueazos, gemía con el típico “mmmm” mientras nos devorábamos. Pensé que me iba a correr en nada a ese ritmo. La cogí del cuello y la apreté bien contra las cajas de refrescos, le dí media vuelta la puse a 90 grados y empecé a follarmela mientras la azotaba una y otra vez, eso era una escandalera de gemidos combinados con insultos que ella gritaba constantemente como ¡cabrón! o ¡hijo de puta!. La verdad que me estaba desahogando y cada vez que me decía no pares más duro me la follaba y mas le azotaba. La agarré del pelo le di media vuelta la agaché y le metí la polla en la boca, esa tía podría ser la directora de una hipotética universidad de mamadas de polla, eso era el paraiso. Mientras la agarraba del pelo yo se la metía entera, le follaba la boca constantemente sonando ¡glu glu glu¡ se la dejé metida un rato cuando se la saqué ella tosía y se formó una telilla mitad semen mitad saliva, le pegué unos diez pollazos en la cara, la levanté y en ese instante me pegó una torta y me escupió en la boca, le quité los pantalones y la cogí en el vuelo Me la follaba salvajemente contra las cajas de refrescos, solo se oía gemidos que competían con el nivel de la música y refrescos chocar unos con otros, inclusos contra los que la estaba empotrando se estarían rompiendo, tras 5 minutos así oígo ¡¡correte en mi cara!!, yo que ya estaba resistiendo demasiado la puse de rodillas y le solté toda la lefa por la cara, nuestro suspiro simultáneo lo dijo todo. ¡¡¡¡qué gozada!!!!.

Teníamos un problema ahora, porque mi movil se había apagado y no teniamos luz, el suyo estaba en el bolso de Raquel, ella tenía la cara llena de lefa y no tenía papel para limpiarse y encima dos botones de la blusa rotos. Me tuve que vestir rápido, salí palpitando todo y ya había algo más de gente en la pista, sería cerca de las 5:00 o algo pasada, me acerqué al baño, le traje papel, se limpió y se vistió. No podía salir así porque tenía una teta fuera, me dijo que bajara al vestidor a por la chaqueta vaquera que ella me esperaba allí. le dije que no tardaría, cuando bajé solo vi de nuestro grupo a María bailando con un tío del que se separó cuando me vio, me pregunto donde estaba y yo le pregunté que donde estaban los demás, me dijo que mi colega se había ido con amiga y que habían venido los demás con el grupo de sevillanas y todos estaban en la sala techno y que Carlos había preguntado por mi y por Marta. Yo le dije: ahora vuelvo, con cierta preocupación a lo que me contestó tenemos algo pendiente, a lo que volví a contestar: en cinco minutos lo resolvemos. Sonreímos. Cogí la chaqueta y se la subí a Marta, salimos con mucho cuidado se la puso de tal manera que se consiguió subir las tetas y ahora con la blusa rota estaba más provocativa pero al mismo tiempo estaba muy vestida. Le conté lo que María me dijo y le dije que fuera a buscar al grupo que ahora iría yo que no podíamos aparecer los dos juntos y que se inventara cualquier historia con Carlos. Se arregló bien, se retocó y estaba impecable, se marchó hacia la cuarta planta mientras yo lo hacía hacia la primera. Cogí a María y le dije: ¿nos vamos?.

Al salir de la discoteca me di cuenta de que eran las 5:25, no quería alejarme mucho, porque quería volver a la disco para que nadie sospechase antes de que cerrasen. Ella estaba muy calienta y ciega, a mi se me había pasado tanto uno como lo otro. Pero esa tía era una verdadera puta, para provocarme se bajó un poco las mallas, de tal manera que seguía con ellas puestas pero iba caminando enseñando el tangazo. Yo al ver aquello, esa manera de andar, con esos taconazos, esas mallas, ese tanga y ese inmenso culazo me toqué un poco la polla y esta parecía que quería responder. Le dije que no sabía si iba a aguantar hasta llegar a su casa con tales insinuaciones y justo en ese momento pasamos por el callejón más idóneo del mundo para tener una buena follada. Me miró y me hizo un gesto con la cabeza como indicándome el callejón, la miré y no me lo pensé, la cogí y me la llevé bien adentrado el callejón donde entre un pilar de cajas que había. Cogí una caja y la rompí quitándole su forma de prisma, la utilicé como mantel poniendola en el suelo , María me lanzó contra el suelo y ella se puso encima. En 20 minutos había recargado y estaba otra vez con los huevos llenos. La tía se había vuelto loca no paraba de besarme por todos lados, estaba como poseida e hizo que se me fuera la cabeza a un nivel superiro, le di la vuelta y pegué un fuerte porrazo su culo contra el suelo, le saqué las tetas fuera y empecé a bajar desde su cuello hasta que llegué a su coño y urgando le hice un abujero que las mallas justamente en le zona de coño, ella lejos de decir que coño hago le había puesto aún más, el agujero daba con ese tanga de hilillo que se metía por la raja, se lo aparté y empecé a comerle el coño mientras le metía un dedo, ella se mordía el labio mientras golpeaba con su mano la caja y decia ¡joder! ¡sigue!, tras empapar bien su coño le clavé la polla, quería ver como esa puta gemía en mitad de la calle, la guarra hizo preocuparme porque rabiaba, no gemía y era escandaloso yo creía que nos iban a llamar alguien la atención, le dije: estamos en mitad de la calle zorra, no dijo nada y le dije: te toca trabajar a ti. La coloqué encima mía y empezó a mover el culo, no era cabalgar, solo mover el culo, le cogí las tetas y le retorcí los pezones y pegó un grita enorme. Estaba aguantando bastante, antes de correrme quería saber como la chupaba. se removió, de tal modo que hicimos el 69, ya ví que era de estas que si la chupan tu le tienes que comer el coño, la chupaba bastante bien pero no como Marta. Con el ciego había dejado el bolso en el suelo de tal manera que el movil se le había salido y estaba a mi alcance, lo cogí y eché una foto a esa maravillosa estampa, a ese agujero, a ese tanga desaplazado y a ese coño sin un pelo abierto totalmente para mi, la mandé a mi whatsap, dejé el movil, la agarré poniendola a cuatro patas y ahí ya acabé, le daba fuerte chocando mis huevos contra su culo y me acabé corriendo fuera en la malla en uno de los cachetes. Estaba destrozada, yo me tumbe un rato en el suelo, me habían dejado seco esas doz zorras. Tras unos minutos charlando de que había estado bien y tal nos vestimos, parece que tomó consciencia, se dio cuenta del agujero y dijo:¡diooooooossssssssss! y se pusoa reir, ¡cómo voy a ir así por la calle!, exclamaba mientras reía. Cuando nos arreglamos y tal, la verdad que no se notaba tanto, era justo en la zona de la ingle y había que fijarse bien para verlo.

Eran las 6:15 y llegamos a la disco estaban todos en la puerta, todos, por cierto la cara de Marta fue un poema. Mis amigos se reían los hijos de puta, mi colega que se fue con Cristina se la folló en su piso dos o tres veces por lo visto, decía que la tía era multiorgásmica. En fin, nos fuimos todos a desayunar y a esperar que a Kike y Carlos se les pasara un poco el ciego para coger los coches, tampoco habían bebido mucho. Tras caminar un rato e ir haciendo gamberradas e ir diciendo diparates de borrachos abrieron una cafetería, casualmente conseguí sentarme entre Marta y María. Le quise dar juego a eso, pero no lo hubo, le puse a Marta la mano sobre la rodilla y fui subiendo por el muslo y me quitó la mano sin hacerme ni puto caso, mientras que recordé que María tenía un agujero, de pronto le metí el dedo corazón mientras yo charlaba con el grupo, ella en ese momento estaba comiéndose una tostada y al introducir mi dedo emepzó a toser, todo el grupo preguntó: ¿estás bien? ella contestó: si si, se me ha ido la comida para otro lado y bebió un poco de agua mientras ponía el bolso encima de mi mano para que no se viese nada. Al rato le saqué el dedo y me comí un trocito de tostada que me quedaba y al finalizar me chupé el dedo, ella me miró como diciendo: ¡que cabrón eres!.

Al salir, su amiga Cristina le dijo,¡tía te han tirado un cubata en el culo, tienes un manchurrón en la malla!, ella dijo: siempre me manchan, no le dio importancia e insistió en despedirnos ya ahí, nos dimos dos besos. Nosotros a la hora volveríamos para el pueblo mientras mi colega contaba sus peripecias con la pava esa, a mi me preguntaron pero me hice un poco el loco.

Al día siguiente María me habló y me dijo: no vayas a pasar la foto a nadie yo le dije que quería otra foto parecida. Por lo visto le contó a su amiga lo del agujero regresando a casa y su amiga se moría de la risa.

Por otro lado, a día de hoy llevo una semana sin hablar con Marta.

Y mi novia ya está mejor.

Gracias.

Mira su video Online

0 comentarios

Publicar un comentario