Como buen samaritano le pregunté que si tenía donde dejarla o como iba a hacer, me contesta que el camioncito en que la traía se había varado y lo tenía en un taller, que se lo entregaban hasta el martes por la mañana, recordé una finca como a dos kilómetros del pueblo en la cual no hay cuidanderos y los dueños viven en la ciudad y ese fin de semana no viajarían, le dije que le ofrecía un lugar con pasto y agua donde dejarla por las noches y que no le cobraba nada, ese fotógrafo casi brinca en un solo pié, le indique por donde seguir y me fui adelante en la moto, al llegar miré el portón de la entrada forcé un candado el cual abrió sin problema y le coloqué uno que tengo de seguridad en la moto, al rato llegó el señor, le abrí con toda naturalidad el portón y metió al animal, le indique donde había agua y que la dejara suelta para que comiera, escondimos la llave en un lugar y en la misma moto regresé al fotógrafo hasta el hotel, me retiré un poco y duré como una hora vigilando por si salía, a eso de las 9 de la noche, me fui para donde estaba esa hermosa hembra pensando en todo lo que haría
Mucho antes de llegar apague luces y motor, ingresé casi no ubico la llama por la oscuridad, sentía que el pene se me iba a estallar de la emoción, luego la encontré y sin esperar más me la lleve para la parte de atrás de una racha deshabitada y la amarre a un árbol, a la sombra de la noche no tendría problema así que me desvestí totalmente de la cintura para abajo.
Le sobe por todo lado y esta no molestó nada, me le hice por detrás metiéndole la mano en medio de las piernas para tocarle un rato las téticas dejándose como si le gustara, luego pase a la vulva acariciándola con los dedos, le colocaba la palma de mi mano se sentía como una pelota de esas de goma para el estrés, posteriormente le fui metiendo el dedo corroborando que no molestaba, al sacarle el dedo el animal se encorvó y orinó bastante perdiéndome esa lluvia dorada, sin embargo ese olor a orina me despertó aún más mis deseos por lo que le puse de saliva en la vulva, en medio de la oscuridad le coloqué mi pene en su vulva, cuando hubo penetrado algo la tome por las caderas y presionaba, al comienzo sentía como resbalaban esos tiernos labios de la vulva presionando mi pene, sentía que me quemaba ese calor tan agradable, quería que se detuviera el tiempo, hasta que de un momento a otro fue como si abrieran una puerta y la penetre hasta que mi abdomen no me dejó más, respiraba profundo sintiendo unas contracciones fabulosas, para gozar todo el tiempo que pude permanecí inmóvil por lo menos unos cinco minutos y le saqué el pene totalmente, con instinto animal le acerque mi nariz a la vulva percibiendo ese olor a orina y sexo, si la hubiera aseado antes le había dado lengua, así que me conformé con meterle los dedos y luego chuparlos probando ese sabor a llama, rico no me arrepiento, nuevamente le coloque el pene en su vulva y la penetré con mayor intensidad que la primera vez
La llama apenas corcoveo un poco sacándome el pene, nuevamente la penetré y comencé a bombear, por el flujo de aire se escuchaban leves chapoteos, era un frenesí animal por el que pasaba, al rato se me pusieron las piernas temblorosas y no aguanté más por lo que la aferré contra mí para luego de unas contracciones, vaciarle mi semen dentro de esa vulva camélida, la mantuve penetrada un buen rato hasta que me relaje totalmente, intenté seguir pero no tenía fuerzas y mi pene estaba un poco flácido, lo deje salir y me vestí mis pantalones porque unos mosquitos me estaba picando, me fui para el estanco con la llama y tomamos bastante agua de la llave, esperé un buen rato consiente que estas oportunidades no son de todos los días, la llevé para el mismo lugar saqué mi pene totalmente flácido así que me puse a restregárselo en la vulva hasta que de un momento a otro se fue endureciendo a su vez que la penetraba con algo de dificultad
Cuando se lo tuve todo adentro bombee por mucho rato, sentía el sudor por todo mi cuerpo aún más que la vez anterior, percibía el olor a mi propio semen hasta el punto que me escurría en los testículos, cuando logré el segundo orgasmo casi me quedo dormido de la fatiga sobre el animal, esa noche se lo hice un total de tres veces, por lo que regresé a nuestra finca ya a la madrugada, el sábado y domingo en la noche la visité a eso de las 11 de la noche, en total fueron seis veces que estuve con ella esas tres noches ya el lunes en la noche no la habían dejado en ese lugar y tuve que regresar desilusionado.
Como buen zoófilo he probado en este momento todo tipo de hembras domésticas y aves en mi niñez, aunque no cambio mis becerras siempre estaré buscando nuevas aventuras que con gusto se las narrare a ustedes
JUCATOVE 884
0 comentarios
Publicar un comentario