Relato erotico lesbico en vacaciones con mi esposa

FECHA: 7/15/2014

Hola, hoy quiero contaros un relato erotico lesbico en vacaciones, el año pasado con mi esposa.

Somos un matrimonio español y hace ya como 11 meses para irnos de vacaciones estábamos buscando algún sitio en donde pasar unos días de vacaciones, lo comente con mi esposa y ella me propuso ir a las islas canarias y acepte, ya que es un lugar fabuloso por sus playas, sus hoteles y su clima, así que decidimos irnos, contrate un paquete de 6 días y 5 noches en régimen de todo incluido, llegamos a nuestro destino un lunes por la tarde.

Un hotel fabuloso, con unas instalaciones impresionantes cogimos nuestra habitación y como siempre cuando estamos fuera de casa hicimos el amor de muy variadas maneras para pasárnoslo bien y disfrutar de cada momento de vacaciones, así transcurrieron tres días mi mujer estaba fascinada igual que yo ya que lo estábamos pasando muy bien, esa noche, la tercera, decidimos ir a la sala de baile del hotel para disfrutar de la música, como a las 12 de la noche, vimos a una chica joven muy bonita que parecía extranjera, mi esposa la miraba cada poco y por curiosidad le pregunta que porque la miraba tanto, me quede sorprendido cuando me dijo que le gustaba mucho.

En esto me dijo que me acercase a ella para invitarla a la mesa a hacernos compañía, eso hice, fui hacia ella y le pregunte si estaba sola, a lo que ella me contesto que si, con un acento portugués, la invite a la mesa a que nos acompañara y ella accedió, al llegar le presente a mi mujer y se sentó, le preguntamos que de donde era y nos respondió que brasileña, le preguntamos que hacia tan lejos de su tierra y nos dijo que estaba de viaje con varios familiares, pero que mientras viajaban a la península ella había decidido quedar en la isla, mi mujer le pregunto qué edad tenía y nos dijo que 29, pero no los aparentaba tenía un cutis muy cuidado y una figura muy esbelta.

En un momento comenzó a sonar música disco y salimos los tres a bailar a la pista, vi que mi esposa se le acerca al oído a María la chica que así se llamaba y se reían las dos, luego nos fuimos a tomar unas copas y mientras hablábamos, de repente mi esposa se acerco a María y se empezaron a besar, yo me quede atónico, María sin casi conocerla estaba jugando con la lengua de mis esposa, me quede asombrado y mi esposa me dice, cariño no me creo que no te hallas dado cuenta que María es lesbiana, lo descubrí por la forma de vestirse y como me miraba mis pechos, yo le dije que lo había sospechado, pero tampoco lo tenía muy claro.

De repente mi esposa me dice que le gustaría practicar sexo con ella, me puse súper caliente al escuchar a mi mujer decir eso y pensar en poder verlo, le dije que no estaba acostumbrado a dejar que disfrutara sola, en eso María habla y me dice, nadie te va dejar solo, ya que quiero que disfrutemos los 3 juntos, eso me puso aun mas cachondo, mi esposa me dijo que quería comprar unos juguetes que había visto en una mini tienda sexshop del hotel, para que disfrutáramos al máximo.

Yo mientras subí a la habitación y como a la media hora llegaron las dos juntas, yo me había duchado mientras esperaba en nuestra habitación, mi esposa nos dijo que iba a ducharse y que mientras fuéramos adelantando trabajo con una voz muy picara, ya era bastante tarde las 2 de la mañana, en eso María se acerca a mí, me baja el bóxer coge mi dura polla y empezó comerme la polla, que gusto, movía su lengua de forma magistral, incluso mejor que mi propia esposa, al rato, demasiado excitado ya, le dije que se desnudara traía un vestido algo ligero sin sujetador, se lo quito y pude contemplar sus preciosos y grandes pechos, se quito el minúsculo tanga y vi su vagina súper depilada y sonrosada y empiece a disfrutar de sus pechos y chupar sus duros pezones.

Al poco rato salió mi esposa y se incorporo con nosotros totalmente desnuda con sus hermosos pechos que siempre disfruto y empezó a jugar con mi polla, mientras yo seguía disfrutando de María, en eso mi esposa deja mi polla y dirigiéndose a por la bolsa que había comprado saco un lubricante y algo que no había visto antes, una bolitas de diferentes tamaños que estaban sujetadas por un hilo fuerte y fino, le pregunte que era contestándome, que era algo con lo que María y ella iban a disfrutar, me pidió que me acostara en la cama y ella se subió encima mío y empezó a cabalgarme con mucho ritmo estaba que no aguantaba más de la tremenda excitación.

En eso veo que María se acerca por detrás de ella y empieza a besarle la espalda mientras le acariciaba sus pechos, para luego ir bajando justo hasta su ano, lo comenzó a besar y mi mujer gemía y jadeaba de placer por mi polla dentro de su coño y aquella mamada que le estaba dando María a su culo, en eso coge el lubricante untándolo en el culo de mi esposa y empezó a meterle las bolas que había comprado mi esposa, mi mujer pegaba gritos de dolor y placer cada vez que María le iba metiendo aquellas bolitas en su culo, mientras sentía que mi mujer se retorcía de placer en un largo orgasmo.
Luego veo que María se pone a cuatro patas y me pide que la penetre, no lo pensé ni un segundo y empecé a darle duro mientras mi mujer se ponía por debajo de ella y empezaba a disfrutar de los pechos de María, le di tan fuerte y rápido que no aguante mas y me corrí llenando su coño de mi esperma, nada más terminar María se acostó y mi mujer se arrodillo delante de ella y comenzó a disfrutar del coño de María, hasta que escuche como María se corría en un largo orgasmo, entonces mi esposa me dijo que quería más de mi polla.

Empezó a besar y chupar mi flácida polla y a jugar con mis huevos hasta que se puso de nuevo dura, se puso a cuatro patas y empecé a follarle su húmedo coño, cuando sentí que ella estaba ya muy excitada, llamo a María diciéndole que le sacara lo que le había metido por su culo, mientras yo seguía fallándomela vi como María se acercaba y comenzaba a sacar una a una las bolas, mi mujer pegaba unos grandes gemidos de placer, cuando saco la última bola, que era la más grande, vi que el agujero del culo de mi esposa quedo grande, no lo pensé ni dos veces, saque mi polla y se la metí por su culo, ella nada más que sintió mi polla dentro me pidio que le diera fuerte, que le gustaba mucho sentir mi polla dentro de su culo.

En ese momento, María que venía de lavar las bolas se acostaba junto a nosotros y se las metía en su coño, María se estremecía de placer y mi esposa me pedía que le diera cada vez más fuerte y mas rápido, María me pidió que colocara a mi esposa en el borde de la cama, para ella poder comerle el coño mientras yo le daba por el culo, al rato mi esposa se corrió en un larguísimo orgasmo dando grandes gemidos de placer, mientras yo seguía dándole pos su culo, María se volvió a acostar y mi esposa comenzó a sacarle las bolas de su coño con su boca mientras jugaba con su clítoris, esto me excito tanto que me volví a correr esta vez dentro del culo de mi mujer, mientras María temblaba de placer al sentir salir las bolas de su coño, hasta que vi cuando salía la última bola como salía liquido de dentro su coño del enorme orgasmo que había tenido.

Los tres terminamos acostados sobre la cama rendidos, hasta el otro día que me levante y María ya se había ido, mi esposa estaba tomando un café que había pedido, disfrutamos aquellas vacaciones recordando todo lo que habíamos echo esa noche, mi esposa me pregunto cómo lo había pasado y le dije que estupendamente y mas al descubrir su gusto lésbico, desde ese día sé que a mi esposa le gusta disfrutar con mujeres, pero lo mejor de todo es que me deja que también yo las disfrute.

Espero les guste mi relato erotico lésbico en las vacaciones del año pasado y que después aun continuamos disfrutando.

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