Ayyy, por favor..! Lo que nos vino a pasar con aquellas...con aquellas..."ABUSADORAS"!!!Éramos, un grupo de chicos varones de un barrio suburbano allá en una zona repleta de monte y lagunares, muchísima vegetación, arroyos, y un gran río.
Habíamos llegado yá a la edad adolescente, ésa en la cual los sentimientos de lo erótico y las pasiones de lo sexual comienzan a hacer "estragos" así en uno, y presos todos en unas calenturas que nos hacían arder por cuanta chica o mujer más o menos buena viésemos por cualquier parte, ya nos inundábamos de esa loca manera de quedar así como animales presos en escandaloso celo.
Cierta tarde, me acuerdo, los siete chicos que componíamos aquel masculino grupo o pandilla, decidimos ir a una de las pequeñas lagunas de las que en la zona abundaban, para aplacar el reinante calor del día aquél de tórrido verano, y allí zambullirnos y nadar como a menudo solíamos hacerlo,y, hasta allá pues, fuimos
Próximos al lugar a donde llegaríamos, nos cruzamos con un grupo de chicas adolescentes también como nosotros, que ataviadas en bikinis o mallas de baño, exhibían la exuberancia de unas figuras despampanantementes esplendorosas. Ni que hablar, que los siete comenzamos a decirles los piropos y groserías más subidas de tono que puedan imaginarse! Ellas, riéndose y entrando en un juego provocativo de incitarnos aún más, comenzaron también a decirnos cosas que aún más nos encendían en calenturas como de...BURROS!
Alejándonos cada grupo en su marcha cada uno en su dirección, continuábamos gritándonos,hasta por fin perdernos en nuestra marcha. Por fin, a la laguna, llegamos. Desnudándonos completamente desnudos como solíamos hacerlo en aquella soledad de monte y laguna, comenzamos la costumbre de zambullirnos, nadar, y gozar de aquella refrescante agua que hacía las maravillas de nuestro placer.
"-¡Estas cerdas putonas me dejaron más que caliente...miren!!!" -exclamó uno de los chicos-, al tiempo que mostraba en su genitalidad erectil, la más monstruosa erección que lo exhibía como dueño del más despampanante falo.
Carcajadas generales estallaban en el grupo todo, y ya, unos y otros, también comenzaban a mostrar aquéllas sus erecciones como queriendo también hacer galas de una exacerbada genitalidad que en todos, ¡oh, coincidencia!, era cosa, sinceramente portentosa!!!
Continuamos luego nuestra gozadera del refrescante baño, pero, de vez en vez, volvíamos a aquéllo de nuestras obscenas ehibiciones empinando al aire nuestros inmensos penes en escandalosa erección casi bestial.
De pronto...ay!: Aquél repentino coro de carcajadas socarronamente femeninas en aquel irrumpir velóz de varias de aquellas chicas con las que nos habíamos cruzado, que, astutas y rápidas como la luz, atrapaban todas nuestras ropas que allá en la orilla de la laguna habían quedado,para instantáneamente esfumarse con ellas perdiéndose en la tupidísima maraña del monte para perderse valla uno a saber por qué lugares, en un silencio de todas que nos dejó ahí en el centro de la laguna mirando perplejops cómo nos dejaban ahí desnudos, para perderse todas con nuestras ropas, y nosotros...comenzando por fin, en tardía reacción, a gritar suplicantes llamándolas para que,,,¡ay!, ingenuos de nosotros!!!: "Para que nos devolviesen, nuestras ropas!" El silencio...era de tumbas...
Gritábamos, y gritábamos...lamándolas...suplicándoles...
Luego de un tiempo de desesperante angustia en todos nosotros, comenzamos a oir sus burlonas risitas, y carcajads desde la espesura del monte...
-"¡Devuélvannos nuestras ropas, chicas...por favoooor!!!"-suplicábamos casi llorando-.Sus respuestas primeras, fueron...carcajadas. Nosotros, sin salir del agua y sin asomar nuestras partes íntimas, continuábamos nuestras súplicas hacia ellas, que ya, tenían como quien dice..."la sartén, por el mango!" Unas y otras y lentamente, comenzaban a aparecer por la espesura dejándose nuevamente ver por todos nosotros, y riendo en la más cochina felicidad triunfal, se mofaban de nosotros, y nos decían que no sólo nos habían estado mirando largamente cuando hacíamos nuestras obscenas exhibiciones, sino, que..ay!!! 'habían estado fotografiándonos y filmándonos con sus cámaras digitales que nos mostraban triunfantes, y que si no les obedecíamos de ahí en más lo que nos ordenasen, pues...no solamente que no nos devolverían nuestras ropas, sino que ya-ya-yaaa, publicarían todo eso, y para éso, sólo bastaría apretar un botón, y...¡listo!!!
Si: aquellas mujeres...nos tenían ya...completamente en sus manos!!!
La más atróz desesperación nos inundó enteros, y ellas, continuando con su hacer y hacer, nos dijeron a los gritos y risas ahí donde sólo ellas y nosotros oíamos:
-¡"Ya perdieron, machos!!! ¡Ahora sólo obedezcan lo que les ordenemos, y disfruten con nosotras entregándose mansitos y dóciles, y juntos lo pasaremos bien rico!!!"
-"Pero...¿qué quiereen hacernos..?"-preguntamos, como verdaderos ingenuos-. Ellas, largaban las carcajadas..!
-"¡Ustedes obedezcan, van saliendo de la laguna DE- A - UNO!!! entienden?!?!?!: DE- A UNO !!! y van acercándose aquí a nosotras que les vamos a amarrar bien amarraditas las manitas atrás, y así, uno a uno hasta que estén todos bien amarraditos..! Y después, si: "a divertirnos!!!"
-"Ayyyy, noooo, no por favor éso así noooo!!!" -suplicamos casi llorando los siete. Ellas, haciendo como que yá, yá iban a hacer lo que habían amenazado manejando la cámara digital publicando "aquéllo", enseguidita lograron que nuestras súplicas apuntasen a aceptar incondicionalmente lo que nos ordenaban, y ya, sin más dilaciones, aquéllo...comenzó a cumplirse tal cual, ellas lo habían dicho.
¡Era humillante aquéllo de ir saliendo uno del agua y dirigiéndonos hacia ellas que, riendo con las más cochinas de las risitas, nos recibían completamente desnudos, para comenzar aquéllo de maniatarnos con aquellas lianas vegetales que las muy cerdas ya, se habían tomado el trabajo de preparar demostrando que todo, ya lo habían muy bien estudiado desde que todo lo habían ellas calculado. Uno tras otro...fuimos corriendo la misma suerte.
Por fin, ya ...los siete estábamos así manos atrás bien amarrados, y ellas, triunfantes y a las carcajadas, cocaban sus manos en lo alto ante nosotros ahí completamente desnudos! Desnudos, y...con nuestros penes en foribunda excitación erectil ya calientes todos por ellas, como encelados burros!
Ay..! cómo se reían aquellas cochinas!!! Y ya, ahí mismo y en medio de la más colosal calentura de nosotros y desaforada manera de ellas comenzar a gozarnos, comenzó aquella orgía en la cual con nosotros...hacían ellas lo que querían!!! Cosquillas...manoseos de todo tipo...masturbaciones...felaciones...hacernos lamerlas y chuparles desde los pies hasta el alma...montarnos desnudos y pasear así acaballadas sobre nuestros hombros por todo el monte gozando ellas en sus más rotundas risotadas y la placentera felicidad de así tenernos a ellas esclavizados...
Sí: Aquéllo, había devenido en una situación que jamás habíamos nosotros jamás imaginado!
Siete chicas, que siete también eran ellas como nosotros, habían sabido dominar a todos nosotros juntos, en un hacer que nadie hubiera imaginado así nunca.
Una vez tras otra los orgasmos más bestiales nos invadían en tan insólita situación, haciéndonos ellas acabar a los gritos y haciéndonos saltar aquellos chorretes enornes de semen calenturiento en medio de nuestros bramidos de placer alocado y sus risas y carcajadas, para luego regodearse ellas en aquella ocurrencia de hacernos a los siete..ay! hacernos a los siete rebuznar como burros en cada eyaculación! Aquéllo...fue algo que jamás, pero jamás. podríamos ya olvidar..!
Una de aquellas muchachas conocía valla uno ma saber cómo, de cierta propiedad de una planta de ahí del monte la cual, extrayéndole una sustancia como una baba, la cual untada sobre los testículos de un macho, le multiplicaba a éste la potencialidad erótica, haciéndolo eyacular como enloquecido y a mares, en medio de la más monstruosa sobreexcitación combirtiéndolo en un descontrolado ser erótico que la mujer podía disfrutar a sus más cochinas anchas. Y éso...éso ellas a los siete allí nos hicieron!!!
Cuando por fin despertamos luego del desvanecimiento que nos dominó al anochecer, era ya amanecido el nuevo día, habiendo los siete pasado allí en aquél monte, toda la noche profundanente dormidos...exaustos...
De ellas, ya ni rastros quedaban; en cambio, un sinnúmero de chicas y mujeres ahí nos estaban contemplando a las risas entre las cuales fuimos despertando, las que comentaban entre todas, que una de aquellas que ahí nos habían capturado, les habían dado la información de que en tal y tal lugar se encontraban siete chicos completamente desnudos y atados, y que fueran a verlos y desatarlos.
Chicas que volvían de un baile, eran ésas que ahora, ahí estaban. Con ésas, comenzaba otra historia...Ay..!
Ayyy! nuestra historia!!! (Continuará)
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