Lo hice con el mejor amigo de mi esposo

FECHA: 7/15/2014
Quiero relatar una historia actual. Como terminé cogiendo con el amigo de mi marido, con su consentimiento por supuesto.Con doce años de casados. Con mi marido empezamos a buscar nuevas formas de sexo porque nuestra relación se iba deteriorando. Mi marido era de la opinión de buscar aventuras sexuales cada uno por separado y luego en la intimidad contarle a la pareja con detalle lo sucedido. A mi eso no me llamaba mucho la atención, pero mi marido se moria de las ganas de saber que otro hombre me había poseído en la cama.

Yo no me he presentado, soy Lidia de 34 años, soy morena clara, mido 1.72 mt, muy bueno para una mujer latina, tengo dos ojos color miel grandes, mis senos son también de buena proporción, piernas largas, un trasero en forma de corazón, pies largos, delgados y finos. La verdad es que aún a mis 34 y dos hijos, los hombres me echan piropos en la calle.

La idea de acostarnos con otros por separado era la idea central de mi marido. Incluso el pretendía que yo lo hiciera con su mejor amigo de nombre Esteban, un hombre mayor que mi marido, de unos 42 años, había sido casado, él es de piel blanca, casi colorada, cabello castaño, yo lo he visto como un hombre algo pervertido, pues me cuenta mi marido que en su apartamento tiene una colección enorme de revistas y videos pornográficos, asi como de juguetes sexuales, lo cual no creo que sea muy normal.

bueno es el caso que cierto fin de semana hace ya casi once meses, mi marido no estaría ese fin de semana, en la empresa donde trabaja harían cierta actividad laboral. Mi marido le había dicho a Esteban que me visitara para saber si necesitaba algo ese fin de semana. Luego me dijo a mi que yo tendría la libertad de estar a solas con su amigo Esteban y que tomara en cuenta lo que habíamos hablado, pues el también haría lo suyo en la actividad laboral de la empresa. Yo le dije que no me sentía capaz de hacerlo y menos con su mejor amigo. -Mira Lidia, a mi amigo Esteban siempre le haz gustado mucho, y yo ya le he contado un poco de lo que queremos hacer, asi que de ti depende, pues casi te lo he puesto a tiro!!-

Mi esposo se marchó el viernes en la mañana, yo me quedé pensando en todo eso de tener sexo fuera del matrimonio, me decidí probar esa experiencia, pero aún estaba muy nerviosa. En la tarde, Esteban me llamó por teléfono y me dijo que llegaría a verme para saber si no necesitaba nada, sus palabras no eran normales, yo sentí que habia morbo, sin embargo ya había decidido seguirle el juego. Le dije que lo esperaba para cenar, que lo invitaba, el aceptó gustoso.

Me preparé para cualquier cosa, me puse un hilo dental, una falda mini, una blusa floja de tirantes y unos zapatos grandes de tacón, además había puesto vino en la mesa. El llegó puntual, iba cargando con un ramo de flores. Cenamos y tomamos vino, charlamos y me di cuenta que era un tipo agradable, con buena conversación, atento, que era muy distinto a lo que pensaba de él. En eso le dije que nos fueramos al living, nos sentamos en el mismo sofá, prendi la tv y seguimos charlando, mi falda era corta y él no dejaba de verme las piernas. No sé como le dije que me dolían un poco los pies y él atento me dijo que podía hacerme un masaje a los pies, que él era bueno en eso. Además vi que eso podía romper el hielo entre los dos.

Me saqué los zapatos, el me piropeo los pies, y es que de verdad los cuido mucho. Le puse mis pies en sus muslos, los dos estando sentados en el sofá. El comenzó a masajearlos, la verdad es que si sabía algo de eso, pues sentí un rico alivio, pero poco a poco el masaje se volvía caricias, además cada vez más el me los colocaba rozando su bulto debajo de su pantalón. En un instante me dijo que cerrara los ojos, yo lo dije para qué?, el insistió, asi que cerré los ojos. El siguió haciendome masaje, pero fui sintiendo algo calientito sobre uno de mis pies, identifiqué que era su lengua, la cual fue pasándome por todo mi pie, luego cada dedito del pie y también entre ellos, lo cual era algo muy erótico, me dio escalofrios. El terminó con uno de mis pies y empezó con el otro, le hizo lo mismo, luego senti que su lengua pasaba por mis tobillos y llegaba a mi pantorrilla, ya no era solo su lengua sino sus labios chupaban toda mi piel, abrió mis piernas y aunque yo tenía los ojos cerrados sabía que él podía ver muy bien mi braguita que tenía el frente semitransparente y se podían apreciar mis labios vaginales.

Esteban siguió lamiendo y chupando mis pantorrillas, luego siguió hacía mis muslos, yo sentía su aliento en mi entrepierna, yo estaba casi temblando, pude sentir al rato que sus manos abrían más mis piernas de forma delicada, sentí la calidez de sus besos en mi entrepierna, luego su lengua se posó sobre mi rajita solo protegida por la tela delgada de mi braguita, -ohh me estaba mojando toda-. Abrí los ojos y quise detenerlo, pero él delicadamente me tomó de los brazos y me dijo que por favor volviera a cerrar los ojos. Lo hice. Esteban metió las manos entre mi falda y me fue sacando la braguita, luego volvío a abrir mis piernas, ante sus ojos estaba mi rajita descubierta, él me fue acomodando en el sofá y me quedé casi acostada, luego oí que se quitó la camisa y los zapatos, y se fue acomodando acostado entre mis piernas, su aliento se fue acercando a mi rajita, pero antes sentí como sus dedos jugaban con mis labios vaginales y mi clitoris, luego sentí lo caliente de su lengua pasar sobre mi vulva, me hizo vibrar de excitación, mi vagina era ya una sopa. Los dedos de Esteban se estacionaron en la entrada de mi rajita y amenazaban con entrar en mi vagina. El tuvo que sentir lo mojada que yo estaba, pues remojó sus dedos con mis líquidos lubricantes y luego me penetró con ellos, al mismo tiempo que la punta de su lengua tocaba mi clitoris, uff sentí que faltaba aire y una sensación riquisima.

Dos de sus dedos entraban lentamente y salían lentamente de mi rajita, su lengua le daba pequeños toques a mi clitoris, era delicioso su tratamiento, no pude aguantar mucho y después de un par de minutos me corrí, nunca con mi marido me había corrido tan rápido al recibir un sexo oral, se notaba que Esteban tenía mucha experiencia en eso. Me estaba sobreviniendo el orgasmo pero Esteban no dejo un instante de meterme sus dedos y lamerme. Luego de eso mientras me reponía, terminó de sacarme la falda, la blusa y mi sostén, me tenía alli mismo desnuda acostada en el sofá, el hizo lo propio y se quedo también en cueros, yo ya tenía los ojos abiertos, tenía una verga muy parecida a la de mi marido, que tiene buen tamaño, pero era más gruesa y una enorme cabeza. Traté de incorporarme, quería ahora tomar la iniciativa y mamarle su pene, pero el me detuvo, me dijo que aún le faltaba, que tuviera paciencia. Lo que hizo fue voltearme y ahora quedé boca abajo en el sofá.

El nuevamente me abrió las piernas y se colocó entre mis piernas. Sentí una lluvia de besos y chupones sobre mis nalgas, sus dedos jugaban con los labios vaginales de mi rajita, luego sentí como sus manos apretaban mis nalgas y después las abrió todas, su lengua comenzó a recorrer mi rajita mojada y luego la sentí haciéndome circulos en mi ano, era algo muy erótico, luego toda su boca se colocó sobre mi culito y lo chupaba como si fuera un dulce, me fui poniendo muy excitada, como la punta de la lengua de Esteban me daba una sensaciones deliciosas en mi ano.

Esteban dejó mi ano en paz solo para subirse encima de mi, estando yo boca abajo, sentí su duro pene frotarse en mi rajita, luego pude sentir su gorda carne deslizarse dentro de mi vagina, a pesar de lo gruesa de su verga no sentí que le costara trabajo metermela, posiblemente por tanto lubricante que mi rajita emanaba. Esteban no paró hasta que me la tuvo toda adentro, luego comenzó a moverse adentro y afuera, yo estaba loca de excitación y me estaba gustando ser penetrada por la gruesa verga de Esteban, yo empecé a gemir sin control y el no dejaba de cogerme a placer. Esteban se fue colocando encima de mi, me besaba el cuello por atrás y la espalda, él tenía todo mi cuerpo bajo control y me follaba con golpes profundos y secos en mi vagina, pronto sentí que me estaba sometiendo y estaba a punto de llegar a otro orgasmo, mi segundo. Exploté y empecé a dar alaridos de pasión, Esteban me tomó de cuello me lo apretó con fuerza pero sin hacer daño y logró que me corriera como una autentica perra. Algunos segundos más tardes pude sentir dentro de mi rajita como su semen caliente me inundaba, él también se había corrido.

Yo me sentía un poco cansada, pero no Esteban, quien aún con su verga semidura, me volteo de nueva cuenta y subiendose sobre mi y me puso su verga brillosa por su semen y mis jugos íntimos y tomándola con una de sus manos me la puso para que yo se la mamara, no podía negarme en ese momento, ese hombre me estaba dando la mejor cogida de mis últimos cinco años o más. Asi que comencé a metermela en la boca, pude sentir el moco de su semen y lo amargo de mis jugos, pero seguí chupándosela. Luego le tomé el tronco con la mano lo empecé a pajear mientras le lamía los huevos, inconscientemente estaba preparándolo para otra sesión de sexo, yo estaba como una puta en celo haciendo que mi hombre se pusiera duro y que siguiera cogiendo. En cinco minutos Esteban estaba listo.

Ahora él decidió sentarse en el sofá y yo de frente encima de su verga, él me dejó que yo misma me fuera ensartando en su grueso musculo, mi rajita estaba dilatada que su verga se deslizó sin problemas, me la metí hasta los huevos, luego nos besamos un rato, hasta en ese momento nos dimos un rico beso de lenguita, luego el se detuvo y me dijo que había soñado varias veces con estar conmigo en un momento asi, yo le sonreí. Luego tomó mis tetas con ambas manos y me las mamó rico, tomó mis pezones y los apretaba y mamaba con sus labios, me dijo que se había masturbado más de una vez pensando en mis senos y que ahora no creía en tenerlos en sus labios. Todo eso y su verga en lo más profundo de mi vagina me fue excitando de nueva cuenta, asi que empecé a cabalgarlo, lento, profundo, rico, mientras él se deleitaba con mis senos. Conforme pasaban los minutos el movimiento de nuestros cuerpos iba tomando velocidad, sus manos ahora me tomaron de las nalgas para aprisionarme mientras nos movíamos en esa rica cogida. Luego yo lo cabalgaba salvajemente moviendo mis caderas hacia adelante y hacia atrás, los dos nos quejabamos de la excitación, diciendo cosas calientes el uno al otro como -que rico me cojes!-, -asi dame duro!-, -que rica estas!-.

En eso, cuando estábamos dándole duro y me tenía al borde de una nueva corrida, Esteban que me tenía agarradas las nalgas, uno de sus dedos llegó hasta mi ano y comenzó a dedearme mi culito, eso fue acelerando mi venida, comencé casi a gritar del climax que me embargaba, más cuando un segundo dedo de Esteban se insertó en mi ano. Cabalgué a morir y mi vagina se llenó de jugos íntimos de nuevo, y vuelvo a sentir el semen caliente de Esteban que se expandía dentro de mi, inaudito!, que clase de cogida me estaban dando.

Me desmonté, su verga se había puesto flácida dentro de mi, no tenía fuerzas para ponerme la ropa, asi que descansé desnuda acostada en el sofá, mientras que Esteban no podía ocultar su felicidad.

A los quince minutos de estar descansando, nos empezamos a vestir. Esteban se despidió, me dijo que había sido su noche más fantástica de su vida y se fue.

FIN DE PARTE I (eso no acabo alli)

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