VACACIONES

FECHA: 6/25/2014
No fue f?cil para m? divorciarme de la mujer de mi vida, ella, luego de tres a?os aun no entiende lo que pas?, y es l?gico, si jam?s pude decirle la verdad mir?ndola a los ojos.

Nos casamos muy j?venes y a mis cuarenta y siete a?os nada hac?a pensar en el cambio de rumbos en nuestras vidas. Siempre fui un defensor de la fidelidad y el respeto a la pareja, mis compa?eros de oficina sol?an burlarse de mi postura, siendo que ellos se cansaban de serles infieles a sus esposas,? yo manten?a en alto la bandera del amor.

A pesar de la edad, soy un tipo bien conservado, alto, de ojos claros y cabello entrecano, dicen que tengo una sonrisa seductora y por naturaleza trato de ser amable con el sexo opuesto, ?tuve innumerables oportunidades de ser aventurero, pero solo ten?a ojos para una mujer, la que hab?a llevado al altar muchos a?os atr?s

Creo que en forma voluntaria, este tigre se meti? en la jaula del zool?gico, cerr? la puerta, lim? sus garras y se transform? en un gatito herb?voro para contemplar como giraba el mundo.

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Ese verano viajamos a la costa, Margarita quer?a tener una segunda luna de miel, nuestra hija ya est? bastante crecida y prefiri? quedarse en la ciudad en compa??a de sus amigas.

A m? no me entusiasmaba la idea, somos muy humildes y no nos sobra una moneda, pero viendo que estaba tan entusiasmada y que hac?a a?os que no vacacion?bamos dej? todo en sus manos. Ser?an solo siete d?as en un peque?o hotel familiar, viajamos casi mil kil?metros en colectivo, una locura total.

Llegamos al anochecer, mientras mi esposa le dabas los datos do?a Rosa, su marido y su hijo me ayudaba con los equipajes y me conduc?a hasta el cuarto, el lugar era sencillo pero limpio y bien cuidado, nos dimos una ducha y fuimos a la cama, abrimos la ventana y nos dormimos con la melod?a del mar en nuestros o?dos.

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Al d?a siguiente, en el desayuno conocer?a la serpiente que me har?a morder la manzana prohibida, margarita me hablaba, yo fing?a escucharla pero en realidad le?a el diario matutino, hasta sentir una c?lida vocecita que inquir?a:

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-????????? Buen d?a! Que desean para desayunar?

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Levant? la vista y me encontr? con un ser angelical, de carita redonda llena de pecas, grandes ojos celestes, puros y cristalinos, de boca exagerada y carnosos labios, cabellos entre rubios y casta?os que comenzaban lacios y se iban enrulando a medida que ca?an por su espalda, alta, de grandes pechos que se escond?an bajo su trajecito y anchas caderas, piernas torneadas, sin duda una gran mujer a pesar de su inocencia. Ante las preguntas de Margarita, nos enteramos que era la hija mayor de los due?os del hotel, que colaboraba por las ma?anas y las noches y disfrutaba del mar y la arena por la tarde y que reci?n ten?a veinte a?os, la edad de mi hija.

Luego de tomar el pedido disimuladamente y tratando que Marga no lo advirtiera la vi alejarse, su trasero era perfecto, redondo, de proporciones justas, apetecible, trat? do borrarla de mi mente, pero su figura qued? flotando en mi cerebro, trataba de reprimir las im?genes pero era casi imposible.

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Por la tarde fuimos al mar, nos acomodamos cerca del agua, la arena estaba caliente, clav? la sombrilla y me sent? a observar el paisaje, mi esposa pareci? olvidarse de mi, se puso a escuchar m?sica y a leer esas revistas de chimentos que tanto atrapan a las mujeres.

Hab?a pasado una hora, ya estaba un tanto molesto cuando ella lleg? y par? a un metro de donde nosotros est?bamos, era perfecta, un pareo anudado en el pecho cubr?a su cuerpo, acomod? una lona para tomar sol, sac? la arena y cuando lleg? el momento sent? morirme, al sacar ese pareo y ver su cuerpo en traje de ba?o, sus grandes pechos estaban ocultos en un sost?n amarillo que con esfuerzo lo manten?an en su lugar, su tanga era tan peque?a que nada quedaba a la imaginaci?n, sus nalgas eran mejores de lo que pensaba su cintura era incre?blemente peque?a.

No dejaba de mirarla con cara de bobo, al punto que ella not?ndolo sonri? y me salud? con una mano, me sent? tan est?pido, de hecho ella se dirig?a a m? como ?se?or??

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Por el otro lado ahora Margarita dorm?a pl?cidamente por lo que decid? meterme un rato al agua, por cierto estaba demasiado fr?a, y vaya casualidad Noelia -ese era su nombre- al poco tiempo estaba cerca de m?

Otra vez solo me qued? mir?ndola, como si solo nosotros dos estuvi?ramos en ese lugar en ese momento, el agua fr?a hab?a mojado su busto, sus pezones duros por la temperatura marcaban la tela que al mojarse se hab?a transparentado bastante, cada ola parec?a querer arrancarle el sost?n y yo no quer?a perderme el momento, cosa que nunca sucedi?. Sin embargo una ola pudo m?s que ella ?y la arrastr? con fuerza tir?ndola justo donde yo estaba, y fe ella que al rodar ambos incontrolados, manote? mi traje de ba?o mas all? de lo l?gico.

Se levant? inc?moda, sonrojada, y me pidi? disculpas en todos los idiomas, hasta que solo me re? de la situaci?n, ella m?s tranquila me acompa?? en el momento.

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Casi salimos al mismo tiempo, mi esposa continuaba durmiendo, as? que yo me recost? de lado en la sombra, mirando hacia donde ella estaba, Noelia se puso arrodillada apoyando su cola en sus tobillos, en un perfecto primer plano hacia donde yo estaba, era pura inocencia? no creo?

Tranquilamente se pasaba un peine por su cabello una y otra vez, mientras yo sufr?a una tremenda erecci?n por su culpa, las gotas de agua salada minaban como perlas su hermosa piel bronceada, su culo era impresionante y no pod?a sacar los ojos de ?l, apenas cubierto por un min?sculo traje triangular que se afinaba al meterse en su intimidad, al punto que pod?a ver con claridad el gran c?rculo de su anillo marr?n apenas atravesado por la tela.

Estaba en lo mejor de mi show privado cuando la mano de mi esposa me tom? por el hombro y sent? su voz? pidiendo que le pusiera bronceador.

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La semana pas? volando, pero a partir de ese primer encuentro en el mar brill? una lucecita de esperanza.

La ?ltima ma?ana antes de retornar, Margarita se fue al centro a comprar obsequios para la familia, como recuerdos, yo aduje que estaba cansado, adem?s sab?a cu?nto aborrec?a ser su compa?ero de compras, as? que me qued? solo en el cuarto.

?Pasados unos minutos, golpearon la puerta, sab?a que era ella porque era la hora en que hac?a los cuartos, le permit? pasar, ambos sab?amos como terminar?a la historia, ella al ver la erecci?n bajo mi calzoncillo dijo:

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-????????? Se?or, si mi padre se entera vamos a tener un serio problema?.

-????????? No te preocupes, vivamos el momento, mi se?ora no tardar? en regresar?

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Y antes que siguiera hablando pegu? mis labios a los suyos, eran suaves, puros, nos abrazamos y nuestras lenguas se cruzaron, la fui desnudando y a medida que lo hac?a iba disfrutando la complejidad de su relieve, sus monta?as, sus mesetas y sus valles, sus manecitas recorr?an mi cuerpo mientras parada en puntas de pi? saboreaba mis besos. Me sent?a un adolescente, un ni?o, como aquella primera vez, Noelia me fue empujando hacia atr?s hasta llegar al borde de la cama, solo ten?a mi slip mientras ella apenas le hab?a dejado su tanga roja hilo dental, me oblig? a recostarme y ella avanz? sobre m?, con una rodilla a cada lado, me tom? las manos aprision?ndolas hacia atr?s y mantuvimos el prolongado beso en todos momento, sin separar nuestros labios, mi verga estaba dura y la joven refregaba su pubis sobre ella, lentamente, hacia atr?s y hacia adelante, una y otra vez al tiempo que rozaba sus delicados pezones contra mi pecho.

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Tom? la iniciativa y desde su cintura la levant? un poco, de manera que sus pechos quedaron sobre mi cabeza, hice que me acariciara el rostro con ellos, eran grandes y firmes, al tiempo que lam?a un pez?n, ms manos acariciaban sus gl?teos y cada tanto tiraba con controlada fuerza de la tira de su tanga, haciendo que se entierre en su intimidad lo que provocaba suaves jadeos, volv? a concentrarme en sus tetas, hermosas, alternaba entre la izquierda y la derecha, una a una, circulaba sus pezones con mi afilada lengua y cada tanto lo mord?a con dulzura. Sus pechos eran fraternales, armoniosos, me perd?a en ellos eran un mar de dulzura, estaba perdido en ello cuando ella no aguant? m?s y volvi? a proponerme el beso boca a boca, al tiempo corr?a la tanga y se sentaba sobre mi verga.

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Entr? toda hasta el fondo y salt? sobre ella, llevaba el ritmo mientras yo la disfrutaba en toda su dimensi?n sus tetas saltaban en cada embate y un gemido afloraba cada vez que le entraba hasta el fondo, solo la dejaba hacer, entre suspiros me dijo:

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-????????? Ayyy!, mmm, Pedro, Pedro, me encan? ayyy!,? encantan los hombres? ayyy! maduros?

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Sent?a que la ten?a rendida a mi voluntad, acarici? mi verga que estaba empapada por sus jugos y luego llev? los dedos a su esf?nter, ese mismo que hab?a contemplado en la playa, no mostro resistencia alguna a mi juego. La gir? con violencia, ella qued? de espaldas, levant? sus piernas y segu? cogi?ndola, hac?a la penetraci?n lo m?s profunda posible, su cara estaba de lado, con los ojos cerrados y la boca entreabierta, con facciones femeninas de placer, se acariciaba los pezones, me enloquec?a, intent? acariciar su cl?toris, no la dej?

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Saqu? su peque?a tanga, me enterr? entre sus piernas, bien abiertas, bes? sus muslos, la contempl? casi desprovista de bellos, solo una peque?a tirita cortada al ras asomaba arriba de su cl?toris, me encanta lamer al sexo opuesto, bes? sus labios depilados, suaves y tiernos, prob? el n?ctar de su amor, el hermoso sabor a concha, estaba empapada de excitaci?n, segu? por su trasero, lam? su anillo en c?rculos, hacia el centro, pronto mi lengua se col? en el abri?ndose paso sin mucho esfuerzo, volv? hacia arriba, introduje dos dedos en su concha, y ella? Solo gem?a y dec?a

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-????????? No pare se?or! No pare?.

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El que aun me tratara de usted me enloquec?a, me centr? sobre su cl?toris, lami?ndolo en c?rculos lentamente, haci?ndola desear, poco a poco aument? el ritmo y puse mis manos sobre sus senos, apret? sus pezones mientras ella pod?a sus manos sobre las m?as. Conteniendo los gemidos comenzaron sus espasmos y contracciones, se acab? en mi boca?

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-????????? Ahora me toca a mi - sentenci? -

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Tomando nuevamente la iniciativa fue sobre mi verga, la levant? y la masturb? dulcemente con una mano, me la hab?a pelado toda corriendo bien atr?s mi prepucio, al mismo tiempo me acariciaba con placer las bolas, eso me gustaba, para al fin dar el toque de gracia apoyando su lengua en mi cabeza desnuda. Como una experta se dedic? a lamer la parte inferior habiendo que me enloqueciera

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-????????? As? est? bien? Le gusta?

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Preguntaba haci?ndose la inocente, al tiempo abri? la boca y comenz? a meterla toda en su interior, la sent? en su garganta, apenas unos cent?metros quedaban afuera, con todo el tiempo del mundo la sacaba y volv?a a meterla por completo, una y otra vez, una y otra vez, con tanta dulzura que parec?a hacerme explotar en cualquier momento. Digamos que la arranqu? del lugar tom?ndola de los cabellos y le d? un profundo beso, en su boca ten?a sabor a m?, cuando nos separamos pregunt? sonriente:

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-????????? Qu? pasa? no le gusta? Lo hago mal?

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Para terminar con:

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-????????? Soy medio cochinita, sabe que quiero? Que me haga la colita y me acabe en la boquita?.

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No pod?a creer mi suerte, lo que escuchaba, me apresur? antes que se arrepintiera y la puse en cuatro patas, que puedo contarles de su culo que ya no lo contara antes, sus caderas se ensancharon en esa posici?n y el peque?o dibujo blanco de su traje de ba?o me enloquec?a, su cintura era la tercera parte de sus gl?teos, escup? mi mano un par de veces usando la saliva de lubricante, apunt? y suavemente lo fui metiendo, entro casi sin resistencia, mil?metro a mil?metro lo desplac? en su interior y le di con ganas por atr?s. Sent?a su anillo de cuero apretar mi miembro, era hermoso y ella gritaba m?s que antes, mord?a la almohada para ahogar los gritos, y me repet?a:

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-????????? Si Se?or! Ayyy! r?mpame el culo!!!! ayyy!!!! si? no pare!!!! Ayyy!

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Tard? medos de lo que hubiera deseado, ?con rapidez se dio vuelta y mi leche comenz? a saltar sobre su rostro, sobre su lengua, sobre sus dientes, en unos segundos su cara estaba toda sucia, ella saboreaba el semen y volv?a sobre mi verga chup?ndola toda y meti?ndosela hasta la garganta, al fin, desparram? la leche usando mi verga y dejando todo sucio a su paso.

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No habr?a m?s contactos entre nosotros, nadie supo nada de esta historia, por la tarde junto a Margarita nos despedimos de los padre de Noelia, ella jam?s levant? la mirada y me evit? en todo momento. Algo hab?a cambiado, el tigre record? que ten?a garras y aflor? su instinto asesino, la jungla me esperaba, Margarita aun no entiende que fue lo que pas?

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