Soy una mujer que siempre se las ha apañado sola, con ayuda de algunos amigos, pero esos se cuentan con los dedos de una mano y aun te sobran dedos. Suerte en el amor, ninguna. Le di todo durante 21 años y dejo de quererme. Me dan envidia esas parejas que son para toda la vida, habiendo amor y respeto entre ambos claro.
Bueno, pasando esa época de bajón por las circunstancias de la vida. Comencé a salir un poco más cuando no tenía a mis hijos y mi economía me lo permitía. No quería ni deseaba quedarme en casa lamentándome en la soledad de mi mala suerte en el amor. Y la verdad que me vino genial el salir, no estaba sola y me olvidaba de mis problemas por unas horas mientras intentaba disfrutar.
Un día de esos que salí estando en un bar, el dueño se dirigió a mí diciéndome lo guapa que estaba y que no le importaría darme un repaso mientras me lanzaba un beso. Me lo tome a broma y le dije que no tenía valor, pero en plan de broma.
Bromeamos en varias ocasiones con la historia. Pero la gente se iba poco a poco, al final quedamos solo unas 6 o 7 personas. En un momento que fui de camino al baño, al pasar junto a el, me dijo algo que no escuche muy bien. Cuando salía del baño me agarro de la mano llevándome al almacén de la cocina y sin mediar palabra comenzó a besarme, a besar mi escote, metía su mano por debajo de mi falda haciéndola subir.
Lejos de apartarlo, seguí su juego, yo también le besaba, desabrochaba su camisa besando su torso. Entre tanto oíamos a la gente en el bar y la cocinera podía entrar en cualquier momento. Era muy excitante el momento porque nos pudieran descubrir, además me apetecía mucho que es la base.
Me puso muy cachonda besando y lamiendo mis pechos, pero había poco tiempo, entonces me coloco contra unas cajas y metió su dura polla en mi coño súper húmedo por la excitación del momento. Yo movía mis caderas para ponerlo más cachondo aun y que no parara. El estiro una de sus manos para tocar mi clítoris y masajearlo al mismo tiempo que me penetraba, pero a mí me ponía mas que me agarrara de los pechos o por las caderas, por lo que se lo hice saber.
Yo acariciaba mi clítoris con su polla dentro de mí mientras él me cogía de mis pechos y me acariciaba mis duros pezones por la excitación del momento, movíamos nuestros cuerpos acompasadamente a la vez que ambos gemíamos de placer. El me decía al oído a la vez que me comía la oreja, cosa que me excitaba mucho, que era mala, que me gustaba mucho follar con el allí mismo. Yo le decía que si, que me diera mas y que me hiciera gozar del momento que me quería correr con su polla dentro de mi coño.
Continuamos follando hasta que no pude aguantar más corriéndome de placer y gimiendo como una loca deseosa de que el también lo hiciera. Y así fue, se corrió dentro de mi coño dándome todo su semen inundando todo mi coño. Luego nos vestimos y salimos del almacén como si nada. Mis amigas me preguntaron que donde había estado, que habían ido al baño a buscarme y no había nadie. Esquive la pregunta cómo pude y continuamos la noche.
Más tarde el me llamo, le dije que estaba cansada para que el me recogiera donde habíamos quedado. Esa noche fue espectacular. Ya que ahora teníamos más tiempo para disfrutar el uno del otro y con mucha más intimidad estuvimos follamos durante toda la noche. Pero lo del bar fue irrepetible por las circunstancias del momento del aquí te pillo.
Luego seguimos viéndonos, cada uno sigue con su vida, yo voy al bar y me trata como siempre. Allí no paso nada. Fue solo eso, solo sexo entre dos adultos que quieren pasárselo bien disfrutando el uno del otro y sin ninguna clase de compromiso.
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