Ese viernes por la noche, decidí levantar a alguna prostituta y tener sexo. No era la primera vez que lo hacía, pero frecuentaba eso. Pasé por la calle en donde hay mujeres ofeciendose, reducí la velocidad para ver la oferta de mujeres, o era muy vieja o muy gorda, pasé la avenida y no me decidía, más adelante, vi la figura de una muchacha con cabello rubio obviamente teñido, pero como era de tez blanca, le iba bien, se veía joven, estaba sentada en una banca, dudé si era una de ellas. Detuve el auto y bajé la ventanilla del lado del copiloto, le dije si podía contratar sus servicios y si estaba confundido que me perdonara, ella sonrió y se puso de pie. Me dijo que no daba sexo oral, no besaba y no lo hacía por el culo. -Esta bien para mi!- le dije, ella abrió la puerta y se sentó.
En el camino, charlamos dos o tres cosas triviales, me dijo que se llamaba Laura, lo cual no era cierto, parecia una chica muy joven, de 18 a 20 años, no más. Le dije que cual era la tarifa, ella me dijo la tarifa, que era más o menos $50 dolares por hora. Le dije que estaba bien. En el camino, le dije que tenía hambre y que la invitaba a cenar, ella me dijo que el tiempo corría. -No hay problema-, le dije.
La verdad es que yo tenía hambre, no lo hacía por meterme en su vida personal, total no me importaba. Pues resulto buena platicadora, ella pidió cena también y vi que casi se la devoró, debía tener mucha hambre. Charlamos de temas ajenos a lo que ella hacía, más nos centramos a lo que yo hacía. Ella confesó tener estudios preuniversitarios.
Luego salimos de alli, ya bromeabamos, ella me indicó que ya se me había ido una hora, -no hay problema- le dije, subimos al auto y me indicó el camino para un bonito motel, llegamos, subimos, ella se fue a acicalar y yo me quité la ropa, debo decir que tengo todavía buen complexión, soy alto, lleno no gordo. Al salir, ella venía solo con ropa interior, su cuerpo era delgado, pocas tetas pero paraditas como volcanes, de piel muy blanca, ojos café muy claros, piernas delgadas largas, pocas nalguitas, pero buenas curvas en sus caderas. Realmente bonita.
Me senté en la orilla de la cama, la senté en mis piernas, le pregunté con educación que le podía hacer, ella me dijo que le podía besar los senos y la cuquita, por supuesto también follarla. Le quité el sostén y sus senos eran pequeños pero bellas formas, comencé a chuparlos, le besé el torax y luego volví a mamar con delicadeza sus pezones, ella se mantenía seria y con los ojos abiertos, mi mano buscó sus muslos y la entrepierna hasta que acaricie su rajita sobre su braga. Poco a poco fui buscando entrar en su braguita, acaricie sus cortos labios vaginales y su clitoris, por fin la oí gemir desde que empecé a chupar sus senos.
La fui acostando en la cama, le quité las bragas y se quedó completamente desnuda. No me metí entre sus piernas, sino de ladito fui besando su vientre y luego sus labios vaginales, busqué su clitoris, era diminuto, le pasé la punta de la lengua varias veces, ella gimió de nuevo y cerro sus ojos, seguí el tratamiento mientras uno de mis dedos jugaba en la entrada de su vagina. La chica gimió más, no parecía ser fingido. Eso me calentó la sangre y me puse muy excitado. Mi lengua subía ha su clitoris y luego bajaba hasta la entrada de su vagina, lo hice varias veces y estoy casi seguro que la muchacha se corrió porque sentí algo amargo en mi lengua cuando se la pasaba por la vagina.
Luego me fui colocando en medio de ella, en la posición de misionero, luego la penetré, alli pude confirmar que si se había corrido pues su vagina estaba bien lubricada y caliente, ella gimió cuando se la metí toda, lo hice de dos golpes, luego me puse a pistonearla, la rodee con los brazos el cuello y comencé a darle duro, ella respondió cruzando sus piernas sobre mis caderas y comenzamos una rica follada. Yo se la metía bien profundo y ella respondía apretándome, estuvimos cogiendo un buen rato, yo veía que ella se resistía, pero que estaba al borde de un orgasmo, abría los ojos y se quedaba viendo algún punto como concentrándose en algo para no correrse. Yo al ver esto le di más duro a la vez que le tomé uno de sus pies y le comencé a chupar sus deditos, eso la desconcentró de nuevo en el acto sexual y minutos después no pudo fingir más y comenzó a gemir, Laurita se corrió como lo que era, una putita.
En mi caso, todavía no estaba listo, la acomodé en la posición canina y la penetré, en esa posición la sentí estrechita, la comencé a bombear y tomandola de las nalgas las pistonie duro. Hasta que provoqué mi venida, llené el condon de semen entre quejidos.
Al salir del motel, en lugar de estar callada, Laura se soltó, fue muy platicadora y una conversación agradable, le dije que si podía invitarla a algo de beber en mi casa, que no habría sexo, solo compañía, ella ante mi sorpresa aceptó sin mucho pensarlo. Ya en casa, la llevé al living, le ofrecí una cerveza y aceptó, luego otra y en la tercera, ya se había desihinbido, charlabamos de lo más ameno. Me confesó que tenía apenas dos meses de dedicarse a la prostitución y que lo había hecho porque tenía una madre enferme y dos hermanos más, menores de edad. Me dijo que no había empleo y si había mal pagado. Luego me tocó el turno y le comenté la vida sexual sedentaria que tenía actualmente y la razón por buscar sexo fácil.
Charlamos hasta casi la media noche, en eso me dice ella -Oye, por qué no vamos a tu habitación, esta vez invita la casa-, me dijo con una sonrisa picara, yo acerqué mi rostro al de ella y le di el primer beso de la noche, que rico besaba y su lenguita la sabe utilizar muy bien. La levanté cargada y la llevé a mi recamara, alli la acosté, me puse a su lado, la besé mucho, le quité su top, mamé su tetitas también por primera vez, le pasé la lengua a sus pezones, la chica comenzó a gemir.
Luego atrevidamente me subí encima de ella pero en forma invertida, yo buscaba hacer un 69 con ella, a ver si aceptaba hacerlo, abri sus piernas y me sumergí entre sus muslos, a mamar su rajita, me quedé un rato esperando cual era su reacción al tener mi verga casi en su rostro, ella la tomó y comenzó a mamarla con energía, me pegaba cada succión que sentía que me iba a descolgar la verga. Nos dimos un banquete con el sexo del otro. Yo le mamaba la raja mientras le metía dos dedos en su vagina, ella me mamaba hasta los huevos. Fue genial.
Luego me la cogí, empezando con la pose del misionero, la penetré salvajemente, le di duro un buen rato hasta hacerla gritar y correrse, luego ella se subió encima, se sentó y ensartó mi verga y me cabalgó lo que quiso mientras le mamaba sus tetitas, alli ella me hizo correr a mi, lo hicimos una buena parte de toda la noche sin condon y le llené de leche la raja. Luego la follé en cuatro, después de lado, le eché dos polvos casi seguidos, terminamos agotados y llenamos las sabanas de mi leche y de sus jugos íntimos.
La chica se volvió mi amante, le conseguí trabajo con un amigo. Hoy día le alquilo una habitación en el centro de la ciudad y nos vemos frecuentemente.
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