La música resuena fuertemente en mi cabeza, el ritmo poco a poco se mezcla con el alcohol en mi sistema mientras me dejo llevar.
Pues quien lo hubiera dicho, cualquiera que me vea ahora sufriría un shock. El serio chico de la firma de abogados, el siempre ocupado y buen defensor, el chico que es demasiado bueno para su propio bien en un lugar como este. Esta bien, hasta yo estoy sorprendido, un club nocturno no estaba exactamente dentro de mi lista de lugares en los que pondría un pie alguna ves. De hecho ha sido una semana de muchas primeras veces: la primera ves que mi hermano no me dirige la palabra, la primera vez que arruino un caso importante, la primera vez que no logro conseguir una chica ¿increíble? pues créanlo, la primera vez que estoy en un lugar como este, vistiendo ropa normal ¡AH! Y olvide mencionar que estoy vergonzosamente ebrio… si definitivamente muchas primeras veces al mismo tiempo. Continúo bailando, rogando porque de una u otra manera logra olvidar, aunque sea unos momentos, la decadente realidad en la que me ha sumido el destino-¿Zeyn?- escucho una voz por sobre la música, me volteo a mirar de quien se trata y una corriente fría baja por mi espalda al posar mi ojos en la persona frente a mi-No puedo creerlo, de verdad eres tú- continúa Ian mientras se me acerca más- ¿Qué rayos haces aquí?- pregunta enmarcando una ceja Por unos instantes no logro procesar sus palabras, la pregunta llega amorfa mi cerebro mientras lo único que puedo hacer en mi lamentable estado es contemplar la hermosura del chico ante mí. Vestido completamente de negro, su ropa ajustada remarca sus piernas largas, su firme trasero, su cadera, su femenina cintura… mis ojos bajan y se detienen en su entrepierna antes de que nuevamente su voz resuene en mis oídos-¡Zeyn! ¿Ocurre algo?- me pregunta con un dejo de preocupación, sonrío y me acerco a él esbozando mi característica sonrisa seductora [que solo utilizo cuando quiero llevarme a alguna chica a la cama] -No me pasa nada, de hecho me siento mejor que nunca- le digo mirando directamente en sus profundos y hermosos ojos dorados. El chico da un paso atrás, el rubor aparece en sus mejillas.-Estas ebrio- me dice intentado alejarse pero la pista de baile de un momento a otro se llena de parejas, le tomo por el brazo y le hago mirarme.-Si lo estoy- deslizo mi otra mano y rodeo su cintura atrayéndolo a mí, sonrío maliciosamente al sentir como tiembla bajo mi toque, acerco mi rostro al suyo y le susurro al oído-No hay escape Ian- nuevamente miro sus ojos, el rojo en sus mejillas y su entrecortada respiración hacen que el deseo comiese a fluir por mis venas. Aun le tengo sujetado por la cintura cuando la música comienza nuevamente, las luces electrónicas tiritan dando al ambiente ese efecto de flash, sonrío ampliamente al sentir como el chico comienza a mover el cuerpo al compás de la música, le sigo. La música resuena en mi cabeza, el cuerpo del rubio junto al mío, ambos meciéndonos al unísono, mis manos pasean por su espalda, su cintura, su cadera mientras sus brazos se cierran entorno a mi cuello, no hay separación ya entre nuestros cuerpos. Puedo sentir su calor, el temblor de sus manos, el pulso en sus venas, el ritmo cambia, ahora es más sexy, más íntimo, luces bajas, el efecto de flash continúa haciendo que todo a nuestro alrededor parezca una película en cámara lenta. Ian se voltea, continuamos, pero no creo que esto sea ya un simple baile, no, ahora es una lucha, entre él y yo, por volver al otro loco…sacarlo de si…complacerlo…hacerle gritar por más…yo gano, le escucho gemir, a pesar de la música, cuando su mano se topa con la dura prueba de mi deseo por él. Se voltea, le miro, me acerco y le beso, él me corresponde. Nos movemos al compas de la música, mi lengua logra accesos a su boca, haciendo más íntimo el beso, más violento, más dependiente. Puedo sentir como los brazos del chico rodean mi cuello nuevamente, acortando la prácticamente inexistente distancia. Un gemido animal se escapa de mi garganta cuando le siento frotar su miembro palpitante contra el mío. Soy yo el que rompe el beso y miro nuevamente sus ojos, el chico entiende el mensaje, lame sus labios… el la única respuesta que necesito. Logramos abrirnos paso entre la multitud hasta el baño, abro violentamente la puerta empujando al rubio para luego seguirlo, cierro la puerta tras de mi. La música aun continúa dejándose escuchar perfectamente en el pequeño cuarto aunque no creo que ninguno de los dos le haya prestado mucha atención desde hace rato ya. Apenas cierro la puerta Ian se lanza sobre mí haciendo que mi espalda golpee contra la madera, mientras una hambrienta boca demanda mi atención y por dios que estoy más que dispuesto a prestarla. Mientras nuestras lenguas saborean la boca del otro, me dedico a buscar los bordes de la camisa del rubio, deslizo mis manos dentro y exploro desesperadamente la suave piel de su torso. Ian, por su parte, se dedica a deshacer el cinturón, abrir mi cremallera y deslizar su mano dentro. Otro gemido escapa desde lo profundo de mí al sentir su mano masajeando mi miembro, nos separamos respirando entrecortadamente.-Yo primero- me dice antes de hincarse frente a mí, terminar de abrir mis pantalones y tomar de improviso mi duro pene en su boca. DIOS el chico hace maravillas, su boca es definitivamente experta, su lengua recorre lentamente toda mi longitud antes de volver a meterla en su boca; lo único que puedo o mejor dicho logro hacer es dejar que mi cuerpo descanse contra la madera mientras mis dedos se entrelazan y pierden en su dorada y sedosa cabellera, muevo mis caderas suavemente al compas de los movimientos del chico, mi respiración se acelera, la vista se me nubla…definitivamente estoy en el cielo pero de pronto algo en mi hace que le detenga. Le sujeto el rostro y le hago levantarse, Ian me mira extrañado, le beso de manera demandante, empujándolo contra la pared opuesta, dejo su boca-Ahora voy yo- susurro a su oído antes de asaltar su cuello, lamidas y mordiscos, el salado sabor de su sudor se mezcla con el del insoportable deseo de fundirnos en uno de manera salvaje. Su pantalón cae a mis pies para luego permanecer en el suelo mientras sus piernas se aferran firmemente a mi cadera. Mi camisa se le une momentos después. Puedo sentir como sus uñas marcan su camino en mi espalda del mismo modo que mis mordiscos en su cuello. Un grito de dolor llena la habitación cuando le penetro con un solo movimiento, no hay aviso ni preparación ¿para qué? No somos más que dos animales dejándose llevar por sus deseos carnales, no espero a que se ajuste a mí, simplemente no puedo. Le embisto una y otra vez, rápida y fuertemente, puedo sentir sus uñas dejar marca en mis hombros, sus gemidos de éxtasis se funden armoniosamente con la música que continúa sonando. Instantes después son los míos los que se les unen. Puedo sentir el clímax acercarse, el calor recorre mi abdomen, la vista vuelve a nublárseme y finalmente me vengo dentro de él, un largo suspiro escapa de mis labios segundos antes de que Ian llegue al suyo, el chico se viene en mi vientre, no me importa. Ambos caemos al suelo, respirando entrecortadamente, un par de minutos pasan en silencio antes de que la voz del rubio resuene nuevamente en mis oídos.-Eso fue…-le sonrío, se ruboriza-Asombroso Dejo escapar una carcajada, tomo mi camisa, me levanto y le miro intensamente-Vístete y sígueme-le digo, obedece, mientras se abrocha el pantalón me dedica una mirada interrogante-¿Por qué?-Calla y obedese- contesto mientras abro la puerta para salir de ahí…”Música, alcohol y sexo, no es tan mala combinación” pienso mientras relamo mis labios con el fresco recuerdo de lo que acaba de pasar…
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