Con antojo de un motelazo

FECHA: 8/13/2013

Hace unos días, después de hablar con un amigo de Todo Relatos, se me antojó ir a follar rico a un hotel, pocos días después cumplí mi antojo. Creo que es una ventaja de las mujeres cuando queremos coger; sólo hay que escoger a quién de las queremos dar…jijiji.

Se me antojaba alguien a quien no hubiera visto en varios meses, y pensé en un ex alumno y después ayudante mío; Guillermo (Memo). Le mandé un mensaje por el cel a ver si estaba ocupado; de hecho estaba con su novia, pero sabiendo lo cabrón que es y lo que le gusta cogerme, lo provoqué: (ya que yo sabía que estaba con su novia) le escribí:

- “Ay, qué lástima, Memito, es que tengo ganas de cenar rico y de un postre todavía más rico”.

- “Ah, y por qué pensaste en mi?”

- “Por qué crees? ; )”

Pocos minutos después me dijo que pasaría por mi para ir a cenar; nunca fue difícil convencer a Memo. En la Universidad tenía fama de mujeriego. Para ir calentando el ambiente desde el principio, me puse una minifalda negra tableada –sin medias- tacones y una blusa blanca abotonada, pero dejando un buen escote; pequeña ropa interior blanca. Fuimos a un buen restaurante y dos botellas de vinos después -e insinuaciones mutuas- nos retiramos ya muy picados; Memo se la pasaba clavado en mi escote, y de vez en vez me agarraba las piernas y metía un poco la mano debajo de la mini. Yo le acariciaba la pierna acercándome a su paquete, le rozaba los güevos con mi dedo meñique.

Ya en el coche me preguntó si íbamos a mi casa, le dije que no, le acaricié la pierna subiendo desde el muslo hasta su paquete y le dije:

-       “Llévame a un hotel”.

-       “Y eso?”, me preguntó.

-       “Mm…tengo ganas de un hotel”.

-       “Hotel será; ya sé a cuál te voy a llevar”.

-       “Espero que no esté lejos”, empecé a acariciarle el paquete simulando que lo masturbaba y abrí un poco las piernas para dejarle ver mis calzoncitos.

-       “Pinche Tere, me pones a mil, cabrona”.

-       “Yummy”.

Casi llegando al motel me incliné en hacia su regazo, le abrí el pantalón, le acaricié la verga, se la saqué, los masturbé un poco y empecé mamársela; quería que me viera el que atendía el motel -una pequeña travesurilla.

-       “Ay, cabrón! Así de caliente andas?”

-       Mmmmmmmm…m-hm (asentí) mmmmm…mmmm”.

-       “No, mames, pinche Tere, qué boquita!”

Manejó hasta el estacionamiento del cuarto y yo seguía mamándole la verga.

-       “Me vas a sacar la leche, Tere”, yo seguí en lo mío, Memo se recupera rápido después de venirse, así que no había problema.

-       “Mmmmm…qué rico…mmmmm…quiero saborearla…mmmm…quiero que te vengas en mi boquita…mmmmmmmm…”.

-       “Ay, pinche Tere, no chingues qué rico me la mamas, mucho mejor que mi vieja”, me levantó la mini y empezó a acariciarme las nalgas, deslizando el dedo medio entre mis nalgas, por el canal hacia mi culito”.

-       “Mmmmm…la tienes bien rica, Memo…mmmmmmm”, le lamía los güevos y volvía a mamársela y jalársela.

-       “No chingues, eres bien güila, Tere…y qué culo tan rico tienes…y con ese calzoncito…ay, cabrón!”

-       “Dame tu lechita, papi…mmmmmm…mmmmmmm”.

-       “Te voy a dar mucha leche, putita…sigue mamándomela, ya me voy a venir, Tere…así, así…en tu boquita?”, no le respondí sólo seguí mamándosela y jalándosela.

Poco después se vino y me llenó la boca con sus mecos.

-       “Mmmmm…qué rico! Mmmmm…mmmm”

-       “Andas bien caliente, Teresita, no te esperaste ni a llegar al cuarto”, me dijo.

-       “Te molesta?”

-       “No, para nada”.

-       “Y sí, ando muy caliente, Memito, espero estés preparado, eh” le lamí el cuello y mordisquee la oreja.

-       “A güevo que sí, mami, te voy a coger bien sabroso, zorrita”.

Subimos al cuarto -yo delante de él moviendo las nalgas para seguir provocándolo y calentándolo- y en cuanto entramos me dio una nalgada.

- “Cómo he extrañado tus nalgas, Teresita…maestra putita”, me jaló hacia él, me besó; “Estás bien buena, pinche Tere”.

- “Y a mi se me antojó esta cosota”, le dije agarrándole el paquete.

- “Pues te la voy a dar todita y un chingo de veces”, me lamió y mordisqueó el cuello.

Me abrió la blusa rompiendo los botones, me agarró las tetas, las chupó y me agarraba fuerte las nalgas, ya manoseándome debajo de las minifalda que me puse; no llevaba medias, así que se le facilitó magrearme las nalgas. Me arrancó mis pequeños calzones -me estaba haciendo justo lo que quería, una cogida fuerte, con cierta violencia- me masajeó las nalgas con mayor fuerza y rozó levemente mi mojada concha.

- “Ya andas bien pinche mojada, mami”.

- “Sí, Memo, ando muy caliente…cógeme!”.

- “Eres una atascada, Tere; te sigues cogiendo alumnos, verdad zorrita?”

- “A veces”, sonreí.

- “Dejarás de andar de puta calientapollas”, me manoseaba por todas partes y yo a él, agarrándole las nalgas, el paquete, desfajándole la camisa.

Me quitó la blusa y el brassiere, me recargó en la pared, se puso en cuclillas  y soplaba suavemente la concha. Me mordisqueó los muslos, me lamió alrededor de la conchita.

-       “Qué rico huele tu panochita, Tere…y la traes bien recortadita, como siempre: mono te cabello corto…qué rico!”

-       “Sí! Cómeme la conchita, papi!”

-        “Mmmmm…mmmmmm…qué delicia!”, yo le agarraba la cabeza y puse una pierna sobre su hombro para facilitarle el acceso a mi concha; movía la cadera hacia delante para que me lamiera un poco el culito.

-       “Qué rico, papi, síguele!”, yo me agarraba las tetas y pellizcaba los pezones.

Después de unos minutos me puso de perrito en la cama, me bajó la blusa –no me la quitó- y me siguió mamando la concha, pero ahora también me lamía el culo.

-       “Qué culote, Teresita…cómo me acuerdo de él, zorrita…y me encanta lamértelo…mmmmmm…mmmmmm”.

-       “Me encanta cómo me mamas el culo y la conchita, Memo”.

-       “Tienes un culo exquisito, Tere…y hay que irlo aflojando para que le entre”.

-       “Ay, qué delicia, papi!”, me pellizqué los pezones.

Después de unos minutos me vine mientras Memo me mamaba la panochita. En cuanto acabé, Memo se desvistió en chinga, me dio la vuelta me acomodó de misionero y me la metió como iba. Me estuvo bombeando muy rico.

-       “Ay, cabrón!”.

-       “Qué rico te entra, Tere, se la come todita tu mono”.

-       “Qué rica verga tienes, papi”.

-       “Me encanta cómo rebotan tus tetas cuando te la meto, mami…te acuerdas cómo cogimos en aquel viaje a Madrid? No mames, qué bueno que te mandaron a cuidarnos, si no, de las cogidas que me hubiera perdido. Andabas insaciable, pinche Tere”.

-       “Ricas cogidas en Madrid, verdad? Te escapabas de tu cuarto, travieso niño”.

-       “Por cogerte…cómo no!? Además bien que andabas de calientapollas. Tu novio aquí y tu en España coge y coge, cabrona”.

-       “Métemela duro, papi…y enseguida te apuntaste, verdad?”.

-       “Con tu culo, Teresita…bien que sabes que un chingo de güeyes mueren por metértela”, me agarró las piernas y las levantó deteniéndolas con sus brazos.

Luego de unos minutos me puso en la posición del tornillo (perpendiculares) y me dedeaba el culito mientras me la metía y me agarraba las tetas.

- “Aprietas el culo bien rico, Tere”.

- “Me encanta cómo me la metes, papi…dame duro, Memo”.

- “Jajaja, bien atendida: culo, panocha y tetas”.

- “Sí, papi, qué rico me coges”.

Me metía el pulgar mientras me la metía en la panochita y me agarrabas las tetas, me pellizcaba los pezones. Luego de unos minutos me puso de perrito, me volvió a dedear el culito, pero esta vez después de algunas embestidas y nalgadas, acomodó su verga en mi culito y me la fue metiendo poco a poco y entonces…

- “Ahora sí Teresita zorrita, ahí te va todita…”

- “Ay, cabrón! Pinche, Memo, me partes el culo, cabrón”.

- “Qué rico me la aprietas, pinche Tere…ordéñame, putita”.

- “Sí, papi…ay, ay….”

- “Esto querías, verdad, pinche Tere, golfa…que te la metieran rico en el culo, verdad? Querías mi verga en tu culito, verdad?”

- “Sí, papi, sí”.

- Ojalá mi vieja me diera el culo, pero mientras me chingo el tuyo”.

- “Sí, Memo, sí…me voy a venir, papi, rómpeme el culo”.

- “Vente, zorra…dame tus jugos”, entonces me la sacó y me la metió de nuevo en la concha; me bombeó rápido y fuerte. Me dio nalgadas y me vine en pocos minutos. En cuanto terminé, me la sacó, se paró al lado mío- “Mámamela, Tere…ay, así, así, zorra”.

- “Mmmmmmm…mmmmmmmmm…mmmmmmmmm”.

- “Síguele, zorra, síguele, putita”.

- “Mmmmmmmm…mmmmmmm…vente, papi, dame lechita otra vez”.

- “Quieres mis mecos, puta?”

- “Sí, papi, sí…mmmmm…mmmmmmm”.

- “Pídemelos, Tere, pídeme mis mecos”.

- “Mmmmmm…mmmmmm..dame tu lechita calientita”.

- “Mecos, zorra, pídeme mis mecos, ándale!”.

- “Échame tus mecos, papito…mmmmmm…quiero tus mecos en mis tetas”.

- “En tus tetas?”

- “M-hm…sí, papito…mmmm…quiero tus mecos en mis tetas…mmmmmm”.

- “Ay…ahí te van, zorrita…ahí te van mis mecos…aaaaahhhhhhhh”.

La sacó de mi boca y se vino sobre mi, en mis tetas y un poco en la cara. Después embarró su lechita en mis tetas con su verga.

- “Mmmmmmm…mmmmmmmm,,,qué rico, papi”.

- “Puta madre, ya extrañaba una cogida de estas, Tere…tú sí sabes coger, no chingues!”, me embarraba su lechita y golpeteaba mis tetas con su verga.

- “Y yo, Memito”, le agarré la reata y se la mamé un poquito más.

Luego de descansar un poco, pedimos botanas y bebidas al cuarto, nos metimos al jacuzzi y ahí nos quedamos un buen rato.  Estuvimos recordando algunas de nuestras travesuras, como las de Madrid, y nos calentamos de nuevo. Lo masturbé mientras le susurraba aquellas ricas cogidas.

-       “Te acuerdas cuando fuimos en bola al fut?” –nos invitaron a ver al Real Madrid, cosa que no me interesaba, ya que no me gusta el futbol, pero la cosa era el relajo- “los arrimones que me pegabas, Memito; me mojé de tanto arrimón.”

-       (Sonrió) “Sí, todos querían ir detrás de ti nomás para arrimarte el camarón en las nalgas…”.

-       “Hasta me agarraste las nalgas, te acuerdas?”.

-       “Se te veía la tanguita; te veías re buena; y luego me embarraste las nalgas, no chingues se me paró muy cabrón”.

-       “Jajaja…mmmmmm, lo sentí delicioso; se me antojó mucho”, seguía jalándosela y estaba cada vez más y más dura su reata. Yo quería más verga.

-       “Ahí decidí que tenía que cogerte en el viaje; tenía que ensartar este culito.”

-       “Y me lo ensartaste bien rico”, le lamí la oreja.

-       “A quién más se las diste en el viaje, zorrita?”.

-       “Quieres saber quién más me ensartó? A quién se las di; quién me cogió rico?”.

-       “Sí, dime”.

-       “Te calienta eso?”.

-       “Me gusta saber tus puterías…imaginar cómo te la meten”.

-       “Se las di a Roberto…Carlos, el español…”.

-       “Alumnos?”.

-       “Bien que sabes, Memito…”.

-       “Dime, Teresita…a qué alumnos se las diste?”, lo monté.

-       “Alex…”.

-       “No puedo dejar de cogerte, Tere”.

-       “…Ricardo…y tú”.

-       “Apriétame la verga con tu mono”.

-       “Así?”.

-       “Ay, sí, así…mmmmm…”, me agarró las nalgas y me mordisqueó las tetas.

-       “Quiero tu lechita adentro, papi”.

-       “Adentro?”.

-       “Sí, me encanta sentir cómo me llenan de mecos la concha, papi”.

-       “Me vas a vaciar, Tere”.

-       “Te dije que estaba muy caliente”.

-       “Hubiera invitado a un amigo para atenderte hasta que ya no puedas”.

-       “Un día lo hacemos…me la debes, eh…vente, Memito, dame tu lechita, échame tus mecos adentro…ya me los echaste en la boca y en las tetas, ahora dámelos adentro, papi…bien adentro, cabrón, bien adentro”.

-       “Sí, zorrita…te los voy a echar bien pinche adentro de tu panocha; a llenarte el mono, zorra”, su verga empezó a palpitar, se vendría pronto.

-       “Sí, papi…chúpame las tetas…”, quería venirme también, “así cabrón, así…aaahhhhh…dámelos, papi, dámelos…”.

-       “Ahí te van, zorra…ahí te va…aaaaaahhhhhhhh…aaaaaaahhhhhhh”.

-       “Síííííííííí, qué ricooooo…ay, papi…mmmmmmmmmm”.

-       “Aahhhhh…no mames, pinche, Tere…me exprimiste, cabrona”.

-       “Te lo advertí, Memito…qué rico me cogiste…mmmmmm”.

Después de unos minutos nos dimos un regaderazo y me llevó a casa. Fue una buena elección hablarle a Memo, y tuve suerte de que él hubiera decidido dejar a su novia para ir a coger conmigo. Quedé satisfecha!

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