Sergio, el instructor de karate de mi hermano.

FECHA: 11/30/2014
Nos invitó a pasar y nos quedamos en la sala, después el regresó y venía sólo con un bóxer color rojo, yo me quería morir de la excitación, le entregó las cosas a mi hermano y nos despedimos. Desde ese momento no dejaba de pensar en él, me masturbaba pensando en que me besaba y que me hacía el amorHola, mi nombre es Juan, es la primera vez que me animo a escribir, he leído muchos relatos, en ésta página y en varias más, esto sucedió cuando tenía 13 años.

Siempre he estado consciente de que soy gay desde siempre, jugaba con las niñas, prefería las artistas mujeres, etc, para mi mala fortuna, nací en una familia extremadamente machista, por lo que constantemente recibía regaños y fui tratado con severidad, creo que para que me hiciera un hombresito, por lo que conforme fui creciendo ocultaba mis verdaderos deseos, jugaba con niños, me hice de muchos amigos hombres y me refugié en los estudios, por supuesto que en la etapa de secundaria me enamoré de mi mejor amigo, pero jamás hice nada ni le comenté nada lo que sentía.

Ocupo el 5to lugar de 6 hermanos, y a mi siempre me tocó cuidar del menor 3 años menor que yo, por lo que era obligado a llevarlo a sus entrenamientos de fútbol y de karate, mi vida transcurría digamos un tanto aburrida, pero en una ocasión, mi hermano me dijo, que lo acompañara a visitar a su instructor de karate porque éste le tenía que entregar un equipo para poder competir al día siguiente, llegamos a su departamento y en eso momento abrió la puerta, un hombre de aproximadamente 35 años, salió sin playera y con una toalla enredada en la cintura, pues terminaba de bañarse, esa imagen hizo que me quedara perplejo, pues tenía un cuerpo bastante trabajado, sin nada de vello y una protuberancia difícil de esconder bajo la toalla, en ese momento sentí mucho calor y mis manos empezaron a temblar, me puse tan nerviosos que no sabía que decir, y mi mirada no se apartaba de su miembro.

Nos invitó a pasar y nos quedamos en la sala, después el regresó y venía sólo con un bóxer color rojo, yo me quería morir de la excitación, le entregó las cosas a mi hermano y nos despedimos. Desde ese momento no dejaba de pensar en él, me masturbaba pensando en que me besaba y que me hacía el amor

Mi hermano empezó a hacer una bonita amistad con él y mis padres estaban contentos por que gracias a sus enseñanzas mi hermano estaba avanzando en la disciplina de karate, tan bien les cayó, que lo invitaron a la casa a comer y así empezó una relación de amistad con la familia. Cada vez que estaba en la casa aprovechaba para sentarme junto a él y de vez en cuando él me abrazaba, como jugando, esto para mi era increíble.

Un día, acompañé a mi hermano porque competiría por la cinta negra, mis padres no podían acompañarnos, pues tenían que visitar a mi abuela que se encontraba muy enferma, así que nos encargaron con Sergio, él les dijo que no se preocuparan, que si gustaban él nos llevaba a su casa y que cuando llegaran él nos traía. Mis padres aceptaron, y yo me puse extremadamente contento y lleno de excitación, no sé porque pero sentía que algo pasaría esa primera noche en casa de Sergio.

Terminó la competencia, nos invitó a cenar y luego nos fuimos a su casa, estuvimos platicando un rato, y mi hermano estaba muy cansado, por lo que se quedó dormido en el sofá, no quisimos despertarlo, Sergio me dijo que sólo había una cama, que si no me importaba dormir ahí, le dije que por supuesto que no, que no me molestaba, en mis pensamientos decía que era lo que más deseaba.

Me fuí a acostar y me dijo que él se acostaba en un momento, que tenía que hacer unas cosas, yo me acosté me puse mi pijama, en ese tiempo era verano, por lo que hacía mucho calor, pero yo no paraba de temblar y tenía frío, tenía una excitación que no podía controlar e incluso no podía respirar, me estaba quedando dormido, cuando Sergio entró a la habitación y empezó a quitarse la ropa, sólo quedó en bóxer, yo me hice el dormido y disfruté de esa hermosa vista. Se acostó y yo no podía dormirme, seguí temblando muriéndome de ganas por acariciarlo y que el también me acariciara, de repente, Sergio se voltio y puso su mano en mi estomago, yo no lo podía creer, me quedé inmóvil, y movió su pierna encima de mi cuerpo, quedando su pene pegado mi muslo, lo sentí enorme y era una sensación que nunca había sentido, no sabía que hacer, en eso empieza a bajar su mano poco a poco, y la posó encima de mi pene y me susurró al oído, no tienes calor, yo en ese momento no dije nada, y él empezó a bajarme el pijama dejándome en slip

Volvió a poner su mano en mi pene y me susurró “parece que estás un poco caliente y me dijo déjame ayudarte a quitarte la calentura, yo no decía nada, metió su mano dentro de mi slip y pareciera que estaba en las nubes, yo estaba totalmente mojado y mi pene estaba que reventaba, comenzó a masturbarme y luego me dejó totalmente desnudo, siguió acariciándome y me dijo al oído, yo también estoy muy caliente, quieres ver, y llevó mi mano a su verga, primero empecé a acariciarlo por fuera, él también estaba que reventaba, luego metí mi mano y en ese momento supe lo que era acariciar otra verga, la piel la sentía sedosa, muy caliente, estaba muy grande y gruesa, también se quedó desnudo, y en eso me abraza y me da un beso, jamás había besado a un hombre, y esa vez fue maravilloso, me trataba con mucho cuidado, me abrazaba y besaba por todo mi cuerpo, yo me retorcía de placer, por fin mis sueños se hacía realidad.

No paraba de acariciarme y besarme y en eso fue bajando poco a poco hasta meterse mi pene en su boca, jamás lo olvidaré, es la sensación más rica que había sentido, yo me quería venir en seguida, pero él paraba y me besaba, luego me dijo que si le gustaría mamársela, la verdad le dije que si, pero en mi mente pensaba, nunca lo he hecho, pero mi calentura fue más y fui directo a su verga, al principio fui muy torpe, y la verdad me pareció un poco desagradable, pero después el me decía como debía hacerlo, y la verdad partir de ese momento fue uno los placeres más grandes.

Cuando estaba mamándole la verga el me acodó y empezó a chuparmela también, el placer era inmenso, sentía que reventaba, él me decía que esperara, que quería que nos viniéramos los dos, a la vez, y me preguntó que si quería que me los echara en la boca, yo solo seguía mamando, de repente nos empezamos a retorcer, y los dos eyaculamos al mismo tiempo, es una experiencia indescriptible, jamás lo he vuelto a repetir, me exprimió hasta la última gota, me empezó a abrazar y a besar, y me dijo que esto no terminaba ahí, que la al día siguiente me mostraría otros de los placeres, que me quería hacer suyo y que me haría ver las estrellas, continuará....

MI PRIMERA VEZ CON EL AMIGO DE MI HERMANO

FECHA: 11/30/2014

yo accedí al juego entonces el se desnudo también y me empezó a chupar el pene uff me subía a las nubes le agarre la cabeza y empece a empujarlo para que lo hiciera mas rápido me encantava no quería que parara cuando se alejo de mi pene veía como mi humedad se quedaba pegada en sus labios eso me éxito y lo vece de nuevo entonces el se paro y me introdujo un enorme pene blanco como de 18 cm en la boca yo no sabia mucho pero lo chupe y el me decía cosas como chupa papi que eso es tuyoHola me llamo Johan tengo 22 soy de la República Dominicana y así fue como paso mi primera vez cuando tenia 17 años:

Todo empezó cuando llegaron las vacaciones de la escuela y mi madre me había prometido que me enviaría a pasar unos días a casa de mi hermano mayor que vivía en santiago (otra ciudad) llego e dia y todo super bien llegue donde mi hermano la estovamos pasando super bien me encantava pasar tiempo con mi hermano le gustaba mucho los video juegos y compartíamos mucho, resulta que una tarde llaman a mi hermano que tendría que viajar a higuey para un asunto de su trabajo y el viaje era desde el sábado en la tarde hasta el domingo en la noche escuche por teléfono como le decía a su jefe que no podía que su hermano estava de visita pero al parecer no los pudo convencer y empezó a preparar el viaje, luego me llama y me dice que un amigo de confianza de el se quedaría con migo yo le dije que no había problema.


Me dijo que me portara bien que no saliera que me llamaría varias veces que contestara siempre en teléfono.
antes de marcharse mi hermano tocan la puerta del apartamento yo abro y era un chico como de 23 a 24 anos alto blanco cuerpo bien definido ojos claro traía una camiseta puesta y se le notaba un tatuaje en su pecho mi hermano salio y me lo presento me dijo el es javi el se quedara con tigo le dijo que había de comer en la nevera y le explico una que otras cosas, yo en particular no me lleve ninguna impresión con javi pues hasta entonce no me fijaba en los chicos tenia novia y era popular con las chicas pues siempre he sido delgado definido pelo negro claro, en fin me veo bien.


Mi hermano se va y llega la noche javi me hace cena no hablamos mucho se la pasaba hablando por teléfono por lo que a las 10 me fui a dormir la verdad estava un poco aburrido javi veía el baseboll en la sala, me quede dormido y unas oras mas tarde despierto y veo que aun la luz del televisor sigue encendida asi que pensé que javi había olvidado apagarla, salí y menuda sorpresa que me llevo javi veía una porno hetero mientras se masturbaba a través de sus bóxer tenia la mano dentro y tremenda cara que ponía, yo para evitar que se diera cuenta que lo había visto y se un ruido como si iría abrir la puerta y me acerque siguió viendo la porno aun que no se masturbaba y me dijo:


javi:hey estas despierto


yo: si no tengo sueño


javi: ven vamos a ver esta peli pero no le digas a tu hermano que te la deje ver


yo: ok


Empezamos a verla y veía ese tremendo guevo que tenia y me daba u poco de vergüenza pues aveces se lo tocaba yo también me excite y como tenia boxer también el lo notaba y me decía uff también te activaste, ambos estavamos super calientes pero yo ni por la mente pensaba en algo entre nosotros, y javi de pronto me pregunta te gusta jugar a las luchas yo le dije que si me dijo vamos a jugar y comenzamos a jugar a las luchas en e piso frente a la peli me pareció un poco extrano pero acepte, empezamos y según me apretaba el no perdía la oportunidad de rozar su pene por mi cuerpo y culo, y en un momento el me hizo una llave y su cuerpo y el mio quedaron juntos cara con cara su pene y el mio estaban erectos y ambos se sentían uno al otro el se quedo quieto y hizo un bum con su pene (lo movió que yo lo sentí) yp curiosamente hice lo mismo, entonces el me beso yo no sabia que pasaba pero lo deje y me gustaba luego empezó a besarme el cuello y bajo asia mis tetillas y me quito los boxer yo no me lo quería dejar quitar me dava miedo y el me dijo ara es solo un juego de amigos nadie lo va a saber.


Yo accedí al juego entonces el se desnudo también y me empezó a chupar el pene uff me subía a las nubes le agarre la cabeza y empece a empujarlo para que lo hiciera mas rápido me encantava no quería que parara cuando se alejo de mi pene veía como mi humedad se quedaba pegada en sus labios eso me éxito y lo vece de nuevo entonces el se paro y me introdujo un enorme pene blanco como de 18 cm en la boca yo no sabia mucho pero lo chupe y el me decía cosas como chupa papi que eso es tuyo y me excitaba mas y chupaba luego de un rato chupando el me puso boca abajo y me empezó a mamar mi culito vaya me puse loco casi llore del placer me metía esa lengua una y otra ves y yo loco de placer me dijo que nos paráramos del piso y fuéramos al cuarto de mi hermano que era donde el dormitorio allí entramos tomo una crema que habían al lado de la cama y me la puso en mi culito y empezó a meterme un dedo me dolía un poco pero me gustaba liego de un rato masajeando mi ojete empezó a rosar su pene por ahi cosa que me ponía loco y empuja atras para que lo entrara y de un pronto me empujo un poco cuando la cabeza entro me dolio mucho y quise sacarla el me agarro y me dijo espera y poco a poco lo fue entrando, me dolió muchísimo casi llore y le suplicara que lo sacara pero me decia solo un chin papi lo entro y empezó a moverse lentamente me dolía mucho pero unos minutos después me empece a masturbar mientras lo hacia y coji el placer de mi vida sentía como ese pene entraba y salia tan facil de mi culo y comencé a pedir mas y a moverme


El me puso a cabargarlo y me moví como un loco estaciado de placer me puso en cuatro y me dio tan duro que casi me empujaba con su envestida de pronto el me apretó fuerte y me abrazo y sentí como su pene lanzaba chorros de leche calientes en mi culito ahi yo también me vine como nunca antes en mi vida entonces saco su pene y me beso hizo que me acostara sobre el asi sucio de mi semen y nos quedamos callado un rato, luego me dijo que no se lo dijera a nadie, me dijo ven me tomo de la mano y me llevo al baño me baño me lavo todo mi cuerpo y me besaba mucho yo también lo bañe a el luego nos dormimos abrazados y al otro día en la manana lo repetimos todo,


Mi hermano llego y nos hicimos de cuenta que nada había pasado el se fue y nunca lo he vuelto a ver hacia un tiempo entre comentarios le pregunte a mi hermano por el y me dijo que se había ido del pais que vivia en USA y que habían perdido contacto.


Así fue mi primera ves es la primera ves que lo cuento sigo siendo muy discreto este es un nombre falso pero la historia es real este es mi primer relato si te gusto dejadme tu comentario


gracias!!

Mi fantasía se cumplió: primera parte.

FECHA: 11/30/2014
Toda mi vida había sentimo culpa por sentir excitación al mirar a las niñas. A penas y había tenido una novia a mis 19 años de edad y jamás había tenido contacto sexual con otra persona. Sólo me masturbaba mirando pornografia. Jamás me imaginé que mi primer contacto sexual seria con dos de mis pequeñas sobrinas.Soy de Acapulco. Mi familia y yo fuimos de vacaciones a casa de una tia en un pueblo del estado de Guerrero. La casa de mi tia es grande, cuenta con tres plantas y muchas habitaciones. Mis cinco primos ya son mayores. Cuatro de ellos ya tienen hijos y una es soltera. Sus hijos siempre nos han dicho tio a mí y a mis hermanos. Uno es hombre, Carlos, tiene 13 años y es hijo de la mayor de mis primas; Mayte, hermana de Carlos tiene 10 años de edad. Mi otro primo tiene dos hijos también; Areli, es la mayor y tiene 10 años de edad y su hermano tiene apenas 2 años. Otra prima tiene una bebé y el otro primo y su esposa estan esperando su hijo.

Todos ellos tiene un día siempre agitado. Van y viene de aquí para allá. Llamadas y llamadas. Todo esto porque son dueños de un negocio de ladrillos (no sé nombrarlo) y son dueños de unas tierras donde siembran.
Mis hermanos son muy sociables y todo lo contrario a mí. Ellos salían con mi prima y mi sobrino Carlos a la calle todos los días y yo preferia quedarme ahí.
En la casa sólo se quedaba mi tia, una prima, los niños, mis papás y yo.
Yo me la pasaba tirado en un sillón mirando el ir y venir de los demás mientras usaba mi celular para conectarme en facebook y mirar videis en Youtube.
Mayte y Areli, me pedian ayuda con su tarea que les dejaron para las vacaciones, era la misma ya que iban en el mismo grado, yo las ayudaba porque no tenía nada mejor que hacer. Mayte es la más sociable, habla y habla sobre cualquier cosa sin parar, yo ignoraba la mayoría que decía porque hablaba demasiado. Ella es muy cariñosa, me abrazaba y se sentaba conmigo en el sillón, me jugaba el cabello y se me acercaba mucho al rostro. La verdad que me excitaba mucho su comportamiento y por eso me hacía sentir incómodo y la alejaba de mí.
Areli es muy seria, pero cuando sonrie su bella carita se ilumina, sus ojos negros brillan de alegría y su boquita tierna me conmueve. Yo estoy enamorado de ella, desde años atrás. Siempre me le quedaba mirando y ella al darse cuenta se apenaba y me sonreia sonrojada. Y eso me ponía nervioso y más enamorado, pero el temor de que mis padres o los suyos se dieran cuenta de como la miraba estaba siempre presente.

Un día decidieron que fueramos a un rio. Ibamos mis padres, mis tres sobrinos, mi prima y yo.
Ya en el rio sólo mi padre, mis primos y yo nos metimos al rio, despues de un rato mi padre y mi sobrino salieron a sentarse a la orilla junto a mi madre y mi prima. Yo y mis sobrinas nos quedamos dentro del agua. Yo sólo estaba sentado en una parte baja del rio y ellas chapoteaban de aquí para allá. Mayte se me acercó de pronto y comenzó a decirme cosas a las cuales no les puse atención porque no dejaba de mirar a Areli en el agua. Mayte se me subió a mi espalda y tocaba todo mi torso desnudo. Comencé a sentirme excitado y nervioso, ya que mis padres estaban a unos metros de nosotros. Sus manitas me acariciaban con suavidad mientras me platicaba cosas al oido sobre su escuela a las que yo ni atención les ponía. Yo luchaba por evitar una erección mientras le pedía que se me quitara de encima. Hasta que me la quité de encima. Mayte en lugar de molestarse se me acercó pero ahora por el frente. En la forma en la estaba yo sentado permitó que se metiera entre mis piernas a gatas, con las piernas y las manos bajo el agua como si me asechara. Yo ya esta excitado y con el pene erecto. Una de sus manos aplastó mi pene y no supe que hacer, al parecer ella no se dio cuenta y siguió hasta que me abrazo con sus manos y sus piernas, la cara y todo el cuerpo se me puso caliente. La queria bajar para que sus nalgas toparán bajo el agua con mi pene pero no podía ya que a mis espaldas mi familia se hallaba conversando. Sólo aproveché y acaricié sus suaves y pequeñas nalguitas húmedas durante un rato y luego me la quité de encima y le pedí que ya no lo hiciera. Mi pene estaba a estallar y si lo volvió a hacer no habría podido evitar besarla, desnudarla y penetrarla ahí mismo sin importar lo que mi familia me haría.

Mayte se calmó y siguió jugando con Areli. Mi erección duró mucho tiempo y en lugar de irse diluyendo aumenta cada vez que mis sobrinas nadaban de espaldas con las nalgas asi arriba y el calzón metido entre sus nalguitas. Quería masturbarme bajo el agua pero se darían cuenta ya que estaba como loco.
Mayte y Areli se me acercaron y comenzarón a platicar. Me preguntaban si tenía novia, yo les contesté que no. Ellas se rieron. Me preguntaron otras cosas y me dijeron otras cosas. Mayte comenzó de nuevo a jugar conmigo, me abrazaba y me acariciaba pero esta vez acompañada de Areli. Esta vez yo me dejé consentir por ellas, ya que tambien estaba ahí Areli, la niñita de mis sueños. Me dejé llevar por el placer y mi pene se erectó de nuevo. Esta vez tuve más control sobre mí y me permití acariciar de vez en cuando sus nalguitas y abrazarlas para despues lanzarlas al agua. Me sentía en un paraiso, deseaba que mi familia no estuviera a la orilla del rio, queria desnudarme y desnudarlas, queria sentir el calor de sus cuerpos desnudos contra mi cuerpo, besar a mi hermosa Areli en la boca y tocar sus nalguitas, lamer todo su cuerpesito, hacerla mia y ser suyo y de paso tambien a Mayte.
Desgraciadamente ese oasis de placer llegó a su fin.

Regresamos a la casa y nos bañamos por turnos porque eran sólo dos baño. Yo me quedé para el final y decidí bañarme en el baño de arriba el cual esta en la misma planta donde estan los cuartos de las niñas y en el cuerto donde yo dormía.

En el baño no había puerta sólo una cortina. Me bañé pero no pude aguantarme las ganas de masturbarme pensando en mis sobrinas y en que todos estarían abajo. Me masturbé como nunca. No me controlaba y hacía mucho ruido con el pene y gemidos de intenso placer. Mi corazón casi me estalla cuando escuché a Mayte preguntarme que hacía, si estaba bien. El nervisismo me dejó mudo. Despues de unos segundo así sin mas le dije que me ayudara, que entrara al baño conmigo. Ella decía que le daría pena porque estaba desnudo. Le dije que no tuviera ni pena ni miedo. Mayte entró al baño. Yo esta esperandola pero con las manos tapandome el pene con un estropajo. —ayudame, me duele— le dije mientras me quitaba las manos del pene. Ella se espanto mucho al ver mi pene. Mayte se puso nerviosa y se quedó muda. Estaba a punto de salirse del baño sin decir nada. —por favor, ayudame— le dije, le tomé la mano y no la dejé que se fuera. Me llevé su mano a mi pene erecto y y solté su mano. Ella no quitó su mano de mi pene. No dijimos nada. Comencé a hacer fuerza con la pelvis para hacer bailar mi pene. Mayte se asustó nuevamente, y preguntó—¿que te pasa tio?—. Seguí moviendolo y le dije —me duele un poco acaricialo, anda—. Ella no lo hizo. Tomé su otra mano y la puse en mi pene. Hice que me masturbara lentamente.

Ella no decía que me detuviera y ni que le gustaba pero le solté las manos y ella sola continuo masturbandome. —me gusta tu pito— dijo ella. Yo me sorprendí, incluso me asusté cuando lo dijo. Mi excitación creció aun más. —¿en serio te gusta?—pregunté. —si, es más grande que el de mi hermano. Me quedé sin palabras y espantado. —¿tambien has acariciado el de tu hermano?—. Mayte me respondió— no, sólo lo he visto mientras se viste. Lo he querido tocar pero me da miedo. —puedes tocar el mio, no tengas miedo— le dije mientraa hice que me masturbara con mas velocidad. —oye, pero no le vayas a decir a nadie porque nos regañaran y pegarán—. Ella asintió con la cabeza mientras jugaba con mi pene cada vez con más confianza. Tomé su cabeza y la acerqué a mi pene—besalo— le dije—no tengas miedo. Ella lo hizo. —hazlo de nuevo—le pedí. Esta vez no dejé que apartará su boca de mi pene. —abré la boca—. Ella lo hice y metí mi pene. Casí hago que se atragante con el pene, de la enorme excitación que me hizo ser violento. Le saqué el pene de la boca, me agaché la besé y le pedí perdón. Ella me dijo que mi pene sabía raro pero que le gustaba el sabor. —chupalo entonces— le dije. Me puse de pie y ella continúo jugando, besando, lamiendo y chupando mi pene. Ya a punto de eyacular le quité mi pene y solté todo el esperma en el piso. Ella me preguntó que era eso. Le dije lo que era tal cual es. —lo puedo probar— me dijo. Le dí mi pene y le dijé—aún queda un poco aquí, pruebalo. Me mamó el pene haciendo una cara rara y me dijo —sabe raro pero me gusta mucho.

Recobré mi conciencia y la culpa me inundó. Me. sequé el cuerpo y me enrollé la toalla. Le dije repetidamente que no dijera nada. Ella prometió no decir nada pero terminó preguntandome si podría decirle a Areli. Le negué eso por completo. La dejé ahí y me fui al cuarto. Mientras me vestía la culpa me mataba, quería aventarme de la azotea porque pensaba en que todos me odiarían y terminaría en la carcel.
Continuará......
Me parece que ya lo alargué de más y lo escribiré en dos partes. Lo mejor viene despues. Cuando por fin pude tocar a la niñita de mi vida, a mi tierna y hermosa Areli. Amo tanto a Areli y siempre estaré enamorado de ella.

LA PRIMERA VEZ QUE SOMETI A MI ESPOSA

FECHA: 11/30/2014
Mi pareja y yo vivimos hace 5 años juntos, no tenemos hijos, los dos tenemos 30 años, nos conocemos hace 15 años, sin embargo, hasta este verano, no sabia de verdad los gusto de mi pareja realmente, nos gusta esta pagina y leemos sus relatos hace ya años, pero los mas gustosos para mi esposa, eran los que habían cornudos y humillaciones sumisión.Soy un hombre que en la cama, soy muy ardiente e insaciable, pero además creía que a mi pareja la tenia además de excitada conmigo bien satisfecha, pues siempre tenia entre dos a tres orgasmos, con lo que me sentía muy feliz, pero mi pareja no estaba plena en realidad.

Proyectamos unas vacaciones a las islas, exactamente a las palmas, esta vez no reservamos habitación, mi pareja reservó un apartahotel, la primera noche no ocurrio nada simplemente llegamos cansados del viaje, el segundo dia comenzamos en la playa, pronto vi que mi pareja tenia ganas de sexo pero, por los rodeos que me daba, quería decirme algo pero a su vez no terminaba de ser clara conmigo, la manoseé bien en la playa, ella en tanga brasileño, tiene un cuerpecito de niña, mientras que yo, mido 192 centímetros peso 101 kilos, musculado pero no demasiado, de polla, 22 centímetros.

Comimos, en un restaurante en la playa, creyendo yo que iríamos pronto al aparta hotel pero no fue así ella quiso volver a bañarse, volvimos a las tumbonas, volví a manosearla, demostrándole que tenia ganas de estar con ella, cuando me dijo que deseaba hacer algo nuevo, no lo mismo estando allí, le dije que me pidiera, me dijo le gustaria hacer algo como lo que últimamente leíamos, le dije que leíamos muchas cosas, por fin decidio al menos darme una pista, pues en aquel momento creía que si yo descubria aquello para mi seria como si se rompiera algo, como si a partir de eso la tratara distinto a como la trataba hasta ese momento. finalmente como digo me dio una infima pista pero no llegamos a hacer nada nos vestimos al llegar al aparta hotel tarde ya, fuimos a una pizzería en el paseo marítimo en maspaloma y de ahí a los bares de copas cercanos, pero mi pareja se fue aun entonando mas, finalmente tras bailar mucho y tres copas, salimos paseando hasta la misma playa ella con un vestido muy corto, estabamos relativamente cerca del aparta hotel, cuando me dio algunas pistas mas, ya los dos en la arena alejados, andando, simplemente lo hice.

Ibaamos descalzos los zapatos en las manos, la lleve cerca de unos matojos, me tire ella se fue a tirar también pero la coloque sobre mis piernas quedando su culo sobre ellas le subi el vestido apareció el tanga negro sus duras nalgas comencé a darle con algo de miedo y excitación, pero ella solo emitia gemidos le imprimí mas fuerzas a mis nalgadas, pero ella daba grititos sin decir que parara, al final le daba fuerte espaciado como había leído ella emitia un grito cuando la recibia pero después yo miraba su reacción y su cabeza al frente su cara terminaba en una relajación, disfrutaba con lo que yo le estaba haciendo, volvia a darle otra muy fuerte, mi mano me dolia picaba por la fuerza que le daba ella vlvia a emitir un grito y volvia a la misma expresión, le eche a un lado el tanga toque desde atrás su coño ella gimoteo al verse tocada, estaba mojadisima, volvi a darle un par de ellas mas, las luces tenues lejanas, reflejaban tímidamente las marcas de mis manos en sus nalgas, me la saque de encima ella misma quedó de rodillas mirando a la arena me puse frente a ella también de rodillas, le dije no sabia que eras tan perra, fue mi primera frase, mis manos se metieron por su escote, hasta meterse entre su sujetador le saque sus tetas, cogi los pezones cada uno con una mano, ella comenzó a gemir hasta que empezó a dar grititos, pero lo que hizo fue agarrar con fuerza mi verga, durísima bien marcada en el pantalón fino y corto, sentía como me la agarraba, con un inmenso deseo, tire mas de sus pezones hasta que no dejo de gritar casi, la tuve asi al menos medio minuto y cuando la solté ella sin dejar de agarrar con una mano mi polla frente a mi cayo gimoteando entre dolor y placer, por mi parte todos esos momentos era como estar con otra mujer, sin haberme desnudado estaba excitadísimo pero deseando ver mas, ver aun mas humillación en aquella persona que era mi pareja, me tenia hipnotizado el placer que le estaba causando todo aquello.

Le atrapé el pelo fui tirando mas y mas hasta que ella tuvo que levantar la cabeza, entonces me salio darle una suave bofetada ella estaba con la boca semi abierta, volvi a darle una mas fuerte, ella esta vez me hizo señas de que parara, le di un beso en la boca como pidiéndole perdón sin dejar de besarla atrape de nuevo uno de sus pezones volvió a dar un grito dentro de mi boca, me levanté colocándome detrás de ella, ella mas refugiada que yo en los matojos ahora yo mas afuera observando sin estaba alguien demasiado cerca, sin soltarla del pelo tirando fuerte, ella seguía mirando al frente al contrario de mi me incline un poco sin soltarla del pelo comencé a sacarle totalmente las tetas, todo quedo puesto pero ella con sus dos tetas al aire, le di una palmada desde la base de su teta hacia arriba, ella apenas hizo nada, le di mas fuerte esta vez gimoteo

Entonces comencé a cogerle el truco de como darle el golpe seco hacia arriba, cada vez mas fuerte, quedé asombrado, mi pareja se derretia cada vez mas a cada golpe mió, deje de castigarla así me alcé totalmente ella de rodillas, la agarre de nuevo del pelo tire de ella se coloco a 4 patas comenzó a caminar mas adentro de la arena y matojos, me saqué mi polla y se la meti en la boca, ella la atrapo comiéndosela como hacia muchsimo no se la comia toda concentrada sin importarle si nos veian sino, le quite mi polla la hice internarse aun mas pasando por delante de i cogida por mi pelo la pare su culo quedo frente a mi me arrodille le levante la falda toque su tanga con mis dedos se lo separe su coño se había mojado tanto que aun sentía yo los bordes ahora resecos y pringosos, le meti dos dedos comencé a moverlos, mi pareja en un instante culeo gimio se retorcio esta de tal forma que ni le meti mi polla por no romper el momento segui con mis dedos se corrió como una perra, yo detrás con los dedos metidos una vez se relajo asi a 4 patas su mano la llevo atrás pasándola entre sus piernas hasta que consiguió atrapar mi verga tirando de ella, quería mas, se la metí de un golpe pensando que lo que buscaba era que yo me corriera tras haberse corrido ella que equivocado estaba, al poco comenzó a moverse a dar gritos, comencé a darle en la nalga con mi mano sin dejar de follarla, todo paso en no mas de dos minutos se volvió a correr como una perra, de nuevo quedo relajada a 4 patas, respirando muy fuerte, le saque mi polla yo seguía sin correrme pero muy caliente aunque pasando de correrme si ella no estaba a tope conmigo

Ccuando me puse delante, ella entendio otra cosa pues nada mas colocarme delante a un lado agarro mi polla comenzó a comérmela mis manos fueron entonces de nuevo a sus pezones comencé a apretarlos ella se ponía de nuevo tela, le solte un pezón le saque mi polla de la boca ella intento atraparla con la boca sin mirarme solo miraba mi rabo, entonces empece a quitárselo a pasarlo por su cara a darle golpes con él pero sin dejarla que lo comiera, y sin soltarle el otro pezón, finalmente la cogí fuerte del pelo tire hacia atrás ella tuvo que levantar mucho la cabeza yo había soltado su pezón con la cabeza ella todo lo mas atrás empece a darle con mi polla en toda la boca abierta pero sin dejar que sela metiera dándole con la base de mi polla y tronco, cuando me cansé me tire en la arena mi pantalón estaba desabrochado y el cinturón me lo baje centímetros la agarre con una fuerza que no solia casi la levante como una muñeca colocándola encima de mi polla, joder mi pareja como gritaba como gemia se movia como una loca con el vestido puesto agarre su culito, volvió a correrse, en nada, segui follandola creyendo ya no podría seguirme el ritmo pero al poco la tenia de nuevo gritando apretándose todo lo que podía contra mi polla diciéndome follame si follame, me corri como un poseso en su coño, pero instantes después ella se corrió tras de mi.

Nos vestimos y volvimos al aparta hotel, no la azote mas estaba ahora dolorida, pero le hice mi primera lluvia y mi primera vez que me la folle atada, a partir de entonces comenzamos a practicar este tipo de sexo, cuando volvimos fuimos comprando poco a poco todo tipo de juguetes sexuales, para su sumisión, pero mi pareja deseaba también lo del cornudo y esposa, comenzando a buscar, por anuncios, casi todos buscaban intercambios de pareja en realidad, algo que yo me oponía por un lado y ella no deseaba en absoluto por otro pues ella si estaba segura de lo que buscaba much mas que yo, hasta que dio con la pareja indicada.

Una pareja donde el era esclavo cornudo, ella bisexual y deseaba actuar conmigo como una esclava, junto a mi esposa, hoy ya lo tenemos mas que asimilado y aunque es super excitante y salvaje, la primera vez fue algo muy muy especial salvaje, donde n imaginaba unos meses antes que mi pareja y yo íbamos a practicar ese tipo de sexo pero eso lo contaré en la próxima vez, por cierto me llamo Carlos.

El Accidente

FECHA: 11/30/2014
Nunca es tarde para cambiar, todo accidente tiene consecuencias.María Elena subió al Autobús, camino por el pasillo hasta llegar a su lugar, siempre buscaba que le dieran el asiento número 9, tenia de frente y a poca distancia el televisor, a estas horas siempre pasaban alguna película y con suerte podría ver dos ya que el trayecto hasta la ciudad de León, Guanajuato, tomaba al menos las cuatro horas y si no había mucho tránsito a la salida de la ciudad.
Se acomodó en el asiento y aflojo un par de agujeros el cinturón de la falda que llevaba, de color gris perla al mismo tono de su blusa de mangas largas y de escote cerrado hasta el cuello, le gustaba vestir así siempre que viajaba, tenía más de un año que no lo hacía, había sido un viaje corto a Tlaxcala, sus viajes ahora siempre tenían por motivo el atender la petición de alguno de sus hijos.
María Elena a sus 66 años, tenía cinco hijos, bueno seis si contaba a su primera nieta que había tenido que registrar como su hija ya que su madre, no quiso responsabilizarse nunca de ella, dos hombres y tres mujeres, bueno, cuatro.

Sandra la mayor, ahora ya casada tenía dos hijos, Ernesto le seguía, soltero y tal vez nunca se casara, después venían las Gemelas, Carmen y Arcelia, cada una con dos hijos, luego Pedro quien con un solo hijo era la razón de su viaje, había tenido un accidente en el trabajo y tenía que ser sometido a una operación en la columna vertebral, por lo riesgoso del procedimiento, iba a cuidarlo y verlo, por último la nieta-hija Irene que con 24 años estaba a punto de casarse pues estaba embarazada.

Todos ellos, hijos y nietos, se habían convertido en su razón de vivir, mucho más desde que se quedó viuda al morir su esposo Ernesto, con él viajaba a muchos lugares, como era ferrocarrilero, tenía pase de libre acceso a los trenes de pasajeros que ahora en el 2014, cumplían más de 20 años de desaparecidos, el cumpliría 16 años de muerto.
Una breve ensoñación, no sintió cuando el autobús empezó a moverse, miro por la ventanilla y estaban a punto de pasar por el hotel de la salida a Cuautitlán, lugar de una de las escapadas con él, en su recuerdo el, era igual de importante que Ernesto su marido, él tenía más años cerca de ella, si le debía recordar más. Sonrió al pensarlo y entrecerró los ojos, se acordó nuevamente de él, ahora tendría casi un año de no verle, sintió que la última vez, se había ido enojado, ella no acepto su propuesta de tener nuevamente sexo, no, no era solo sexo, siempre hubo algo más.

María Elena era una mujer más que guapa, su belleza contrastaba con la fealdad de Ernesto, ella era más alta por unos 15 centímetros, dejo de usar zapatos con tacones para no verse más alta a su lado, ella se parecía en su juventud a Isela Vega, mucha gente siempre se lo decía, tal vez ahora fueran igual de parecidas, Isela también se conservaba muy bien a sus casi 70 años, estaba segura que si se arreglara, haría que muchas cabezas de hombres y mujeres la siguieran.
No se dio cuenta cuando empezó a correr la película, en cuanto vio escenas de violencia, cerró los ojos, nunca fueron sus favoritas, recordó haber visto algunas cuando sus hijos estaban en casa, en esas épocas él estuvo más cerca de ella que el propio Ernesto que viajaba por el trabajo y cuando estaba ahí, lo perdía detrás de una o dos botellas de tequila, bebió siempre, al final lo hizo hasta morirse, la verdad, aunque lo amo, lo sintió un descanso, en el fondo se sintió aliviada, de todas formas ya no tenían vida íntima, su sexo no recordaba la última vez que mantuvieron relaciones, en cambio con él, siempre había oportunidades, no obstante se habían distanciado.

Durmió, abrió los ojos cuando nuevas imágenes pasaban los títulos de salida de una película musical que le encantaba ¡Mamma Mía! Que lastima, la había perdido, ya estaban en León, en pocos minutos tendría que bajar, termino haciéndolo, al voltear vio a la esposa de su hijo Pedro, estaba con su nieto, camino a ellos y subieron a su auto en minutos ya estaban en su casa, cenaron y pidió oportunidad de bañarse y dormir, mañana les esperaba un día pesado.

Al estar desnuda bajo el chorro de agua tibia, acaricio con premura sus senos, amplios muy firmes a pesar de la edad y haber amamantado a tantos, sus pezones de inmediato endurecieron, disfruto apretarlos entre las yemas de sus dedos, hasta ahí, llegaba su forma de darse placer, no le gustaba más que la caricia furtiva, breve, como cuando el, la acariciaba desde que eran adolescentes, después bajo su mano y con movimientos circulares sobre su pubis, se provocó el orgasmo, siempre gozo con intensidad, se podía decir que siempre fue una mujer ardiente y que muchas veces, había tenido que disfrazar sus gemidos y sus espasmos, porque los hijos podrían escuchar, después el sexo se fue alejando hasta que solo le quedaron sus manos en el momento íntimo de su baño, en cambio con él, siempre se había expresado plenamente, con él, era multiorgasmica, se secó, se vistió para dormir y lo hizo de inmediato a pesar de lo que durmió en el viaje.

Después de desayunar, fueron al hospital, ya no alcanzo a ver a su hijo Pedro despierto, ya estaba en el trayecto a la sala de operaciones, a las once de la mañana su nuera tuvo que salir, tenía asuntos del trabajo que atender, después recogería al niño, llevarlo a casa y dejar listo quien lo cuidara, llegaría hasta después de las cuatro de la tarde, sola estuvo una media hora, los médicos avisaron que todo estaba bien y que en pocos minutos podría pasar a ver a su hijo.

A pesar de ser la sección de recuperación post operatoria, era una habitación privada, la sintió caliente al entrar, la razón era que su hijo yacía completamente desnudo sobre las sabanas azules de la cama, un gran parche de blanca tela cubría su baja espalda, estaba boca abajo con la cabeza girada a la derecha, una enfermera acomodaba la sonda que goteaba, terminando en el brazo derecho de Pedro, el color de piel de su hijo siempre había sido moreno obscuro, casi como de negro, viéndolo así, la remontaron a la última vez que lo vio desnudo con solo diez años de edad, había cambiado mucho, era un hombre alto, más de 1.90, estaba muy bien físicamente, brazos musculosos y fuertes, manos grandes, ahora que lo veía, tenía también un trasero abultado, hermoso, rotundo con unas piernas anchas y también musculosas, al terminar de hacer los arreglos, la enfermera dio una sonora palmada en las rotundas nalgas de su hijo, la miro, le sonrió y salió de la habitación diciéndole:-Tardara en despertar más o menos tres horas, volveré entonces, si necesita algo pulse el timbre o use el teléfono con el nueve.

No quería hacerlo, pero se solazo en la contemplación del cuerpo de su hijo, lo hizo hasta que descubrió la ancha cabeza del pene, asomaba más de seis centímetros por entre las piernas, con temor, acerco la mano y sobo la redondez del trasero, se engolosino al sentir su firmeza, tomo una silla y la acerco a la cama, se sentó y continuo acariciando las nalgas de su hijo y la pierna izquierda que tenía a su alcance, su memoria fue a él, en sus tiempos de adolescentes, así habían empezado a conocer sus cuerpos, el, la había acariciado la primera vez sobre las ropas con las que dormía, había despertado al sentir las caricias repetidas sobre sus senos, ya despierta permitió que la mano bajara hasta descubrir su entrepierna, le sorprendió la rapidez con la que se había humedecido, por un momento pensó que se había orinado y sintió pena, en veces sucesivas aprendió que era una forma de manifestar su goce, ella no lo tocaba, solo veía como él lo hacía, su mano subía y bajaba sobre ese miembro grande y venoso, lo agitaba por un tiempo hasta que su ofrenda de leche caía a sus pies, más de una vez, ella tomaba un poco con sus dedos y lo llevaba a la boca de él, lamia con agrado de su mano, mas por tocarla y sentirla cerca, cuando lamia, sus manos siempre volvían a sus senos. Cerró los ojos, siguió acariciando a su hijo.

Llevo su mano al interior de los muslos para luego pasar en el breve reducto donde se unían sus nalgas, le sorprendió tocar el pene de su hijo como si hubiera crecido, se puso de pie para constatarlo, si había crecido, ahora asomaba más de doce centímetros, también había crecido en diámetro, le recordó nuevamente a él, en plena erección su pene rebasaba los 20 centímetros, la primera vez que el intento metérsela por su entrepierna, pensó que nunca entraría, sus efluvios lo bañaron al dispararse con el roce a su clítoris cuando entro, fue bienvenido, su vagina ya se había acostumbrado a recibir al menos dos dedos de él, se movió rápidamente, los dos estaban de pie y ella había subido la pierna un poco para facilitar la entrada, él se salió para derramar su ofrenda en su pie derecho, ella sintió correr su placer por sus muslos casi hasta las rodillas, se sacudió y se estremeció por el recuerdo.

Ahora detuvo su mano y acaricio solo el interior del muslo, tímidamente busco acomodar el pene de su hijo más hacia la pierna izquierda, al hacerlo, un reflejo involuntario de parte de la pierna de su hijo, dio más acceso al pene, se concentró en la caricia al negro cilindro de carne que ahora se sentía más duro, podría jurar que nuevamente había crecido, se asomó a verlo, ahora brillaba su piel, como si estuviera húmeda, su propia entrepierna le mando un mensaje de alerta, le palpito como cuando estaba con él, recordó una ocasión de la época de adolescencia cuando al fin se atrevió a tocarlo, su mano por casi un minuto jugo subiendo y bajando la piel sobre el cilindro de carne, recordó que quito su mano y el la penetro de inmediato, también de pie, prefería sentirlo dentro, la hacía gozar dos o tres veces por una sola de él, a Ernesto su marido nunca le gusto que le tocara, de miembro pequeño pero grueso, no quería que se perdiera entre sus manos grandes, como ella bromeaba, manos grandes, todo pequeño. La de su hijo Pedro era grande, como la de él.

Empezó a sentir un cosquilleo en los pezones, los sintió crecer bajo la tela del sujetador, (también gris) en juego con las bragas que decidió ponerse esa mañana.
Su mano seguía moviéndose por el cilindro de carne, mojo sus dedos en su boca, siguió con el movimiento, ahora recordó la vez que fueron a un hotel, el pretexto fue un viaje a Guadalajara para que conociera la ciudad, él no la conocía, Ernesto su esposo le había autorizado porque él viajaba a Ciudad Juárez y no tenía tiempo, llevaban a su hija-nieta, ella cayo rendida por el trajín del día, ellos tuvieron tiempo de jugar como muchos años antes, él le suplico que le dejara verla desnuda, ella no accedió, solo uso un amplio camisón casi transparente, recordó como se había tendido en la cama con los pies colgando, él le levanto lentamente la tela hasta arriba del pubis al tiempo que besaba y lamia sus piernas, subiendo por los muslos llego con la caricia hasta tocar, chupar y lengüetear su vagina, ella recuerda cómo se convirtió en gelatina y gozo tres veces, sus guturales gemidos llegaron nuevamente a sus oídos, como si le estuviera lamiendo ahora, el, se levantó y la penetro de un solo golpe, le sintió llegar hasta el fondo de su vagina y tocar su útero, aún recuerda la feliz sensación de sentir por completo su derrame en su interior, cuatro cinco espasmos que la hicieron gozar aún más.

Había pasado más de una hora y seguía acariciando el pene de su hijo, empezaba a correr algo de su líquido seminal, tomo un poco con la punta de su dedo, sin pensarlo lo llevo a sus labios, dulce, sabroso, era algo rico, nuevamente pensó en él, siempre se negó a tener contacto oral, siempre fue una de sus reglas, no besos en la boca, no sexo oral de ella a él, el acepto porque ella siempre estaba dispuesta a recibirlo, el disfrutaba dárselo.

Volvió a probar el jugo con su dedo, ahora era más dulce, como los recuerdos, ahora pensó en la ocasión en que se vieron cuando ya todos sus hijos eran mayores, el pretexto fue su cumpleaños y el la llevo a comer, de verdad fue una experiencia única, comió cosas que nunca había probado, bebió vino y tequila, no mucho pero se sintió achispada, él no lo supo, pero hubiera accedido a todo, el solo quería agradarla, estaba recién divorciado, había adquirido un departamento y la llevo a conocerlo, ella temblaba con anticipación pensando en el sexo, ahora era viuda, ya no sentía que engañaba a nadie, bueno, un poco tal vez a sus hijos, pero ahí estaba, conociendo el lugar, al llegar al pasillo, él le señalo la recamara, ella quiso verla, fue el pretexto, nomás pasar la estaba abrazando y besando su cuello, la recostó suavemente al pie de la cama, sus piernas aun no colgaban y el levanto su falda y ya estaba trepando con sus manos por el interior de sus muslos, toco su pubis y empezó a deslizar las bragas hacia abajo, levanto los pies para que las quitara, su boca ya estaba acariciándola, su lengua penetraba, su clítoris se sacudía en espasmos y su interior palpitaba cuando él le acariciaba su punto G, ella siempre dijo en broma a sus hijas que era de G de ganas, de seguir y seguir y nunca parar, de mantenerse gozando. De repente había sonado el teléfono celular que recién le habían regalado, lo empujo y retiro de su vagina, seguía gozando cuando contesto, era una de sus hijas, ahora no recordaba quien había sido, ya no pudieron continuar, se quedó con la sensación de vacío y faltante, él no había gozado y para ella fue poco.

El pene de su hijo seguía soltando líquido, pensando en que mancharía la sabanas, saco un pañuelo de su bolso y lo coloco entre el pene y la azul sabana, al hacerlo se acercó más al trasero de su hijo y subió el olor de macho, nuevamente su recuerdo fue a él, lo pensó en la última vez que se vieron, había llegado a su casa pidiendo posada por el tiempo que el trabajara en México, acepto con alegría, se veían de lunes a jueves, él viajaba el viernes y volvía el domingo por la noche, fue una maravillosa experiencia, lo veía desnudo por la mañana cuando salía del baño, a él, le gustaba exhibirse, sabía que así la provocaba, hacía que se mojara, salía rápido al trabajo y regresaba por la tarde, si tenían suerte y ninguno de sus hijos la visitaba, podían jugar un rato o recordar momentos pasados, fueron días semanas y meses viviendo esa experiencia, cuando salía, quedaba su olor a macho entre las sabanas, siempre fue en la cama que él ocupaba, nunca le permitió el acceso a su cuarto, en ocasiones él quería verle desnuda al salir del baño, ella siempre salía vestida, por la hija-nieta o por si alguno de sus hijos o hijas llegaba, cuando sentía que todo entre ellos podía cambiar para mejorar, él le dijo que ya no vendría más, el trabajo había terminado, sabía que el sufría igual o más que ella, siempre había sido así, siempre había estado así en su relación de más de cuarenta años.

Se asomó a ver el pene de su hijo, ahora brillaba y palpitaba aún más, dejo de acariciar el cilindro de carne y se agacho entre las piernas de su hijo, el olor era embriagador, sus sentidos se nublaron, recordó que había cerrado la puerta con seguro, acerco su boca, con la mano lo llevo a su interior, venció la repulsión de sus prejuicios, le gano su calentura y la falta de cualquier contacto en cinco años, cerro sus labios en el glande, reanudo el movimiento, repentinamente a su boca llegaron dos o tres chorros de leche, se vio forzada a recoger la lengua y llevarla al interior, termino tragando, siguió el movimiento hasta que no hubo más líquidos

Se relamió los labios, retiro el pañuelo, con este se limpió las comisuras de su boca, el miembro de su hijo comenzó a retraerse, se apoyó con la mano en el trasero de su hijo que movió ambas piernas, se sobresaltó, se sintió pillada en la maniobra, se sentó en la silla y reposo su propio orgasmo, recobro el sentido totalmente, volvió a acariciar ya sin pasión el trasero de su hijo que empezó a balbucear palabras aparentemente incoherentes, -¿Mami, eres tú? ¿Desde qué hora estas aquí?, sin esperar respuesta continua diciendo: ¡Mami, tuve un sueño! Un Ángel me visito y me dijo que todo iba a salir muy bien y en prueba, me hizo gozar con su boca, ¿Me crees? ¡Hay mami, tienes un hijo medio zafado!
No importa hijo, el caso es que ya despertaste, déjame salir para avisar a los doctores y ver si tu esposa ya está aquí.

Al salir se sienta nuevamente en el pasillo, ahora sabe lo que debe hacer, debe buscarlo a él, sabe que estará feliz de la noticia, ahora estará dispuesta a gozar con el del sexo oral, a partir de este momento su amor no tendrá restricciones, podrán ser inmensamente felices, sabe que aceptara de inmediato, sabe que él, estará siempre para ella, por algo es su hermano. Se levanta llena de felicidad y abraza fuertemente a su nuera, busca entre su bolso el teléfono, necesita decírselo lo más rápido posible.

Con mi vecino, andrés.

FECHA: 11/30/2014

Tomando "desayuno" con mi vecino.Hola, me llamo Belén tengo 23 años y quiero contarles mi historia... con mi vecino.

Un día estabamos hablando por whatsapp, y le ofrecí que viniera a tomar desayuno a mi casa el obviamente dijo que sí bueno se supone que después de haber tomado desayuno nos iriamos al trabajo pero eso no sucedio.


Yo le propuse que fueramos hacia mi habitación, ya que abajo hacía frío y quedaba como 1 hora para que nos fueramos a trabajar, el me dijo que me encontraba hermosa y pues nos dimos un beso muy apasionado, tan apasionado que empezo a meter su mano debajo de mi falda me acariciaba mis nalgas suavemente con esas manos grandes luego de que estubimos un buen rato así, acariciandonos, me subi encima de él y me empeze a mover hacia arriba y abajo sentia su gigante pene rozandome mi vagina, estaba toda mojada tenia mi braguita roja muy húmeda seguía encima de él me empezo a meter sus dedos en mi vagina se los pasaba por su boca y me los metia... gritaba como una loca de placer y solo quería que me metiera su sabroso grueso y gran pene.


Me susurró al oído: Hagamozlo y sin pensarlo dos veces, le dije que sí, nos quitamos la ropa me subió mis piernas a sus hombros y me comenzo a penetrar bien rico me sentia en las nubes, gritaba de placer y rechinaba la cama el me dijo con voz tiritona de lo tan caliente que él estaba: tienes una concha de maravilla.


Luego de eso me puso en 4 y sentia como su pene entraba y salia por mi culo, era simplemente delicioso... luego de esto me empieza a hacer el sexo oral mientras me metia su mano completa a mi vagina, me mordia el clítoris luego de eso le chupe su pene hasta hacerlo acabar.


Me pego ala pared y me la metia, yo no aguantaba mas y solte un orgasmo y mi lechita el hizo lo mismo nos quedamos un rato hay...


Nos vestimos cada uno para su trabajo y nunca paso nada...
Espero les haya gustado, este es mi primer relato el otro Domingo les contare otro mas érotico, besos

mi hijastra mi linda modelo

FECHA: 11/30/2014

Mi hermosa hijastra que siempre que le compraba ropita nueva sexi y bonita siempre me la modelaba de forma
muy sensual y llamativaHola mi nombre es rogelio soy casado y tres hermosas hijas siendo la mayor de ellas hija de un anterior matrimonio de mi esposa. Yo cuide y crie de la niña desde los siete añitos asi que siempre la he considerado mi hija con ella siempre me he llevado bien nos queremos como padre e hija ya que nunca he hecho distinsiones entre ella y mis hijas que tube con su mama.Bueno mi hijastra es una nina muy bonita delgada y tiene bonitas formas hoy ya tiene 19 años y lo que les voy a relatar sucedio cuando tenia 11. Ella siempre a sido un poco coqueta siempre jugabamos y le gustaba mucho que la cargara que la besara y la nalgeara eran juegos inocentes lo de ella y yo. Y como a todas mis hijas siempre que podia les compraba ropa a ella a sus hermanas y a su mama a ella y a su mama se las compraba bien sexis e incluso me pedia que le compraba su rooa interior hasta me la mostraba para que yo desidiera cual compraba y siempre eran bikinis tangas y boxers.

Y cuando ya hiban a estrenar su ropa nueva en vez de que fuera su mama la que me modelara su nueva ropa siempre era mi hermosa hijastra la que lo hacia.Bueno en una ocacion ya que en las escuelas se hacen las fiestas de fin de año y los niños y las niñas se visten lo mejor que puedan mi hija no se quedo atras le pifio permiso a su mama de vestirse co
o ella queria pero no se imaginaba como hiria vestida ni se daria cuenta ya que el dia de la fiesta ella fue a trabajar y como yo hiba a sakir a un mandado dejamos a las mas pequeñas en casa de mi cuñada que vivia cerca asi que me quede en la casa con ella yo la acompañaria a la escuela y de alli a donde tenia que ir. Ella se metio a bañar y a alistarse cuando salio me dejo con la boka abierta ya que lo que se puso fue un minivestido de terciopelo negro que dejaba ver sus hermosas nalgitas blancas de niña marcadas bellamente por una tangita rosa y se le formaban muy hermosamente sus senos.


Se puso unas sandalias de tacon lo que hacia que se le marcara mas su figura que la hacia verse como una señorita de mas edad estaba hermosisima.Ella como de costumbre empezo a modelarme su ropa en forma sexi y sensual me sonrio y tomo mi mano parandome del sillon y me dijo ven papi vamos a bailar al principio estubimos bien pero no pude aguantar las ganas y mi mano bajo de la cintura hasta sus nalgitas tocando su rajita por encima de su tanga ella soli se me quedo biendo me sonrio y discretamente tomo mi pene por ensima del pantalon le pregunte si queria verlo me contesto con una cabezada que si me despege un poco para que lo biera le bio la cabezita y empezo a acariciarla me baje el pantalon y la ropa interior saltando toda la vergota que ya estaba demasiado gruesa hacia ella le dije que lo probara y sin saber que hacer le dije chupale primero la cabezita y despues como si fuera una paleta chupa chups lo hiciera y para haber sido su primera vez me dio unas mamadas bien ricas.


Despues de esto la acomode en el descansabrazoz del sillon le sibi el vestido hasta la cintura y le quite su tangita empeze a darle lengua en su kulito y despues saborie su pepita virgen la kalente bastante que me pidio que se lo hiciera como se lo hacia a su mama ya que ella discretretamente habia visto lo que su mama y yo haciamos y tenia ganas de sentirlo tambien. Pero para evitar un envarazo fui inmediatamente al cuarto y me coloque un condon con el bien puesto empeze a introducirle toda mi verga en su pepita ella gemia le dolia pero le gustaba me pedia que lo hicera fuerte yo lo hice tocando fondo sintiendo sus nalgitas apretando mis huevos me la folle bien riko haciendo que ella tubiera un delicioso orgasmo me sali y me tome sus jugitos y ella me quito el condon mojo sus labios con el semen que quedaba en mi verga y me la limpio a lenguetazos que hermosa vision de mi nina con esos labios humedos de semen no resisti la tentacion de besarlos y lo hicimos estubimos abrazados besandonos por un rato despues ya ella se puso su tanga se arreglo el vestido y el oeinado tomo mi brazo y nos fuimos para la escuela alli nos despedimos de beso ella se divirtio de lo lindo en la fiesta pero cuando nos vimos en casa dijo que disfruto mas lo que paso antes.


Ella ahora esta casada pero aun asi cuando su marido o yo por casualidad le compramos ropa bonita y sexi no pierde tiempo y me la modela de la forma mas sexi que pueda ella me ha confesado que soy al unico hombre al que le a modelado su ropa nueva ni siquiera a su marido se la modela. Espero les haya gustado este relato


Bolero - Autora Katty Rohn Sex

FECHA: 11/30/2014
Bolero es una obra de la escritor de relatos eróticos Katty Rohn Sex. La música acompaña muchos momentos de nuestra vida. En este relato la protagonista tras una serie de escenas sorprendentes que ve a través de la ventana de su habitación vive una experiencia sexual inolvidable. Todo sucede escuchando un bolero, el mismo que escuchaba con su difunto marido haciendo el acto sexual y que le hacía alcanzar el éxtasis. Pero el día le preparaba más sorpresas, más excitaciones y nuevos momentos de placer. En todas las ocasiones sonaba el famoso bolero, y por supuesto, su amado y desaparecido Frank volvería a sus pensamientos. ¿Has vuelto Frank? se pregunta ella.
Te recomiendo otra obra de Katty Rohn Sex, "MI HOBBY ES MI TRABAJO, VOL. I - ELLA".
Este relato, "Bolero" se incluye en el libro TOP Eróticos, en él se incluye el relato ganador y los cuatro finalistas del I Certamen de relatos eróticos convocado por la editorial DISLIESIND y el escritor Javier Almenar, el relato Bolero no participó en el certamen, su autora Katty autorizo la publicación en el libro "TOP ERÓTICOS". El libro TOP ERÓTICOS se encuentra a la venta en plataformas de InternetEl ritual diario era quedar con tres o cuatro amigas a desayunar, aproximadamente a las ocho y pico, tomábamos un desayuno “energético”, tostadas, café con leche, zumo de naranja y en algunas ocasiones una chocolatina.

La conversación que solíamos mantener era siempre la misma, ellas se quejaban de sus maridos, de la vida aburrida y monótona que llevaban, y al final siempre acababan con la misma frase — ¡Jane, tú si que estás bien, no tienes que aguantar a nadie y haces lo que quieres! — siempre realizaban ese comentario absurdo, tenían razón, me encontraba bien e intentaba divertirme lo máximo posible, pero no sabían lo mucho que echaba de menos a mi marido, el pobre falleció hace cuatro años de un infarto, y yo en estos momentos de mi vida, simplemente estaba intentando disfrutarla tal y como a él le hubiese gustado que hiciese. Además, con cuarenta y pocos años creo que me lo merecía, hasta el fatídico día en que faltó mí amado Frank, me dediqué a él única y exclusivamente, le adoraba y lo idolatraba, y aún sigo haciéndolo cada ver que le recuerdo.

Una vez terminábamos el desayuno, nos dirigíamos al gimnasio, algunos días asistíamos a clases de pilates, otros de aeróbic y en pocas ocasiones hacíamos algunos ejercicios aeróbicos en aparatos.

Una vez finalizada nuestra sesión deportiva, nos despedíamos y nos íbamos cada una a nuestras casas, solían ser aproximadamente las diez y poco de la mañana. Ninguna de nosotras nos duchábamos en el centro deportivo, vivíamos en la misma calle y preferíamos hacerlo tranquilamente en casa.

Como todos los días, ayer llegué a mi casa, nada más entrar me dirigí a mi ordenador que se encontraba en el despacho, una habitación que habíamos habilitado mi marido y yo para poder trabajar y que se encontraba junto a la habitación de matrimonio. Inserté un CD de música clásica, concretamente “Grandes clásicos Vol. III”, quería música suave y relajante, bastante bachata, merengue, reggaeton y otros bailes, escuchaba en el gym. Lo puse en marcha y subí el volumen, lo suficiente para que se escuchase en toda la estancia de mi casa pero sin llegar a molestar a los vecinos, la duración era de aproximadamente una hora, pero solía ponerlo siempre en modo automático de reproducción, de tal forma que cuando acababa comenzaba otra vez, así no tenía que preocuparme en toda la mañana de darle al play o volver a poner otro.

Me dirigí a mi habitación de matrimonio, todavía tenia la cama sin hacer, me despojé del ligero y ceñido “TOP” que utilizaba en el gimnasio, era negro, especial para exaltar los pechos, en ocasiones pensaba que más que ir al centro deportivo a practicar deporte, lo que hacia era ir a provocar a algún hombre ávido de nuevas experiencias, no lo sé, es una simple reflexión. Me despojé lentamente de las mayas, calcetines tobilleros y las zapatillas, y me dejé caer sobre la cama, transversalmente a ésta, con las piernas colgando, completamente desnuda, notando la corriente de aire que entraba por el balcón que se encontraba a escaso un metro de la cama. No me importaba que se encontrase abierto, las posibilidades de que me viesen otros vecinos eran mínimas, solo me podría ver una pareja de chicas jóvenes, bueno no tan jóvenes, de unos treinta años que vivían justo en el edificio de enfrente y que en algunas ocasiones nos habíamos saludado desde la barandilla del balcón, al mismo tiempo que regábamos las plantas o simplemente veíamos el ambiente que había en la calle.

Permanecí apenas un par de minutos sobre la cama, pero el aire caliente que entraba era insoportable, estaba siendo uno de los veranos más calurosos de los últimos años, me levanté de un salto y me dirigí hacia las puertas del balcón, las cerré y encendí el aire acondicionado. Los cristales de las puertas eran especiales, de esos que no te pueden ver desde fuera, de tal forma que yo podía ver el exterior pero a la inversa era imposible, salvo en los casos en los que la luz exterior es inferior a la interior.

Me dirigí al cuarto de baño privado de la habitación, abrí el agua caliente y regulé la temperatura a mi gusto, más bien caliente que fría. Como era habitual en muchas ocasiones, aproveché para depilarme las piernas y mi entrepierna, me gustaba llevar mi vello púbico depilado, algo que nunca me dejó mi amado esposo que hiciese, pero ahora era diferente, me gustaba y lo hacía con regularidad, y sobre todo en las pocas relaciones sexuales que había mantenido en estos cuatro últimos años pude comprobar que a los hombres también les gustaba.

Después de la revitalizante ducha, procedí a ponerme todas las cremas que habitualmente utilizaba, para los pies, para las piernas, para la barriguita y celulitis, para reafirmar mis pechos, y por supuesto las de la cara. Todo este esfuerzo diario era recompensado por los típicos comentarios de quienes siempre que se enteraban de mi edad me decían con asombro — ¡Pues aparentas muchos menos! —, mi buen dinero me costaba.

Esa mañana me encontraba rara, especialmente excitada sexualmente, en principio sin una causa aparente, solo encontraba dos explicaciones, la primera era que hacía tiempo que no tenía sexo con un hombre y la otra por los piropos, gestos y adulaciones que algunos hombres del gimnasio me habían hecho, algo que a todas las mujeres nos gusta.

Me acosté en la cama, con las piernas abiertas, los brazos estirados y la cabeza apoyada en la almohada, cerré los ojos y dejé volar mi imaginación. Mis pensamientos se agolpaban, recordando los momentos tan estupendos de sexo que pasé con mi Frank, algunas relaciones esporádicas que tuve durante estos cuatro años con otros hombres, en definitiva era un vatu burrillo de pensamientos que venían a mi cerebro y que se enredaban entre ellos sin seguir un orden lógico ni siquiera cronológico pero consiguiendo aumentar mi excitación.

En definitiva, cada momento que pasaba me encontraba más caliente, comencé a tocarme y acariciarme por el cuello, sentía una sensación agradable, e incluso imaginaba que era otra persona la que lo estaba haciendo.

En la soledad e intimidad de mi habitación y como fondo la música de la “Quinta sinfonía de Beethoven” que sonaba en ese momento desde el ordenador, la llama del deseo de mi cuerpo se extrapolaba a niveles olvidados, no sé lo que pasaba, solo sé que mis manos iban por libre, parecían autónomas, se deslizaron por mi cuello hasta llegar a mis pechos, acariciándolos dulcemente, frotando primero uno y luego el otro, consiguiendo que los pezones se pusiesen duros, frutos de la excitación.

Siguiendo con la autonomía de mis manos, me llevé un dedo a la boca, mojándolo con saliva, volviendo de inmediato este dedo a uno de mis pezones y con movimientos circulares, masajeándolo dulcemente, sin prisa pero sin pausa, aumentando si cabe la posibilidad de mi deseo carnal. Mis brazos dejaron de acariciar mis pechos, no antes de apretarlos y comprobar lo duros que se encontraban. Los brazos se entrecruzaron sobre mis duras tetas, alcanzando la mano izquierda la zona que se encuentra bajo mi axila, cerca del inicio de pecho, pero sin tocar éste, esa zona que a todas las mujeres nos gusta que acaricien los hombres y muy pocos saben que es una de nuestras zonas más erógenas, algo que sabía y dominaba mi amado esposo. La mano derecha hacía lo mismo pero en el lado opuesto, con suavidad, con ternura, con deseo y provocando en mí un estremecimiento ya olvidado.

Sé que suena raro, pero repito que mis manos parecían poseídas, como si no fuesen mías, ellas seguían su camino, independientemente de mis deseos y produciendo en mí un estado de éxtasis extremo.

Siguiendo su independencia, mis manos bajaron por mi cuerpo, buscando desesperadamente mi ombligo, con suavidad lo rozaba, produciendo un ligero cosquilleo que desembocaba en placer. Mi cuerpo se estiraba, me subía hacía la cabecera de la cama, como si quisiera que esas manos desconocidas, o quizás no tanto, se fueran acercando a mi templo, a mi tesoro, a ese tesoro tan desaprovechado últimamente y que bien conocía Frank.

Finalmente, las manos, se movían formando figuras geométricas sobre lo que podría ser mi vello púbico, mi monte de venus, es como si intentasen rizar el vello que no existía, es como si mi marido estuviese jugando con ellos al igual que lo hacía en los momentos de locura y frenesí que viví con él.

En ese instante, comenzó a sonar desde mi ordenador el “Bolero de Ravel”, una obra maestra, considerada como una de las piezas de la música clásica más erótica que nadie haya compuesto. Recuerdo la escena de la película “Bolero”, interpretada por Bo Derek, la que fue considerada la mujer 10, ella al ritmo del “Bolero de Ravel” se entregaba con desenfreno a los brazos de su amado.

El sonido flojo y pausado de los clarinetes comenzaban a sonar en el bolero, mis manos llegaron a mi inflamado y excitado clítoris, la suavidad de mis dedos lo frotaron, lentamente, siguiendo el ritmo de la música. Según se iban incorporando instrumentos al bolero, con su consecuente aumento del sonido, los dedos se aceleraban, me apretaban el clítoris, en ocasiones resbalaban sobre mis labios carnosos, rojizos y lubricados por los líquidos que demostraban la excitación que estaba sufriendo. Catorce minutos aproximadamente duraba el bolero, catorce minutos de placer, mi cuerpo se retorcía, temblaba de éxtasis, y cuando la pieza clásica llegaba al máximo de ritmos armónicos, un dedo de una de mis manos entraba y salía de mi vagina, aumentando la frecuencia y el ritmo al mismo son que el sonido que escuchaba mis oídos, y con los dedos de la otra mano frotaba más y más mi clítoris. Cuando estaba terminando de sonar el bolero, alcancé un orgasmo descomunal, un placer que hacía tiempo que no había tenido, concretamente más de cuatro años, un placer que solo mi amado Frank sabía darme, las sabanas mojadas por mis fluidos eran el fiel testigo del momento que había vivido.

Mi cuerpo se estremecía y al mismo tiempo se relajaba, estiré los brazos poniéndolos en cruz, con los pensamientos ausentes completamente, no pensaba en nada, ni quería pensar, solo quería disfrutar del momento.

De repente abrí los ojos y comencé a reír, al mismo tiempo que en susurro decía — ¡Qué cabrón que eres mi amado Frank, has vuelto! —, es como si notase la presencia de él, volví a cerrar los ojos y ladeando la cabeza, intenté recuperarme de tan maravilloso momento y noté como se derramaban unas lágrimas por mi mejillas, le echaba mucho de menos y le añoraba profundamente.

No sé cuanto tiempo permanecí transpuesta, media hora, una o quizás un poco más. Estaba todavía en la misma posición, con la cabeza ladeada en la almohada, dirigida hacia la ventana, me encontraba genial, la sensación de tranquilidad era bestial, en esos momentos sonaba una obra de Verdi, no recuerdo cual, pero me producía relajación. Abrí los ojos y miré hacia el infinito, en dirección a mi balcón, quería ver el cielo, lo bonito que estaba en esos momentos, parecía como si las nubes se moviesen lentamente, y me daba la impresión de que estaba flotando en una de ellas.

De repente, algo me llamo la atención, había alguien en el balcón de enfrente, el de las chicas jóvenes. En principio, y tras tener tanto rato los ojos mirando al infinito no podía apreciar quien se encontraba. Me restregué los ojos, y me quedé mirando fijamente hacia allí. Me incorporé un poco en la cama y pude ver que una de las chicas se encontraba desnuda, algo habitual en ellas, parece ser que les gustaba ir cómodas para poder aguantar el calor sofocante. Desvié la mirada hacia la ventana que se encontraba junto a su balcón, ésta pertenecía al comedor de su casa, pude observar como se encontraba la otra chica sentada en el sofá, también completamente desnuda. Esta segunda joven se levantó, se dirigió al pasillo y desapareció de mi visión.

A los pocos segundos apareció con dos chicos jóvenes, posiblemente, un poco más que ellas, iban vestidos con traje y corbata, cada uno llevaba un maletín, su apariencia era la de los comerciales que tantas veces nos llaman al timbre para vendernos algo. La chica debió de invitarles a sentarse en el sillón, ellos se miraron y sin decir nada se sentaron. Ella se fue en busca de su amiga, al mismo tiempo ellos hacían gestos y hablaban, parecían sorprendidos de cómo les había recibido la joven.

Volvieron las dos, todavía como su madre las había traído al mundo, y ellos volvieron a mirarse, más sorprendidos si cabía. Comenzaron a hablar los cuatro, ellos sacaron unos papeles de sus maletines y hacían gestos como si estuviesen dándoles algún tipo de explicación. Una de ellas se levantó y se fue, al momento apareció con una botella de vino y cuatro copas, las sirvió y siguieron hablando.

Aproveché para ir al despacho y de una estantería cogí unos prismáticos que utilizaba mi marido para visualizar la lluvia de estrellas que se producían todos los años en verano. Quería ver mejor la escena que se estaba produciendo en la casa de enfrente, me parecía una situación excitante, ellas desnudas y ellos trajeados. Rápidamente volví a mi habitación y me senté en la cama.

Puse mis ojos en los prismáticos y los dirigí hacia la ventana, me llevé una sorpresa, las dos chicas estaban besándose, al mismo tiempo que se estaban tocando mutuamente sus pechos, se acariciaban, se tocaban por todo el cuerpo con extremado deseo. Ellos miraban la escena, esgrimían una ligera sonrisa, quizás un poco nerviosa, por la escena que estaban observando.

Por un momento las chicas dejaron su juego erótico y una de ellas se dirigió a ellos, no sé lo que le diría, simplemente me quedé perpleja de lo que ocurrió. Uno de ellos se levantó del sillón y rápidamente sacó su miembro viril por la cremallera, estaba excitado, algo lógico viendo el numerito que ellas habían organizado. Tras el movimiento de él, su amigo o compañero, se acercó hacia el miembro eréctil y comenzó a masturbarlo e inmediatamente a chupar la punta. Me quedé con la boca abierta, nunca había visto nada igual. Las chicas comenzaron a reírse y siguieron con sus juegos eróticos. Una de ellas masajeaba la entrepierna de la otra, también estaba masturbándola.

Ellas eran las que dominaban la situación, ellos simplemente obedecían las órdenes de éstas. Una de ellas se volvió a dirigir a los chicos, e inmediatamente el chico que se encontraba sentado, se levantó y se desnudó por completo, dejando a la vista su falo, se encontraba totalmente empalmado. El otro chico hizo lo mismo, se desnudó y ambos se quedaron mirando a las chicas, estaban esperando instrucciones. Una de ellas alargó el brazo y de detrás del sofá sacó un tremenda polla de látex, con sendos penes en ambos extremos, también cogió un frasco pequeño.

En estos momentos y después del estupor y el rubor de los primeros momentos, comencé a excitarme, la mano que tenía libre y no sujetaba los prismáticos, me acariciaba mi clítoris, estaba sufriendo un calentamiento como el que había tenido cuando volví del gimnasio. En ese preciso instante comenzaba de nuevo a sonar el “Bolero de Ravel”, la melodía y lo que estaba presenciando me estaba produciendo que aumentase mi deseo de aliviarme sexualmente, deseaba volver a correrme, llegar al clímax.

La chica que había cogido la doble polla de látex o goma, la verdad es que no sé de que material podría ser, le echó un poco del líquido del frasco en ambas puntas y se introdujo en su vagina una de ellas, la otra chica se dirigió a los chicos, imagino que dando alguna instrucción nueva, al mismo tiempo ella también se introducía el otro extremo del juguete sexual en su vagina, de forma lenta, empezaron ambas a moverse, introduciendo y sacando las puntas de sus jugosos y lubricados templos, se estaban follando lentamente, es como si estuviesen escuchando la melodía del bolero, cada vez iban intensificando el ritmo del mete y saca.

Mientras, y supongo que siguiendo las ordenes de las chicas, uno de ellos se sentó en sofá apoyado su espalda, dejando su pene en posición vertical, tieso como una barra de hierro y duro como una piedra, como si estuviese esperando algo, aprovechaba a masturbarse mientras veía el desenfreno de las chicas. El otro chico cogió el frasco que habían dejado ellas sobre el sofá y se echó una cantidad en su mano derecha, la acercó a la polla de su amigo que se encontraba sentado y comenzó a embadurnarlo, realizándole un masaje hacia arriba y abajo, frotándole la punta, hasta que paró y se sentó sobre el tremendo atributo, introduciéndolo lentamente en su ano, al principio lentamente, poniendo cara de dolor, pero rápidamente su gesto cambió, el placer estaba sustituyendo el mal estar inicial. Comenzó a follar con su amigo, ellas seguían disfrutando locamente del juguetito, se miraban entre los cuatro, aumentando su excitación y aprovechando el momento inesperado que se les había presentado.

Yo seguía observando en la distancia, masturbándome, metiéndome los dedos en mi vagina, mezclando lo que estaba viviendo con pensamientos que se me agolpaban en mi mente, pensamientos de vicio y deseo, recordaba las sesiones sexuales con mi amado Frank, lo bien que follaba y cuanto me hizo disfrutar durante tantos años. Inmediatamente me acordé de un regalo que me hizo un par de años antes de morir, me levanté y me dirigí al armario de la habitación, saqué una caja negra con cierre dorado, la abrí, y allí dentro se encontraba “Frank Jr.”, así le llamábamos mi esposo y yo, era un pene de látex, pero no uno convencional, era el pene de mi querido Frank, lo encargó en China a través de Internet, era una reproducción exacta, con su misma punta redondeada y suave, sus pliegues, sus venas y sus testículos apretaditos, exactamente igual que el falo de él, la única diferencia es que en la base tenía una ventosa para facilitar el agarre a cualquier superficie. Frank siempre me decía — Cuando no esté yo, puedes disfrutar con algo de mí, así te acordaras de nuestros momentos vividos. —, como para olvidarlo, era estupendo en la cama, hasta ahora no había encontrado nadie que hubiese alcanzado el nivel de su actividad sexual, era seductor y muy generoso en la cama, o mejor dicho en cualquier sitio donde dábamos rienda suelta a nuestros instintos básicos.

Me dirigí hacia el espacio de los cristales del balcón y la cama, cogí un “puff” que tenía a los pies de mi cama, puse a “Frank Jr.” en el centro, sujeto fuertemente con la ventosa para que no se moviese, y con suavidad, me lo introduje poco a poco en mi coñito húmedo, cogí los prismáticos y seguí observando a mis vecinos, al mismo tiempo subía y bajaba sobre la copia de la polla de Frank, manteniendo el ritmo que en ese momento sonaba del bolero. El placer que estaba sintiendo imaginándome a mi esposo tumbado mientras me ponía encima de él y me follaba, se mezclaba con lo que estaba viendo.

Durante este escaso tiempo, una de las chicas se había puesto encima del chico que se encontraba arriba, éste estaba siendo penetrado por su amigo, y ella dándole la espalda se había introducido su miembro eréctil, estaba follándoselo como una loca, no paraba de cabalgar sobre él. Su amiga seguía introduciéndose el falo de goma al mismo tiempo que se morreaba con el chico que se encontraba abajo y alargando una de las manos masajeaba el clítoris de su amiga que estaba siendo follada.

La situación era límite, ellos follando y disfrutando, y yo enloquecida con la entrada y salida de “Frank Jr.”, al mismo tiempo que el bolero sonaba sus últimos compases, en un clímax de sonido, produciendo toda esta combinación un tremendo orgasmo en mí, saliendo a borbotones mis fluidos, dejé caer los prismáticos por el estremecimiento de mi cuerpo, las piernas me temblaban, me estaba emborrachando de placer, y las chicas, junto a los chicos sufrieron también una corrida al unísono, es como si todos estuviésemos escuchando el bolero y supiésemos que debíamos de terminar juntos.

Todos nos quedamos quietos, disfrutando del momento, de nuestro placer, relajados e intentando recuperar el aliento y el resuello que nos había producido toda esta experiencia.

¡Uf!, era algo totalmente distinto a todo lo que había vivido hasta ese momento, y Frank, como siempre, había estado presente en este maravilloso momento — ¡Joder Frank, cuanto te echo de menos, aunque sé que sigues aquí conmigo! —, volví a susurrar para mí.

Recogí a “Frank Jr.”, lo llevé al cuarto de baño y lo limpié de mis jugos naturales, lo guardé en la caja y otra vez al armario. Tranquilamente me di otra ducha y conseguí relajarme. Al salir del baño, me dirigí al balcón, cogí los prismáticos del suelo y volví a mirar hacia mis vecinas.

Estaban todos vestidos, aparentemente era como si no hubiese pasado nada, ellos hablaban y gesticulaban dirigiéndose a ellas, finalmente, con un papel o documento que habían sacado del maletín, se lo acercaron a ellas y vi como firmaban, posiblemente ellos consiguieron su objetivo de firmar un contrato o lo que sea, y además se habían llevado un polvo o una buena corrida. No les salió mal la visita. Con dos besos a cada una de ellas se despidieron y desparecieron de mi visión.

Había trascurrido la mayor parte de la mañana, debía de ser el mediodía y no había hecho nada de las tareas caseras, bueno…. follarme, desahogarme y disfrutar de la soledad de mi casa. La verdad es que no me esperaba que el día fuese tan entretenido, sigo pensando que ese día me pasaba algo especial, mi nivel de excitación y de deseo sexual no era normal. Tenía las hormonas alteradas, solo pensaba en follar y follar, a pesar de haber sufrido a lo largo de la mañana una cascada de orgasmos. Me acuerdo de los comentarios de mis amigas — Ahora puedes follar con quien quieras y cuando quieras —, qué inocentes son, no se dan cuenta que cuando quieres no tienes a nadie cerca que te pueda aliviar ese deseo, y en ocasiones consigues un ligue y por circunstancias no te produce la excitación necesaria para tener un buen polvo. Es triste pero así es, pero menos mal que siempre existe el recuerdo de nuestras experiencias, esas que nos permiten excitarnos lo suficiente para autosatisfacernos, y como había ocurrido ayer, también pueden existir agentes externos que nos provoquen esa subida de temperatura que dé rienda suelta a nuestra excitación. Y por supuesto, en mi caso lo más importante es saber, notar, sentir y comprobar que mi Frank siempre está a mi lado.

El resto del día fue normal, limpié un poco la casa, ordené el comedor y me puse a cocinar, hoy me tocaba en el menú de mi régimen comer marisco, con lo afrodisíaco que era…..¡Uff!….era lo que me faltaba para seguir el calentón que llevaba todo el día, pero bueno, la dieta era la dieta.

Comí tranquilamente viendo la televisión, las noticias concretamente, es lo que me gustaba, siempre quería estar informada de todo lo que pasaba. Cuando estaba fregando los pocos platos y sartenes que había utilizado, me di cuenta que aún tenía puesta la música del ordenador, estaba sonando “el lago de los cisnes”, otra obra sensacional y relajante, decidí dejar que siguiese sonando y tras terminar con mis tareas en la cocina decidí acostarme a descansar.

Aunque no era habitual, decidí acostarme desnuda, al principio no paraba de pensar en todas las situaciones eróticas y sexuales que había vivido durante la mañana, pero al poco tiempo me quedé dormida.

A las cuatro y media de la tarde y mientras seguía disfrutando de la siesta, sonó el timbre de la puerta de mi casa, las timbradas fueron dos toques, una breve parada y dos toques más, exactamente igual que lo hacía mi vecina cuando me llamaba.

Confiada en que era ella y que quería pedirme algún favor, me levanté y me dirigí a abrir la puerta. Como seguía desnuda, abrí un poco y asomé ligeramente mi cabeza, me llevé una gran sorpresa, no era mi vecina. Detrás de la puerta se encontraba un hombre joven apuesto, alto, guapo, vestido de traje y corbata, llevaba un maletín en una de sus manos. No le dejé que dijese nada — ¡Perdón, espere un momento y ahora le atenderé! —, le dije, pudiendo ver cómo el joven miraba por encima de mí y esgrimía una ligera sonrisa — ¡Perfecto, no se preocupe! —, dijo él mientras yo cerraba la puerta.

Fui a mi habitación, cogí una bata de las que solemos decir las mujeres de “estar por casa”, era de color fucsia y cortita, dejaba mis piernas al aire, era una prenda muy fresquita para andar cómoda. Llegué al recibidor, me detuve delante de un espejo que había en la pared, justo enfrente de la puerta, me acicalé el pelo, y comprobé que iba correcta, que la prenda que me había puesto cubría mi cuerpo lo suficiente como para poder atender al joven. En ese momento frente al espejo, me di cuenta de un detalle — ¡Joder, qué cabrón! ya sé por qué se ha reído, me ha visto desnuda a través del espejo —, no me importó, al contrario, me pareció gracioso que se produjera esa anécdota de una forma tan espontánea y natural.

Abrí la puerta y allí se encontraba el joven, nada más verme extendió su mano derecha para saludarme y estrechar la mía, al mismo tiempo que me mostraba una sonrisa encantadora, comenzó a hablar, realizando una presentación rápida y acelerada, mecanizada, seguro que lo había aprendido en algún curso de técnicas de ventas. Sinceramente no me enteré mucho de lo que me decía, así que decidí invitarle a pasar y que me explicase de forma más pausada que es lo me estaba ofreciendo, solo había entendido que podía ahorrar un dinero en el recibo de la luz, lo que me pareció interesante, por lo menos debía de escucharle.

Pasamos al comedor y nos sentamos en el sofá cherlon, decidí sentarme a cierta distancia de él, pero en ese momento recordé que con las prisas no me había puesto braguitas y decidí cambiar mi posición y acercarme a él, mantener las rodillas juntas y de esta forma evitar que pudiese ver más de lo que quería que viese.

El joven sacó un papel, al mismo tiempo que me explicaba que trabajaba para una empresa de energía y que venía a ofrecer unos descuentos interesantes en los recibos de la luz. Al sacar el contrato, recordé la escena que había visto por la mañana en casa de las jóvenes vecinas de enfrente, me fijé con más interés en su fisonomía y me di cuenta que era uno de los dos jóvenes que habían disfrutado de la orgía matinal, concretamente era el primer joven que había sacado su pene erecto y que luego había follado a su amigo. ¡Uff!, mi corazón se aceleró por momentos al verle junto a mí y recordando todo.

Seguía explicándome las condiciones ventajosas del contrato que me ofrecía, pero yo estaba ausente en mis pensamientos, le oía pero no le escuchaba, no me enteraba de nada, solo me quedé mirando su semblante cuando me dijo — Puede sacar una factura del recibo de la luz y le hago una comparativa con respecto a nuestras condiciones — evidentemente, le dije que no había ningún problema. Me levanté y me dirigí directamente al mueble del comedor que se encontraba enfrente del sofá, me incliné y abrí el segundo cajón empezando por abajo que es donde solía guardar este tipo de documentos. Percibí que al inclinarme se levantaba mi corta bata y dejaba al aire mi precioso culito y parte de mi templo sexual, no me importaba, desde que había recordado quien era el joven, no paraba de pensar que me gustaría echar un polvo con él, debía de intentar emplear todas mis armas para seducirle. Comprobé levantando la cabeza ligeramente, que en el reflejo del cristal del mueble, donde guardo la cristalería, el joven se había quedado mirando mi culito, abriendo unos grandes ojos, con una mirada lasciva y de deseo, e incluso me pareció que se tocaba su pene por encima del pantalón acomodándolo, quizás porque comenzaba a excitarse por la estimulante y provocadora escena. Pensé que mi primer objetivo ya lo había conseguido, había llamado su atención.

Volví al sofá y le entregué la factura, pero en este caso decidí sentarme en la parte del cherlon y en lugar de juntar mis rodillas, las separé ligeramente, lo suficiente para que si él se fijaba pudiese ver mi entrepierna, quería que disfrutase de la visión de mi sexo, en estos momentos ya estaba húmedo y yo ardía en deseo, me delataban mis pezones duros que se marcaban en la ropa como si tuviese dos botones, estaba dispuesta a jugar todas mis bazas para conseguir seducirle.

Él inició el desglose de mi factura, me daba todo tipo de explicaciones, cuando levantaba su cara para mirarme, siempre desviaba su atención a mi entrepierna y en ocasiones a mis pechos. Sin embargo seguía hablando de las ventajas de contratar con su empresa y sin parar de hacer cálculos. Decidí pasar a la acción, mi objetivo claramente definido en mi pensamiento era que reaccionase, — Me pongo a tu lado, desde aquí no me entero mucho de lo que me estás explicando —, y me senté junto a él, rozando con mi endurecido seno izquierdo su brazo, empujándole ligeramente, asegurándome que percibiese el contacto, al mismo tiempo miraba los documentos que me estaba explicando, pero nada más lejos de mi objetivo, realmente lo que pretendía es que cuando levantase la mirada pudiese observar el canalillo y parte de mis pechos excitados, y funcionó, en varias ocasiones vi que su mirada siempre se desviaba hacia donde yo quería.

Sin embargo no ocurría nada, no estaba dispuesta a que por la mañana se hubiese mostrado tan excitado y cumpliese las órdenes de las jóvenes, follando y jugando con ellas, y a mi no me hiciese caso. Decidí pasar a un nuevo plan de ataque, pensé que quizás era un poco tímido al principio. Alargué mi mano y la deposité sobre su bragueta, rápidamente noté que se encontraba excitado, su pene se encontraba endurecido, él ni se movió, simplemente siguió hablando, aunque su voz se entrecortaba. Empecé a masajearle su pene por el exterior del pantalón, se calló — Sigue explicándome las condiciones, parece que me voy enterando un poco más —, y vaya si me estaba enterando, lo que me estaba dando cuenta es que estaba tremendamente excitado.

Le desabroché la bragueta y saqué su pene erecto, duro como una piedra, separé los papeles y me arrodillé delante de él, me llevé su miembro a la boca y con suavidad comencé a lamerlo, chuparlo, succionando, acariciándolo, al mismo tiempo que con la mano le iba masturbando, subiendo y bajando con movimientos lentos y sincronizados con los lametones. Se reclinó hacia atrás, como si intentase coger una posición más cómoda y consiguiendo que su miembro viril se estirase un poco más, alcanzando un tamaño que me provocaba un mayor deseo de ser penetrada por él.

Mientras seguía con la mamada y sin sacarla de mi boca, alargué los brazos y con movimientos suaves pero demostrando gran maestría, le quité la chaqueta, luego la corbata y finalmente la camisa, continúe succionando, masajeando con mis manos su cuerpo. El joven estaba entregado, no decía nada, solo disfrutaba del momento, gemía y suspiraba con cada lengüetazo que le daba.

Con destreza le desabroché el cinturón del pantalón, los botones y sin que apenas se diese cuenta se los bajé al mismo tiempo que el slip que cubría su miembro. En esta situación ya podía masajearle y chuparle sus pequeños y apretados testículos, al mismo tiempo que seguía masturbando su verga. En pocos minutos noté un cierto saborcillo ácido en la punta, estaba casi a punto de correrse, saqué su polla de mi boca con el fin de que no se produjese su derrame y en ese momento él me agarró por las axilas y con un movimiento rápido y suave me lanzó sobre la parte del cherlon del sofá.

Se amorró a mi coñito ardiente y húmedo, chupándolo y mordisqueando mi abultado clítoris, estaba ardiendo de deseo de que comenzase a actuar sobre mi cuerpo. Acariciaba y masajeaba los labios de mi sexo, lo chupaba una y otra vez, hasta que introdujo uno de los dedos en mi vagina y moviéndolo con suma maestría, consiguió que alcanzase un primer orgasmo. En el clímax de placer le cogí de la cabeza y le apreté hacia mi templo ardiente, produciéndome el segundo orgasmo, inmediatamente detrás del primero.

Me estaba volviendo loca de placer solo con chuparme e introduciendo un solo dedo, me estremecía de gusto solo con pensar cuando me metiera su polla, me tenía en sus manos, derretida de placer.

Me cogió con sus brazos por debajo de los muslos y apretando fuertemente mis glúteos, estiró y me arrimó hacia la esquina del sofá, dejando mi sexo en el aire, sacó una de sus manos y se cogió su miembro, restregándolo con mi clítoris y mis labios humedecidos por mis fluidos y su saliva, me estaba volviendo loca de placer, me estremecía todo el cuerpo, iba encadenando un orgasmo detrás de otro, deseaba fervientemente que me follase, y sin embargo, como si fuese un juego, él seguía restregándose sin hacerlo.

Que locura de placer. Sacó la otra mano y con ella comenzó a presionar simultáneamente mis pechos, se encontraban durísimos, era un torrente de excitación y placer lo que me estaba produciendo, — ¡Ahhhhhhh! —, dije al notar como me introdujo su tremenda polla, —¡Joder cómo te siento, estás impresionante! —, le dije con la voz entrecortada. Él me miró y sin decir nada sonrió, al mismo tiempo que empezó a bombear mi vagina, la metía toda, la sacaba hasta la punta y volvía a entrar, a cada golpe, mis gemidos y gritos comenzaban a ser más intensos, de repente apretó al fondo y sin apenas recorrido, apretaba y soltaba levemente, seguía un compás melódico, sin descanso, y yo al notar todo dentro de mí, me volvía loca, estaba a punto del colapso, — ¡Diosssss! qué pasada, sigue follándome —, me estaba derritiendo en sus brazos, mis fluidos salían por todas partes, por mi piel con el sudor, y en mi templo sexual con mis fluidos naturales, me produjo otro orgasmo descomunal, — ¡Correte, correte, quiero sentirte, quiero notar como bombeas tu semen y llenas toda mi vagina! —, le dije ante el frenesí que me estaba produciendo su vaivén, — ¡Aún no! te voy a hacer que pierdas el sentido —, y tanto que lo estaba consiguiendo, me faltaba poco para desmayarme. Entonces paró, abrí los ojos como pude, ya no me quedaban fuerzas, y me di cuenta que con la corbata que le había quitado me había atado las manos a la espalda, no me enteré de nada, había sido muy fino y sutil en sus movimientos, y yo solo estaba disfrutando locamente.

Se retiró sacando su polla, — Ponte boca abajo —, sin decirle nada le hice caso, mis manos a la espaldas atada con su corbata, no sabía lo que iba a hacer, pero no estaba en condiciones de preguntar, me tenía entregada, en sus manos.

Se inclinó y comenzó a lamer mi espalda, al mismo tiempo me introducía un dedo entre mis piernas y comenzaba a tocarme y masajearme el clítoris, la sensación que sentía en ese momento era una locura, me veía dominada por él, a merced de lo que quisiese hacerme.

Con el escaso sentido que me quedaban pude oír como comenzaba a sonar en mi ordenador el “bolero de Ravel”, llevaba todo el día en marcha reproduciéndose una y otra vez todas las composiciones, — Me encanta y me excita esta música, es mi preferida para follar —, me dijo susurrando en uno de mis oídos, no dije nada, estaba esperando que siguiese con sus artes sexuales.

Se incorporó un poco y noté como me mojaba mi cerradito ano con uno de sus dedos que previamente había ensalivado, una vez lubricado me introdujo su polla, comenzó a moverse suavemente, siguiendo concienzudamente el ritmo del bolero, y conforme éste iba subiendo el ritmo el también lo iba haciendo. La última vez que me penetraron por detrás fue mi amado Frank, me vino enseguida recuerdos de aquellos momentos, imaginaba que era otra vez él el que me estaba follando por detrás, sentí miles de orgasmos al mismo tiempo que el joven con una mano me acariciaba el clítoris y con la otra me metía un dedo en mi lubricado sexo. La sensación olvidada había vuelto, y cuando ya estaba terminando el bolero, sentí como el miembro del joven alcanzaba un tamaño y grosor descomunal, parecía que me iba a partir en dos, noté como volvía a sentir uno de lo muchos y tremendos orgasmos, comenzando él a correrse al mismo tiempo, rellenándome, notaba como bombeaba su semen en mi interior, el placer me superaba, el orgasmo se alargaba y se alargaba hasta que dejo de moverse y se dejó caer sobre mi espalda apoyándose sobre mis brazos atados. Nos quedamos en esta posición un par de minutos o tres, hasta que me dio un beso en el cuello y al mismo tiempo sacó su miembro que todavía se encontraba en mi interior.

Me desató las manos y aproveché para darme la vuelta y recostarme, no tenía fuerzas para moverme, me temblaban los brazos, las piernas, y mi sexo no paraba de tener espasmos de placer, cerré los ojos y disfruté del momento. Tras una breve pausa escuche algo que me dijo el joven — ¡No te he entendido! —, le dije con voz suave, entrecortada y dando síntomas de no tener aliento, — ¿Qué si me puedo dar una ducha rápida? —, me repitió, — ¡Claro! espera que me recupere un poco, te digo donde está el baño y te doy una toalla —.

Aún pasaron unos minutos y como pude le guié hasta el baño, le di una toalla, él me siguió llevando toda su ropa bajo sus brazos, — ¡Gracias, ahora enseguida salgo! —, me dijo al mismo tiempo que me sonreía y cerraba la puerta.

En poco más de diez minutos salió vestido tal y como había venido, con su traje, la corbata bien ajustada y peinado. Se dirigió al comedor, cogió su maletín y sus papeles, — Bueno al final, ¿cree que le interesa la propuesta de mi compañía? —, me sorprendí de la pregunta, pero no se me ocurrió nada que decir salvo —. Sí, ¿Dónde hay que firmar? —.

Me indicó con el dedo donde debía de hacerlo.

— ¡Muchas gracias! estoy seguro que es una buena elección. – Me agradeció la contestación.
— De nada, siempre que sea bueno para ahorrar un poco en gastos…
— Bueno, pues me voy, ¿Desea alguna cosa más, o tiene alguna duda?
— En principio no tenía ninguna duda, o quizás sí. Quería preguntarte….. ¿Cuántos contratos llevas firmados hoy?
— Dos con el de usted, pocos.
— No está mal, sales a un contrato por cada polvo – le dije con un poco de sorna.
— ¿Cómo? – Me preguntó él con cierto asombro.
— ¡Nada, nada! cosas mías. Gracias por todo. – Le acompañé a la puerta de la calle para despedirle.
Antes de cruzar la puerta, se dio la vuelta y me estrechó la mano.
— Gracias por confiar en nuestra compañía. – Me dijo como despedida.
— ¡Un momento! ¿Cómo me habías dicho que te llamabas? – Le pregunté con curiosidad, no me había enterado de su nombre.
— Me llamo Frank, pero todos mis amigos me llaman Frank Jr. mi padre al que nunca conocí se llamaba igual. Hasta luego.

Se fue, y a mí me dejó una tremenda duda, algo que a partir de ese momento me absorbería todos mis pensamientos. Me había sorprendido que le gustase el bolero, igual que a mi esposo Frank, me sorprendió que me follase como él me lo hacía, y lo más sorprendente es que cuando conocí a mi marido se produjeron casi los mismo hechos, me ató con su corbata y folló hasta que me volvió loca, tan loca que me casé con él. Demasiadas coincidencias.

— ¡FRANK, QUÉ HIJO DE PUTA! — Grité en la soledad de mi casa — ¿HAS VUELTO?
Este relato se incluye en el libro TOP Eróticos, en él se incluye el relato ganador y los cuatro finalistas del I Certamen de relatos eróticos convocado por la editorial DISLIESIND y el escritor Javier Almenar, el relato Bolero no participó en el certamen, su autora Katty autorizo la publicación en el libro "TOP ERÓTICOS". El libro TOP ERÓTICOS se encuentra a la venta en plataformas de Internet

MECÁNICO

FECHA: 11/30/2014

Eran ya 6pm y Roel indicó a sus 2 ayudantes del taller q se retiren q
él terminaría solo con lo poco q faltaba de la reparación de la
camioneta de Mario. Media hora mas tarde, y con la ayuda de Mario,
quedó listo el vehículo y engrasados sus brazos, Mario pidió pasar al baño a lavarse, estaba en eso cuando inesperadamente entra Roel se despoja de su ropa e ingresa a la duchaAmbos cuarentones, casi de la misma talla y de recios cuerpos. Mario demora el lavado de sus brazos para observar lujurioso el cuerpo del mecánico quien, quizás excitado de saberse observado, empieza a exhibir una erección. El deseo homo reprimido en Mario hace años lo obliga a fijar su atención en esa verga erecta y sus detalles y es captado por la mirada de Roel q ahora con desparpajo enjabona su sexo. Al terminar, mientras seca su cuerpo una erección

furiosa delata su arrechura y sabedor del deseo de Mario lo invita con una seña a q lo agarre. Mario se le acerca y coge la verga y la frota con su mano grande y caliente, ambos están excitados y disfrutan algo nerviosos la situación. De pronto Roel se enrolla la toalla a la cintura y le indica seguirlo, abre una habitación e ingresan, hay una cama, un estante y cosas desordenadas alrededor. Roel desnudo se echa sobre la cama con su poderosa erección y le indica a Mario q se desnude, ahora la desnudez de ambos los excita y Mario, erecto también, acaricia otra vez esa verga, normal, q lo atrae tanto, dirige su boca al pubis y lo besa, lo lame y baja a los testes y hace lo mismo, Roel gime con los ojos cerrados y su cabezón enmelado es ahora lamido y chupado produciendo placer en ambos. Casi 20 mins la verga de Roel recibe exquisitas atenciones hasta q él no resiste mas, se levanta, saca un condón de su billetera, se lo pone rápido y le dice a Mario q se acomode en 4 sobre la cama. Las nalgas fuertes de Mario están ahora dispuestas y las acaricia, acaricia también el ano haciendo q ese cuerpo macho vibre y eso lo estimula a dirigir su boca allí y lamerlo y ensalivarlo abundante, Mario gime felíz. Ahora lanza un escupitajo a su verga forrada y empieza a penetrar, su verga no es gruesa así q ingresa tranquila en ese ano ajustado q recibe y brinda tanto placer en esos momentos, Mario en cuatro le dá a Roel una visión
excitante de su culo.


Por muchos mins Roel penetra a su gusto ese culo q le encanta y muchas sensaciones y gemidos de placer se producenen ambos hasta q siente una arrechura suprema q lo hace besar la espalda de Mario, sus grandes manos acariciar ese cuerpo q ahora es suyo y agarra la verga gruesa de Mario y la frota, lo masturba al ritmo de sus embestidas mientras q su otro brazo atrae fuerte el cuerpo de Mario al suyo. Mario goza de esa verga durísima en su ano q le produce tanto placer y de la mano grande y caliente de Roel en su verga, él solo goza y hace gozar. Pronto Roel siente q se le viene y fuertemente penetra, abraza y frota, todo al ritmo intenso de sus embestidas, Mario no puede controlarse mas su ano pulsa y empieza a eyacular fuerte, las pulsaciones del ano y de la verga de Mario hacen q Roel también eyacule fuerte y profundo, abraza fortísimo a Mario y ambos gruñen de placer mientras sus vergas escupen al unísono sus leches.


Mario se relaja y deja la posición perrito para despacio echarse sobre la cama con el cuerpo de Roel encima suyo, quedan así pocos mins hasta q Roel se incorpora, se quita el condón lechoso ydice -bacán amigo, no olvide q cada mes tengo q revisar su unidad-, y rien juntos. (ariez96)