Aniversario de a tres

FECHA: 3/31/2014

Todo comenzó cuando se acercaba nuestro aniversario número 4 y le propuse celebrarlo de una manera “diferente”, le propuse hacer un trío con otro chico a lo que ella respondió que bueno, nosotros ya habíamos tenido un par de experiencias swinger, por lo que no era tan nuevo lo que íbamos a hacer y a través de facebook contacté a un hombre que estaba dispuesto a ayudarnos a celebrar. Llegó el día y nos juntamos en stgo centro, plaza de armas y nos fuimos a un dpto. arrendado para esos fines, comenzamos conversando un rato bebiendo unas cervezas y luego esperamos a que mi chiquitita tomara una ducha para refrescarse un poco, en eso ella sale del baño envuelta solamente en una toalla, cuando nos acercamos los dos a la pieza, yo me siento en la cama tomándola por la cintura le saco por completo la toalla dejando su hermoso cuerpo expuesto a esos dos hombres calientes y sedientos de sexo, la recuesto en la cama, comienzo a besarle todo su cuerpo quedándome entre sus pechos y su boca, en eso invito a nuestro invitado a que se acerque y comienza a comerle su depilada vagina a lo que ella responde con unos gemidos espectaculares mientras tanto yo me enderezo y le pongo mi pene que ya estaba a 1000 en su boquita a lo que ella responde con un exquisito sexo oral, le era complicado succionar mientras se quejaba por el placer que sentía entre sus piernas, aparte de eso yo masajeaba sus pechos, lo que hacía que el placer se duplicara… Luego de un rato él acerca su miembro a su boca a lo que ella responde haciéndonos sexo oral a los dos a la vez, yo me retiro dejándola sola con él pene “extraño” en su boca, le tomo las piernas abriéndolas y levantándolas un poco, acerco mi pene a la entrada de su conchita y le meto solamente la cabeza por un rato, ella ya desesperada como puede estira sus manos sin sacarle al otro de la boca y me toma de las caderas y se lo mete todo de un golpe y empiezo a embestirla salvajemente, luego de unos minutos se da vuelta y se pone en 4 apuntando hacia mí, yo la tomo de las caderas, masajeo un rato su trasero, luego me agacho y le paso la lengua para mojar aun mas sus orificios y se lo pongo sin piedad completo hasta el fondo mientras le sigue haciendo sexo oral al otro chico, luego de un rato le digo al invitado que se una a la acción!!! Diciéndole, “ya, te toca a ti” El se coloca un gorrito, se pone detrás de ella y comienza a meterle su pene dándole firme y con ganas mientras ella me lo chupaba a mi hasta que el acaba, ahora mi turno, la tomo por las caderas nuevamente y de un golpe se lo vuelvo a poner hasta el fondo haciéndoselo tal y como le gusta a ella, apretándole sus caderas, dejándoselo adentro y moviendo mi pelvis en círculos muy lentamente mientras con mi dedo gordo le masajeo la entrada de su ano para luego comenzar con las embestidas firmes de nuevo, unas buenas nalgadas mientras se lo pongo, luego la tomo del pelo y empiezo a jalarla hacia mí al ritmo que se lo meto hasta que acabamos los dos juntos… descansamos conversando un rato y fuimos por la 2da ronda!!! El comienza haciéndole sexo oral nuevamente, ella se da vuelta poniéndose como una perrita en selo mostrándole su exquisita vagina a lo que él la toma de las caderas y hunde su boca en su sexo… hasta que no aguanta más, se endereza y se lo mete todo de una, tal como me había visto a mí hacerlo, ella grita como desesperada dentro de lo que puede ya que tiene mi pene en su boca, mientras él la embiste salvajemente ella me masturba y me lo chupa completo, desde los testículos hasta comérselo entero… a continuación se sienta sobre mí, abre sus piernas, me toma el regalón y se lo mete, comienza a cabalgar de una manera única, y nuestro invitado acerca su pene que aun seguía muy duro a su linda boquita y ella comienza el trabajo oral mientras sigue moviéndose sobre mi, luego nuestro invitado se acerca por detrás y mientras ella saltaba sobre mi pene el acerca el suyo a su vagina y se lo mete lentamente, ufff el placer que sentía ella al tener dos penes dentro de su vagina, lo demostraba con sus gritos de placer, luego nuestro amigo se sale y ella sigue cabalgandome hasta que me hace acabar… ahora a descansar un ratito mas… pasa un rato entre risas y conversas y él le pide a mi mujer si puede montarse sobre él que quería sentir lo que yo había sentido, a lo que ella le dice que sí, pero esta vez me dice “ahora mi amor vas a ver en acción a tu maraca” yo entendiendo lo que me decía me retiro de la cama y me siento en un sofá que había en el dormitorio, ahí estaba yo sentado mirando lo que siempre disfrutaba, pese a que muchas veces habíamos hecho estos juegos sexuales nunca me había quedado simplemente como un espectador así que me acomode y miré el tremendo show que tenía mi maraca (como le gusta que le diga en esos momentos) se acomoda sobre él, levanta un poco su trasero abriéndoselo con sus manos dejándome ver con eso todo lo que venía a continuación, con unos movimientos circulares comienza a acomodar el ya duro pene de nuestro invitado hasta que al tenerlo en la entrada de su vagina y se mete solo la cabeza, sigue con movimientos circulares lentos, luego se endereza bien y se sienta… Se lo mete de un solo golpe, ya con todo el pene dentro se mueve de adelante hacia atrás y con sus manos toma las de él y se las acerca a sus pechos, luego se recuesta sobre él, abre bien sus piernas y mientras lo besa en la boca comienza a mover su trasero de arriba abajo, todo eso apuntando hacia donde estaba yo por lo que pude ver lo que siempre sentía, esos movimientos espectaculares de mi putita ver como se le mueven los cachetes mientras ella rebota arriba del pene, verla como goza cuando está teniendo sexo. Luego de estar un par de minutos así ella se sienta y empieza a moverse ya de una manera bestial gozando mucho mas con lo que tiene… al rato se da vuelta y se sienta mirándome a mí, abre sus piernas y mientras sigue saltando arriba de su amante temporal con sus manos se toma los pechos, luego toma dos dedos y se los moja con su boca para empezar a jugar con uno de sus pezones, con la otra mano repite la misma acción, pero la lleva a su vagina y empieza a tocarse el clítoris, gritaba como loca y me miraba con desesperación y me decía “ven” a lo que yo le decía que no, que yo estaba mirando, en eso aumenta el ritmo de sus movimientos hasta que ambos se van al mismo tiempo… luego ella se me sienta en las piernas y me besa como loca… y me dice “sabes lo que más me gustó? Verte la cara de caliente que tenias” nos vestimos, riéndonos por lo que había pasado y nos despedimos, no sin antes agradecerle a él por haberme ayudado a celebrar uno de los mas raros aniversarios que hemos tenido.


Espero les haya gustado, si quedo entre los finalistas tengo uno realmente hot!!!

Consuegros desleales.

FECHA: 3/31/2014

Con, Olga, mi consuegra, simpatizamos desde el momento que nos conocimos. Con el tiempo, en la casa de mi hijo y su hija, en ocasión de reuniones familiares, fuimos entrando, cada vez más, en confianza.
Tiene 45 años, alta por encima de los 1,70 metros, rostro agradable, simétrico, ojos color miel de pupila dilatada, nariz pequeña, labios gruesos y rosados (cuando los tiene sin maquillaje), cabello largo rubio teñido, esbelta, un par de tetas, naturales, soberbias, un culo admirable y hermosas piernas. Viste generalmente con vestido o blusa y pollera. Es raro verla con pantalones.
La primera vez que la vi con bikini (el primer verano en la piscina de la casa de nuestros hijos) la simpatía, se transformó en apetito carnal, por lo menos de mi parte.
No demoré mucho, a partir de ese día y cada vez que nos encontrábamos, en enviarle “tiros por elevación” que ella, esquivaba pero, daba a entender sutilmente que no rechazaba, de plano, la propuesta indecente.
Ese verano coincidíamos, con frecuencia los domingos, a almorzar con nuestros hijos y en combatir el calor de la tarde en su piscina, los dos matrimonios de consuegros además de jóvenes amigos y amigas de los dueños de casa. Uno de esos fines de semana, quedamos, al borde del agua, momentáneamente solos, Olga y yo. Ella tendida, sobre una toalla, con la cara hacia el suelo y el culo hacia el sol y a mi consideración.
Sin pensarlo dos veces y sin medir las complicaciones posibles, tomé el frasco de su protector solar y le deje caer unas gotas en la espalda, muy cerca del elástico de la bombacha ceñida de la bikini.
-Está muy fuerte el sol, mejor te refuerzo la protección, así no te quemas- le susurré al oído, con un tono presuntamente neutro.
No se sobresaltó ni protestó. Lo asumí como una tácita autorización a ir por más y comencé a frotarle la espalda, mientras con la mirada, tenía bajo control la puerta de la casa para asegurarme que seguíamos sin testigos.
-Gracias, que amable que sos.-
Con ese salvoconducto, mi mano derecha cruzó el límite y “se coló” unos centímetros, debajo de la bombacha, pocos pero suficientes para que mi dedo medio palpara el nacimiento de la zanja que separa los glúteos.
-¿Y esa manoooo, Juaaannnn? Ahí no dan los rayos, me parece.-
-Es cierto….pero…me calienta más que el “astro rey”…..la zona…-
Pero tuve que interrumpir el “asalto” ante el regreso de mi hijo y nuera al jardín.
Durante el resto de la tarde no aceptó encontrarse conmigo a solas otro día, ni darme su número de celular, a pesar que lo intenté de todas maneras.
No bajé los brazos. En la agenda del celular de mi hijo (lo tomé sin su permiso y, por suerte no lo tiene protegido con password) encontré “Olga 15 5406 XXXX”.
A partir del día siguiente la llamé insistentemente hasta que, una semana después, aceptó encontrarse conmigo, para tomar un café.
En el bar, charlamos sobre temas variados y pasatistas, hasta que la fui llevando al tema del sexo, a lo “embalado” que me tenía y a mis ganas de tenerla en una cama.
Ella al principio, simuló asombro, sorpresa. Calló unos instantes, luego, alegó que nunca le había sido infiel al marido a pesar de haber recibido muchas propuestas, que no conocía hoteles alojamiento, que nuestra situación familiar le hacía más complicada la respuesta:
- No quiero decirte, definitivamente, que no y bajarle la cortina a la chance, de una experiencia, tal vez, placentera. Dejámelo pensar, no podes pretender que acepte a la primera insinuación, necesito tiempo. No me presiones, por favor.-
- Estoy impaciente con vos, pero comprendo tu indecisión. Me voy a quedar en el molde, tranquila. –
Era obvio que, más temprano que tarde se iba a entregar, no había, para nada, rechazado la idea de intimar conmigo, síntoma que le seducía la idea. Si no estaba errado era sólo cuestión de tiempo. Seguí llamándola diariamente, cuidándome de no aludir a la respuesta pendiente. A menos de una semana del encuentro en el bar, después de las generalidades de apertura de la conversación telefónica , entró en tema:
-…Juancito, me costó decidirme: voy a darle una oportunidad a tu deseo y al mío. Una sola ¡Ehhh!!, ……….a ver que resulta. –
- ¡Qué alegrón me das, muñeca! ¿Cuándo?-
- ¿Te parece mañana!-
-¿porque no, ya …. Ahora mismo? ¿Voy a buscarte?-
-Mañana, bobooo… ¡Ahhh! Te tengo una sorpresa.-
-Dame una pista, no seas mala. –
-Ya te vas a enterar. Mañana a las….. en el bar…….-
Después del café, nos fuimos tomados de la mano, hasta un hotel a 250 metros de bar, dándonos algunos piquitos como dos adolescentes.
Pedí la mejor habitación (un dineral, pero no quise parecer tacaño).
Ni bien cerré la puerta, nos trenzamos en un primer beso furibundo, seguido por otros no menos fogosos, complementados con manoseo de tetas, culo y concha. Ella se fue calentando, tanto o más que yo, empezó a jadear y se abocó a quitarme la camisa. Una vez logrado su objetivo, me acarició el pecho y besó mis pezones. En respuesta a su estímulo comencé a quitarle la ropa. La blusa fue la primera, la pollera la siguió casi inmediatamente, quedo con un corpiño blanco con puntilla y una tanga diminuta del mismo color y adorno. La prenda superior, no duró mucho en su lugar. Sus hermosas tetas quedaron sin protección y “sufrieron” el ataque de mis manos, labios y lengua.
Lejos de quedar inactiva, Olga, se las arregló para soltarme el cinto, bajarme el pantalón y buscar con su mano el bulto en mi entrepierna.
Yo no quería más dilaciones e intenté acostarla en la cama.
- Esperá un momento- murmuró mientras se liberaba de mis brazos. Recogió su bolso, que descansaba en el suelo como el resto de nuestras prendas, y sacó de su interior un frasco con un líquido verdoso transparente.
- Acá está la sorpresa: aceite esencial para masajes, de Cítricos, dispersa las malas energías y es afrodisíaco. A vos te gusta masajearme, me acuerdo de aquella tarde en la piscina de los chicos. A mí también me gusta, así que….-
Se acostó, con un salto brioso de adolescente, destapó el frasco y se mojó, las tetas y el vientre, con chorritos de aceite:
- Empezá,…… sin arrebatos,…. con delicadeza y sin apuro.–
No me lo hice repetir. Las tetas monopolizaron mi dedicación un buen puñado de minutos, luego pasé al cuello, al vientre y, por fin, metí la mano untuosa dentro de la tanga. Segunda sorpresa al avanzar hasta el monte de venus y más allá:
-¡Qué lindo, tenes la conchita depilada.-
-¡Visteeee!!!… estaba segura que te iba a gustar, así me puse ayer, para vos.-
Casi enseguida, perdió la bombacha, le besé y lambeteé la concha de abajo hacia arriba, me quedé un rato en el clítoris, luego de metí uno, dos dedos. Quedó toda mojada. Paró de gemir, se aferró de mi slip y tironeó para quitarlo.
-Me gusta…me alucina…. como me chupas…. ¡Ahora…. cogeme Juancito!!! –
Terminé de sacarme el slip y me acomodé entre sus piernas abiertas de par en par. Olga manoteó mi vara, se la frotó en el monte de venus, a lo largo de la concha, de arriba abajo y viceversa varias veces y la acomodó en la posición justa. Bastó un empujoncito y estaba adentro de ella.
¿El preservativo? Bien gracias.
Me dediqué de lleno al vaivén de mi verga en el hoyo ardiente de su entrepierna. No se la saqué más hasta bastante después que Olga, interrumpió los gemidos y demás manifestaciones guturales de placer para gritar algo así como “¡¡ahiii….mi Diooosss….me…mueroooo…!!!”, mientras, al frenesís del movimiento de su pelvis, acelerado a más no poder, se le sumó un estremecimiento global de su cuerpo. Era su orgasmo que la descontrolaba.
Ahí tuve un destello de sensatez, tomé conciencia que no tenía puesto preservativo, pero, era presa de un remolino de goce carnal. Mi orgasmo y eyaculación fueron impostergables, “catastróficos” y muy bien recibidos por ella.
-¡Siiiii!!!…. no te guardes ni una gotita….-
Seguimos superpuestos, abrochados (con mi mitad del broche perdiendo temple) y con respiración y pulsos acelerados.
La charla post-cogida, con gran abundancia de elogios mutuos:
-¡Qué divino me cogiste!!…..¡gocé como nunca!!…..¡como hace muuuucho no gozaba!!-
-¡Lo mismo digo….ni en sueños imaginé el volcán que escondes entre las piernas!!-
también incluyó la, tranquilizante, aclaración de que ella estaba operada (trompas ligadas), cero peligro de embarazo.
Vueltos en sí de la enajenación de los sentidos y del desgaste físico, nos higienizamos por separado.
De regreso a la cama reapareció el aceite esencial. Esta vez Olga lo vertió en mi vientre y bajo vientre y jugó, largamente, con sus manos y su boca. Consiguió que mi verga despertara del letargo y, excediendo las fuerzas y facultades de mi naturaleza, ya ajetreada, nos entregamos a una segunda, deliciosa, vuelta.
La semana siguiente, repetimos el desaguisado, con la variante que después del, soberbio, polvo en pose misionero, saqué fuerzas de flaqueza y la cogí por el culo. Un bonus-track superlativo.
Eso sí, quedé como limón exprimido: los años no pasan en vano y la “carcaza” no le puede seguir el tren a las ganas.
Nos hicimos clientes del hotel. En la recepción, ya asumieron que, preferimos una habitación standard y dejaron de ofrecernos las versiones “de luxe”. Para que gastar demás, el lujo es Olga. Un lujo de hembra.
Cuando nos encontramos en algún cumpleaños u otra reunión familiar nos salúdanos como dos consuegros ajustados a las normas y reglas de urbanidad. Ni nuestros conyugues ni nadie sospecha nada.
Continuamos con nuestros encuentros ardientes, un par de veces por mes. Nada es para siempre pero si me remito al clima que impera cuando estamos a solas y, en particular, en la habitación de (nuestro) hotel, apostaría vamos a seguirla, mientras el cuerpo aguante.

La noche de San Juan

FECHA: 3/31/2014

Aquellos gestos de amor, aquellas miradas y aquellos sentimientos encontrados durante los besos de pasion, se prolongaron en el tiempo, era amor y este nunca muere, o al menos jamás se olvida.

Llego el verano, y con él, el calor, las celebraciones y las vacaciones, y llego la noche de San Juan, con ella la siguente historia, una historia que esta escrita en el sueño del amor, en una noche donde el erotismo de sus besos, de sus caricias, estaban unidas al sudor de nuestros cuerpos.

Esa noche, quise brindar una sorpresa a la mujer que había llenado mi mente, y mis sentimientos, desde el primer beso que me dio.

Noche de San Juan, noche mágica, Junio, el calor acechaba nuestros cuerpos, en aquella verbena a la brisa de la playa, donde el viento, peinaba su pelo, azabache, donde el agua rozaba aquel cuerpo de ángel, aquella silueta fina, donde la luz de la luna me permitía ver sus pechos, pequeños, pequeños y firmes, al girarse su sonrisa, la sonrisa de aquella niña de 20 años.

-Toni, ven a bañarte, va?

Me quite la ropa, empecé a correr por la arena fina, y de un salto me metí en aquel mar, oscuro y misterioso, con el agua templada por el calor de la luna.

Nade un poco y abrace a Rosa, éramos novios desde hacia ya un año, y la verdad es que nos iba muy bien, desde aquella orilla, vimos la hoguera quemando, la gente bailando y la música de aquella orquesta de fondo, en aquel escenario convertido en un teatro para nosotros dos, no pudimos frenar lo que aun estaba por llegar.

Me beso, su boca se junto a la mía, y de caricia en caricia, nos calentábamos a fuego lento. Poco a poco nuestras manos comenzaron a buscar aquellas zonas donde sabíamos como darnos placer, éramos como dos delfines bailando en el mar.

Mis manos acariciaban sus pechos, sus nalgas. Lentamente, procurando darle mas y mas placer, lentamente, pausadamente, con caricias suaves y precisas, llenas de dulcura fui bajando, roce, bordee sus pechos, con mis manos, mi lengua, que absorbía el agua salada que bañaba sus pezones, mi mano se deslizo en su vientre, liso, suave, baje hasta su clítroris y lo empece a a acariciar, jugando con el, acariciándolo, mientras nuestras bocas estaban envueltas entre si, su respiración aumentaba, notaba como su excitación era cada vez mayor.

Ella tomo mi pene, y empezó a moverlo, a pasar sus manos sobre él, jugaba como si de un juguete se tratara.
Seguimos así, durante un buen rato, envueltos en aquel beso interminable. Poco a poco note que su respiración mas profunda, el aumento de sus jaleos, aumente mis movimientos circulares en su clítoris, grito, y soltó mi verga, ella habia estallado en su orgasmo impresionante, grito con fuerza, a sabiendas que nadie, solamente yo, podía escuchar y entender el porque de aquel grito de pasión.

Yo no me corrí, y envuelto en el juego le pregunte.

-Me vas a dejar así Rosa?

Mientras se bañaba y nadaba de espalda como si de una sirena se tratara, me contesto.

-No te preocupes, luego tendrás tu premio.

Salimos del agua, y seguimos con la fiesta, era un fiesta que habíamos organizado unos amigos, con un viejo aparato de música, con la hoguera en la playa, y con algún que otro petardo sonando y estallando en nuestro alrededor, estuvimos en ella bebiendo y bailando hasta que casi amaneció.

Entonces ella, mi bella princesa se aceco con dos toallas.

Me cogio de la mano y me dijo,

-Ven mi amor, vamo a pasear a ver si encontramos tu premio.

Fuimos paseando un rato, nos dirigimos a una cala apartada, de aguas cristalinas, donde en el horizonte se podía ver la luna encerrándose en su castillo, pusimos las toallas en el suelo y nos tumbamos en ellas, la empecé a besar el óvulo de la oreja, fui bajando hasta rozar con mis labios su boca, pero no la deje fundirse en el beso que ella deseaba.

Bese su cara, su cuello, sus pechos, sus hombros, ella me acariciaba, mi torso ya desnudo, baje hacia su monte de venus, empecé a besar aquella zona de locura, nunca antes me había apetecido tanto besar y sentir su sexo en mi boca.

-Quiero que disfrutes conmigo.

Y se acoplo a mí, como si de un puzzle perfecto se tratara, formando un sesenta y nueve perfecto, paso su lengua por mi pene, jugando largo tiempo con mi glande, recuerdo que de vez en cuando tenia que soltarlo para gemir por los orgasmos que le proporcionaba mi lengua, su boca besaba, amaba mi pene, y mi placer no hacia mas que aumentar, con el paso de aquellos segundos que creía vivir inmenso en aquel sueño de amor.

-Sigue, sigue, estoy disfrutando como nunca Toni, no pares, no pares ahhh..

Quiero sentirte dentro de mí, queiero sentir este caramelo dentro de mi cuerpo, sentir como me llenas.

Se puso de rodillas, dejándome la entrada de su vagina a mi vista, acerque la punta de mi pene y empecé a introducirlo lentamente, necesitaba sentir aquel placer, que me llenaba, que recorría mi cuerpo en todos sus músculos, en todos los rincones.

Mi movimiento lento al principio fue creciendo a medida que lo hacia también mi excitación.

-Ohh eso es, sigue, metemela toda.

Mi movimiento pausado, lento, sintiendo a cada paso el placer del momento, ella se acariciaba los pechos, mientras yo hacia lo mismo con su crítoris, cuando sentí su enesimo orgasmo acelere mi ritmo, mis embestidas, casi salvajes por la situación del momento, al final mi leche inundo su vagina, le goteaba por sus muslos, de la cantidad enorme que solté, mi cuepo sudado, cansado se tumbo en la arena.

Ella se tumbo a mi lado, con los ojos brillantes, con los ojos de una mujer enamorada.

Nos fundimos en un abrazo, mientras vimos salir el sol, que nacía del horizonte, bañando sus primeros rayos en el agua.

Estuvimos unas horas en aquella cala, durmiendo, y finalmente, a eso de las doce del mediodía decidimos ir a casa a comer algo, pues la noche había sido y larga y agotadora y el hambre empezaba a aflorar.

-Que bien me lo he pasado, eres genial Toni.
-No más que tú, la verdad es que ha sido muy bueno, soy el hombre mas feliz del mundo.

Mientras conducía, me abrazaba efusivamente, y me besaba la oreja, lo que ella sabia que me excitaba enormemente.

-No has tenido ya bastante?
-Yo nunca tendré bastante de lo que tú me das.

Lleguemos a casa, y me prepare una paella de aquellas que hacen historia, acompañada de un buen vino, y nos dispusimos a comer en ese dia soleado en el jardín de la casa.

Terminemos de comer, y Rosa me comento que estaba cansada y que se iba a estirar un rato en el sofa, yo me fui a laver los platos porque no tenia nada de sueño.

Cuado estaba fregando los platos, me encontré en la más inmensa oscuridad, Rosa me había vendado los ojos y me susurro al oído.

-Quiero que disfrutes, y el placer que me distes anoche, lo recibas tu ahora, que tu cuerpo sea mío, que mi cuerpo sea tuyo, que nadie pueda superar el placer que sintamos en este momento, que sin necesidad de verme sientas lo que yo soy capaz de sentir.

Me cojio de la mano y me llevo al comedor, estaba de pie, me desnudo, me quito la camisa, botón por botón, los pantalones, los slip, y allí estaba yo desnudo, mis pies encima de la alfombra, oscuro, sin visión de nada, de repente en mi pene, el cual ya estaba preparado para lo que tenia que venir, sentí frio, me estaba pasando un cubito de hielo por el, por mis testiculos, por mi grande, por todo el tronco, lo beso, lo lamió.

-Umm que helado más bueno.

Decía mientras lo lamía, como si fuera un helado, no paraba de lamer y pasar aquel cubito por mi pene.

De repente me empujo y me tumbo en el sofá.

-Lame, lame lo que encuentres.

Hice caso y encontré un sabor suave, era nata, pero aquel sabor mezclado con uno ya familiar para mí, estaba besando su vagina empapada en nata, que delicioso manjar.

No me hacia falta ver nada, mi lengua conocía perfectamente el lugar, sabia que rincón lamer, que lugar chupar, y eso fue lo que hice, mientras escuchaba como gemía de gusto, como estaba a punto de llegar al clímax.

-Venga, quiero corredme ya…Ahhh, muy bien amor, muy bien

Una vez que se había corrido, note un liquido por mi pecho, un liquido espumos, frio y ella lo lamió, era cava, hizo lo mismo con sus pechos, los mojo en cava y me hizo absorberlos, besarlos.

Se sentó sobre mis piernas, me arrago el pene con una mano y se lo introdujo lentamente, pero poco duro la tranquilidad, pues empezó a calbargar como nunca antes lo había hecho, estaba muy, muy exicitada de saber que yo en aquel momento estaba disfrutando como nunca jamás antes lo había hecho.

Cuando me iba a correr, destapo mis ojos, para que pudiera ver su cara, para que mis ojos también participaran en ese acto de amor, en aquel momento ella tambien estallo conmigo, fue impresionante, mi grito, se unio al suyo, mi sudor se abrazo al cuerpo de mi pequeña princesa, y todo, y cada uno de mis sentimientos y sentidos gritaban con ella.

Permanecimos unos minutos en aquella alfombra, tumbados, con las manso entrelazadas, con nuestros cuerpos desnudos, y sin hablar, no necestiba palabras, para decir que era, que éramos los seres mas felices de la tierra.

La única conclusión que puedo sacar de todo esto es que aquella noche, aquel día de San Juan, tuve el mejor de los regalos que un hombre pueda tener, aquella noche bañada en amor, cava y la sonrisa de una mujer, una mujer que fue sirena, que fue princesa y que sigue siendo el amor de mi vida.

Swinger

FECHA: 3/31/2014

Alexia estaba esa noche con ganas de volverme loco, y sabe exactamente cómo hacerlo. Vestida con una remerita blanca ajustada y super trasparente (que deja traslucir sus pezones puntiagudos y carnosos atravesados por sendas argollitas), minifalda negra, obviamente no llevaba ni corpiño ni tanga, y sandalias de taco alto, mi mujercita irradiaba sexualidad y era el foco de la mirada de los hombres con que nos cruzábamos. Esa noche concurrimos a un club swinger, que tiene una pista de baile central con escenario a un costado y barra al otro, la pista que se encontraba abarrotada de gente está rodeada por un primer piso que balconea hacia la pista protegido por una baranda tubular de acero inox.

Luego de beber unas copas de champagne en la barra decidimos bailar un poco, ella me provocaba con sus movimientos y de tanto en tanto me daba un fuerte apretón en la pija testeando su estado. Yo ya estaba pensando en invitarla a recorrer los reservados en busca de aventuras cuando ella se me adelanto diciendo “quedate acá y mirá el balcón”, salió caminando hacia la escalera y la perdí de vista. Al poco tiempo vi que se ubicaba en un espacio libre en el borde del balcón y tomada de la baranda comenzaba a acompañar el ritmo de la música con movimientos sensuales de cadera mientras me miraba de manera cómplice. Cuando se aseguró que varios hombres en la pista la observaban separó un poco las piernas lo que nos permitió entrever su concha y observar con claridad los tres piercings (uno en el clítoris y uno en cada labio menor) que había elegido para la ocasión por ser extremadamente visibles. Su baile iba tornándose más y más provocativo, a los movimientos de cadera sumó flexiones de rodillas con las piernas abiertas, siempre hacia la pista de baile, lo que fue desatando el interés entre la concurrencia masculina que ya en un gran porcentaje miraba hacia arriba y bailaba en automático con sus parejas que no podían disimular los celos que les provocaba la exhibición de Alexia. Yo estaba super caliente, quería ir y cogerla ahí mismo, pero ella me había pedido que me quedara en la pista y no quería modificar sus planes.

El balcón se conecta con el escenario en uno de sus extremos  a través de una serie de discos gruesos de vidrio de buen diámetro empotrados en la pared  a modo de escalera, hacia allí se dirigió mi mujer y comenzó a bajar por ellos hacia el escenario, en cada uno bailaba unos minutos exhibiendo constantemente su carnosa y deseable concha que a esta altura brillaba de humedad producida por la excitación. Anticipando que ella seguiría su show en el escenario, los hombres solos fueron congregándose ahí para verla más de cerca. Cuando Alexía finalmente llegó al nivel del escenario comenzó a bailar en el caño ya con la minifalda en la cintura,  visiblemente caliente y alentada por el público masculino, se quitó la remera y sus enormes pechos salieron disparados de su prisión bamboleándose al ritmo de la música. Yo miraba extasiado e incrédulo el espectáculo que estaba dando mi hermosa mujer, ella estaba completamente desatada y absolutamente desinhibida por el champagne.

Fue hasta el borde del escenario, donde se habían reunido 10 o 15 hombres y se puso a distancia suficiente, para dejarse acariciar las piernas y la parte alta del muslo y comenzó a pasar varios dedos por su concha, se acercó un poco más y algunos intentaron tocarle la concha pero ella no lo permitió, dejando sí que le magreen las tetas y el culo mientras ella seguía masturbándose en su cara. Luego se sentó al borde del escenario, con las piernas bien abiertas y las apoyó en el hombro de dos espectadores a izq y derecha, de tal manera que su hermosa concha quedó a la altura del pecho de los hombres, tomó las manos del que tenía enfrente y se las colocó sobre sus labios mayores indicándole que le abriera bien la vulva. Metió dos dedos en su vagina soltando un largo gemido arqueando la espalda, cuando los sacó estaban empapados de un líquido transparente y viscoso que formaba hilos desde los dedos hasta el borde de su vagina, lo esparció sobre su clítoris duro como roca y expuesto a la vista de todos y luego repitió la operación varias veces hasta que hubo juntado una gruesa capa sobre el clítoris. Entonces me hizo señas con una mano, me acerqué pidiendo permiso entre los hombres que la rodeaban y me dijo “pajeame vos”, yo conociéndola de años, introduje un dedo en su vagina suavemente y comencé a moverlo despacio y sin pausa adentro y afuera; con la yema del dedo mayor de la otra mano, casi sin ejercer presión,  describía círculos leves sobre su clítoris expuesto y cada tanto le daba leves apretones tomándolo entre el pulgar y el índice.

Completamente desnuda entre decenas de hombres vestidos, con la concha bien abierta y mirando a la cara de cada uno de ellos en pocos minutos sufrió un devastador orgasmo que la dejó temblando recostada sobre el escenario con las piernas abiertas y la concha babeando. Cuando se repuso, bajó del escenario, cruzó la pista completamente desnuda hacia la barra. Yo estaba con ganas de más expectáculo, así que me senté en un taburete de la barra y me bajé los pantalones, ella me propinó una soberbia mamada y cuabndo tuve la pija rígida como un garrote la senté arriba mio, dándome la espalda, le metí mi verga en el culo y ella ronroneó de placer. Lentamente comencé a moverme dentro de ella para que se acostumbrara y relajara el culo. Al sentir que ella misma empujaba su culo contra mi pija la tomé por las rodillas y se las hice levantar para que quedara toda su concha expuesta al grupo que nos rodeaba. Entonces mi mujer permitió que se la cogieran por la concha uno por uno, con la única condición de que cuando estuvieran por correrse debían sacarse el forro y acabar sobre su vulva. Luego de haber haber acabado todos, comenzaron a manosearle la concha embadurnada y a chuparle las tetas, yo le besaba el cuello y le decía cuanto la amaba, la situación fue demasiado para los dos y acabamos juntos un largo y fuerte polvo….

Una pasión prohibida

FECHA: 3/31/2014

Su vista se paseaba por el libro que hacía un rato tomó con la intención de leer, pero si alguien le hubiera preguntado qué era lo que leía, no habría sabido responder. Lo dejó a un lado y su mirada recorrió  la estancia. Cada rincón, cada objeto, parecieron adquirir una importancia inusitada para el hombre recostado en la cama, que hizo vagar su mirada por cada centímetro de la pieza, como si la estuviera redescubriendo. Pero toda esta concentración estaba muy lejos de responder a su verdadero estado de ánimo. Sus pensamientos tenían una sola dirección  y el abandono de la lectura respondía a su incapacidad de escapar a las ideas e imágenes que rondaban por su cabeza. La inspección de cada escondrijo a su alrededor no lograba librarlo de la imagen que domina  todos sus pensamientos, todo su ser. No puede arrancarla de sus deseos más íntimos, a pesar de su lucha constante por arrancarla de su mente. Quisiera no pensar en ella, sacarla de su cabeza de una vez por siempre, pero está demasiado pegada en su mente y todo lo que él intenta por librarse de ella es imposible e irremediablemente vuelve a sentirse atrapado en las redes de esa pasión que lo domina.

Cuando se suponía que su vida entraba en una etapa definitiva de alejamiento de las pasiones y búsqueda de la paz que da la reflexión madura y lejos de las tentaciones, el pobre Diego se ha enamorado como un muchacho. Toda su vida se revolucionó desde el momento en que comprendió que abrigaba en su interior una pasión irrefrenable, que le domina como si fuera un adolescente.

Ya estaba en la medianía de su vida y todo hacía presagiar el inicio de una etapa de madurez y de lo que algunos llaman el reposo del guerrero. A sus 55 años, recién cumplidos, con una vida de pareja estable, sin sobresaltos, con tres hijos de los cuales dos ya  partieron enfrentar la vida construyendo las suyas propias. Sólo les quedaba la menor, la única tarea pendiente, por lo que parecía que los días que venían serían como un remanso donde descansar sus cansados huesos. Pero no. Tuvo que venir a enamorarse a una edad en que los demás hombres, por lo general, piensan en jubilarse. Y, lo que era peor, precisamente de su hija menor.

Cuando sintió que la imagen de la muchacha  ocupaba todos sus pensamientos y que esos pensamientos no tenían nada de paternales y sí mucho de carnales, luchó infructuosamente contra el deseo que se apoderaba de él. No quería aceptar esa aberración y en su intento por vencer la tentación que le rondaba permanentemente, se alejó de ella, enfrió su relación, se agrió su carácter, alejándose de la muchacha a una edad en que ella más lo necesitaba. A pesar de las múltiples muestras de cariño de ella, él se fue alejando con cualquier pretexto, ya fuera trabajando hasta tarde en la oficina o en reuniones con los amigos. Llegaba tarde a su casa, los fines de semana buscaba pretextos para salir y evitar estar con ella.

Si estaban sentados, evitaba en todo lo posible la tentación de espiar por entre sus piernas en busca de esos muslos que le obsesionaban. Y si su blusa mostraba  más de lo debido, apartaba la vista para no mirar esos senos que gritaban que los tocara, los besara, los mordiera. O su trasero, un círculo perfecto que le decía: tócame, acaríciame, le invitaban a pasar su mano por sus promontorios, pero Diego luchaba y a duras penas lograba sobreponerse al deseo de apretar sus nalguitas.

Era un sufrimiento constante el ver a esa muchachita que a cada día deseaba más y tener que resistir la tentación de abrazarla, besarla, tocarla, manosearla.

Pero todo fue inútil. Y fue su esposa la que, sin quererlo, terminó de hundirlo en el abismo de una pasión que había mantenido contenida con tanto esfuerzo. Ella le reprochó su frialdad con su hija, su lejanía y la falta de compañía que como padre se supone debía tener así como lo hizo anteriormente con sus hermanos.

Carmen, a sus quince primaveras, luce todo el frescor de la juventud, con un cuerpo que anuncia a la mujer que muy pronto despertará en todo su esplendor. Su porte de princesa, su alegría de vivir, su amorosa manera de ser, todo en ella contribuyó a que su padre terminara enamorándose, deseando poseer ese cuerpecito que lo incitaba con pensamientos oscuros que no podía desechar y que le mantenían permanentemente en un estado de excitación que no creía podría volver a sentir a esta edad. Y es que a sus 55 años, aunque se mantenía físicamente bien y era bien parecido, creía que su hora había pasado y se estaba acostumbrando a la pasividad de la edad madura cuando su hijita

empezó a revolucionar sus hormonas.

Y no es que Carmen fuera de medidas exuberantes. No, al contrario, con su  tez blanca y  pechos firmes y de un tamaño medio, pezones rosados, un culito duro, todo en ella era de medidas normales, pero en su conjunto habían llamado la atención de su padre desde que la acompañara al por primera vez al colegio a un  evento de gimnasia, donde la vio a haciendo saltos y giros. Fue ahí, cuando su pequeña y querida Carmen saltaba y la veía caer en la colchoneta donde no pudo contener el deseo por ella, viendo como se mueven sus pechos y sus piernas.

Su esposa  le pidió encarecidamente que acompañara a la niña a sus competencias de gimnasia, como lo hacía antes, para alentarla y darle compañía y apoyo, que ella necesitaba que él estuviera cerca, que sintiera que su padre estaba ahí para ayudarla. Lejos estaba ella de saber que eran precisamente esas competencias las que despertaron en él una pasión prohibida y contra la cual intentó luchar infructuosamente y que serían el camino por el cual padre e hija transitaron hacia una pasión incestuosa.

Volvió a acompañarla a sus competencias, donde ella se sentía feliz de participar. Y a partir de entonces, el verla compitiendo se hizo en el una necesidad y  no le importaban los sacrificios que tuviera que hacer para ir con su hija a verla en su traje que le permitía admirar sus muslos exquisitos y esa camiseta que reflejaba sus pechitos esplendorosos. Su deseo por su hija era vez mayor.

La tarde en que las cosas entre los dos cambiaron para siempre, el  miraba absorto sus piruetas y ejercicios, imaginando lo húmedo y sudado de su sexo, deseando  besarlo, chuparlo, tocarlo. Cuando reaccionó, se maldijo por tener pesos pensamientos, pero estos estaban en su interior desde hacía tiempo, esperando a que en un momento de debilidad de él, volvieran a aflorar. El lo sabía, no lo quería, pero en el fondo, muy en el fondo suyo, sabía que la lucha estaba perdida. Era demasiada la tentación de verla en ese trajecito que hacía lucir sus exquisitos atributos y que el deseo de él de solazarse en su contemplación. Ignoraba que faltaba un pequeño empujón para que  el deseo diera paso a la pasión, que el entendimiento se nublara y lo arrastrara en un tobogán en que también  ella sería arrastrada.

Después del entrenamiento la llevo a comer un helado como premio a su esfuerzo y dedicación. Ella aceptó la invitación y, feliz, lo abrazó y besó en la mejilla en señal de agradecimiento, pegando su pequeño pecho contra el, lo que volvió a despertar sus demonios. Sabía que la tentación estaría siempre rondándolo mientras tuviera a su hija cerca. Nada podría hacer para evitar el desearla.

En la cafetería, mientras Carmen le comentaba entusiasmada los pormenores de su participación,  parte de su helado cayó en la camisa, con lo cual esta  se transparenta y se marque uno de sus hermosos pezones,   cuya visión lo deja  hipnotizado observando el pequeño círculo que pugna por romper el género. Imaginó su textura, su sabor,  su suavidad, su frescor y unas gotas de sudor perlaron su frente. Era deseo puro el que se reflejaba en su mirada y ella se da cuenta. Carmen, turbada,   corre al baño a limpiarse. Esta confundida pues no es primera vez que ve en su padre esa mirada, aunque nunca antes había sido tan evidente. Y lo que más le confundía es que esa mirada, que sabía prohibida,  le agradaba. Le hacía sentirse bien, aunque no podía entender por qué se sentía así.

Llegan a casa y el prepara algo para cenar, algo ligero para cuidar el peso de la niña, que necesita estar en buena forma.

Ella acude al baño y cuando la lluvia de la ducha golpea su cuerpo, una de sus manos toca sus senos, pensando en las sensaciones que sintiera cuando su padre se los miraba. Siente un calorcillo nuevo entre sus piernas y no puede evitar tocarse, lo que le produce una corriente tan fuerte que casi cae. Retira la mano, pero el deseo ya está anidado en la muchacha. Baja recién bañada, con un short y una camisa de tiritas sin sostén. Su cabello húmedo moja su espalda y su padre no puede evitar seguir con la mirada una  gota rebelde que se pierde en la espalda.

¿Por qué no te has secado, cariño? Te puedes enfermar si no lo haces.

Papi, no he encontrado el secador.

El busca una toalla y se sienta en el sofá,  abre sus piernas y la mira, invitante. Sabe que en ese gesto está el germen de su perdición, pero no puede evitarlo: es demasiada la tentación de sentirla pegada a él.  La muchacha entiende lo que le pide su padre sin palabras,  algo le dice que no es posible, que está mal, que no debe hacerlo, pero se acerca y se sienta de espaldas a el, sobre su falda. Es esa sensación que sintiera bajo la ducha con su mano acariciando su vulva lo que la lleva a aceptar su invitación. Ambos quedan en silencio, él con la respiración contenida y ella anhelante por lo que no sabe que pasará, pero lo que sea lo desea ardientemente. El pasa la toalla sobre el cabello de Carmen con suavidad, con, amor. Ella siente un escalofrío recorrer su cuerpo cuando la dureza detrás suyo se hace evidente. Es el  miembro de su padre, que  está a punto de explotar. Hace un esfuerzo extraordinario por intentar sobreponerse a la situación, pero es imposible, ya que el deseo se ha apoderado de su ser y nada puede hacer por superarlo. Lo suyo es deseo en su estado puro.

Diego se abandona a la tentación, cierra los ojos y decide dar el primer paso, bajando lentamente las manos por los hombros de su hija rozando el contorno de sus hombros, hasta llegar a  sus pechos, por lo que  ella  de inmediato siente que se le ponen duros los pezones. Siente el bulto en su espalda, ahora duro como piedra. se remueve  incomoda por la humedad entre sus piernas y un deseo nuevo que siente nacer dentro suyo, una sensación nueva pero agradable. Es el deseo que se apodera de todo su ser.

La muchacha se deja hacer. Está entregada a este juego tan exquisito que su padre juega. Solo desea que él continúe, aunque sabe que se está hundiendo en un pozo. Es una sensación de abandono que no sabe donde la llevará pero no le importa donde termine. Ella quiere recorrer este sendero desconocido.

Cariño, ¿te molesta?

Mmmmmm…..

¿Continúo?

Con un movimiento de cabeza, ella da un si sin pronunciarlo.

Con la audacia que le da el permiso sin palabras de su hija,  lleva una de sus manos por sobre uno de sus senos, que aprieta suavemente.  Ella da un pequeño brinco, mezcla de sorpresa y excitación.

¿Te gusta?

Ssiii, papi

Está roja, su voz le sale como un susurro, entrecortada. Su padre sabe que su hija está entregada.

La voltea y la mira a sus ojos. Ella ve los de su padre más oscuros, llenos de deseo, deseo por ella, por su pequeña niña. El mira su miembro, completamente duro, y ella le sigue la mirada.  Intuye lo que le esta pidiendo,  se acomoda y tímidamente una de sus manos  frota el pantalón de su padre, sintiendo la dureza que se esconde bajo la tela.  El gime, casi un grito de dolor.

Diego sabe que está mal lo que hacen, pero la desea de una manera tan grande que nada podrá impedir que la haga suya, que hunda su verga en su vulva virgen hasta que choque con su pelvis, que Carmencita grite pidiendo que pare. Pero su hija está tan deseosa como el, por lo que no existe ninguna barrera que los detenga.

Ella agarra con dificultad  el pene, sacándolo del pantalón y dejándolo al aire. La  mano no lo abarca toda. Mira asombrada el monstruo en sus manos.

Qué grande, papi

Necesito que lo toques, quiero sentir rico, mijita.

Ella empieza tocar el pedazo de carne,  a mirarlo, mientras su manita recorre el tronco, arriba y abajo.

No es igual a nada que haya visto o tocado antes.

Has visto una antes

Solo por internet, con mis amigas del equipo.

¿Quieres darle un besito, cariñito?

Carmen se inclina y le da un besito y otro y otro. El cierra los puños, intentando demorar su orgasmo, que siente venir de manera incontenible.

Chúpalo un poquito, mijita, como  lo hacías con tu helado.

Me gusta como sabe. No es como un helado, pero me gusta, papi.

Abre más la boquita, amor,  intenta meterla un poquito más.

El enreda sus dedos en el cabello aún mojado de su hija y empuja un poco, lo que hace que ella se atragante y tenga una arcada.

Aguanta, mi niña

No, papi. Para, que me duele

No puedo parar, mi cielo.

Diego está descontrolado y empuja su miembro en la boca de su hijita, metiendo y sacando como si la estuviera follando, en tanto ella aguanta las embestidas y siente que entre sus piernas se forma un charco de líquido y su cuerpo está por explotar.

El saca su miembro repentina y bruscamente de su boca, la pone en el sofá y abre sus piernas. Ahí está su pequeña, con sus hermosas piernas bien torneadas, abiertas para él. Su rostro se pierde entre los muslos juveniles y su boca abarca todo el paquete que se oculta bajo el short, apretándolo entre sus labios, con suavidad, pero transmitiéndole su calor interno con su boca, lo que tiene efecto inmediato en la niña, que empieza a desesperarse y mueve su cuerpo con una agitación inusitada.

Papitooooooooo

El continúa su tratamiento, con lo que su hija empieza a perder el control y atrapa su cabeza, que aprieta contra su vulva, en un gesto desesperado por no dejar escapar las sensaciones que cubren su cuerpo, que la transforman en una hembra ardiente y deseosa de algo que aún no atina a comprender.

Siiiiiii, papiiiiiiiiiii. Aghhhhhhhhh

Su cuerpo se mueve con espasmos mientras su inviolada vulva suelta su primer orgasmo, que la lleva al paroxismo del placer.

Aghhhhhhhhh, papiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

La muchacha, rendida por la intensidad del orgasmo, el primero que siente, intenta recuperarse, en tanto su padre se levanta y termina de desvestirse, dispuesto a llegar hasta el final en esta aventura incestuosa. Ella comprende y desea ardientemente lo que ahora venga. Sabe que su virginidad está por irse y será su padre el que se la lleve, el que la hará mujer.

Su padre, hombre con experiencia en la materia, se da cuenta que la muchacha está dispuesta para el gran paso. La alza en sus brazos y arrancándole la camiseta se introduce uno de sus pezones en la boca y procede a chuparlo suavemente. Ella se sume en un estado de ensoñación y deja que los labios de su padre acaricien sus senos, despertando en ella la mujer que estuvo dormida hasta ahora.

Papito, por favor.

La suya es la última propuesta de la joven que ve perder su más preciado tesoro, pero sabe que  no hay marcha atrás. Diego está dispuesto a todo y nada lo detendrá.

Carmen poco a poco empieza a  gemir bajito, cierra los ojos a su padre, a lo que siente, a todo lo que la rodea. El la toca, la aprieta, la acaricia. Baja una de sus manos y la mete por debajo de las braguitas, que están pegadas a su vagina, pero  ella reacciona.

Papi, soy virgen.

El calla, le arranca las bragas y hunde los dedos, una y otra vez. Ella grita de placer ante lo que su padre hace en su virgen túnel de amor. El dirige su dura verga a la entrada y de un empujón la penetra

Aahhhhh…papaaaa!!!

Pero el está ajeno a sus quejidos y gritos de protesta,

Ayyyyyyyyyy, papiiiiiiiiii, nooooooooooo

Ricooooooooooooo

Para me duele, me duele, ahhhhhhh

Aguanta carmencita aguanta

…Y la embiste con toda la fuerza que tiene. Finalmente siente que la unión se ha completado, que toda su virilidad está dentro de su niña.

Aahhhh….que rico. Ya eres mía, ya eres mía, solo mía

Carmen termina por rendirse y al intenso dolor de la pérdida de su virginidad, después de unos minutos sigue la exquisita sensación de una sensualidad que está aflorando y que empieza a cubrir su cuerpo de sensaciones nuevas, nunca antes experimentadas. Mientras más amaina el dolor, más intensa es la nueva sensación que se apodera de ella.

Siiii… papi, soy tuya, soy tu mujer…dame mas, masss ricooo

Toma carmencita!!! Tomaaa!!!

Ella grita y se dobla del dolor del placer. El embiste una vez más y la inunda con su leche.

Terminan cansados, abrazados sabiendo que lo que hicieron no esta bien pero no pudieron evitarlo. La pasión los dominó completamente, superando la racionalidad que en algún momento tuvieron.

El acaricia los senos de la muchacha, feliz de haberla hecho suya, llenándola de mimos y palabras de cariño, mientras sus dedos recorren la geografía de su niña, que se hizo mujer en sus brazos.

Mientras los dedos paternos recorren cada rincón del cuerpo de su hija, ella siente dentro que esa exquisita sensación que la llevó al paroxismo hace un momento, vuelve a formarse, como si fuera un volcán que empezara a erupcionar nuevamente.

Se acomoda para la entrega.

Mi sobrina…

FECHA: 3/31/2014

Fue mi hermana mayor la que me inició en los placeres de la tortilla aunque a veces tambien me gusta una patata larga y jugosa con dos huevos. Dormiamos juntas en la misma cama, empezamos a dormir desnudas y despues a masturbarnos la una a la otra. Dejar los besos en la mejilla y besarnos de forma mas y mas sensual con lengua y mucha saliva, y de ahí a chuparnos los coños y lamer nuestras tetas. Nos queriamos mucho y nos hartabamos de caricias la una a la otra. Luego ella se casó y tuvo una hija, Laura morena de ojos verdes, grandes y hermosos, y diez y ocho años. Su figura de ensueño llena de bonitas curvas, su piel bronceada y suave y unos pechos grandes y desarrollados para su edad. El conjunto de todo ello me quita el sueño. La invité a pasar unos días conmigo.

Pero mi apartamento es pequeño y no tengo mas que una cama,de matrimonio. Al señalarme el pequeño inconveniente le dije que dormiriamos juntas como yo hacía con su madre cuando eramos niñas. No se si fue ilusión mia pero por sus ojos cruzó una sombre de alegría. Por fin llegó la noche, no nos habíamos cambiado y cuando ibamos a acostarnos me quité la blusa, la falda ajustada y el sujetador blanco de encaje. Solo me quedé con las bragas del conjunto tambien de encaje y caladas y me metí entre las sábanas. Desde allí vi como ella se quitaba la camiseta y los apretados vaqueros y me siguió a la cama con la misma ropa que yo, sin ponerse nada mas que yo encima.

Se tumbó a mi lado, me levante sobre el codo acercándome a ella, con la otra mano le aparté el cabello de la cara, me incliné sobre ella y la besé en la boca. Ella por extraño que parezca no mostró rechazo y me respondió abriendo la boca y metiendo su lengua en la mía. Me echó los brazos al cuello y nuestros pechos desnudos se juntaron. Aparté la ropa de cama mientras nos besabámos.

Deslicé una mano primero por sus suaves y turgentes senos luego por su vientre y por último la bajé dentro de sus bragas y deslicé dos dedos dentro de los labios de su vulva ya rodeada de suave y fino vello. Seguíamos besándonos mientras la masturbaba y yo ahogaba sus gemidos de placer con los ardientes besos de una amante.

Laura tampoco tenía las manos quietas, me bajó las bragas pero se dedicó a tocarme y acariciarme el culo y las tetas mientras me besaba. Entonces se me puso encima con su coño sobre mi cara y la suya entre mis muslos. Se dedicó a abrirme los labios del sexo y a meter los dedos en la vagina y acariciarme elmclitoris con su lengua y una vez que me corrí a chuparme la vulva entera y yo hacía casi lo mismo con su bonito coño y mi lengua penetraba en su caliente húmeda y acogedora cueva de amor.

Nos corrimos un par de veces cada una. Megiré dejándola tumbada en la cama. Me bajé de ella y de rodillas en la alfombra la besé en la boca, con su sabor en ella le acaricié la cara con mis manos lentamente, luego el cuello, los hombros los pechos y mordía sus rojos pezones suavemente sin dejar de mover los dedos suave sobre su piel. Continuaba con su vientre y coñito y sus piernas largas y dulces. Cuando se dió la vuelta me volví subir a la cama encima de ella, frotando mi coño contra su bonito culo, mis pechos en su espalda besandola en la nuca y en los hombros masajeando todo su cuerpo alestilo tailandes.

Me deslicé sobre su cuerpo para seguir besando y lamiendo su espalda hasta lasnalgas que abrí con las manos para observar el agujerito posterior lamerlo con la lengua e incluso meter un dedito explorador. Durante un rato dedo y lengua y ella lo disfrutaba. Continué con los muslos hasta los pies lamiendo el empeine, y el dedo gordo que me metí en la boca. Entonces se le antojó hacerme todo eso a mí. Como sus dedos y lengua recorrian recorrían mi cuerpo, qué dulces besos que dulces jugos de su coñito dulce que escurrían por sus muslos abajo. Que bien folla mi sobrinita, tan bien que me extrañó un poco y le pregunté sobre ello.

Al fin me contó como su madre le hizo el amor en cuanto se dio cuenta de que tenía una mujer en casa. Me contó como mi hermanita mayor aprovechando que se estaba cambiando de vestido, le sorprendió en ropa interior lo que es mas sujerente que simplemente desnuda. La besó en la boquita y comenzó a acariciarla terminando de desnudarla lentamente. Ella lo entendía y lo deseaba, esta nueva forma de amor de su madre. Le gustaba y cuando su madre deslizó la mano sobre su pubis y con uno de sus dedos la penetró suavemente y se abandonó al placer. Así todo quedó explicado de repente, lasmiradas burlonas entre madre e hija y la experiencia amatoria de mi querida sobrina.

Para vengarme me puse a hacerla cosquillas. Acaricié sus pechos mientras rascaba sus axilas. Ella reia conmigo y me subí sobre su vientre a caballo para inmovilizarla. Y ella también logró encontrarme las cosquillas, desnudas como estabamosesos toqueteos volvieron a excitarnos. Así que yo subí algo mas y ella bajó corriendose debajo de mí. Puso su cara debajo de mi coño y yo mis muslos a cada lado de su cabeza de rodillas junto a la cabecera de la cama. Su lengua me penetraba, o se ponía mi clitoris entre los labios para besarlo y chuparlo.

O se desplazaba hacia el culo cuando mi cadera basculaba lamiendo el ano. Yo me corría una y otra vez en su lengua manchando toda su bonita cara. Y ella bebía misjugos sin parar. Entonces me separé para colocarme boca abajo entre sus piernas y hacerme de nuevo con su vagina para darle algo del placer que me había dado a mí. Su caliente, húmeda estrechita y roja cueva no guardaba ni rastro de himen y mientras se lo acariciaba con dos dedos le pregunté -¿Y cuantos rabos han pasado por aquí? Me confesó que solo su novio le hacía el amor y la follaba. Me contó cómo le chupaba la polla y él le comía el coñito y el ano tal como ella lehabía enseñado a hacerlo.

Y como me habíá follado el culito desde luego me había salido una pequeña viciosa cosa que apruebo completamente. Sigo acariciándola, sus manos recorren mi piel con suavidad, mi cuerpo deseoso de ser sobado. Los dulces besos de su boca me sorbíán el aliento. Sus dedos escudriñadores recorrian lo mas profundos rincones de mi honda vagina, como con su madre gozaba continuamente y yo la hacíá gozar sin descanso. Ya por la mañana despues de unas horas de sueño reparador, la contemplaba todavía dormida bellisima con el cabello revuelto sobre mi almohada. Semitapada por las sabanas desordenadas y desnuda. Me sentía contenta Solo con las yemas de los dedos comencé a acariciar suavemente su perfil, sus mejillas su cuello sus hombros o enredaba mis dedos entre los mechones de su cabello y volvía a acariciar sus pechos firmes. Con una sonrisa en los labios se despertó y nuestras bocas se unieron en un beso.

El teléfono

FECHA: 3/31/2014

Alguna vez me he preguntado si soy ninfomana, mi enamorado lo ha negado
aunque muy en el fondo se que lo hace solo porque no quiere que ello me haga
sentir mal, el hecho es que el haberme inicado a los treces años con un amigo
mio, mejor dicho profesor mio, me ha llevabo de la mano del placer y el
autoplacer.
Esto sucedio una noche en las que presa de mis ganas no complacidas, me llamo
mi ex enamorado, habiamos terminado, por muchas razones que no relatare pero el
hecho es que seguiamos viendonos, estaba tratando de alejarlo de mi vida pero el
deseo incluso evitaba ello.
Por circunstancias que en algun otro relato contare, descubri mi lado
perverso por asi decirlo, asi que habia momentos cuando mi cuerpo entero pedia
sexo y sexo sin inhibiciones, dejandome llevar por ese deseo que me envolvia.
El hecho es que habia sucedido que mi mente, gracias a sus deseos, habia
desenrrollado todo mi lado oculto y me sorprendia muchas veces tendida en la
soledad de mi cuarto sobre la cama, desnuda o semidesnuda y con los dedos de mis
manos profundamente mojados por mis propios jugos, producto de autosatisfacerme
hasta el mas minimo detalle.
Lo reconosco, han habido momentos de delirio en los que he disfrutado cuando
yo, presa de la lujuria dibujada en mis ojos, hacian que mi boca se
entretuviera, lamiendo y mamando el miembro de mi enamorado, lo hacia con cada
extremo detalle ya que queria que durara todo el tiempo del mundo mientras le
mostraba mi sexo abierto y jugoso para que sus manos los inundaran y me
produjeran la contrapartida de placer que deseaba, pero mejor aun era cuando,
producto de mis mamadas y chupadas profundas, donde procuraba en todo momento
tragarme su miembro sin restricciones; que lograba en medio de gemidos que el
terminara en mi boca, y yo golosa, me tragaba todo su semen, eso era para mi la
gloria, el mejor de los orgasmos llegaba en ese momento cuando su semen
resbalaba por mi garganta profunda y mi sexo respondia de igual manera
abriendose y cerrandose antes sus dedos metidos en lo profundo de mi vagina.
Lo que el no sabia era que deliraba pensando como a el le hubiera gustado, en
que habia otra persona en la habitacion y eran los dedos de ELLa y no los de el
los que me procuraban placer sin limite, y es que su fantasia secreta llego a
mis oidos despues de mucho insistir, y consistia en verme a a mi gozando con
otra chica, mientras el nos miraba usando todo tipo de juguetes, la boca, manos,
pezones, vaginas una enrrolada con la otra, una efrentada en una guerra de
placer con la otra, penetradas mutuamente, yo habia dicho que no… pero mi sexo
y e imaginacion pedian que le dijera que habia descubierto mi anhelo y que
ademas queria que el lo llevara a cabo para mi.
Y me imagina siendo llevada a la disco, ataviad apenas con una pare de botas
muy altas o unas sandalias de tacones extra altas, enfundada en medias con
encaje y sin nada mas que un sexo depilado y chorreante, uno senos duros y
exitantes y enfunadada en una abrigo que los cubria, presto a revelar mia ganas
y deseos mas perverso.
Yo queria que me hiciera ser lo que siempre añore una puta en celo buscando
de su mano quein me diera placer en especial una mujer para luego yo darle
placer a el, entregandole todo mi amor.
Que porque no se lo dije, no lo se solo se que estariamos juntos talves y
habria sisdo para el lo que el hubiese pedido de mi, como aquella vez que presa
de mi exitacion sedi a su deseo de pasearme luciendo una vestido tan corto tan
revelador, tan transparente y tan lujurioso que senti por una unica vez lo que
siempre anhele sentir mientras el me seguia por el carro mientra yo me exibia
puta por dentro y fuera en medio de otras, para ser escogida por el y levantarme
en su carro para hecermelo uan y otra vez… pero ya estoy divagando, ya lo
contare…
fue en una noche asi llena de deseo que prendi el televisor, puse el canal
del sexo, el me lo habia alquilado y configurado y me deje arrastrar por las
imagenes que en ella discurrian, la historia transcurria y eran por casualidad
un par de chicas que salian de paseo ambas por separado y que el destino las
hiba a mezclar, ambas, habian escojido vestiditos con faldas sumamanete
elevadas, el calor del dia lo hacia posible, y obvio la pelicula lo ameritaba,
ambas subieron al tren que las llevaria a un balneario cercano, ambas hiban a
descubri lo que era el placer secreto de un cuerpo de mujer frente al otro
mientras mis manos comenzabana a acariciar mis senos y en suaves toques
redondos comenzaban a exitarlos, llevando mis manos a cogerlos con lujuria de su
base y llevarlos como el me habia enseñado a la boca.
Eran algo grandes y debido a su tamaño podia yo cogerlos con las manos y
subirlos hasta hacer que mis pezones apuntaran a mis labios, no necesitaba mas
que inclinar la cabeza, sacar mi lengua y empezar a lamer mis pezones como a el
le gustaba que haga, mientras que para mi la explosion de sensaciones era unica.
Mis pezones repondian al entusiamo de mi lengua y se desataban en endurecidas
aureolas que coronados por la parte llena de placer en sus puntas me llevaba a
la perdicion.
Una de mis manos quedo llevando a otro de mi senos a su destino de placer,
mientras mis manos ya habian bajado recorriendo mi vientre y separando mis
labios vaginales empezaban a sobar el clitoris palpitante que tenia a mi vista
totalemnet depilado.
Mientraes ellas en la pelicula habia quedado atrapadas en medio del tumultuo
de la gente del vagon y sin querer sus cuerpo estaban de espaldas una a la otra,
una mano derrepente las tomo por sorpresa, una mano delicada que levantaba
irreverente sus minusculas faldas para hacerlas disfrutar del calor de la otra,
el calor de un derrier tocando el otro, traceros que se tocaban por primera vez.
Cada una de ellas creia que era la otra quien se atrevia a tomarlas de esa
manera y aunque desesperadas por salir de esa situacion algo hacia que cambiaran
esa indignacion por deseo, asi luego de forzajear por liberarse de ese atropello
terminaron dejandose llevar por lo prohibido, cada una de ellas cerraba los ojos
imaginadose solas en el vagon masturbando una a la otra
Mientras mis manos ya habian tomado control de mi sexo y los masturbaba sin
medida y con toda la lujuria acumulada en dias sin sexo…. gemi
Derrepente sono el telefono, yo ya estaba disfrutando el mete y saca de dos
de mis dedos en mi vagina y mientras ellas gemian en sus imaginarios sueños, yo
estaba gimiendo en mi realidad caliente.
Aalargue una de mis manos la que cogia a uno de mis senos y recogi el
telefono temblorosa…
hola BEBE, esa era la manera de llamarme, trague saliva, pero no saque mis
dedos de mi vagina, me pregunto como estaba,
Yo? exitada, como una chica en celo, exitada, llena de lujuria en la sangre ,
mi cara se notaba llena de ese deseo, al mirarme al espejo llevada por el
instinto de arreglarme para darle la cara a el me vi enfundada en el traje
placer que mi mente me habia dado
trague saliva nuevamente y en medio de voces temblorosas le pedi que me llame
dentro de cinco minutos, no se como logre articular palabra, pero creo que no
puede disimular bien el placer que tenia encima.
El colgo, y llamo como a los 15 minutos talves un poco prudente, y yo queria
que no lo fuera, queria que no colgara y me preguntara que estaba haciendo, que
insistiera, si no le decia nada en concreto que adivinara que estaba
masturbandome como a el le gusta que haga, masturbandome y llenandome de placer
autoplacer de mujer.
al fin llamo, conteste, Porfin, le prengunte como estaba, mientras que mi
agitacion me cortaba las palabras, el pregunto que habia estado haciendo, un
rayo me atravezo de pies a cabeza, no se como derrepente, me abandone mi lujuria
tomo cargo d emi mente, mi exitacion, dio rienda suelta amis labios y mi ganas
me hicieron mojar….y confese que habia estado haciendo, talves porque el como
caballero no preguntaba lo que ya suponia, empece diciendole que habia estado
viendo una pelicula, el insistio que pelicula?,
una en el canal de adultos,
pregunto si aun seguia, le dije que si ,
pregunto quienes estaban en la pantalla,
un par de chicas respondi…
y te gusta…
dude y respondi que si,
que hacen? respondi
que estaban besandose,
y te gusta que se besen y se caricien?
si…. conteste temblando y suspire,
quien te gustaria ser?,
la que esta debajo,
entonces estan en posiciones donde ya se besan mutuamente el sexo? dijo,
si… respondi,
y quien te gustaria ser,
la de abajo respondi,
porque?
porque esta lamiendo el sexo de la otra chica
y que hace la de arriba?,
gime,
como? como gime? como lo haces tu?,
uhmmmmmmmmm, gemi,
y te gusta verlas asi…
Siiiiiiii
y hacer lo que hacen?
…. si
y que hacen..
estan en una tienda
y que hacen en esa tienda?,
comprando uh,mmmmm gemi de nuevo …. comprando un pene de dos puntas
y te gusta verlas asi exitadas?
si uhmmmm
y como estas tu…..
con las piernas abiertas respondi..
despues de un momento donde crei llegar a la locura con mi sexo dilatado y
jugoso .. escuchando como me metia los dedos dijo
y que haces?,
me meto los dedos,
te masturbas?,
si…….
mucho? siiiiiiiiiiiii,
y que quieres hacer..?
… que me digas que hacer,
como estan las chicas,??,
tendidas en la cama una frente a la otra..
que hacen, jugando con su juguete nuevo’??,
SIIII, gemi mas fuerte
y tu te masturbas????
siiiiiiiiiiiii,
y tu vagina esta jugosa?,
mucho,
quieres masturbarte mas?..
si quiero, quiero,
que quieres?…
sexo, quiero tu sexo,
mi sexo ?,
y un sexo de mujer tambien?…
si quiero,
que quieres dimelo asi…?
sexo,
gimes?
quieres gemir?
si,
gime, gime y dejame oirte gemir,
uhmmmmmmmmmm, ahmmmmm,
que todos te oigan…
uhhhhhhhh
y frotas tu sexo mientras, sigue asi..
uhmmmmm, ahmmmmmm,
sigue aahhaahhassi,
el tambien empezo con su voz temblorosa, mi cuerpó temblaba,
lleva el telefono a tu sexo, dejame oir como te masturbas, y sin pensarlo lo
baje, pero rozando mi cuerpo, llego a mi vagina caliente y se mojo en su jugo,,
eso nunca lo supo, y deje que el auricular tradujera en sonidos la succion a mi
vagina
y derrepente lo estaba metiendo lentamente en ella, y el telefono delgado se
abria paso, y entraba y salia de mi concha abierta y jugosa y yo gemia y me
movia como loca… y chorre como nunca, borbotones d emis jugos resbalaron por
mis manos
y en medio de temblores lo leve a mi oido y boca y gemiiiiiii..
sin piedad gemi, porque no estas aqui?,…
sigueeeeee, sigue….
quieroo,
quieres?
si quiero, ven, ven aqui, necesito,
que que?
nesito que me hagas el amor,
masturbate mas…..
parate y ve al balcon, sal asi a la noche,
..ahmmmmm me exitaba mas y mas, baja las escaleras, desnuda vas a exhibirte
asi..
..ahmmmmmm
sala a la calle
ummmmmmmmm mmmmmmm
muestrate….
ahhhhhhhhhhhhhh,ahhhhhhh
se lo que quieres ser….
y que sabes que quiero ser?
una PUTA.. llena de placer y lujuria o no?
Si si quiero, quiero quiero ser una puta esta noche
y deja abierta la puerta……
abierta como yo lo estoy?
y llega a tu cama ..
ahmmmmmmmmmmmmmm,
abre tus piernas y deja que una lengua te toque una lengua de mujer que
llegara a tu cuerpo para hacerte gritar de placer,
ahmmmmmmmmm,
masss, massssss. quiero mas……..
ahmmmmm, ahmmmmmmmmmm, ahmmmmmmmm,
sigue gimiendo masturbandote y contandome que haces,
y describi mi universo mojado, cuando derrepente sin darme cuenta, explote en
convulsiones, estaba gimiendo sin ningun reparo y derrepente senti una lengua,
lamio , mordio, beso y me perdi en la oscuridad de mi habitacion en medio de
gemidos y corridas que duraron toda la noche…..

Dos mujeres en una

FECHA: 3/31/2014
Entras en mi habitación, sensual, elegante, altiva. Usas una falda por encima de las rodilla ajustada a tus sabrosos muslos dejándome ver tus piernas… Una camisa descotada solo lo justo para hacerme desviar la mirada… Me deleito con ese manjar solo con la imaginación… Nos saludamos con un abrazo y siento tus pechos contra el mio, disfruto con el calor de tu cuerpo. Mi mano se posa en tus nalgas y tu sumisamente te dejas… aparece en ese momento la mujer número uno.Te sientas a mi lado… percivo tu olor, tu olor de hembra en celo… De reojo me saboreo tu escote nuevamente y luego miro descaradamente tus piernas debajo de tu falda… por supuesto te das cuenta… Con un gesto rápido agarras mi pene por encima del pijama, fuerte, con decisión y me dices al oído: Yo contesto solo con una sonrisa y un guiño de ojo… Aprietas mas, con firmeza haciéndolo tuyo, disfrutando que eres capaz de excitarme de esa manera… Surge la mujer numero dos… dominante, devoradora.De inmediato me comes la boca, mordiéndome, violando mi boca con tu lengua, sigue presente tu lado dominante. Desabrochas mi camisa rápidamente, como poseída por un animal… Lames mi pecho, lo besas, muerdes mis pezones a lo que yo reacciono tomándote del pelo con firmeza… cierro los ojos y solo oigo los ruidos emitidos como si se tratase de un animal.

Tengo tu perfume en todo mi ser… inclinada sobre mi, yo sin camisa, tu mano apretando mi duro pene, dirijo mi mano por debajo de la falda, pero no me dejas… quitas mi mano con un gesto firme… mientras lames y haces lo que quieres en mi pecho… rápidamente te colocas frente a mi, me dejas sin pantalones y te llevas mi verga a la boca, la chupas de una sola vez… absorbes mi olor y te la tragas entera… me levantas de la silla, te tomo del cuello como si te obligara a chupar, cosa que no hace falta… La tienes toda dentro jugando con tu lengua tan bien como solo tu sabes hacerlo… soy tuyo, dominado… te aferras a mis nalgas sin dejar de mamar… me llevas al cielo… disfruto de esa imagen sin decir nada aun… Tienes mis bolas en tu boca mientras me miras a los ojos como poseída… arrastras todo mi prepucio hasta el final para deleitarte con todos los detalles de mi pene… Tus dedos juegan alrededor de mi culo… siento una electricidad placentera en todos mis puntos nerviosos… Disfruto dejándome llevar.

De repente, por instinto me pongo de pie, te levanto. Te tomo por sorpresa y te inclino sobre la cama, de culo hacia mí… Tu cara de sorpresa se refleja en el espejo de la pared… Cuando te das cuenta de lo que va a suceder te muerdes los labios… yo me inclino sobre ti y te susurro al oído:

Cornu2 (5ª Historia)

FECHA: 3/31/2014

Enrique y Maria del Mar


Se abre una puerta. Es el hall de un apartamento muy chic. Una mujer muy sexy de unos 27 años entra y enciende la luz. Lleva un minivestido negro con transparencias y taconazos altísimos. Se tambalea un poco. El brillo de sus pantimedias naturales hacen que sus largas piernas sean simplemente irresistibles. Tiene el pelo liso, negro y largo, un rostro muy fino. Parece una modelo. Sus ojos verdes lima estallan en la penumbra. Suelta su bolsito por ahí y se dirige hacia la cocina, una cocina abierta y muy moderna. Su tacones repiquetean sobre el mármol. Se acerca a un mueble con un contoneo muy atractivo. Se aprecian los distintos pliegues que se forman en su culito, sugiriendo unas nalgas que se adivinan perfectas. Coge una botella de vino tinto y se llena una copa. La remueve y se apoya contra la isla. Tiene una figura espectacular. Mira el reloj de la pared. Son las 5.43 de la madrugada. Un hombre vestido solo con unos calzoncillos aparece en escena medio adormilado. Es su marido y tiene una erección más que visible.


-Has vuelto tarde -dice él..


-Cuando han acabado de follarme. ¿Qué quieres? -responde ella con tono rudo, autoritario, y le da un sorbo a la copa. Se agita el pelo. Es una mujer muy bonita.


-Estás preciosa cuando bebes.


-Lo sé. También me sienta bien que me joda un hombre de verdad, ¿sabes?


-¿Quién ha sido esta vez? ¿Lo conozco?


Ella se ríe y se abre de piernas. Vemos que tiene las pantimedias rasgadas por la entrepierna. No lleva braguitas. Solo vemos asomar su coñito, totalmente liso y depilado y muy, muy mojado.


-¿Prefieres que te lo diga antes o después de que me comas el coño, cornudo?


El marido cae de rodillas y se relame. Está muy excitado.


-Antes.


Ella alza las cejas como sorprendida y sonrié. Está para comérsela cuando hace eso.


-Está bien. Juguemos a las adivinanzas.


-¿Es rubio? -pregunta el esposo arrodillado.


Ella niega la cabeza muy divertida.


-Entonces es moreno.


Ella se muerde el labio inferior y asiente. Toma otro sorbito de vino y abre un poco más las piernas. Ahora nos deja ver que su coño está manchado de semen. Tiene varios hilos blancos pendiendo de sus labios vaginales enrojecidos. Han debido gozar mucho esta noche. El marido lo ve y se retuerce de gusto y celos.


-¿Es guapo?


-Oh sí, sí que lo es. Muuuy guapo.


-¿Va conmigo al gimnasio? -el marido lo pregunta y siente como si millones de agujas se clavaran en su corazón, porque teme la respuesta.


Ella suelta una carcajada de borracha y se tapa la boca.


-Caliente, caliente -recita con tono de malvada.


-¿Ha sido con Miguel?


Ella echa la cabeza para atrás como recordando las sensaciones vividas.


-Exactamente, con tu amigo del alma.


-Puta.


-No lo sabes tu bien.


El marido muestra lágrimas en los ojos. Muchas veces ha coincidido en la ducha con su amigo y sabe la clase de pollón que gasta el tío. Es enorme. Le duele y le excita tanto pensar que su esposa, su preciosa esposa…


-Cuéntamelo.


-Pues mira, lo encontré en la discoteca a eso de la 1.30hrs de la mañana. Me reconoció y empezamos a charlar. Me invitó a una copa. Bailamos. Llevaba una camiseta ajustada y ya sabes los brazos que tiene el tío. Tan fuertes y con esas venas tan hinchadas. Me empezó a calentar. Además llevaba un perfume irresistible. En un momento dado empezó a hablar de tí, de que eras un buen hombre y tal. Le dije que sí, que eras bueno conmigo y eso, pero que no me satisfacías en la cama.


-¿Y el que dijo?


-Pues al principio pareció hacerle gracia, pero cuando le dije que me veía obligada a buscar alternativas y que tú, mi querido maridito,  lo aprobabas porque reconocías, como buen cornudo, de que no eres lo suficientemente hombre para mi, pareció excitarle mucho. Luego me confesó que había coincidido contigo en la ducha del gym en varias ocasiones y que entendía a lo que me refería. Eso me puso a mil.


El marido está ardiendo de celos, humillación y placer.


-Te dijo que yo tenía un pene muy pequeño.


-Ajá. De hecho se partía de la risa al recordarlo. Al ver cómo te humillaba perdí la cabeza y me lancé sobre él. Nos morreamos un buen rato. Me metió la lengua hasta la garganta, Dios mío.


-¿Y entonces?


-Le pedí que me follara.


-¿Se lo pediste tú?


-Nene, no sabes lo húmeda que estaba. Tenía las medias empapadas y como siempre quieres que salga por ahí sin braguitas… Pues eso… Se lo pedí. Le dije: ¡Fóllame, por favor! ¡Necesito a un macho como tú!


El marido se acerca un poco más a la entrepierna de su mujer. Puede oler el fuerte olor a sexo.


-Sigue hablando.


-Fuimos al baño de la disco y nos encerramos allí. Le subí la camiseta y vi todos esos abdominales marcados… Ufff. Él se quito el cinturón, se bajó los vaqueros y se sacó el… Bueno ya sabes cómo tiene eso…


-Es grande, ¿verdad?


-¿Te has fijado, eh?


-Solo se la he visto una vez, o dos.


-Pues ni te imaginas cómo se le pone cuando está dura. ¿No se la has visto dura, verdad?


-Claro que no.


-Ah no sé, te veo muy puesto en su polla. -ríe y toma otro sorbo de vino.


-¿Se la chupaste?


Ella casi escupe el vino conteniendo la risa.


-¿Tú que crees, imbécil? Se la comí como si nunca más fuera a tener una polla así metida en la boca. Y la verdad es que no estoy muy segura si será así. ¿Cuánto puede medirle eso? ¿20, 25cm? Y es tan gorda, joder. No es fácil encontrarse una así, y te aseguro que se la he relamido con vehemencia desenfrenada…


-Eres una puta.


-Y te gusta que lo sea.


-Sí.


-Anda, venga, ve comiéndome el coño, que lo estás deseando. Y sigo contándote lo bien que me ha jodido tu amigo.


El marido entierra su cara y empieza a devorar el coño de su mujer. Ella da un gritito y gira la cabeza de placer. Bebe más vino.


-Lo tienes todo lleno de semen.


-Oh sí, ¿te gusta? Es la leche de tu amigo. Tiene un buen chorro el tío.


El marido calla y lame. Mientras ella sigue la narración con jadeos entrecortados.


-Mientras se la chupaba le decía que era tan grande que no me entraba entera en la boca, ¿sabes? Le gustaba escucharlo. Luego le lamí los huevos, los tenía depilados, mmmm. El tío me empezó a escupir en la cara mientras se la chupaba. Nunca me han hecho eso, pero me volvía loca que lo hiciera. Después de hacerle una larga y deliciosa mamada me cogió en volandas y me montó sobre su polla. Hacía conmigo lo que quería, cariño. Como tiene tanta fuerza, me manejaba como una muñeca. Su polla entraba y salía sin parar del coño de tu mujer, engrasándolo más y más. ¿Te lo imaginas? ¿Dime? (El marido aumenta su frenesí mientras le lame el coño; ella jadea sin control y le tira del pelo a su esposo).  Yo chillaba de gozo, le arañaba la espalda, le pedía que me follara más fuerte y él lo hacía, vaya si lo hacía, cariño. Estuve a punto de llamarte por el móvil para que hablaras con él mientras me follaba, pero él se negó. Hubiera sido tan excitante si él hubiera accedido. (La comida de coño se ha convertido en una violación oral. Ella gime de placer. Su respiración es honda). ¿Qué le hubieras dicho? ¿Eh? ¿Le hubieras dado las gracias por joderme como tú no serías capaz? Sí, seguro que lo hubieras hecho. Alcancé varios orgasmos, él último fue de los intensos, cariño. Me tembló todo el cuerpo, me corrí a chorros.  Perdí el control de mis piernas y casí me caigo al suelo… El líquido me salía cómo una meada retenida.


-¡Eres una puta, una puta!


-¡Y tú un cornudo que te gusta comer dónde otros se han corrido!


La escena es de total desenfreno. El marido levantando a su esposa y apoyándola sobre la encimeras, queriendo entrar más y más con su lengua dentro de ella. Ella tiene un sonoro a largo orgasmo mientras sigue gritándole que es un cornudo, que no vale para nada, que solo sirve para limpiarle el coño con la lengua después de que otro tío se la haya follado bien. Sus largas y bellas piernas se agitan de forma muy sexy. Al final él se retira y la deja exhausta. Vemos que la boca del marido está embebido de todo tipo de fluidos.


Ambos sonríen.


-Te quiero -dice el marido


Ella se ríe.


-Y yo a ti. ¿Dime una cosa? ¿Qué le piensas decir a Miguel mañana cuando lo veas en el gym? ¿Te ducharás con él? Si lo haces quiero que le mires bien la polla, ¿vale? Mírasela y piensa que tu mujer disfrutó como una perra con ella.


Ambos se funden en un largo y sucio beso.

Bukkake con mi novia

FECHA: 3/30/2014

La idea del bukkake fue mía. Una vez pasó ella el “mal trago” de que otro tío que no sea yo se corriera en su boca, se me metió en la cabeza que quizás podríamos montarnos un bukkake como en los vídeos esos que vemos en el internet; especialmente en los vídeos de Torbe, el bukkake cerdo español. Creo que todos conocemos esos vídeos, son la leche y nunca mejor dicho.


Después de nuestro primer gang-bang, hemos seguido viviendo la vida loca y hemos tenido más experiencias, ningún gang-bang propiamente dicho pero sí muchos tríos con un invitado y cosas con otras parejas en pubs liberales de nuestra ciudad. Yo he insistido mucho en que ella deje que otros tíos se corran en su boca y si quiere, que lo escupa pero que me da mucho morbo ver como se lo traga. Me dan mucho morbo y me ponen mucho los bukkakes y si es con mi propia chica, pues mejor que mejor. Ella lo sabe, sabe que me gusta mucho correrme en su boca porque siempre que estamos los dos solos y hacemos el amor, yo siempre acabo en su boca abierta como en los vídeos, con la lengua fuera y ella relamiendo hasta la última gota. A ella le gusta mucho eso, le encanta tragárselo siempre que sea la mía y cuando hemos estado con otros chicos, siempre he dejado que sea ella la que decida donde quiere que se corran los chicos invitados. A veces dice que en su cuerpo pero ya más frecuentemente, en su boca como yo.


Una vez en un pub liberal, y de esto hace muy poco, estabamos los dos solos en la zona de parejas tomando la copa y me dijo como si de la nada que estaba lista y quería hacer un bukkake de esos de los vídeos. Yo, claro, no lo dudé pero aún para quitarla el miedo que, aunque en otras ocasiones ya se había tragado la corrida de otros tíos, parecía que aún le daba cosa o a lo mejor asco, le puse una venda sobre los ojos cuando estábamos en un pub liberal con otros dos tíos en una de esas camas-colchonetas gigantes.


Esto fue en el mismo pub liberal donde vamos siempre, donde normalmente vamos y pedimos un chico, o dos, tres, lo que ella quiera.


En esta ocasión, dado que era un día de diario y el pub estaba aún vacío de parejas, solo había algunos solteros en la barra, unos 6 ó 7 había contado yo; le pedí al dueño que nos trajera dos chicos a los que yo ya había echado el ojo al asomarme a la barra para fichar invitados.


Después de todos los preludios habituales, la copa y todo eso, ella ya estaba a 4 patas comiéndole todo el sable a uno y el otro tío estaba de rodillas a su espalda metiéndole los dedos por la vagina mientras con la otra mano se la meneaba para ponérsela dura y supongo que para follársela. Tenía muchas ganas de verlo una vez más, nunca me canso de ver como se la follan dos tíos pero hice lo que tenía en mente: me salí de la cama, normalmente me quedo sentado en una esquina observando la escena como si se tratara de una peli porno, fui a la mesa donde teníamos las copas y la ropa y saqué la venda que usamos para los ojos. El pub es pequeño y como estábamos en la zona donde solo pueden entrar parejas y los “invitados”, pues estábamos solos y teníamos intimidad. Me metí de nuevo en la cama y le dije a mi chica que le iba a poner la venda sobre los ojos para que no vea quién está con ella o por donde está atacando. Ella ya sabía que el fin de todo ello es ver como se corren en su boca, ya lo habíamos hablado en casa y ella sabe que yo últimamente estaba obsesionado con eso; cuando me da por una fantasía sexual, no paro hasta que lo hago y me pongo insistente hasta el punto de ser muy cansino.
En fin, le puse la venda en los ojos, los chicos pararon mientras se la ponía y le dije a ella en voz alta para que lo oyeran los chicos también:


- “Cariño, quiero hacerlo en tu boquita pero no quiero que sepas cual de los tres soy yo”.


Ella ya sabiendo a lo que iba, asintió con la cabeza así que entendí que estaba de acuerdo con lo que pasara entonces. Como ella estaba ahora sentada sobre la cama y con los ojos vendados, me puse de pie a la altura de su cabeza con las manos en su cabeza para guiarla; ella se irguió y se puso de rodillas, en posición bukkake. Metí mi polla en su boca y empecé a moverla, a follarme su boca como tantas otras veces había hecho y había visto a otros tíos hacerla. Le dije a los dos chicos que se acercase, que se pusieran como yo, de pie y a la altura de su cabeza para que vaya rotando. Efectivamente, saqué mi rabo de su boca y le giré la cabeza en dirección al tío a mi derecha, el cual no dudó en hacer lo mismo. Yo me cambié de sitio para que ella no sepa cual soy yo aunque por el tamaño de las pollas, supongo que sabría cual no soy yo….


Que morbo me estaba dando esa escena, era como en los tantísimos vídeos que hemos visto, ella de rodillas en la cama, rodeada de tres pollas y rotando entre las pollas con los ojos vendados. Seguimos así un rato y a ratos le pedía que se meta dos pollas en la boca, que rico….me encanta ver eso. Entretanto, los que teníamos la polla “libre” nos la íbamos meneando y preparándola para la gran corrida. Le dije a los chicos de nuevo que nos teníamos que correr en su boca o como ella lo pida en el momento. Si dice que no y que lo echemos a la cara o al cuerpo, pues así pero yo esperaba que no lo dijera y que siguiera palante y nos dejara su boquita abierta. Yo empecé a gemir, sentía que iba a llegar ya, los otros dos chicos todavía tenían más aguante que yo pero es que yo estaba tan cachondo que no podría aguantar más, quería explotar ya así que agarré su cabeza, casi arrancándosela de la polla de unos de los tíos a los que se la estaba comiendo y le dije: – “Abre cariño”. Ella ya sabía como tenía que abrir, se quedó quieta, abrió la boca mirando hacia arriba y sacó la lengua como los cocodrilos, a esperar la leche. Yo la sujeté la cabeza con la mano izquierda y con la derecha me la meneaba…ahhhhhhh, me corro!!  Toma explosión, contemplaba como iba saliendo la leche y entraba en su boca, hmmm…. – “Relámete cari” – le dije- Guau! Que momentazo!
Ahora era el turno de nuestros amigos. Uno de ellos le metió la polla en la boca, en la misma postura en que estaba ella, empezó a follarla la boca y al poco también empezó a gemir, gritando que se iba a correr, pero no la sacaba. El tío le puso las dos manos en la cabeza por la parte de atras y siguió bombeando. Ella tragaba y tragaba, a veces gemía y yo sabía que estaba disfrutando mucho. El tío dio el último grito, ese grito cuando sabes que te vas a correr y sin sacarla, se corrió dentro de tal manera que debió llegarle toda la leche a mi novia hasta la garganta. Sin sacarla, el tío se relajó y siguió bombeando pero mucho más lento, mi chica se sacó su polla de la boca y empezó a relamer lo que quedaba en la polla del tío. Recorría con su lengua toda la punta y bajaba por el rabo, lamiendo lentamente. Tenía aún la venda puesta pero podía ver su cara de haber disfrutado mucho. Yo le pregunté si estaba bien y si le había gustado, a lo que me dijo que estaba en el cielo en ese momento. Entonces, yo aún muy excitado, le dije al tercer chico: – Tu turno”…y me reí.
El tercer chico me sorprendió lo que hizo pero me encantó verlo. Suavemente, le dijo a mi chica que se tumbe, y con la mano izquierda la guiaba para que se tumbe bien en la cama. Entonces, una vez ella tumbada, él se puso de rodillas a su lado izquierda,  a la altura de su cara y le metió la polla en la boca. Buena postura, el otro chico y yo estábamos de pie y observando, los dos con la mano en la polla, flácida pero meneándola. El pub estaba vacío aunque se oía ruido de gente por la zona de la barra, era la zona de los chicos solos y no podían acceder a la zona de parejas donde estábamos nosotros. Ahí estaba mi chica, con los ojos vendados y tumbada, abierta de patas y enseñando todo el potorro. A su lado izquierdo, un tío metiéndole la polla en la boca y bombeando al igual que lo habíamos hecho nosotros antes. Ella tragaba y a ratos, para respirar, la sacaba y la relamía como si fuese un helado y se la volvía a meter en la boca, gemía de gusto, sé que le estaba gustando mucho esta situación porque lo habíamos fantaseado mucho antes, sin hablar de las veces y cosas que hemos hecho con otros tíos. El otro tío se agachó también y mientras seguía meneándosela con la mano izquierda, con la derecha acariciaba los pechos y el cuerpo a mi chica. Yo decidí no hacer nada y quedarme ahí de pie observando, que me gusta mucho ser el observador.


Después de unos momentos breves, el tío parece que se iba a correr ya porque la sacó la polla de su boca y empezó a meneársela con la mano encima de su boca, le dije a mi chica que abriera bien la boca como antes, lo cual no hacía falta que se lo dijera porque ella ya la tenía abierta. Él le puso la mano en la frente a mi chica muy suavemente y se la meneába con la otra. De nuevo, el grito de guerra y ahhhhh, corrida encima de la boca abierta, toma ya! Los tres observábamos como caía toda dentro de la boca de mi chica, que imagen, Dios! Tumbada,  ojos vendados, boca abierta, lengua fuera y corrida entrando por toda la boca hasta la garganta. Hmmm, ella gemía de gusto, el otro chico había parado de acariciarla, el tío de la corrida aún la tenía encima de su cara y ella de nuevo relamía su polla, creo que aún no se lo había tragado así que se lo pregunté. Como me dijo que no se lo había tragado aún, le dije que se lo tragara y me dijo: -”Ahora” -  pero siguió relamiendo los restos de semen de la polla de nuestro amigo, chupando como un helado.
Ahhh!! El chico seguía de rodillas y meneándola muy despacio, como queriendo sacar las últimas gotas. El chico suspiró y dijo: “-¡Joder! ¡Qué flipe!”
Se puso de pie y entonces yo miré a mi chica, ya se lo había tragado…buah!! me lo he perdido, me gusta ver cuando se lo tragaaa!!


Nos sentamos todos en la cama a charlar un rato y comentamos lo bien que lo habíamos pasado. Nos había gustado mucho a todos y sobre todo nosotros dos lo habíamos pasado muy bien. Los otros dos chicos, pues que decir… se lo habían pasado de p. madre. Seguimos un rato así hablando de cosas superficiales y al poco rato, ya nos fuimos a casa. Como nota al pie, también diré que siempre que hacemos algo con otras personas y llegamos ya a casa, volvemos tan cachondos de recordar lo que hemos vivido que nos ponemos a follar como locos…


Queremos repetir la experiencia y a mi me gustaría que fueran más chicos, unos 5 ó 6, si no más! Pero el cuándo, cuántos y cómo, eso se lo dejo a mi chica, que lo decida ella cuando esté lista. Yo ya se lo he dicho cuando lo hablamos: quiero orgia con más tíos y que ella sea la única hembra que reciba  toda la atención. A ver que pasa, cuando eso, os lo contaré aquí.

En un cumple de 2 años

FECHA: 3/30/2014

Esto sucedio hace menos de un mes. Una nena del jardin de infantes al que va mi hija cumplio 2 años y lo festejo en un salon de fiestas con juegos y animacion infantil. El dia del festejo fue un sabado a la tarde y fuimos mi nena mi mujer y yo.
LLegamos a la hora de la invitacion y de a poquito fueron llegando los compañeritos del jardin de mi hija y de la cumpleañera, ademas de parientes y amigos de la familia. Yo y mi mujer estabamos atras de mi hija y de los otros nenes asi como el resto de los padres, cada tanto comiamos algo y charlabamos de nuestros hijos… al rato se me acerca mi mujer a hablar mientras yo estaba controlandola a mi hija “viste la mina que llego hace un rato? tiene unos tacazos asi de altos… que desubicada para un cumple de niños no te podes venir vestida de trola” yo le dije que no la habia visto y me rei de su comentario… obviamente empece disimuladamente a mirarme alrededor para divisar la “señorita” en cuestion hasta que la veo del otro lado del salon charlando y riendose con dos que supuse eran amigas. La describo, tenia puesto un vestido violeta claro con el corte de la pollera mas corto adelante que atras por lo que dejaba ver un par de piernas interesantes, escotado pero no demasiado aunque ella tendia a recoger sus brazos debajo de sus pechos para ponerlos mas en evidencia, y unos zapatos del mismo tono del vestidos con unos tacos altisimos. Pelo lacio negro y una cara linda, estaba bien arreglada y resultaba atractiva…
yo seguia estando pendiente de mi hija aunque cada tanto le lanzaba una mirada hasta que disimuladamente se fue acercando con las dos amigas y se paro exactamente frente a mi a un metro de distancia… se reia con sus amigas y se hacian comentarios entre ellas, yo sonreia y me hacia el disimulado
Asi siguio el cumpleaños un buen rato y cada vez que levantaba la mirada encontraba la mirada de ella… a la hora de apagar las velitas yo me acomode con mi hija en brazos y mi mujer se puso mi lado mientras que la chica esta se las arreglo para pararse enfrente mio apoyada contra una pared al lado de la puerta del baño… con los aplausos del cumpleaños feliz levante disimuladamente el vaso del que estaba tomando en direccion de ella y ella me respondio con una mirada matadora y un movimiento de la cabeza… aproveche de la confusion del corte de la torta para acercarme a la señorita, ella con una mano abrio la puerta del baño y con la otra me tiro adentro junto con ella. Empezamos a tranzarnos mientras con las manos nos apretabamos todo, yo la agarraba del culo y los muslos, le apretaba las tetas, ella me rozaba la verga… la doy vuelta y la apoyo contra la bacha para lavarse las manos, habia un espejo en el cual veia nuestaras caras reflejadas… desesperadamente le bajo la bombacha con una mano mientras con la otra le seguia apretando las tetas, paso mis dedos por su concha mojadisima “ahhamm mm ponemela dale” me dice mientras yo me saco la pija del pantalon desabrochandome los botones “tenes un forro bebe?” le pregunto “no mmm no pero tomo pastilla” me dice “dale ponemela te quiero adentro” la penetro con fuerza escuchando sus gemidos y viendo su cara reflejada en el espejo… la bombeo teniendola de las caderas “aahh si si asi dale mas fuerte” sigo dandole hasta acabarle adentro mi leche… rapidamente nos acomodamos y lavamos las caras y disimuladamente salimos del baño, la ubico a mi mujer que me esperaba con una porcion de torta en la mano y me siento con ella como si nada hubiera pasado.

Soy cornudo

FECHA: 3/30/2014

Mi historia comienza hace 4 años cuando un amigo me dijo que le gustaría ver a su novia con otro hombre y tiempo después yo me puse a pensar lo mismo a lo cual me empezó a llamar la atención me empece a imaginar a mi esposa con un amigo que ellos antes eran novios, después le tome unas fotos desnuda y las subí a internet me exitavan mucho los comentarios que hacían los hombres de ella.
Después ella se dio cuenta de las fotos en internet y se molesto mucho con migo y me dijo si lo que quieres es que me vean voy a estar con otros hombres para que después no te quejes y yo no dije nada al tiempo ella empezó a salir con sus amigas en la noche llegaba tarde cuando empece a notar de que era cornudo fue cuando empezó a comprar ropa interior de sex shop pero a mi no me la mostraba un día salió con sus amigas con un vestido corto de una sola pieza pero abajo del vestido traía ropa de la sex shop se notaban las costuras y encajes regresó tarde poco despeinada y supe que estaba con otro después logré entrar a su computadora y tenía fotos de ella con todos sus atuendos calientes y con posiciones eróticas ella se llama Carmen es morena clara, de pechos grandes, un muy buen culo ya que va al gimnacio todos los días mide 1.67 pesa 49 kg.
Bueno un día ella me dijo que iba a Morelia a un curso de su trabajo lo raro es que era en fin de semana y tres días antes de que se fuera revive su mochila de viaje y traía toda su ropa sexi traía ligueros, traía mallas para todo el cuerpo con la panocha descubierta etc. Ella se fue y le marque como a las 12 de la noche y me contesto un coco tomada lo rato es que ella no toma y me dijo que estaba con su hermano bueno tiempo después revise su computadora y me metí a skype y tenía una charla de mucho tiempo y en la cual decía ” mi amor que ermoso culo tienes te acuerdas cuando te preguntaba que cimi lo novias hasta que lo vi en acción el día que nos vimos en Morelia ver como te rebotaban esas tetas enormes quiere cargas ver como se hacía para tras par delante ese ermoso culo que tienes cuando te puse a gatas y metí mi lengua en tu culo sentí como lo apretaste y pujaste después te la deje caer toda cor el culo hasta que me corrí dentro y ella contesto siento cosquillas acordarme de eso ” eso me éxito mucho pero no e tenido el valor de decirle está es mi pequeña historia espero les aya gustado espero sus comentarios geacias

Una mágica pasión

FECHA: 3/30/2014

Era el chico más lindo que había visto. Hacía un mes que se había mudado al barrio y ya despertaba pasiones. Se llamaba Camilo y era colombiano. Siempre estaba rodeado de chicas lindas y era muy guapo. Era verano, y él solía, por las mañanas, pararse en el porche de su casa solo en shorts, sin remera, mostrando su perfecto cuerpo, con su abdomen plano y bien formado, sus pectorales espectaculares, sus buenas y fuertes piernas con poco vello y su culo perfecto. Yo salía a correr todas las mañanas y pasaba por su casa, y él siempre me saludaba. Era muy simpático y la verdad es que me gustaba mucho. Y es así que todos los días se repetía la misma rutina, yo pasaba, lo saludaba, él a mi y nada más. Hasta que un día me ocurrió algo inesperado.


Iba corriendo como siempre, cuando de repente lo miro y noto que él ya no era rubio, sino que se había teñido el cabello de azul y ahora estaba re-fuerte con ese color, y yo fantaseaba y me lo imaginaba como un \\\”príncipe azul\\\”,que llegaba en su corcel a rescatarme del peligro. Estaba tan sumergido en mi fantasía que no miré por donde iba y me tropecé cayendo de lleno al suelo. De inmediato sentí unos fuertes brazos que me levantaban y una voz angelical que me preguntaba si me encontraba bien. Dije que si, pero al pararme me dolía un poco el pie izquierdo. Él lo notó y me invitó a pasar a su casa a revisar mi pie y descansar un poco, y yo acepté encantado. Me hizo sentar en el living y trajo un poco de hielo para mi tobillo. Estuvimos charlando un buen rato y cada palabra que salía de sus dulces labios parecía una música celestial para mí. Ahí fue que descubrí que era tenista y aparte de eso un experto en masajes. Y ofreció darme uno para mitigar el dolor de mi pie, así que me invitó a su cuarto y yo acepté sin vacilar.


En su habitación me pidió que me recostara en su cama, quitó suavemente mi calzado y mis medias, encendió unos sahumerios, para que me relaje, y trajo un aceite especial para masajes. Comenzó a masajear delicadamente mi pie, para mí era un sueño hecho realidad, la suavidad de sus manos sobre mi piel hizo que me olvidara del dolor, mi pene comenzó a crecer y como yo estaba de pantalón deportivo, él lo percibió. Así que sin más ni más me quitó de un tirón el pantalón, y se abalanzó sobre mí besándome frenéticamente. Sus manos recorrían mi pecho y yo sentía la dureza de su pija en mi abdomen. Prosiguió quitándome la remera, me puso boca abajo y comenzó a morderme y besarme el cuello, luego la espalda, bajó hasta mis nalgas, me arrancó con sus dientes mi slip y metió su lengua en mi ano. En ese momento me entregué de lleno a él. ¡Dios mío!, como movía esa lengua, que clase, que dominio lingual, que placer. Aprisioné su espalda y lo traje contra mi, y así súper juntos, él dando fuertes jadeos acabó dentro de mi, y fue lo máximo. Luego de descansar un rato comenzó a chuparme la pija muy suavemente, y yo también quería hacerlo, así que hicimos un 69 súper lento y exquisito. Mi boca se deleitaba con el sabor de aquella verga y hacía que la mía creciera más.


Yo, ya no aguantaba más de placer y estaba por eyacular cuando él se detuvo y comenzó a cabalgarme. Primero lo hizo muy lentamente, pero luego aumentó el ritmo a medida que aumentaba su placer y no paraba de besarme. Yo, al límite del éxtasis, lo abracé y eyaculé como nunca antes lo había hecho. Él calló mis gemidos con un dulce y fuerte beso apasionado. Y estuvimos un rato así, los dos bien juntos, uno dentro del otro, formando por un instante un solo ser. Después nos duchamos, y yo partí hacia mi casa, y desde ese día comenzamos a pasar mucho tiempo juntos. Pero como lo bueno dura poco, un día me dijo que regresaba a su país y que quería que lo acompañara. Yo quedé atónito ante tal noticia y se me vino el mundo abajo. Me aterré y le dije que yo no lo podía acompañar. Así que se marchó, y cuando lo hizo ahí entendí que había cometido un error. Dejé que el amor de mi vida se fuera, y me desesperé.


Busqué en la ciudad a algunos buenos amigos de él, que no sabían que era gay y que tenía algo conmigo, y me dieron su dirección en Bogotá. Saqué mis ahorros del banco y lo fui a buscar, así sin más ni más, esperando que me perdone .Lo deseaba con pasión. Quería volver a sentir el calor de su cuerpo junto al mío. Y lo encontré, fue una tarea ardua, la dirección que me dieron estaba mal, y me llevó más tiempo del que creí, pero cuando lo encontré valió la pena. Lo abracé como nunca antes y él a mi también, y con lágrimas en los ojos le pedí perdón, le dije que fui un tonto, que por él iría hasta el fin del mundo, que fue lo mejor que me pasó en la vida. Y en cuanto llegamos a su casa la habitación se incendió de pasión, nuestras bocas se fundieron en besos intensos. Nuestras manos recorrían cada parte de nuestros cuerpos tratando de recordar como eran, si habían cambiado en algo. Yo quería volver a ser todo de él otra vez, así que me acosté en la cama ofreciéndole mi cuerpo y mi alma. Él lo aceptó con gusto y me hizo delirar, me penetró en diferentes posiciones, hasta terminamos en el piso, sobre la alfombra. Me cogió como nunca nadie lo había hecho, yo lo quería más y más dentro de mí, quería que ese momento fuera eterno, hasta que eyaculó y me dejó marcados sus dientes en mi espalda.


Luego fue mi turno, primero mi boca recordó el sabor de su verga, su olor me fascinaba y la chupaba sin parar, después lo puse en cuatro y comencé a lamer muy bien su culito deseoso de mi pija y cuando estuvo bien lubricado se la metí de una y gozamos sin parar. Lo tomé fuerte por las caderas y lo cogí duro y el pedía más, y así seguimos un buen rato hasta que acabé y lo llene de espesa y tibia leche. Y desde ese día, nunca más nos separamos.