Cristina y su Amiga

FECHA: 8/31/2013

Cristina y Lucía se conocían desde que tenían 5 años.

Sus padres eran amigos y ellas, ahora a sus 19 añossalían juntas, estudiaban en la misma universidad y hacíanla misma carrera.

Iban al mismo gimnasio y en muchas ocasiones habíanestado desnudas en el vestuario duchándose juntas, tocándosey rozándose sin saber si eran casuales esos roces.

Ahora estaban de vacaciones, en casa de Cristina, aprovechando que noestaban sus padres, tumbadas en el sofá y a punto de ver en el vídeouna película porno que había traído Lucía.

No era la primera vez que veían una película porno, perosí la primera que la veían juntas.

Las dos eran ya mayorcitas,atractivas, y vestían mostrando sus cuerpos casi perfectos.

Lucíallevaba una minifalda realmente mini con zapatillas de deporte y un topque trasparentaba sus pezones, mientras que Cristinallevaba unos short ajustados con botas altas una camiseta y un sujetadorde esos nuevos que elevaban sus pechos.

Cuando Lucía puso en marcha el vídeo, la primera escenaque vio Cristina la dejo paralizada, allí estaba su mejor amigadesnuda con dos tíos en la cama y metiéndose en la boca unapolla que le parecio grandísima mientras el otro tíose la follaba por el culo.

Lucía la miro y al ver su carade asombro le dijo que no se preocupara que le iba a gustar la película.

Le explico que ella solía grabar muy a menudo sus folladas.

Y al parecer follaba bastante por la práctica que aparentaba enlasimágenes.

Conforme avanzaba la película Cristina se ponía cada vezmas caliente, las escenas eran realmente dignas de la mejor películaX, y su amiga era una experta actriz, por lo que no pudo evitar tocarsesus pechos y apretar sus piernas frotando sus muslos tratando de masturbarse.

Sus manos se introducían entre sus piernas y tocaban sus shortsque ya estaban mojados.

- Estás excitada, seguro que estas chorreando.

- dijo Lucía.

-?Tu que crees?, nunca había visto tu coño tande cerca.

- y te gusta, seguro que sí.

- Si realmente estás caliente,y creo que sí, yo podría ayudarte- respondio Lucía.

-?Como?- dijo Cristina con voz temblorosa.

Sin mediar palabra Lucía beso a Cristina.

Fue un besocon un ligero roce de labios, se miraron y Lucía volvio abesarla pero esta vez más fuerte.

Cristina se separo y ledijo que parara.

Era la primera vez que una chica la besaba, pero su excitacionera tal que le gusto y deseaba llegar a más, llevaba muchotiempo esperando ese momento, siempre había deseado a Lucíaen secreto y no iba a desperdiciar esta oportunidad:- Así no, si vas a besarme hazlo como debe ser.

Cristina acerco su boca a la de Lucía y le metiosu lengua dentro recorriendo con ella hasta el último rincon,mientras con la mano levantaba la minifalda y le acariciaba el coñoa través de las bragas.

Lucía le introdujo la mano por debajode la camiseta y desabrocho el sujetador dejando sus pechos libres,los agarro sobándolos para después levantando la camisetametérselos en la boca jugando su lengua con los pezones duros.

Cristinasuspiraba, que caliente se sentía, igual que cuando se masturbabapero mejor.

- ¡Desnúdame!, vamos date prisa.

- grito CristinaLucía le quito el short, no llevaba bragas, eso le gusto,el coño de su amiga aparecio ante ella en un primer plano,estaba rodeado de una ligera capa de pelo ahora mojado debido a su calenturay podía ver sus labios hinchados.

- Ahora te lo enseño – dijo CristinaCristina que seguía con sus botas puestas abrio sus piernaslevantándolas y Lucía pudo ver toda su raja mojada con suslabiosentreabiertos, los separo y pudo ver su clítoris excitado,metio su cabeza entre las piernas y la lengua en el coñotodo lo dentro que pudo, Cristina levanto sus caderas mientras empujabacon fuerza la cabeza de su amiga contra su sexo.

Lucía metioun dedo en el coño y comenzo a moverlo luego lo sacoy se lo dio a probar a Cristina que lo chupo con gusto.

-?Te gusta tu sabor eh?, zorra.

- Sí, pero ¡dámelo con tu boca!.

Y volvieron a besarse.

Esta vez con lujuria, saboreando Cristina elsabor de la boca de su amiga mezclado con sus flujos.

En la habitacionsolo se oían sus gemidos y suspiros mezclados con los quesalían de la película que seguía en la television.

Cristina debía corresponder a su amiga, así que levantandola mini falda tiro de sus bragas y se las arranco.

Le pidioque se diera la vuelta y separando con sus manos las nalgas de su amigadiviso el orificio del ano, lo único que le faltaba por ver.

- ¡Te voy a volver loca! – Dijo Cristina al mismo tiempo que metíasu lengua en el culo de su amiga que sentía como si la penetraran,y movía sus caderas al ritmo que marcaba la lengua de Cristina cadavez que entraba y salía.

- ?Te gusta mi culo, guarra?- preguntaba Lucía.

- Sí.

Sí.

ummmm gemía Cristina mientras lamíael orificio de su mejor amiga, tenía que darle placer, pensaba,era su amiga y debía entregarse a ella, la deseaba y queríaprobarlo todo.

Lucía pidio a su amiga que trajera de la cocina una botellade agua y un pepino lo más grande posible, le iba a enseñaralgo que le encantaría.

Lucía cogio el agua y bebioun sorbo.

Una vez que lo tuvo en la boca separo las piernas de Cristinay colocando su boca en el coño de su amiga escupio con fuerzael agua en su interior.

Cristina grito-¡¡¡Siiii.

!!! maldita zorra.

me matas eso es bestial¡¡¡sigue.

sigue.

mássss!!!.

- Te gusta, pues todavía no has probado por el culo.

-¡¡¡si hazlo!! por favor, me estoy corriendo, ¡hazlopor el culo!.

Volvieron a hacerlo por cada uno de sus agujeros.

- Y ahora te voy a follar- Dijo LucíaCogio el pepino que era bastante largo y se lo metio ensu coño, de forma que parecía un pene colgando, despuésse fue hacia Cristina que estaba tumbada con sus piernas abiertas y lointrodujo en su abertura, de forma que quedaron unidas, follando, movíansus caderas desesperadamente mientras se besaban, y se gritaban.

- ¡Zorra!, como follas, te voy a romper tu brecha.

-¡¡Calla sigue moviéndote.

y no me saques el dedodel culo!!- No lo haré, pero lo cambiaré para poder chuparlo.

-¡Que guarra eres Cristina! y yo sin saberlo.

- Pues anda que tu.

-si.

-te siento dentro voy

voy a explotar.

Se corrieron entre gritos de pasion junto con los gritos de latelevision.

Acabaron agotadas, sudando llenas de agua sobre el suelomojado y con sus piernas llenas de jugos mezclados con el agua que chorreaban.

ahora se conocían eran amigas de verdad, y volverían a repetirlo

Juegos en la cama

FECHA: 8/31/2013

Julia era una chica de veinticinco años, guapa, pelo largo y liso. Pero lo más interesante era su filosofía: gozar, y hacer gozar, al máximo de placer (tópico para cualquiera). ¡Qué menos que poder disfrutar de los placeres que nos da la propia naturaleza!

Pues bien, era una bochornosa mañana de agosto, sobre las diez, y Julia se encontraba en la cama, junto a su “chico”, ambos desnudos, como ya he dicho más arriba a causa del calor.

Abrió sus ojos, y contempló el rostro de su chico, que seguía durmiendo. Sonrió. Y en este momento de contemplación fue su chico quien, ahora, abrió los ojos. Sus miradas se cruzaron con lujuria. Él estaba excitado, puesto que por las mañanas los hombres se levantan “cariñosos”.

Entre tantas miradas, sus labios se juntaron. Primero comenzaron con pequeños piquitos, pero luego los besos se volvieron más y más apasionados. Y entre este colmar de besos, la fina y delicada mano de Julia se deslizó, primero por el rostro de su chico, pero luego fue bajando poco a poco. Acarició el pecho, luego el abdomen y el bajo vientre, con suavidad. Justo en este momento pronunció él, con toda la excitación del mundo, la siguiente frase: – Hazme una paja-.

Y mientras se volvían a besar con furia, la mano de Julia se deslizó hasta llegar al miembro de su chico. Y sin que cejasen los besos, más que besos morreos, su mano comenzó a menear aquel miembro. Primero con dulzura, y después con rabia. Él estaba sumido en un éxtasis, y ella, mientras contemplaba su cara de placer, también se excitaba más.

A esto que los besos de Julia de desplazaron por el cuello de él. Y seguía besando cada vez más abajo, por donde antes había pasado la mano. Besos por el pecho, besos por el vientre, hasta llegar al lugar de destino. Cejó la masturbación y, con mucha dulzura, beso su miembro; por todos los lados, desde la punta hasta el final. Después los testículos, entre besos y lametones.

Agarró fuertemente la base del pene, y se lo introdujo en la boca, moviendo sin descanso la mano. Su chico estaba verdaderamente extasiado, cosa que ponía más cachonda a Julia. Con la mano izquierda, que tenía libre, pronto la ocupó acariciando los testículos, mientras continuaba chupándola.

Se saca el pene de la boca, y un delgado hilo blanco unen sus labios y el pene de su chico. Vuelve a machacársela con la mano derecha, con furia. Y prosigue, un poco más, la felación, entre los gozos y suspiros de él. En esto que Julia se levanta, y le dice: -Ponte a cuatro patas, como un perrito-.

Aunque extrañado, así lo hace, y se coloca a cuatro patas sobre la cama. Le agacha los brazos y la cabeza, para que ofreciese mejor el culo. Ella se lo mira, entre risas, se lame los dedos índice y corazón, ylos introduce, entre los gemidos de él. A veces también con el pulgar, le masturba el agujero del ano.

Una vez le ha parecido suficiente, acerca su lengua y se lo lame, tiernamente. Y a la vez que introduce los dedos o su lengua, la mano derecha se cuela entre las piernas de su chico y le agarra el miembro. La cara de él es un poema del gozo mientras es ordeñado. La mano se desliza arriba y abajo, recorriendo todo el pene.

Él, ya no pudiendo aguantar más de placer, tumba de un empujón a Julia sobre la cama, entre las risas de ésta, y coloca su pene entre sus pechos. Ella los aprieta, los aprieta con mucha fuerza, y él mueve su pene muy deprisa y muy bruscamente, escurriéndose entre los generosos pechos de Julia.

Hasta que al fin, oh, al fin, un gran chorro de líquido blanco sale disparado con energía hasta alcanzar, manchando a su paso las sábanas y los pechos, la hermosa faz de Julia.

Mi primera vez con Raquel

FECHA: 8/31/2013

Raquel y yo éramos lo que se podía decir unos buenos amigos, aunque eso de la amistad entre un chico y una chica fuese algo complicado, máxime cuando ella es demasiado atractiva. Pero yo no podía hacerme ilusiones con ella porque a Raquel le gustaba el inútil de Carlos, un guaperas rompecorazones que solo buscaba hacer más cruces en su larga lista de conquistas. Yo sabía sus intenciones, por supuesto, pero si quería seguir manteniendo la amistad de Raquel no debía ni insinuárselo.

Hasta donde yo sé, Raquel y Carlos habían estado un par de veces juntos de forma casual, ya que para él, una vez había conseguido su polvo, no había nada que lo retuviese con ella. Así de triste y así de cierto. Mientras tanto yo hacía de pañuelo de lágrimas donde mi deseada Raquel venía a consolarse, espiritualmente me refiero. Al menos eso me permitía estrecharla entre mis brazos.

Aquella noche había aceptado a salir conmigo a tomar unas copas. Lo hacíamos de vez en cuando. Era obvio que yo le transmitía seguridad y que al mismo tiempo se sentía cómoda a mi lado, aunque no tanto como para dejarme compartir su cama. Recorrimos un par de garitos que ya conocíamos y finalmente entramos en un local de reciente apertura y del que no teníamos referencias. Había mucha gente en la puerta con un par de inmensos gorilas custodiándola. Nos dejaron pasar sin mayores problemas. Dentro se respiraba un ambiente que me resultó muy atractivo, muy actual y con unos juegos de luces verdaderamente alucinantes. En una esquina del local, un par de gogós se contoneaban sensualmente al ritmo de la machacona música.

- ¿Te gusta el ambiente? – le pregunté a Raquel

- Está de puta madre – respondió entre el chunda chunda

Como casi no nos oíamos, la cogí del brazo y sorteando un montón de personas completamente en trance, nos hicimos un sitio en la barra.

- ¿Qué quieres tomar? – le pregunté

- Lo de siempre – respondió

Lo de siempre era un Red Bull con vodka. No sé como le podía gustar ese mejunje que sabe a antitusivo, pero si era lo que ella quería… Yo me tomé mi clásico gin-tonic.

Tras unos minutos tratando de escudriñar todos los rincones del local, descubrimos una escalera que subía a una planta superior a modo de anfiteatro, custodiada por otro gorila todavía más fuerte que los de la entrada.

- ¿Subimos? – me preguntó Raquel

- Vale, a ver si nos deja pasar King Kong – respondí

Cuando llegamos a su altura, le pregunté

- ¿Se puede subir?

El gorila nos miró con cara de pocos amigos y tras un examen visual de arriba a abajo, nos abrió el paso sin decir una sola palabra.

Raquel iba por delante. Eso me permitía deleitarme con su precioso culito contoneándose bajo la falda mientras subía las escaleras. De repente y un par de escalones antes de llegar arriba, ella se detuvo bruscamente.

- Que pasa, ¿esta lleno? – pregunté

Raquel me cogió de la mano y tiró de mí

- Mira

A pesar de la escasa luz se podía ver perfectamente a varias parejas tumbadas sobre un montón de cojines haciendo lo que las parejas hacen en la intimidad, aunque en esta ocasión a la vista de quienes estábamos allí arriba.

Durante unos segundos permanecimos inmóviles, sin saber que hacer. Aquel lugar no era el más apropiado para nosotros y pensé que Raquel se sentiría muy incómoda. Enseguida reaccioné.

- Creo que deberíamos irnos

Giré mi cabeza y vi como nos miraba el gorila. Tenía la certeza de que si dudábamos un segundo más subiría a buscarnos inmediatamente para echarnos de allí. Así que volví a insistir.

- Creo que deberíamos irnos rápidamente

Pero sorprendentemente Raquel terminó de subir las escaleras tirando de mi mano.

- ¿Por qué? Es un buen sitio para terminar nuestras copas

Desde luego parecía menos cortada de lo que yo estaba. Nos sentamos sobre los cojines y le di un buen trago a mi gin-tonic. Me parecía todo tan surrealista que no sabía como comportarme. Nunca había estado en un picadero como ese y menos aun junto a una chica a la que ni siquiera había besado en la boca. Así que insistí por tercera vez.

- Creo que este lugar no es para nosotros. Deberíamos irnos.

- ¿Por qué? –preguntó- ¿Te incomoda ver follar a la gente?

E inmediatamente después recostó su cabeza sobre mi hombro. Un escalofrío de excitación recorrió mi cuerpo. Después me dijo,

- Esta tarde llamé a Carlos por teléfono. Tenía ganas de follar con él y le pregunté si quería que saliésemos esta noche. El muy cabrón me dijo que estaba muy cansado y que hoy no salía, que ya me llamaría otro día, que tenía muchas ganas de volver a verme… ¡y una mierda!… ¿qué se piensa, que voy a estar a su disposición cuando a él le apetezca? Si no está cuando yo le llamo, no estaré cuando él me llame. ¡Que se vaya a la mierda! y si tiene ganas de follar y no tiene con quien, que se la casque, pero que no cuente conmigo.

La dolorosa sinceridad con la que Raquel me había dado a entender porque estaba esta noche conmigo me dejó totalmente desarmado. Ella no quería ser segundo plato de nadie pero yo si lo estaba siendo de ella. Al menos tenía el privilegio de ser su segundo plato. Escuché sus palabras sin abrir la boca. Ante mi silencio ella preguntó

- ¿No dices nada?

- ¿Qué quieres que diga? –respondí-

- ¿No me mandas a la mierda?

- No

- ¿No? –preguntó-

- No –insistí-

Ahora era ella la que parecía descolocada, aunque en el fondo sabía que yo siempre iba a comer de su mano cuando y como quisiese.

- Eres demasiado bueno conmigo –dijo en un tono de agradecimiento-

No dije nada, tan solo pase mi brazo por su hombro apretándola suavemente contra mi cuerpo en un gesto de cariño.

Frente a nosotros y sin ningún disimulo, una chica le estaba practicando sexo oral a su compañero. La escena era verdaderamente excitante y no tardé mucho en mostrar evidentes síntomas de mi excitación. Raquel, que estaba igualmente pendiente de la escena, se dio cuenta de mi circunstancia. Sin decir nada se giró y sentó sobre mí, frente a frente, apoyando su sexo sobre mi abultada entrepierna. El corazón parecía salirse de mi pecho. Rodeó mi cuello con sus brazos y apoyó su frente sobre la mía.

- ¿Me deseas? –dijo en un tono malvadamente perverso-

- Sabes bien que si, desde hace mucho

- ¿Y por que nunca te has insinuado?

- Porque nunca has mostrado el más mínimo interés por mi. Solo tienes ojos para Carlos

- Eso no es verdad. Lo de Carlos es otra historia pero tú eres mi mejor amigo, tan amigo que eres la única persona con la que tendría sexo.

- Aparte de Carlos

- Olvida a Carlos si puedes. Ahora estamos tú y yo, ¿o es que tambien estás muy cansado?

A pesar de sus afirmaciones, esta era la primera vez que sentía por su parte esa predisposición hacia mí, y eso me ponía muy nervioso. Antes de que pudiese responder, los gemidos de placer del chico de enfrente distrajeron nuestra atención. Estaba teniendo un fabuloso orgasmo mientras la chica no cesaba en sus artes felatorias. Cuando hubieron terminado, Raquel volvió a situar su frente junto a la mía.

- ¿Estas tan excitado como yo? –me preguntó-

- Eres lo que más deseo en este momento –le respondí-

Inmediatamente sus labios buscaron los míos y nos fundimos en un apasionado y profundo beso. Su boca estaba húmeda y caliente y su intrépida lengua buscaba ansiosamente la mía. Notaba como su respiración se aceleraba, inequívoco signo de que efectivamente estaba muy excitada. Coloqué mis manos en su espalda, bajo su camiseta, acariciando así por primera vez su suave piel y sintiendo el excitante calor de su cuerpo. Ni en mis más osadas fantasías habría podido imaginar la intensidad de un momento como este. La mujer que había robado mi corazón y a la que más deseaba por encima de cualquier cosa, se estaba entregando a mí con una pasión que superaba todo lo previsible. Sentía como movía su pelvis adelante y atrás frotándose con descaro sobre mi paquete. Como pude solté el cierre de su sujetador y coloque mis manos sobre sus pechos. En ese instante separó su boca de la mía y se arqueó hacia atrás permitiéndome levantarle la camiseta y observar la hermosura de aquellos preciosos senos rematados por dos duros y prominentes pezones.

Por un momento recordé donde me encontraba y miré a mí alrededor pensando que estábamos siendo el centro de atención de los presentes. Nada más lejos de la realidad. A mi derecha otra pareja se metía mano sobre los cojines mientras los de enfrente, los de la felación, habían cambiado las tornas y ahora era él quien la obsequiaba con un gratificante cunilingus. Pronto mi atención se volvió a centrar en Raquel, que había empezado a desabrocharme el cinturón para seguidamente bajar la cremallera del pantalón y liberar mi aprisionado pene. Lo cogió con ambas manos y se inclinó para besar muy suavemente la punta del glande.

- Espera –me dijo- que ahora le vamos a buscar un cobijo mucho más cálido y placentero

Se deshizo de sus bragas y situando mi pene con sus manos en la posición correcta, se colocó encima y dejó caer lentamente introduciéndoselo hasta el fondo con absoluta facilidad. Una vez en ese punto, se volvió a abrazar a mi cuello y a colocar su frente junto a la mía.

- ¿Era esto lo que deseabas? –dijo provocativamente y empezó a moverse arriba y abajo, primero muy lentamente para sentirme entrar y salir de ella con el máximo detalle, e incrementando el ritmo poco a poco según iba en aumento su excitación y precisaba de más intensidad.

Sentado sobre aquellos cojines con ella en jarras cabalgando sobre mí, me sentía el hombre más feliz de la tierra. El sueño imposible hecho realidad. Pero al mismo tiempo debía comprender que aquel momento era algo único, probablemente irrepetible, producto de una serie de circunstancias excepcionales que me habían servido en bandeja esta oportunidad. Por tanto tenía que disfrutarla lo máximo posible sin complicarme lo más mínimo, aprovechando cada segundo de cada minuto que me brindaba Raquel.

Abrazado a su cintura, acompañaba con mis manos cada movimiento de su cadera buscando casi instintivamente aferrarme a ella, por dentro y por fuera, para que no escapase y que aquel momento perdurase eternamente. Sus jadeos, cada vez mas intensos y sonoros, evidenciaban que el placer que sentía se incrementaba por momentos, y que de seguir así, en poco alcanzaría el orgasmo. Por mi parte me estaba ocurriendo exactamente lo mismo, aunque de forma más silenciosa. Previendo el inminente desenlace y aun a pesar de interrumpir tan excitante momento, le dije

- No llevamos condón y en cualquier instante puede suceder lo inevitable

- No importa –dijo ella casi sin aliento- puedes correrte, tomo la píldora

Sus palabras me tranquilizaron y me sirvieron para relajar la tensión y ayudar a retrasar el momento del orgasmo.

- ¿Te vas a correr ya? –preguntó con preocupación-

- No, todavía no –le respondí-

- Mejor, porque estoy a punto de caramelo

Se me estaban empezando a dormir las piernas por la posición, lo cual dificultaba más mi orgasmo. Si ella no llegaba pronto tendríamos que cambiar de posición.

Sus jadeos se habían tornado gemidos tan intensos que hacían dudar de si estaba gozando o sufriendo. Gracias a que la música estaba tan alta no nos podían oír en la sala de abajo, aunque sí se podía oír el orgasmo de la chica de enfrente a la que su pareja le estaba comiendo el sexo. Creo que los gritos de placer de la otra chica ayudaron a Raquel a alcanzar el clímax inmediatamente después. Por su parte, ver y sentir el orgasmo de mi chica fue el detonante para que finalmente yo tambien eyaculase y liberase toda la carga de excitación que había acumulado.

El corazón me latía a mil por hora y mis pulmones tan apenas lograban atrapar el aire que necesitaban, pero mi espíritu se sentía pleno de satisfacción. Abrazados, sudorosos y todavía jadeantes, nos cruzamos la mirada y una sonrisa cómplice de agradecimiento mutuo. Me besó en los labios y me dijo una frase que no olvidaré nunca.

- Me gustaría quererte y te aseguro que voy a hacer todo lo que pueda para lograrlo.

Ahora, bastante tiempo después, recuerdo todos esos irrepetibles momentos con cariño mientras miro y acaricio el maravilloso vientre de Raquel hinchado de vida producto de nuestro amor.

Mi vecino me deseaba

FECHA: 8/31/2013

Pero posteriormente durante los siguientes embarazos de Lourdes, el inter?s de Raimundo sobre mi persona era mucho m?s evidente, por lo menos para m?. As? que comenc? a ponerle atenci?n, y en cierto momento se lo coment? a mi esposo, pero como por lo general se encuentra m?s interesado en su trabajo que en mi persona, realmente se que no me lleg? a prestar mucha atenci?n.

As? que por un tiempo, procur? mantener una distancia saludable entre Raimundo y yo, por aquello de evitar un mal entendido. Pero su insistente manera de mirarme, en el fondo reconozco, que me hac?a sentir algo especial. Aunque mi esposo ni cuenta se daba de ello.

Por lo que mi rechazo a encontrarme con Raimundo, poco a poco fue cambiando, ya que su manera de verme, me hac?a sentir deseada. As? que al principio ocasionalmente, durante las actividades que nuestras dos familias hac?an juntas, comenc? a detenerme a charlar con ?l. Desde la primera vez que lo hice, mi vecino no dej? de hacerme subidas insinuaciones. Las que a m?, la realidad es que me encantaron escucharlas.

Posteriormente, los d?as en que me quedaba en casa, sal?a al patio a tomar sol. Justo para la misma ?poca en que la mujer de Raimundo, Lourdes. Debido a su delicado estado de gestaci?n, no pod?a encargarse de sus dos hijos menores, por lo que desde que cumpli? su quinto mes de embarazo, fue a dar a luz a casa de su madre, quien la ayudaba con los ni?os. Ya que como Raimundo trabajaba de noche, ?l no pod?a cuidarlos adecuadamente.

Al ya no estar su mujer en casa, Raimundo cada vez que yo iba a tomar el sol, ah? se encontraba ?l, busc?ndome conversaci?n, dici?ndome lo mucho que me deseaba, y lo hermosa que yo era. Yo siempre procuraba mantener cierta distancia, pero a pesar de ello, cada vez Raimundo se me acercaba m?s y m?s. Y para serles sincera les dir? que cada vez que me dec?a esas cosas, me volv?a loca, aunque yo procuraba no demostr?rselo.

Pero un d?a en que sal? a tomar el sol, y me hab?a soltado el sost?n de mi biquini, Raimundo como de costumbre se me acerc? a charlar conmigo, y a parte de c?mo de costumbre decirme lo interesado que estaba en m?, se ofreci?, sin que yo se lo pidiera, a pasarme el protector solar por mi espalda. Yo realmente no vi nada malo en ello, as? que acept?.

Durante los siguientes d?as, no hubo uno solo en que no sintiera las manos de Raimundo sobre mi cuerpo. Al principio solo se hab?a limitado a mi espalda, pero poco a poco fue ganando m?s y m?s confianza, al grado en que sin que yo se lo pidiera, sus h?biles manos me regaban el protector solar por entre mis piernas y muslos. Y todo eso sin dejar de decirme lo mucho que me deseaba.

As? que se podr?n imaginar, que fue lo que sucedi?. Si en efecto, como dicen, tantas veces va el c?ntaro al rio hasta que se rompe. Eso mismo me sucedi? a m?, ante las constantes e insistentes palabras de mi vecino, mi voluntad se rompi?.

Ese d?a mi esposo como ya era su uso y costumbre, quiso tener un rapidito conmigo, dej?ndome con mis piernas bien abiertas, el culo embarrado de su semen, y mirando el techo de nuestra habitaci?n, sin que yo ni tan siquiera llegase a excitarme. Por lo que despu?s de que se march? para dar sus clases en la universidad, yo maldici?ndolo me levant? de la cama, me di una buena ducha y me asee internamente.

En esos momentos me encontraba tan y tan frustrada, por las acciones de mi esposo, que molesta con ?l decid? tomarme el d?a, no ir a trabajar, ni hacer nada en la casa. Por lo que me puse mi biquini, me prepar? una jarra de mojito, y me fui al patio a tomar el sol, por el resto del d?a.

Al rato como de costumbre apareci?, Raimundo. Nos pusimos a charlar a medida que ?l h?bilmente comenz? a ponerme el bloqueador solar por toda mi espalda. Y a medida que fuimos charlando, intencionalmente dej? que se me saliera hacerle una confidencia, de lo molesta que estaba con mi esposo, por lo que hab?a hecho. Sin dejar de ponerme atenci?n, Raimundo supo muy bien como manipular mi supuesto enojo contra m? marido, y a medida que sus manos iban pasando sobre la piel, de mis piernas, muslos, y hasta mis nalgas, embadurn?ndome con el protector solar. ?l continu? dici?ndome lo mucho que me deseaba, el magn?fico cuerpo que yo ten?a, alabando mis paradas y apretadas nalgas, las que en cierto momento ten?a entre sus manos, sin que yo opusiera la menor resistencia.

As? que sin yo darme cuenta realmente de momento me enconttr? completamente desnuda bajo las fuertes manos de Raimundo, quien no dej? ni por un instante en seguir masajeando y acariciando toda mi piel desde la punta de los pies, hasta mi cabeza. Por lo que cuando de momento voltee a verlo y encontrarlo tan desnudo como lo estaba yo, no me sorprendi? para nada, y recostada boca abajo sobre la tumbona que tengo en el patio, separando mis piernas, dej? que tuviera libre acceso a mi co?o.

Yo esperaba deseosa de sentir su miembro penetrando mi co?o, pero cuando lo que sent? fue su lengua lami?ndolo, eso hizo que terminase por derretirme, y me predispuso a dejarme hacer todo lo que ?l quisiera.

A medida que Raimundo continu? mamando atrevidamente mi co?o y hasta mi culo, pasando su lengua, y chupando mi cl?toris, no me qued? la menor duda de que en cualquier momento tendr?a su verga dentro de m?, as? mientras que yo gem?a profundamente de placer, mi amante se fue posicionando, sobre mi cuerpo, dejando de mamar mi co?o de momento.

Fue cuando comenc? a sentir como se deslizaba dentro de mi cuerpo su verga, y a medida que me fue penetrando, a mi me brotaron lagrimas, no de dolor ni por nada malo, sino de felicidad. As? que cuando su cuerpo estuvo por completo en contacto con el m?o, y su miembro ben dentro de m?, yo comenc? a mover mis caderas, al principio lentamente, sintiendo como entraba y sal?a su verga de mi co?o, pero a medida que continu? movi?ndome, Raimundo me apretaba m?s y m?s contra su desnudo cuerpo, proporcion?ndome un placer que yo ya cre?a olvidado.

Por un largo rato mi vecino y amante, me hizo sentir la mujer m?s deseada del mundo. As? que a medida que continuamos disfrutando el uno del otro, a ?l se le ocurri? que cambi?semos de posici?n. Lo cierto era que yo al principio, dije que no, pero por miedo dejar de sentir su rica verga entrando y saliendo con fuerza de mi mojado co?o, finalmente le dije que si.

Pero al acceder a sus peticiones, al colocarnos frente a frente, y ver como esa gruesa cosa entraba divinamente dentro de m?, me abrac? con fuerza a ?l, buscando sentir bien dentro de mi todo su miembro. Por lo que sin dejar de moverme como una salvaje, por primera vez en mi vida disfrut? de m?ltiples orgasmos. En esos momentos cuando al mismo tiempo que me penetraba por mi co?o, sent? algunos de sus dedos penetrando mi culo, no me extra?o que me pidiera que le diera el culito. Raimundo realmente no esper? mi respuesta, ya que extrajo su verga y sin compasi?n me la enterr? entre mis nalgas. Lo que lejos de dolerme o incomodarme, disfrut? ampliamente.

Por un tiempo que para m? fue glorioso, Raimundo me hizo sentir todo el deseo que ten?a por m?. As? que mientras que yo disfrutaba de sus intensas atenciones, mov?a mis caderas como nunca antes las hab?a movido. Tanto mi amante como yo nos encontr?bamos en el medio del patio, manteniendo una salvaje sesi?n de sexo, sin que me llegase a importar que alg?n otro vecino nos viera.

Cosa que sucedi?, pero que no me enter? hasta que a los pocos d?as, el hijo de mis otros vecinos, de manera clara y raspada me dijo que tambi?n deseaba acostarse conmigo, pero de ese les hablo luego.

En esos momentos lo ?nico que se me ocurri? al terminar fue el recoger mi ropa y la de Raimundo, y agarr?ndolo por una mano lo llev? hasta el dormitorio de mi esposo y m?o. Donde no s?, c?mo se me ocurri?, llevar a Raimundo a nuestra cama, lo que si se fue que apenas entramos al cuarto, despu?s de lavar su verga, me dediqu? a mam?rsela, como si de ello dependiera mi vida. El resto del d?a Raimundo y yo hicimos en mi cama cosas que jam?s me atrever?a hacer con mi esposo.

Despu?s de ese primer encuentro, entre mi vecino y yo, continuamos a manteniendo un sin n?mero de encuentros, ya fuera dentro de mi propia casa, o para variar ocasionalmente en la suya. Lo mejor de todo eso era que mi esposo, que ni se imaginaba que Raimundo y yo ?ramos amantes. En ocasiones Luis no hab?a terminado de salir de casa, cuando Raimundo ya se encontraba entrando por la cocina.

Pero como todo lo bueno se termina, una vez que la mujer de Raimundo dio a luz, regres? a su casa con toda su jaur?a. Por lo que nuestros felices encuentros, se vieron suspendidos temporalmente. Los que r?pidamente comenc? a echar de menos. Por suerte, el hijo de nuestros otros vecinos, me pill? teniendo sexo, con Raimundo en el medio de nuestro patio, y como ya les coment?, de manera clara y raspada, se me acerc? a los pocos d?as, y descaradamente me dijo que deseaba acostarse conmigo, al tiempo que me mostr? en su tablet, varias fotos de Raimundo y m?as, completamente desnudos, teniendo sexo en el medio del patio trasero de mi casa.

Como se lo podr?n imaginar, aunque me indign?, no pod?a rechazar su pedido, ya que de lo contrario, aunque no me lo tuvo que decir, supe que las condenadas fotos, ir?an a parar al buz?n electr?nico de mi esposo. Por lo que sin m?s ni m?s, en ese mismo instante, lo dej? pasar dentro de mi casa, no fuera a ser que otra persona nos viera.

Ya dentro, sin que ?l me dijera nada en lo absoluto, comenc? a desvestirme en el medio de mi sala. Hasta que quede completamente desnuda, ante los ojos del chico. Por lo visto ?l no pens? que yo fuera a responder de esa manera, as? que me le acerqu?, y coquetamente como si fuera un juego, comenc? a ir quit?ndole toda su ropa, hasta dejarlo tan desnudo como yo me encontraba.

Lo siguiente que hice fue dejarme tocar por ?l, y a medida que lo fue haciendo, sus temblorosas manos exploraron todos y cada uno de los h?medo rincones de mi cuerpo. En medio de todo, me acord? de la primera vez que yo tuve relaciones sexuales con un t?o m?o, unos cuantos a?os mayor que yo. En su momento mi t?o, despu?s de quitarme toda la ropa, se agach?, y a pesar de lo nerviosa que me encontraba, para mi sorpresa, mi t?o comenz? a besar mi co?o, haci?ndome perder el equilibrio, cayendo sobre mi propia cama, ?l separ? mis piernas, y mi t?o no retir? su boca de mi co?o, hasta que disfrut? de un tremendo orgasmo.

Yo por mi parte despu?s de agacharme, me llev? el miembro de mi joven vecino a mi boca, y comenc? a mam?rselo, hasta que entend? que estaba a punto de venirse, por lo que me separ? de ?l. Luego me tend? a su lado en mi cama, separ? mis piernas, y divinamente sent? como esa joven verga me comenz? a penetrar.

Claro que jam?s ni nunca ser? igual a Raimundo, pero el chico va aprendiendo. A mi esposo, como de costumbre ni cuenta se da de lo que sucede a su alrededor.

Un Maldito Reencuentro

FECHA: 8/31/2013
Soy Alicia, y voy a relatar una experiencia m?s que desagradable.

Tengo justo 30 a?os. Soy casada hace 6. Tengo un hijo, y pronto con Jorge, mi marido vamos a buscar otro.

Mi cabello es casta?o oscuro con reflejos rojizos y bastante enrulado lleg?ndome hasta debajo de los hombros.

Soy rellenita, aunque si llegar a gordita. Tengo fina cintura pero caderas un poquito anchas, con un flor de trasero bien redondo y parado. Mi marido me carga dici?ndome que parece que tengo un almohad?n en la cola, y mis piernas est?n bien formadas.

Soy bonita de cara y mi piel es bastante blanca.

En s?ntesis, estoy lo que se dice bien y apetecible.

Nunca le fui infiel a mi marido, pu?s tengo un alto concepto del matrimonio.

Vivimos en un lindo barrio, en un c?modo departamento.

Estamos bien econ?micamente, no nos sobra pero tampoco nos falta, y yo no trabajo, ocup?ndome de mi hijo y de todas las tareas de la casa.

Todo estaba como en un sue?o en mi vida hasta que me lo cruc? a ?l.

Estaba haciendo las compras en el supermercado, y mientras caminaba por las g?ndolas escucho:

"Alicia, sos vos", me d? vuelta y lo v? a Carlos.

Lo reconoc? enseguida, aunque estaba m?s gordo y pelado.

Carlos hab?a sido un novio mio cuando yo ten?a 23 a?os, ?l me llevaba 5.

Al principio anduvo todo bien, pero al tiempo,?l saco a relucir todos sus vicios y defectos.

Tomaba alcohol como una esponja, era un depravado que propon?a basuras sin haber tenido nunca relaciones conmigo, como pasar una noche con ?l y sus amigos dici?ndome que iba a ser muy feliz, o dici?ndome barbaridades de mi cola como diciendo que el ten?a el miembro ideal para abr?rmela y otras cosas que provocaron que un d?a lo echara para siempre de mi vista y mi vida.

Y ah? estaba de nuevo, con la misma cara de depravado de siempre, mir?ndome.

Me invit? a tomar un caf?, y al verme dubitativa casi me llev? de prepo al patio de comidas.

Mientras tom?bamos un caf?, me pregunt? por mi vida.

Le dije que estaba casada y era muy feliz y que ten?a un hijo al que quer?a mucho.

Carlos sin darle bola a lo que yo le contaba, me dijo descaradamente:

"Segu?s tan fuerte como antes, perdoname que te lo diga as?".

Yo no le contest?, pero el sigui?:

"Es m?s, est?s mejor que antes, se v? que el matrimonio te sent? bien".

Y sigui? dici?ndome que el era soltero, que nunca encontr? a su mujer ideal despu?s que yo lo largu?, tir?ndome indirectas y directas que al cansarme le dije que iba al ba?o.

Cuando termin? de hacer pis y mientras me lavaba las manos not? que hab?a dejado mi cartera en la mesa, sin pensar en ese momento que ser?a un grave error.

Volv? y como la v? en el mismo lugar no me preocup?.

Parada le dije que se hac?a tarde y que ten?a que buscar a mi hijo por el colegio dando por terminado ese horrible encuentro.

Me salud? con un beso fuerte en la mejilla, y me dijo que ya nos volver?amos a ver, cosa que rogu? que nunca sucediera.

Segu? mi d?a normalmente, olvid?ndome de Carlos cuando nos dispusimos a cenar con mi familia.

Al otro d?a desped? a Jorge que se iba a trabajar, llev? al nene al colegio y volv? a limpiar la casa.

A eso de las 10 de la ma?ana son? el tel?fono, y para mi espanto era la voz de Carlos que not?ndosele alterado me dijo:

Ali, volv? a casa despu?s de verte y not? que sigo enamorado de vos, de tu gran culo que estoy seguro que sigue virgen esper?ndome y de esa cara que mira como esperando una buena cogida, termin? de decir eso y cort? dejando el tubo descolgado.

Un frio me recorri? por todo el cuerpo, como hac?a muchos a?os que no lo sent?a.

El hijo de puta, hab?a sacado mi tel?fono de mi cartera y vaya a saber uno que m?s.

Ese d?a no atend? mas el tel?fono y no dije nada para no alterar a mi marido.

Al otro d?a son? de vuelta a la misma hora, y yo fui decidida a putearlo y amenazarlo con contarle a mi marido, pero apenas atend? me cort? en seco y comenzando a temblar lo escuch?:

No me cortes Ali, porque si lo hac?s tendr? que conocer a tu hijo que estudia (dijo el nombre del colegio) o visitarlos por tu casa (dijo mi direcci?n).

"?Qu? carajo quer?s hijo de puta?" Le dije con furia y miedo a la vez.

"Encamarme bien encamado con vos" dijo seriamente.

"Est?s totalmente loco, si pens?s que voy a hacerlo con una basura como vos"le respond?.

"Sin agresi?n yeguita, tranquila, que lo vas a hacer y despu?s no te voy a poder sacar de encima". Dijo amenazante.

"Te voy a denunciar a la polic?a y vas a ir preso por el resto de tus sucios d?as, excremento".

"Casi sin dejarme terminar me dijo "Hacelo y ver?s como unos amigos no muy cultos que tengo te van a hacer vestir de luto por mucho tiempo".

No contest? nada presa del horror, y continu?:

"Ma?ana te llamo a la misma hora, atend? y vamos a combinar para un hermoso fin de semana", y cort?.

Me sent? tratando de calmarme para que se me pase el temblor que ten?a en todo el cuerpo.

Yo sab?a que Carlos era capaz de cualquier cosa, y que sus amigos eran ladrones, drogados, de todo.

"?Por qu? me ten?a que pasar esto?", me dije a m? misma.

Saqu? del aparador una botella de whisky, y me serv? un vaso, como buscando salir del estado en que me encontraba.

Ese d?a fue horrible, busqu? al nene por el colegio mirando a todos lados, lo traje r?pido a casa, ya sent?a por cualquier lado cosas raras.

En la cena, estaba tan mal que Jorge me pregunt?:

"?Qu? te pasa Ali?".

"Nada, es que estoy cansada" le respond? tratando con gran esfuerzo de ocultar mi malestar.

Lleg? el otro d?a y yo no hab?a dormido en toda la noche.

A las 10 en punto son? el tel?fono y la voz de Carlos se escuch? en el otro lado de la l?nea.

"?C?mo est?s linda?, ?Esperando mi llamado?, yo se que en el fondo est?s un poco caliente de haberme vuelto a ver".

"Escuchame Carlos, lo nuestro ya fue hace mucho.Entend? que ya tengo una familia. Ten?s que ser sensato. Hay muchas mujeres por ah? que est?n solas", trat? de explicarle.

"Me chupa un huevo tu familia. Hay much?simas mujeres mejor que vos pero yo me voy a vengar de vos. Nunca me olvid? cuando me largaste con esa carita de boludita inocente que ten?s. Siempre te hac?a la santita que no quer?a perder la virginidad cuando me ve?as al palo por cogerte. Ahora me voy a cobrar todo eso y much?simo mas. Escuch? bien. El viernes a las 9 de la noche mejor que est?s parada en la puerta de la confiter?a donde nos encontr?bamos cuando ?ramos novios. Mejor que vayas, sino despedite de tu hermosa familia. Y sab?s que lo hago. Sin cosas raras o chau. El domingo a la noche te dejo en el mismo lado". Dijo amenaz?ndome a los gritos.

"?Pero que le digo a mi marido para estar 3 d?as afuera?, razon? Carlos por favor".

"Es un problema tuyo lo que inventes. Ya razon? demasiado con vos.", y cort?.

Volv? a sacar el whisky y a tomar.

Estaba confundida, asustada, me hab?an agarrado mareos, me sent?a muy mal.

Tom? el tel?fono y llam? a mi hermana. Por suerte estaba, y le ped? por favor que viniera.

Como ella vive a 4 cuadras y me sinti? alterada a los 10 minutos estaba all?.

"?Qu? pasa Ali?", pregunt? nerviosa.

Le cont? todo, rog?ndole que quede entre nosotras que ni siquiera se lo cuente a su marido.

Me escuch? espantada y dijo:

"?C?mo apareci? ese hijo de puta?, ?Y que vas a hacer?".

"Tengo que ir. Vos sab?s bien lo que ese tipo es capaz de hacer.Es una basura, ya estuvo en la c?rcel, no tiene c?digos.Es de lo peor. Tengo que inventar algo como sea e ir, me ten?s que ayudar por favor".

"Me da terror todo esto. Tengo mucho miedo por vos".

"Yo me voy a saber cuidar, pero te ruego que me ayudes. No se va a arriesgar a hacerme algo y que lo metan en la c?rcel otra vez.", le dije.

Me mir? muy preocupada y dijo:

"Mir?, el viernes a las 4 de la tarde voy con el grupo de la iglesia al retiro que hacemos una vez cada dos meses. Yo voy a decirle a mi marido que te llevo porque una madre no puede ir. Jorge no va a ir a despedirte porque trabaja y vos and? a cualquier lado hasta que sean las 10 para que no te vean cerca.Dej? el nene con mam? hasta que Jorge lo pase a buscar, total para mam? cuidar tres en vez de dos es lo mismo."

Le d? un beso y le dije casi llorando:

"Gracias"

Ella me abraz? contest?ndome:

"Cuidate mucho Ali por favor y suerte.".

Esa noche lo convenc? a Jorge de que me iba a hacer mucho bien ir con mi hermana pues me despejar?a.

Mi marido es tan bueno y comprensivo que d?ndome un beso me dijo:

"Te voy a extra?ar, pero si es por tu bien and? que yo cuido al nene, total s?bado y domingo estoy ac?".

Lleg? el viernes. Le d? un beso mas grande que nunca a Jorge pero el pens? que era porque me iba. Llev? mi hijo al colegio y a las 12 lo fui a buscar llev?ndolo a lo de mam?.

Lo desped? con un beso gigante y justo lleg? mi hermana a dejar sus hijos.

Volvimos juntas y cuando la desped?, y mientra ella me rogaba que me cuidara volv? a casa.

Me d? un gran ba?o de inmersi?n mientras pensaba lo que me esperar?a ese fin de semana.

Me puse un pantal?n negro, que como todos los que ten?a me marcaba mi gran cola, una remera blanca corta, tom? mi cartera y sal?.

Fui a un shooping que quedaba cerca del lugar de encuentro y pas? ah? toda la tarde.

A las 9 y 45 sal? para la confiter?a con el coraz?n que me explotaba de los nervios y las piernas se me doblaban del miedo.

Me par? en la puerta y a las 10 y quince minutos apareci? un auto viejo y chocado que me toc? bocina.

Mir?, y lo vi a Carlos arriba que con una gran sonrisa sarc?stica me hac?a se?as para que suba.

Sub?, me salud? burl?ndose mientras se cagaba de risa y comenz? a andar.

Despu?s de casi media hora de profundo silencio y yo sin saber por donde est?bamos par? y me dijo:

"Te vas a poner esta venda en los ojos porque no ten?s que ver el nidito de amor. Pero primero nos vamos a saludar un ratito despu?s de tanto tiempo".

Me pas? el brazo por arriba de mis hombros, me volc? hacia ?l y abri? su boca d?ndome un largo beso.

Yo, jugada como estaba abr? la mia pero sin tocarlo con mis manos.

Puso su otra mano sobre mi cola y por arriba del pantal?n me la frot? un rato. Se separ? y dijo:

"Despu?s que hay mucho tiempo. Ponete la venda y agachate"

Le obedec?, y luego de lo que calculo habr?a pasado una hora, el auto se detuvo.

Me saco la venda y bajamos.

Mir? a mi alrededor y v? que nos encontr?bamos en el medio de una villa miseria.

Todas las casas eran de chapa, se ve?a luces en algunas ventanas, y se escuchaba ladrar a muchos perros cerca.

Me tom? de la mano y comenzamos a caminar por unos pasillos muy angostos donde apenas pas?bamos.

Me detuvo y abri? una puerta de chapa y me dijo que entrara.
Qued? fr?a cuando vi que en lo que era solo un ambiente de chapas con piso de cemento, en una mesa del medio hab?a un tipo sentado en una mesa.

"No hijo de mil putas, est?s loco, me mentiste, sos una basura de lo peor, as? nunca", dije lagrimeando y temblando.

"Tranquila querida,mejor que te calmes porque me voy a enojar y sab?s como soy as?. Pas?, vamos a comer algo que el fin de semana va a ser muy largo", dijo siempre ri?ndose.

Entr? y mir? al sujeto. Estaba con el torso descubierto y con jeans.

Era grande, calculo que unos 55 a?os, morocho y bien morrudo, todo pelado y un aro grande en su oreja izquierda, con cara de degenerado y una risa maquiav?lica.

En la casilla, aparte de la mesa, hab?a tres colchones en el piso todos gastados y nada mas.

Todo eso alumbrado por un lamparita que colgaba del techo tambi?n de chapas.

Me dijo que me siente, a lo que acced? pensando que no olvidar?a jam?s lo que vivir?a alli si es que saldr?a de ese lugar, y ?l se sent? enfrente.

Los dos me miraban con cara de lujuria total, hasta que el mas viejo me dijo:

"Hola ricura, me llaman Oso, y a Carlitos ya lo conoc?s. ?As? que vos lo plantaste?, que malita que sos..., pero bueno vas a tener la oportunidad de quedar bien. Te digo que Carlos ten?a razon, est?s muy fuerte mamita. Comemos algo y vamos a hablar mucho para conocernos mejor. Sal? ayer de la c?rcel despu?s de cuatro a?os de s?lo comerme putos, sabr?s como estoy, a la miseria, pero todo llega ricura.".

Se cagaron de risa, abrieron un vino y me sirvieron un vaso hasta arriba, dici?ndome el Oso:

"Tom? que te va a hacer bien".

Tom? el vino y mientras me volv?an a llenar el vaso, el Oso comentaba como le hab?a roto el culo a un puto en la c?rcel dej?ndoselo todo sangrado.

Yo escuchaba helada mirando al piso, con algunas l?grimas en los ojos pensando en mi marido y mis hijos que estar?an en casa mirando televisi?n y jugando.

Pas? como una hora mientras ellos fumaban y hablaban obscenidades, yo empec? a sentir como que todo se me daba vuelta. Ve?a girar todo a mi alrededor, y con dificultad para hablar pues parec?a que ten?a la boca torcida dije:

?Qu? me pusieron en el vino que me siento mal?,y agarraba con mis manos los bordes de la mesa porque sent?a que me ca?a.

El Oso, que era el jefe , tom?ndome del brazo como sosteni?ndome me dijo:

"Unos polvos m?gicos para que te portes bien. Ahora te voy a poner una inyecci?n para estimularte. No te va a pasar nada. Solo vas a estar un poco nerviosa. Despu?s esperamos un poco y nos vamos a acostar que se hace tarde" dijo a las carcajadas, mientras tomaba mi brazo y apretaba arriba con una goma.

Me inyect? algo en las venas que me ard?a mientras entraba, se inyectaron ellos.

Aspiraron unos polvos tosiendo cuando les entraba en la nariz.
Como hab?a perdido la noci?n de todo no s? cuanto estuvimos as?, ellos cada tanto me serv?an un vaso de vino y me lo daban a beber porque yo ni pod?a levantar el vaso.

Al rato sent? como que estaba temblando toda, m?s que nerviosa, se me mov?an las manos, los labios me temblaban, comenc? a respirar fuerte, ve?a turbio, era espantoso el estado en que me encontraba.

Como pude los mir? y los v? dados vuelta.

El Oso eructaba con un ruido inmundo, comenz? a jadear como si estuviera teniendo relaciones y a Carlos se le cay? la botella con que tomaba del pico.

El Oso par?, dio vuelta su cabeza mir?ndome desencajado, se par? y dijo ri?ndose mientras dej? ver un terrible bulto entre las piernas:

"Bueno, ya es muy tarde y Alicia se nota cansada. Vamos a la camita como tres buenos chicos".

Carlos tambi?n se par? y el Oso acerc?ndose a m? me levant? de un brazo.

Yo estaba como desesperada sin saber por que, era una bola de nervios.

El Oso me agarr? de la cintura y abriendo su boca enorme se comi? mis labios pas?ndoles la lengua a todo lo que d? y comenz? a levantarme la remera.

Carlos se puso atr?s mio y me chupaba la espalda empezando a desabrochar el corpi?o.

Yo no reaccionaba, es m?s, en el estado que me encontraba, cerr? los ojos y levant? los brazos para que la remera salga r?pido.

"Mir? como est? Alicita. Tiembla de la desesperaci?n. Tranquila madre que ya estamos con vos".

La remera ya hab?a salido y el corpi?o acababa de hacerlo.

El Oso comenz? a chupar mis pezones con rabia, mientras Carlos, arrodillado me besaba y tocaba mi gran culo por encima del pantal?n.

Yo estaba fuera de m?. Le agarraba la cabeza al Oso y lo aplastaba contra mis tetas dici?ndole:

"?Qu? quer?s hijo de puta?, comerme las tetas,eh. Busc?s leche como un beb? ro?oso."

El tipo levant? su cabeza, apoy? sus labios sobre los mios y mientras est?bamos los dos toc?ndonos con las lenguas, me dijo:

"Vas a estar hasta que te vayas clavada con las pijas adentro. Ah? te vas a calmar yegua".

Yo no aguantaba m?s, estaba como afiebrada de la desesperaci?n y el coraz?n parec?a que se saldr?a del pecho.

Carlos, siempre arrodillado en mi culo me dijo:

"Madre sacate el pantal?n".

Siempre jugando con la lengua del otro a toda velocidad,me desabroch? el cintur?n abr? el broche y me lo baj?.

Carlos lo termin? de bajar y volvi? a besarme y a tocarme el culo esta vez por arriba de la bombacha. A pesar de parecer Carlos el privilegiado de mi ortazo, el Oso mientras me segu?a besando y con las manos me apretaba las tetas al tiempo que yo lo ten?a abrazado del cuello le dijo:

"Acordate que ese terrible culo es mio, no te hag?s el boludo".

"Ya s?, no te enojes solo lo quiero tocar", le contest? con respeto.

Al rato el Oso me dijo bajito:

"Mami no seas mala, tengo la pija hinchad?sima y vos la dejas ah? encerradita".

Mir?ndolo fijo a los ojos, le desabroch? el bot?n, le baj? el cierre y le baj? el jean con slip y todo.

Sali? una enorme pija larga y gruesa, dura como piedra.

Me arrodill? y tom? ese gran instrumento con mis dos manos, con esfuerzo met? la cabeza en mi boca y comenz? a chuparlo, mientras Carlos se acost? y segu?a entretenido en mi culo sin bajarme la bombacha.

Al rato cambiaron de posici?n y mientras le comenz? a chuparle la pija a Carlos que era mas chica que la otra entrando mejor en mi boca, el Oso se acomod? atr?s y a los tirones me rompi? toda la bombacha tir?ndola a un costado, me abri? los cachetes con las manos y le pas? la lengua al agujero del culo.

Me volv?a loca la lengua ah?, por eso aument? el ritmo de la chupada haci?ndolo acabar a Carlos dentro de mi boca.

Enseguida quedamos parados los tres, y Carlos acomod? dos colchones poni?ndolos juntos, al tiempo que el otro siempre bes?ndome en la boca mi dijo en un susurro:

"Nena el encargado del culo soy yo y ?l de la vagina. As? va a ser hasta que te vayas. Ahora me toca a m? porque a aquel boludo ya lo hiciste acabar. Mi amor, ponete en cuatro arriba del colch?n y parame bien el culo".

Me puse en cuatro, abr? bien las piernas separando todo lo que pude las rodillas, pegu? mi torso bien contra el colch?n quedando mi culo totalmente para arriba.

El Oso s?lo poni?ndose un poco de saliva en la punta de la cabeza y parado, se inclin? para abajo abriendo sus piernas, apoy? una mano en mi cadera mientras con la otra guiaba la pija hacia la entrada y empez? a inclinarse para meterla.

La pija empez? a entrar y yo me quejaba diciendo ay mientras soltaba el aire.

Mi marido me hab?a echo el culo, pero su miembro no era ni la mitad y mucho m?s fino que este.

La pija entraba sin pausa y yo quej?ndome le dije:

"Hijo de puta, que pija, como rompe carajo, despacio bestia que duele mierda".

El Oso sin darme bola y soplando fuerte mientras la met?a, la encaj? toda y empez? a moverla para adentro y afuera con todo mientras Carlos miraba embelesado.

El movimiento me dol?a mucho, y chillaba en cada empuj?n, pero comenc? a sacar bien el culo cada vez que ?l la met?a provocando una penetraci?n bien profunda.

Estuvimos as? vaya a saber cuanto, hasta que al rato largo acab?.

Me tend? en el colch?n y apareci? Carlos reclamando su parte.

Me dio vuelta me abri? las piernas y se volc? sobre m? colocando su pija en mi vagina y comenzando a penetrarme.

Mientras nos mov?amos muy r?pido gimiendo el Oso se arrodill? y coloc? su pija en mi boca comenzando yo a chup?rsela mientras el otro segu?a cogi?ndome como loco.

Carlos acab? dentro mio, y ambos se acostaron dej?ndome en el medio.

Pregunt? al rato donde estaba el ba?o y Carlos casi dormido me dijo que afuera, apenas sal?a a la derecha la primera puerta.

Me envolv? con una s?bana que hab?a arriba de una silla y fui.

Mientras estaba cagando y ve?a que lo hac?a muy l?quido y con dolor, pues el culo hab?a sufrido bastante, veo que abren la puerta casi golpe?ndome las rodillas.

Entra el Oso, cierra la puerta poni?ndole un gancho que yo no hab?a visto, se arrodilla y me comienza a besar mientras yo segu?a en el inodoro.

Me levanta, yo le dije con verg?enza, que hab?a evacuado.

"No importa, date vuelta y ponete contras las chapas, sub? la pierna derecha y apoy? el pi? arriba del inodoro bien abierta las piernitas".

Mientras lo hac?a y ?l miraba dentro del inodoro lo que yo hab?a echo, con m?s verg?enza le volv? a decir:

"Oso estoy sucia, dejame limpiar".

"No, te limpio yo por fuera con mi mano y por dentro con mi pija. Sab?s lo que fue estos a?os cogiendome putos, ahora que tengo un hermoso culo de mujer quiero aprovechar", dijo mientras comenz? a pasar la palma de su mano por mi culo.

Me ayud? a estirar y apoyar mi pi? quedando bien abierta.

Se par? atr?s mio y bes?ndome los hombros comenz? a enterrarme la pija hasta el fondo.

Me daba a todo lo que da y el culo comenz? a arderme.

Me mov?a aunque estaba inc?moda, pero bien abierta para ?l.

Segu?a golpe?ndome fuerte cuando la pija entraba hasta el fondo y ?l cuerpo de ?l chocaba con mis cachetes.

Mientras mov?a ?l a toda velocidad su cadera empujando con much?sima fuerza su pene dentro de mi culo haci?ndome gritar y gemir y apretaba mis tetas con sus manos, me dijo:

"Despu?s de esto vas a cagar m?s l?quido todav?a aguant?".

Y empuj? con toda su fuerza enterr?ndomela casi hasta el est?mago la dej? all? y acab?.

Despacio se sali? dentro de m? culo y enseguida me sent? en el inodoro evacuando como ?l me dijo con su semen, mientras parado frente a mi me miraba con una sonrisa.

Volvimos a la pieza y me dorm? en el medio de ellos dos.

Al otro d?a me dieron otra inyecci?n y me tuvieron todo el d?a cogiendo.

Tres veces me cogieron los dos juntos, mientras yo estaba subida arriba de Carlos el Oso me segu?a rompiendo el culo arriba mio.

El domingo ni bien nos despertamos me volvieron a coger por los dos agujeros pero no me dieron la inyecci?n.

A las 5 de la tarde me dijeron que me cambie, yo hab?a perdido la cuenta de todos los polvos que me hab?an echado, subimos los tres al auto y nos fuimos.

Me dejaron en la puerta de la confiter?a se despidieron bes?ndome los dos y sin decirnos nada ellos se fueron y yo par? un taxi.

Me dol?a todo el cuerpo, mi culo ya no exit?a de todas las veces que fue penetrado, y la cabeza me estallaba del dolor.

Entr? a mi casa y estaban mi marido y mi hijo en el piso jugando pegando un grito cuando me vieron.

Los dos me abrazaron y me besaron, mientras Jorge me preguntaba como me hab?a ido.

Le dije que bien y que me quer?a ba?ar.

Me prometi? mi marido que cuando saliera del ba?o me esperar?a con el mate listo.

Me met? en el ba?o, me desnud?, abr? la canilla del agua caliente, antes de ba?arme evacu? todo l?quido y con mucho semen, me met? en la ba?adera y empez? a llorar pensando que ya todo no ser?a igual.

relatosmilord@hotmail.com
marcelmilord@outlook.com

Solo en el desierto

FECHA: 8/31/2013

viajaba sin tener otra opción, era mi única alternativa de trabajo.. debía ir a trabajar a la ciudad de copiapo.. una ciudad en medio del desierto.. algo deprimente para un hombre de santiago. pero en fin debía seguir adelante con mis nuevos proyecto.. los primeros días de trabajo fueron relajados y un dia al momento de ir a almorzar a unos de los locales del sector me atendió una mesera algo fuera de lo común y un carisma muy interesante.. era una mujer madura de cabellera rubia, alta llevaba una polera negra de encajes que dejaba ver sus abundantes pechos blancos.. y una falta tambien algo traslucida que dejaba relucir su exquisito trasero.. me atendio muy amable.. fue algo de momento la mire a los ojos ella acostumbrada a tratar hombres, fue muy cariñosa en su trato y dejo que todos sus atributos se dejaran caer en mi desolada y sedienta hombría… terminada la comida pedí la cuenta buscando hablar con ella.. fue así como supe mas de ella y de mi necesidad de buscar un lugar donde vivir por el tiempo que trabajaba.. yo no dejaba de mirar sus enormes y ricos pechos.. ella sabia bien lo que yo sentía.. sorpresa mia al despedirnos me dio un beso muy cerca de mi boca.. yo muy exitado me despedi hasta mañana.. fue asi como al dia siguiente fui al mismo horario a almorzar buscando que ella misma me atendiera. vestia una faldita muy corta y tacones, con una polera negra que dejaba muestra de sus ricos atributos.. terminada la comida le dije directamente que me gustaba y que quería salir con ella después del trabajo.. me dio su numero y me fue con otro beso cuneteado,,.. al salir del trabajo después de una tarde de solo pensar en ella decidí ir en su búsqueda.. ella estaba por salir así que la espere ansioso. al momento de salir, vestía igual como la vi, pero con un abrigo largo negro. fue extraño ese abrigo me llamo la atención después sabría porque… nos saludamos con un beso igual que los anteriores.. ella como era de la zona me llevo a una plaza muy cómoda por su poca luz y alejada del publico.. nos sentamos y supimos que hacer en el instante fue algo de inmediato, ambos nos deseabamos con locura como si hubiéramos existidos para estar juntos todo este tiempo… yo no aguante las ganas y comencé a besarla y a acariciarla contra mi cuerpo. podía sentir como esos pechos ricos rozaban mi cuerpo.. ella sentía tanto placer comía mi oreja con mucha sensualidad.. se monto sobre de mi dejando su apropiado abrigo cubierto mis caderas y todo su cuerpo… fue así como sintió como mi pene iba tomando grosor y tamaño.. que sin imaginarlo lo busco para acariciarlo y frotarlo sobre el pantalón. yo tocaba y besaba sus pechos enormes, sus pezones eran gruesos y carnosos que disfrutaba cada vez que los mordia y acariciaba con mi legua… estabamos locos de pasión que soltó mi cinturón y mi pantalón para sacar mi verga erecta … ella de inmediato lo comenzó a chupar mirándome a los ojos como en cada comida.. yo sentía un gran placer… ella se levanto y saco frente a mi, su pequeña tanga y monto suavemente sobre mi pene. pude sentir un gemido al momento de terminar de penetrarla.. el maravilloso abrigo fue oportuno para cubier nuestro encuentro.. ella montaba con gran expertis sobre mi, mientras yo juga y comia sus pechos exquisito.. fue cuando desidimos acabar con el acto en vista que se acercaban personas a lo lejos.. ella se sento a mi lado como si nada, tapada con su buen abrigo negro…
al siguiente fue como siempre a ser atendido por ella.. ese dia tuve el mejor plato de comida que seguramente todos quisieron tener antes…

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Se llamaba Javier

FECHA: 8/31/2013

Todos los que me han leído conocen como, quien y que soy, así que evitaré detalles míos. Lo que voy a relatar le sucedió a un amigo mío, que le cambió su vida y forma de enfrentarla. Javier mi amigo me visitó en mi casa donde actualmente estoy viviendo y como somos amigos desde muchos años y luego de muchos rodeos e indecisiones me contó su caso, que lo voy a relatar en tres partes diferentes para aclarar y detallar los sucesos e instantes ocurridos con el correr del tiempo. Estando él en su casa y recién haber llegado de su trabajo Javier se dirigió al segundo piso de su casa a su dormitorio a proceder a tomar un baño y como era el comienzo del fin de semana. Se prepararía a cenar con su familia, compuesta por su esposa Fernanda y dos hijos un joven de 17 años y una niña de 14 en resumen una familia feliz. estaba en esos menesteres cuando sin previo aviso se sintió arrebatado de la ducha y en fracciones de minutos se encontró arrodillado al borde de su cama con una pistola en la cabeza y dos tipo con pasamontañas amarrado sus manos a la espalda y tendiéndolo boca abajo en su cama y un tercero amordazándole su boca y diciéndole que era un asalto y que no intentara hacer nada, acto seguido el más activo le dijo a uno de los otros tu quédate cuidándolo que no se mueva mientras registramos la casa. Javier comenzó a entrar en pánico al imaginar a su familia que estaba abajo y que le estaba ocurriendo rogando que no les pasara nada malo, al parecer el bandido adivinó sus pensamientos y le dijo al oído “tranquilízate hombre, tu familia está bien y no le pasará nada” Javier se calmó y trató de apreciar el máximo de detalles de los asaltantes que deambulaban de un lugar a otro y de piso en piso revisando todo, el tipo que lo vigilaba le dijo al oído “estas rico, por suerte te sacamos limpiecito de la ducha” “oye  chaval tienes un lindo culito, a ver ponte en cuatro y levanta tus nalgas para verlas mejor” “ha y no te resistas recuerda que el amo soy” Javier se sintió humillado pero se vió en la obligación de obedecer.

Colocado ya en esa pose sintió como el tipo lo arrastró de las caderas y lo colocó al borde de la cama, de pronto sintió unas manos enormes apoderarse de sus nalgas y comenzaron a sobajearlas muy burdamente, Javier entró en un estado de semi-inconciencia y el tipo de le hablaba muy bajito “tienes ricas nalgotas eres una putica muy deliciosa y estoy dispuesto a comerte ese culo” “quédate quieto y no digas palabras” acto seguido sintió como le ensalivaban su ojete y un dedo comenzó a penetrar mas y mas hasta sentirlo completamente dentro suyo Javier desesperado y sin comprender las reacciones de su cuerpo sintió como su pene se ponía duro al máximo “eres muy caliente la tienes dura putica a pesar del momento” le dijo el tipo y una lágrima de pena y resignación rodó por su mejilla.

“Estamos listos tenemos todo lo de mayor valor” dijo el que las hacia de jefe  al entrar al dormitorio de Javier, “pero que estas haciendo bruto, dijimos que sin lastimar a nadie” “pero jefe fíjese como esta esta putica la tiene dura de la excitación” “no voy a desperdiciar la ocasión” y acto seguido Javier sintió su culito mojado y ensalivado.

A estas alturas fue cuando Javier hizo un alto en el relato comenzó a sollozar en mi hombro ” amiga no quiero que nadie sepa esto, ni siquiera mi esposa, prométemelo” yo asentí con la cabeza y me dijo júralo “lo juro” dije, “esto es lo más delicado e incomprensible de los hechos que siguen”, me dijo:

En ese momento sintió una cosa carnosa caliente y dura apoyarse en la entrada de su ojete y unas manos fuertes lo agarraron de las caderas y sintió como ese enorme taladro carnudo trataba de abrirse paso por su diminuto orificio hasta ese momento virgen, trató de impedir ese acto pero una voz al oído le decía “no resistas será peor relájate y trata de participar perra” poco a poco la maza de carne comenzó a fundirse con su ojete y se fue enfundando como una daga en su vaina hasta que sintió sus nalgas cubiertas por una mata de pelos rizados, cortos y duros y un par de testículos entrechocando en sus paredes comenzando un mete y saca cadencioso que provocó en él un intenso dolor que luego pasó a sensaciones de choque eléctricos cada vez que entraba y se enterraba mas y mas profundo hasta el momento en que sin poder aún explicarse por qué un enorme éxtasis le provocó una eyaculación tan potente que se derramó sobre el cubrecamas dejando una poza de semen de pronto el tipo se colocó tenso y lo penetró hasta el fondo Javier sintió una terrible descarga de algo caliente pegajoso y húmedo invadir su interior y de inmediato y sin mediar palabras siente como otro tipo se coloca detrás suyo y rápidamente lo penetra sin mas miramiento y comienza a bombear su culo en forma rapidísima y de nuevo una descarga invade su interior, a estas altura Javier sentía como el semen de su ojete se escurría y resbalaba por sus entre piernas acto seguido el jefe dijo “ahora me toca a mí” y procedió a limpiar sus nalgas llenas de mecos diciendo, “ahora probarás porqué soy el jefe de la manada” acto seguido Javier sintió algo enorme apoyarse en sus nalgas.

- En este pasaje Javier me explica que el trozo de pene de aquel tipo debería exceder los 26 cms de largo por unos 6 cms de ancho.

La cabeza como el porte de la de un gato mediano comenzó a taladrar su culito que pasó a ser a partir de entonces un culote y casi le parte el ano, su esfínter abierto totalmente estirado dejaba pasar esa enorme tranca que al parecer a medida que mas entraba mas grueza se ponía en el tronco hasta que sintió el típico entrechoque de cocos y nalgas todos revestidos de una mata de pelos púbicos, dando a entender que la faena estaba cumplida y que el jefe lo tenía completamente empalado comenzando un bombeo lento pero profundo y largo, sintiendo Javier como su hueco se acomodaba al tremendo pedazo de tranca sintió un orgasmo totalmente involuntario que lo hacía doblarse sobre simismo lo que era aprovechado por el jefe para meterle mas profundamente su pene dejándole solo los testículos en la puerta de su ojete, sus jugos entremezclados le mojaban toda su raja resbaloza, el jefe agarrado de sus caderas lo seguía culeando sin descanzo, hasta que acabaron juntos y su culo explotó relleno de semen que se derramó a borbotones en sus entre piernas, “tienes que guardar el secreto putica no diremos nada” “ahora ve al baño y lávate y no salgas hasta pasada media hora y tu familia no sufrirá daños.

Javier como pudo y aún atado se lavó lo que pudo y esperó el tiempo previsto, llamó a su familia y les dijo que los rescataría apenas se soltara, como pudo se liberó y lo que ocurrió después es lo típico en estos casos fin primera parte.

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Vacaciones en Plentzia

FECHA: 8/31/2013

Déjame contemplar mis opciones. O me tiro una semana en pleno agosto en el centro de Madrid friéndome de calor o me voy contigo a Bilbao, junto al mar, a la casa de unas ricachonas a pasar unos días, ¿no?

Exacto – Le responde José a su mejor amigo.

Pues nada, ¿cuando dices que salimos?

A José le habían ofrecido unas amigas suyas -mas bien le exigían- ir a pasar unos días a Plentzia, un pueblo de la costa vizcaína, cerca de Bilbao, con el fin de desconectar un tiempo y de libertad total, ya que los padres de Silvia y Mónica se habían ido a Punta Cana de vacaciones, y así poder conocer a su novio. José era un chaval gay de 19 años, algo regordete y con una cara no muy agraciada, pero que suplía con creces con una simpatía y un desparpajo propio de alguien con mucho don de gentes.

El único problema para pensar en rechazar la oferta es que no tenia novio, ya que sin saber muy bien porque, en una de sus tantas conversaciones –tanto por teléfono como por la red- les había dicho que tenia un novio muy guapo, mucho más cachas que guapo y aún más cachondo que cachas, lo cual supuso una tremenda alegría para las hermanas y unos deseos fervorosos de conocerle. Las veía tan felices e insistieron tanto y tanto que al final le fue imposible a José decirles la verdad y aceptó.

Así que no le quedó otra opción que proponérselo a su mejor amigo, Alberto. Este no se lo pensó demasiado a la hora de aceptar la oferta. Ni tan siquiera le molestó la condición de hacerse pasar por su novio ya que era bisexual y no le preocupaba darle un beso o un achuchon llegado el momento. Aunque lo que sí le puso claro –una vez más- es que no iba a tener relaciones sexuales con él, no por que no le gustase, si no porque prefería mantener esa línea lo mas lejos posible, ya que creía que si en algún momento la cruzaban probablemente su relación de amistad, que los dos consideraban maravillosa, se iría al traste simplemente por un polvo, lo cual le joderia bastante.

Alberto, al igual que José, tenia 19 años recién cumplidos, y se podría decir que era bastante guapo, muy musculoso ya que era nadador y sin un bello en el cuerpo. Tenia una cara de niño que provocaba mas de un suspiro entre las mujeres y los hombres de su entorno, por lo que a su corta edad ya era un experto en temas sexuales tanto con hombre como con mujeres. Así que ya le costaba excitarse, mas que nada porque había follado mucho y solo lo “diferente” le ponía cachondo últimamente. También será justo decir que con los hombres no había tenido mas que sexo, ya que sus dos relaciones serias habían sido con mujeres, las cuales tampoco duraron mucho debido a lo que le gustaba a Alberto meter la polla en otros “agujeros” que sean los de sus parejas.

Sin más y después de preparar las maletas y demás, se pusieron en marcha en el coche de José, dejando atrás el infierno madrileño y después de unas 4 horas llegando al paraíso de Plentzia y preguntando a un par de lugareños y gracias alas indicaciones que le había dado antes Silvia, consiguieron llegar a la entrada de la casa –que digo casa, ¡palacio!- de las hermanas.

Ahhhhhhhh!!! Joseeeeee! – Salió a recibirles una rubia despampánate corriendo desde la entrada de la casa por todo el jardín privado con los brazos en alto hasta abrazar tan fuerte a José que los dos se cayeron al suelo.

Hola cariño, como me alegro de verte! – Le dijo José sin dejar de darse besos el uno al otro. Como pudieron se pusieron de pie. – Mira, Mónica, te presento a Alberto, mi novio.

Joer, pero fin te conozco –se abalanzó sobre un sorprendido Alberto y le dio dos besos muy cerca de la boca- José me ha hablado maravillas de ti y ya veo que no me ha engañado mucho.- Decía mientras le miraba de arriba abajo con ojos lujuriosos.

Yo también me alegro de verte, auque me da que este gañan no te ha hecho justicia en alabanzas hacia a ti.- Le soltó Alberto sin quitar la vista de los ojos de Mónica.

Mientras iban hacia la casa con las maletas a cuesta y hablando, salió de la casa, más tranquila, Silvia, la hermana mayor. Mónica tenia 18 años y Silvia 20, las dos eran rubias aunque a Mónica le llegaba el pelo a la altura de los pechos y Silvia lo tenia más corto. El cuerpo de las dos era espectacular “esto de tener de pasta…” pensaba Alberto mientras las recorría con la vista a las dos.

Silvia tenia unos tetas inmensas y muy bien puestas -”¿una talla 120?”, Seguía Alberto absorto en sus pensamientos- y un culo respingon que se la notaba muy bien a través del pareo semitransparente y el tanga-bikini que lucia. Ni un gramo de grasa, al igual que su hermana Mónica, la cual tenia el pecho más pequeño –”pero igual de apetecible”- y un culo más bonito que el de su hermana –”aunque eso sea difícil de creer”- y en su caso solo llevaba el tanga-bikini por lo que la visión era espectacular.

Después de estar charlando un buen rato en el salón, les empezaron a enseñar la casa. Eran tres plantas así que tardaron un buen rato. En la planta baja estaba el salón, la cocina, un pequeño cuarto y un cuarto de baño. En la segunda planta había 3 habitaciones, una de las cuales era la de sus padres y en la tercera había 4 habitaciones donde 2 eran de las hermanas y una tercera seria para José y Alberto, -la de la cama de matrimonio” les dijo Mónica con una sonrisa traviesa y soltando una risita a la que respondió su hermana de forma cómplice-. Al principio le mosqueo un poco a Alberto pero tampoco le dio mucha mas importancia ya que había dejado claro que nada de sexo. En cada habitación había un baño, al más puro estilo de un hotel de lujo, eso sí. El terreno del que disponían tenia espacio suficiente para tener una pista de tenis y una piscina climatizada, a la par que unas cuantas hectáreas de jardín donde se podía perder uno sin problema en una pequeña plantación de árboles y demás plantas que había. Impresionante.

Después de ducharse y cambiarse de ropa, los “novios” bajaron hasta la cocina donde los esperaba Silvia y Mónica preparando la copiosa cena que habían encargado en un restaurante, ya que no sabían cocinar ninguna de las dos. Eran cerca de las 11 de la noche cuando empezaron a comer. Habían hecho muy buenas migas con Alberto, lo cual no era difícil, así que la cena fue muy divertida y bastante amena.

Pues como os digo vienen de camino una pareja amiga nuestra desde Sevilla a pesar estos días con nosotros –les informaba Silvia durante la cena y unas cuantas botellas de vino de gran reserva, claro.-

¿Son gays también?- pregunto José

No, no, son hombre y mujer, aunque bueno nunca se sabe si pueden llegar a ser bisexuales, que hoy en día todos lo somos, no?- Se rieron los cuatro a carcajada limpia recordando cierta película y ayudados por los litros de vino que ya corrían por sus venas.

Sobre la una de la mañana llamaron a la puerta, seguro que era la pareja sevillana. Mónica se levanto como un resorte y fue a abrir, y al de unos segundos se oyó un grito de alegría.

Mi querida hermana, siempre tan discreta- se levanto Silvia con movimientos más discretos dirigiéndose a la puerta y Alberto y José detrás de ella.

Después de los achuchones de las hermanas a la pareja, se presentaron los “desconocidos”. Maite era una amiga de la infancia de las hermanas que se fue muy joven a Sevilla por sus padres. Era una chica muy normalita, no era nada espectacular, morena, mas bien bajita, algo rellenita y con una gracia y un salero que no se podían aguantar.
En Sevilla conoció a su novio, Sergio, el cual, al igual que su novia, no era nada del otro mundo, aunque si estaba bastante fuerte de trabajar en la construcción. Y sin duda era el más tímido de los 6 que allí estábamos.

Ya habían cenado y después de unos minutos de charla, José empezaba a cabecear en el sofá, pero lo que pidiendo disculpas se subió a la habitación y de acostó, seguido media hora mas tarde por los demás invitados, ya que el viaje había sido largo y estaban todos cansados.

El día siguiente, Silvia y Mónica habían reparado una excursión para conocer todos los alrededores de Plentzia, se embarcaron en una pick-up donde entraban los seis y se recorrieron media Vizcaya. Mónica llevaba unos pantalones pirata blancos y un top muy ajustado donde se le marcaban perfectamente los pechos ya que no llevaba sujetador y de vez en cuando se le marcaban los pezones exageradamente. Eso no pasaba desapercibido para Alberto es cual estaba loco por poder meterla mano y lamer esos pezones. Pero no le hacia atrás su hermana Silvia la cual llevaba un pantalón ajustado que le hacia un culo impresionante y una camiseta de tirantes donde en cualquier instante se le podía escapar una teta de su interior ya que tampoco llevaba sujetador. Entre estas dos bellezas, casi no le hizo caso “sexualmente” a Maite y me atrevería a decir que su novio Sergio tampoco la prestaba demasiada atención.

Si quieres te hago una mamada y te relajas un poco, que ya veo que estas loco de ganas de follartelas. –La atención que Alberto prestaba a los cuerpos de Silvia y Mónica no paso desapercibida para José, que le susurro la propuesta a su amigo casi al final del día. Al principio se lo pensó pero luego recordó las posibles consecuencias y le dijo que no. Lo cual no quito que al llegar a casa cerca de la una de la mañana se fuese a uno de los baños, se bajase los pantalones y se hiciese una paja recordando a las hermanas y sus cuerpos, corriéndose sobre el lavabo y llenándolo de su semen caliente.

Tengo que follarmelas como sea – pensó Alberto mirándose en el espejo y sintiéndose como un adolescente con las hormonas a mil por hora. Se ducho y se fue a la cama junto a José, al cual ya estaba dormido, estaban los dos rendidos.

El tercer día fue especial ya que cada uno se levantó cuando quiso y una vez ya todos en pie (ya era por la tarde) Mónica les dijo que se iban a ir en su barco mar adentro a pasar el día, tomando el sol, bebiendo margaritas y descansando. Les pareció una idea excelente ya que aun no habían descansado lo mas mínimo desde su llegada. Pero Sergio tuvo que rechazar la propuesta ya que no se encontraba bien, seguro que le había sentado algo mal el día anterior y decidió quedarse en casa. Al principio Maite se iba a quedar con él pero Sergio casi la hecho a patadas y le dijo que aprovechase esta oportunidad de sentirse rica por unas horas. Y animada por los demás los 5 se acercaron al puerto con unas ganas terribles de embarcar.

Una millas mar adentro, Silvia, a la que le había enseñado su padre a manejar el barco, paró el motor, donde solo se veía mar por todos lados. Era un día espléndido, mucho sol, el agua muy tranquila y limpia.

¿¡Que haces tía?! –Le gritó Maite a Mónica viendo que se quitaba la parte de arriba del bikini para seguir con el tanga, quedándose completamente desnuda.

¿¡Que?! Pero si hay confianza –le respondió señalando a José y Alberto- Además son gays no me van ha violar ni nada parecido.

“Si tu supieras…” pensaba Alberto mirando el cuerpo completamente desnudo de Mónica. Se encontraba tumbado junto a José y frente a ellos estaban las 3 chicas, las cuales habían seguido a Mónica quitándose el bikini, aunque a Maite la tuvieron que convencer, ya que le daba mas apuro, diciéndole que le quedarían unas marcas horribles y cosas por el estilo. Las tres tenían el coño depilado completamente menos Silvia que tenia un hilo de bello púbico sobre su monte de venus. Era un espectáculo impresionante para los ojos de Alberto que no sabia donde mirar, si al culo de Mónica cada vez que se agachaba para colocar la toalla sobre cubierta, enseñándole todo el coño rasurado o a las inmensas tetas de Silvia, con unos pezones muy oscuros y unas aureolas grandes, perfectos para succionar una y otra vez. El cuerpo desnudo de Maite no destacaba precisamente junto a estas dos bellezas pero tampoco estaba nada mal. Tenia los pechos firmes y turgentes con los pezones duros como piedras –la excitaba estar desnuda delante de hombres aunque sean gays- y bastante ancha de caderas y un culo muy apetecible.

Cuando se empezaron a poner crema para el sol las unas a las otras, Alberto no podía mas, se le estaba poniendo la polla dura y para no estropearlo todo se lanzó desde cubierta al agua dándose un chapuzón y nadando un poco intentando calmar su recientemente recuperadas hormonas adolescentes.

Mientras Alberto estaba en el agua, las chicas y José no paraban de hablar y tomar alcohol y reír y seguir hablando y bebiendo.

Pero si estamos en confianza, además que no creo que tengas nada que no hayamos visto antes ninguna de nosotras –le instigaba Silvia a José para que se quitase el bañador y se quedara desnudo al igual que ellas. Y la verdad es que no tuvieron que insistir mucho ya que estaba bastante a gusto y se levanto para quitarse el bañador dándoles la espalda a las chicas.

¡¡Date la vuelta, machote!! –le gritaban las chicas entre risas y al hacerlo las tres se quedaron con la boca abierta y mirando la polla flácida de José, que era inmensa incluso sin estar dura.

¡Joder que pedazo rabo! –gritó Maite al de unos segundos de silencio lo que provoco una carcajada generalizada de todos.- Que pena que seas gay porque ya te hacia yo un favor.- Siguió entre risas.

Igual el favor te lo hacia yo cariño- respondió José divertido por la situación y ayudados por el alcohol y la desinhibición que tenían empezaron ha hablar de sexo.

En ese instante subió de nuevo al barco Alberto que se había tirado alrededor de una hora en el agua-le encantaba- y nada mejor que un buen rato en las frías aguas del cantábrico para bajar la libido. Al ver a los cuatro completamente desnudos y riendo sin parar, se sintió un poco desplazado da la situación, pero enseguida le hicieron entrar de nuevo en el grupo.

¿Y tu también tienes una polla así de grande? –le pregunto divertida Mónica al verle llegar hasta donde ellos

¡Huy cielo! Tan grande no, pero es que hace maravillas con ella –le respondió José entre las risas de todos antes de que Alberto pudiese decir nada, el cual se abalanzó sobre su “novio” le agarró la polla y le metió la lengua hasta la garganta que José recibió sorprendido y con lo ojos abiertos como platos y antes de que pudiese reaccionar, Alberto se separó de su boca y le susurro al oído “no tienes ni idea de hasta donde te puedo llevar”

Uhhhh!!- Gritaban divertidas las chicas mientras se besaban la pareja- Joder, me he puesto cachonda y todo- soltó jocosa Mónica cuando separaron sus bocas.

Oye chicos, ¿cómo lo hacéis, es decir, quien recibe y quien da? –preguntaba curiosa y algo excitada la hermana mayor.

Pues sinceramente, nos da igual por que a los dos nos gusta que nos abran el culo.- les contesto Alberto que veía como las chicas no les quitaban la vista de encima a ninguno de los 2.- además vosotras lo deberíais de saber ya, ¿o es que nunca os la han metido por atrás?

Siiii- respondieron sonrientes y complacidas las 2 hermanas moviéndose sobre las toallas como recordando aquel momento en que les follaban por el culo.

Pues a mi no me han dado todavía- dijo Maite con cara triste y mirando al suelo de cubierta- La verdad es que me da algo de miedo.

Cariño –reaccionó José después de despertar del pequeño shock en que le había sumido el beso de su amigo- pues no sabes lo que te pierdes. Creo que es el mayor placer sexual que alguien pueda sentir, la verdad.

El resto del grupo afirmaron con la cabeza. La conversación había llegado a unos derroteros sexuales sin ningún tipo de inhibición y bastante excitantes a la vista de cómo tenían la polla José y Alberto, el cual también se había quedado desnudo.

Vaya, veo que esto no os deja precisamente indiferentes- les soltó Mónica al ver sus pollas como iban creciendo poco a poco gracias a la conversación que tenían.

Es que somos gays, no de piedra guapa. Además que seguro que vosotras tenéis el coño chorreando –le dijo José entre las risas de todos mientras Silvia se levantaba para ponerse mas crema para el sol.

Ponme un poco a mí, por favor Silvi- la pidió Maite a su amiga, que se encontraba entre las dos chicas las cuales estaban con sus pechos sobre la toalla.

Silvia empezó a esparcirle la crema sobre la espalda, al igual que había hecho anteriormente, con un suave masaje con sus manos. Mientras los chicos seguían hablando y bebiendo sobre todo con Mónica sobre sus aventuras sexuales y Maite y Silvia en esta ocasión solo escuchaban. Poco a poco fue bajando hasta llegar a la altura de su culo donde soltó un chorro de crema sobre su imponente culo lo que provocó en Maite un gemido de placer involuntario que provoco unos segundos de silencio en el barco.

¡¡¡Serás guarra tía!!! Si estas más cachonda que una perra – le gritó Silvia sin dejar de masajearle el culo con la crema entre las carcajadas de todos y la cara sonrojada que se le puso a Maite de la vergüenza que sentía pero con una sonrisita cómplice y libidinosa.- ¿Qué quieres, que te haga un dedo aquí mismo?- la instigaba mientras le metía la mano en la raja del culo a lo que Maite respondió abriendo un poco las piernas para que Silvia siguiera para abajo.

Pero si estas mojadísima tía. Mírala como abre las piernas- dijo Mónica mientras veía como su hermana mayor seguía bajando su mano hacia el coño de su amiga.

A estas alturas la polla de Alberto estaba dura como una roca viendo el espectáculo, lo que no paso desapercibido para Mónica y sobre todo para José que miraba mas a su amigo que a Silvia metiendo mano a Maite. Silvia también estaba algo caliente al acariciar la raja del culo y el coño de su amiga o al menos eso indicaban sus pezones, duros como piedras. En ese preciso instante se empezó a escuchar un motor a lo lejos, lo que hizo que Silvia parase con su masaje y se levantara para ver si se acercaba alguien. Vio a lo lejos a los guardacostas que se venían hacia su posición, lo que provocó que los 5 se vistieran rápidamente antes de que llegaran. Les indicaron que se fueran a puerto ya que se acercaba una tormenta por el norte. Las nubes cada vez eran mas y más, así que sin perder demasiado tiempo se pusieron rumbo al puerto.

Joder tía. Esta noche vas a exprimir al “pobre” Sergio- le dijo Mónica a Maite ya algo mas relajada- Aunque como siga mal a ver que haces…

Mas le vale que se halla recuperado porque sino no me va a probar en mucho tiempo. Le voy a quitar la timidez echando hostias- respondió Maite entre las risas de los 5.

Alberto ya miraba con otros ojos a la “fea” del grupo. El espectáculo que había montado junto a Silvia le había hecho verla como una mujer muy deseable y muy cachonda, vamos, digna de sus pensamiento más lujuriosos y pervertidos.

La cena y la velada transcurrió de forma tranquila, entre risas e indirectas que todos lanzaban sobre Maite y Sergio -quien ya se encontraba algo mejor- a pesar que este no se enteraba de mucho (porque además de tímido era algo corto) .

Hora de irse a la cama, solo se quedó Silvia un rato mas viendo la tele en la sala. Los sevillanos se quedaron en el segundo piso ya que así se lo pidió Maite a Silvia “por si montaban mucho ruido no despertar a nadie”.

Ya veo que te ha puesto a mil lo de esta tarde no? –Le dijo José a Alberto una vez los dos metidos en la cama y con las luces apagadas.

Joder, tío, lo verdad es que no sé lo que me pasa con estas tías pero me ponen cachondo que no veas. Parece que vuelvo a tener 14 años cuando me empalmaba por un pezón transparentando sobre una camiseta, es la hostia. Pero si además solo de recordar sus cuerpos ya se me esta poniendo morcillona.

Si, yo también me he puesto cachondo, la verdad.

¡¡Ala venga!!-le increpo Alberto levantándose levemente para poder verle la cara a su amigo a través de la oscuridad solo rota por los focos del jardín.- Ahora me dirás que te excita ver a dos tías dándose el lote…

No, eso no. El beso que me distes y cuando me agarraste la polla así.- José se abalanzó sobre su amigo agarrando su pene sobre el slip y lanzándose sobre su boca dándole un beso apasionado al que al principio Alberto no respondió pero entre las caricias sobre su polla y lo cachondo que estaba desde hace días no tardó en agarrarle la cara con sus manos y meterle la lengua hasta la garganta.

No deberíamos hacer esto – la dijo Alberto en un momento que separaron sus bocas aunque ya tenia la polla como una roca gracias a las caricias de una mano experta como la de José.

Cállate y disfruta de esto- le decía su amigo mientras bajaba por su pecho mordiendo sus pezones y besando su tordo desnudo entre los gemidos de placer que le producía tal situación.

No tío, la vamos a cagar. –seguía insistiendo Alberto mientras tenia la lengua de José en su ombligo y seguía bajando hasta su bello pubico sin dejar de acariciar su polla dura. José le empezó a besar la punta del capullo entre las suplicas de su amigo de que parara y le seguía lamiendo todo el tronco de su pene, los huevos, sin dejar de masturbarle, volviendo a subir con su lengua por toda la largura de su polla hasta meter la boca y empezar a succionar como un experto mamador que era.

Llevo años y años queriendo hacer esto, eres mi mayor fantasía sexual- Si quería llegar al final con su amigo, eso fue lo peor que podía haber dicho José, ya que encendió una luz de alarma en la cabeza de Alberto y recordó que no podía hacerlo con su mejor amigo ya que seguramente José sentía algo mas profundo por él que solo sexo y no podía permitir que se pensara algo no era, así que apartando la cabeza de su amigo de su polla dura y levantándose de la cama rápidamente, se puso el bóxer, como pudo metió su polla en el interior y salió de la habitación no sin antes, mirando a los ojos de José, le dijo que no podía hacerlo.

Estuvo dando tumbos por todo el piso de arriba sin saber donde meterse, sentándose en el suelo, levantándose nervioso, hasta que decidió bajar a la cocina a tomar algo y pensar o relajarse. Según iba bajando, en el segundo piso, empezó a oír unos ruidos en una habitación -gemidos mas bien- y enseguida se dio cuenta que Maite esta “desangrando” a su novio. Se sonrió ligeramente y en mitad de la escalera al primer piso se detuvo pensando que estaría bien si se acercaba a verlos follar, pensamientos por los cuales su polla enseguida reaccionó con unos golpetazos al ritmo que bombeaba su corazón. Sigilosamente se acercó hasta la puerta de la habitación que estaba cerrada pero que se oía perfectamente los gemidos de la pareja.

Alberto no se dio por rendido e intentando hacer el menor ruido posible empezó a abrir la puerta. La verdad es que no le importaba demasiado que le descubriesen ya que consideraba que era mejor el premio que el posible castigo por voayer.

Maite estaba comiendo la polla a Sergio como una tigresa, los dos estaban desnudos con la luz encendida, por lo que no se percataron de la puerta, ayudado de que no hizo el menor ruido, y que estaban los dos dedicados por completo a otras cosas que a ser o no pillados. Ver a Maite como pasaba su lengua por la polla de su novio recorriéndola lasciva, deseosa de saborearla, metiendosela por completo en su boca sin dejar de masajearle los huevos… Esa visión excitó de sobre manera a Alberto que enseguida empezó a acariciarse su miembro sobre el bóxer, el cual en unos segundos ya estaba a la altura de sus rodillas y sus manos acariciaban y masajeaban sus hermosa y rígida polla. Para entonces Maite se había puesto de cuclillas para sentarse encima de la polla de Sergio que estaba apuntando al techo firme, no era muy grande pero estaba bien dotado. Desde su posición podía ver perfectamente la cara de placer de chica al sentir como la penetraba su novio y empezó a mover con un ritmo suave que iba acelerando poco a poco hasta llegar a moverse sobre él como una loca, sus tetas botaban frenéticas siempre y cuando Sergio no las cogía y las estrujaba. A Alberto le estaba poniendo más cachondo si cabía esa imagen y sobre todo la situación de espiarlos. Ya había dejado los masajes a su polla para pajearse salvajemente y sin pudor.

Después de unos minutos de cabalgada, Maite empezó a besar a su novio sin dejar de mover su sabroso culo y le dijo algo al oído que Alberto no pudo oír. Acto seguido, se bajó del falo de su novio, se puso a cuatro patas sobre la cama y Sergio justo detrás de ella hundió su cara en el ano de la chica. Enseguida comprendió Alberto lo que iba a pasar y tenia los ojos como platos para no perderse ni un solo detalle. Definitivamente había juzgado mal a Maite, y en eso instante solo deseaba estar en la cama junto a la pareja.

Venga, vamos reviéntame el culo! –le suplico Maite después de introducirle 2 dedos y ensalivar completamente su ano.

Sergio coloco la polla en la entrada de su orificio virgen y poco a poco le fue introduciendo la punta ante los gemidos y gritos de Maite, se detuvo un momento para que el ano de su novia se hiciese al su polla pero Maite movía el culo hacia él, pidiendo que la metiera mas adentro, y este obedeció hasta que sus huevos chocaron con sus nalgas. Y enseguida comenzó un movimiento lento. La cara de Maite era una mezcla de placer y dolor que poco a poco se fue quedando en únicamente lo primero y el ritmo de la follada iba en aumento. Maite empezó a gritar como una posesa y a apretar fuertemente las sabanas. Parecía haber tenido un orgasmo bestial mientras su novio no paraba de bombear en su culo virgen.

Un ruido desconcertó a Alberto de la “película” y se giro rápidamente hacia el pasillo donde vio a contraluz y a unos 5 metros escasos de él a Silvia, la tenia la mano dentro del tanga, acariciándose el coño y con la otra pellizcándose el pezón de su teta que estaba al aire. Alberto se sobresaltó y no sabia como reaccionar exactamente, pero eso sí, su polla no la soltó un instante.

Ssshhh!- le susurró Silvia con un dedo en la boca y acercándose a él. Le agarró su verga dura y comenzó a acariciársela por todo el tronco.

Se arrodilló poniendo su boca a la altura de la polla de Alberto, la comenzó a lamer, a saborear cada centímetro de aquella preciosidad. Le comía los huevos sin dejar de masturbarle. Alberto se entretenía viendo a Maite recibir su primera enculada y con la mamada que le estaba haciendo la tetuda de Silvia. No podía más. Estaba a punto de correrse. Demasiada tensión acumulada. Miro por ultima vez a la pareja y vio como Sergio se sacaba la polla del culo de su chica y comenzó a correrse sobre la espalda de ella.

Fue demasiado para el chaval que sin previo aviso se empezó a correr de una forma exagerada en la boca de Silvia, que no pudo contener tanta cantidad de esperma en su boca por lo que empezó a caerle por la comisura de sus labios, por su garganta e incluso algunas gotas sobre sus pechos. Hacia mucho que Alberto no tenia un orgasmo tan salvaje.

Que pases buena noche guapo- le dijo Silvia a su amante trasnochador después de darle un beso en la boca y saborear ambos la leche de la corrida. Sin más se fue moviendo su precioso culo hacia el piso de arriba, dejándolo con cara de alucinado. Echó un ultimo vistazo a los sevillanos que ya estaban acostados y abrazados, y pudo ver que Maite estaba mirando fijamente a la puerta con una cara de satisfacción tremenda y pudo leer en sus labios un “gracias” dirigido a él.

A la mañana siguiente todo seguía igual que el día anterior, parecía como si no hubiese pasado nada durante la noche. Seguían de buen rollo, con gracias, riéndose y disfrutando de la compañía de unos y otros. El día transcurrió sin demasiados sobre saltos, mas que alguna miradita cómplice entre Alberto y Silvia y Maite, y pocas sonrisas con José, aunque no había problema ya que en el fondo José comprendía la actitud de su amigo.

A la noche fueron a bailar a una discoteca cercana. No era muy espectacular pero estaba llena de jóvenes bailando, bebiendo y metiendose sin parar. Enseguida Mónica se lanzó a la pista a bailar arrastrando a las chicas y a José, nosotros nos acercamos a la barra a pedir algo para los 6. Desde la barra se podía ver perfectamente el espectáculo que estaban montando sobre la pista.

Mónica no dejaba de restregar su cuerpo sobre dos chavales que se arrimaban a ella buscando algo mas que un roce y cuando ella consideraba que ya era demasiado se acercaba a su hermana y a José como buscando protección, y hacía lo mismo con ellos. A Alberto ver a las 2 hermanas como bailaban y se acariciaban de forma sensual le estaba poniendo jabato. Aunque claramente no era al único ya que casi todos estaban mirando a las hermanas y a su amigo, que en realidad no sabia donde meterse exactamente. Maite ya estaba junto a nosotros bebiendo algo y observando a sus amigas.

¿Verdad que te encantaría follartelas a las dos a la vez? – Le dijo al oído sin que su novio de enterase. Alberto la miro y vio que tenia una cara perversa y cachonda, parecida a la que tenia después de correrse mientras la enculaba su novio.

No, me encantaría follaros a las 3 toda la noche. –le respondió cachondo mirándola a los ojos.

Bueno, pues no sé, pero tal vez se puedan cumplir tu deseos guapo.- Y pasando disimuladamente su mano derecha sobre la polla de Alberto, cogió a Sergio y se fue a bailar con los demás, quedándose solo cerca de la barra y con la polla morcillona después de lo que le había dicho Maite.

“¿Que se trairán entre manos estas perras?” Era lo único que se preguntaba mientras no las quitaba ojo de encima, viendo como ponían cachonda a toda la discoteca en su sección masculina y probablemente alguna femenina. Estaba muy caliente, solo tenia en la cabeza lo que pasó la noche anterior, viendo a Maite recibir por el culo mientras Silvia se la comía magistralmente.

Hola, tu no eres de por aquí, no?- le dijo una voz femenina a su izquierda que le hizo “desembrujarse” del show en la pista, aunque de vez en cuando miraba con el rabillo del ojo. Era una tía morena que iba vestida de tal forma que dejaba muy poco a la imaginación, una minifalda ajustada y un top semitransparente mostrando su sujetador sin ningún pudor. Un sujetador que escondía unos pechos de una talla media. Le llegaba a la altura de los hombros y eso que llevaba unos tacones altos.

Pues no, soy de Madrid, he venido a pasar unos días con unos amigos.

¿Y donde están? ¿Te han dejado solo?

No, son esos que están ahí bailando, los del espectáculo pseudo pornográfico.-le respondió Alberto en tono jocoso.- He invadido su casa por unos días.

¡Anda! ¿Esas son tus amigas? Joder, pues una de dos, o no te cansas de echar polvos o tienes que tener un calentón en el cuerpo…- esa frase y ver a la morena saborear el botellin de cerveza que tenia en la mano de la forma que lo hizo, provocó que Alberto se olvidase completamente del espectáculo de la pista, de la música y de todo lo que le rodeaba, centrándose únicamente en la chica de unos 24 años que tenia delante.

Pues la verdad es mas bien lo segundo, aunque eso espero que cambie tarde o temprano. –Se fueron a un lugar algo mas apartado y tranquilo dentro de la discoteca donde siguieron conversando durante unos 20-30 minutos y a cada minuto con mas roce, un empujón cariñoso, una caricia, un abrazo… Y definitivamente llegó en beso, apasionado y caliente entre dos desconocidos, sus lenguas se entrelazaban en sus bocas y la morena le agarraba fuerte el culo a Alberto quien no se quedó corto y metía la mano por debajo del top acariciando sus pechos sobre el sujetador.

Ella le agarró de la mano y le arrastró hacia fuera de la disco, al parking donde probablemente ya había estado antes con otros tíos igual que él. Le empujó sobre el lateral de un coche que estaba apartado en un lugar oscuro y le empezó a desabrochar el pantalón bajándoselo hasta los tobillo y arrodillándose delante de su polla comenzó a acariciarla sobre el bóxer, los cuales en cuestión de segundos estaban haciendo compañía a los pantalones, quedando delante de la morena la polla semi erecta de Alberto. Sin pensárselo dos veces se la metió en la boca y empezó a succionarla como una posesa, saboreando cada centímetro de esa preciosidad, notando como iba creciendo dentro de su boca. Así siguió durante unos minutos, comiéndole los huevos, pajeandole… La situación de que una desconocida se la chupara, le ponía a Alberto muy caliente, la levantó bruscamente y le metió la lengua en la boca, casi comiéndosela mas que besándola. La apoyó sobre el coche dejando sus tetas sobre el cristal, se arrodilló levantándole la minifalda y apartando el tanga le empezó a meter la lengua en su culo. La morena no paraba de gemir y de soltar jugos por su caliente coño el cual era acariciado por la mano de Alberto sin dejar de comerle el ano. La dio la vuelta golpeándola sobre el coche y empezó a comerle su caliente coño. Le encantaba que la tratasen así, de forma salvaje y descontrolada y Alberto estaba disfrutando de los jugos de su coño.

¡¡Follame cabron!! ¡¡Reviéntame el coño!!- le suplicaba ella mirándole desde arriba.

Alberto obedeció como buen chico, coloco la punta de su dura polla en la entrada de su coño y empezó a restregarla sobre sus labios y su clítoris que estaba hinchadísimo. Y sin mas se la metió de un solo golpe, hasta que los huevos golpearon con su culo. Empezó a bombear completamente descontrolado y fuera de si, a una velocidad endiablada lo que provocaba unos gemidos de placer extremo en la morena que arañaba la espalda de Alberto, también descontrolada por el placer.

Siiii, sigue, sigueeeeee, reviéntame!!! Ahhhh!!! Me corrooooo!! Siiiiii- le daba igual si había alguien por allí cerca mirando, estaba descontrolada y solo quería sentir esa polla dentro de su coño, entrando y saliendo de sus entrañas. Arqueo su espalda y Alberto bajó ritmo de sus envestidas. Tuvo un orgasmo salvaje.- Quiero mas- le dijo mientras le metía la lengua en la boca y apoyando sus manos sobre al capó del coche, puso su culo en pompa y se lo ofreció a Alberto quien sin dudarlo se la metió de un solo golpe lo que provocó un grito de dolor y placer en la morena que enseguida comenzó a seguir el ritmo que le imponía Alberto.

¿Te gusta, puta? ¿Te gusta sentir mi polla en tu culo?- le decía al oído a la vez que le pellizcaba los pezones. Ella solo gemía y disfrutaba de otro orgasmo, pero en esta ocasión Alberto no paró de empujar sobre su culo ya que estaba a punto de correrse. Y lo hizo dentro de ella, soltando unos 4 o 5 chorros que recibió el ano de la chica con sumo gusto.

Los dos cayeron al suelo del parking exhaustos pero complacidos. Ella se limpio las corridas, tanto de él como de ella, le dio un sonoro y apasionado beso y dándole las gracias por el polvo se fue por el parking moviendo el culo alejándose de la disco. Alberto se volvió a vestir y volvió dentro de la discoteca donde le estaba esperando José y Mónica.

¿¡Dónde has estado tío?!

Nada que he salido a tomar un poco el aire, ¿pasa algo?

Pues hombre que tenemos que irnos, otra vez Sergio se encuentra mal y además estas ya se han cansado de calentar al personal…

Dejaron en casa a las chicas y a Sergio y se fueron los dos de marcha por ahí, como siempre lo hacían por Madrid, como amigos, sin mas. Llegaron a las 8 de la mañana, cuando Silvia ya estaba desayunando, con un pantaloncito corto ajustado a su culo y un top marcando sus tetas. Desayunaron algo con ella y de inmediato se fueron a la cama.

Cuando Alberto se levantó serian sobre las 6 de la tarde, se asomó a la ventana y vio que hacia un día de perros, lloviendo sin parar. José todavía estaba en la cama aunque empezaba a despertarse. Se pegó una ducha rápido, se puso algo cómodo y bajó al primer piso donde estaban las 3 chicas y Sergio hablando tranquilamente.

¿Y como es que estáis aquí y no dando un paseo?- les preguntó irónicamente.

Pues nada, que simplemente hoy no queríamos ducharnos. Ya ves, que guarras, eh?- le respondió Mónica.

Alberto se fue con una sonrisa a la cocina a comer algo y al de unos minutos apareció José. Los dos se fueron a la sala con unos sándwich y una para de cervezas a juntarse con las chicas, que aun estaban con la ropa de dormir. Tenían el día vago.

Bueno ¿y cual es el plan para hoy?- preguntó interesado José.

Pues la verdad es que no hemos pensado nada.- Le respondió Silvia- Estábamos aquí apalancadas y tenemos muchas ganas de salir, la verdad.

Bueno y porque no montamos una pequeña fiesta en casa, yo que se algún juego o algo así.- propuso Maite, que llevaba un camisón bastante sexy que ayudaba a utilizar la calenturienta imaginación de los hombres.

¿Que? ¿Al Monopoly, a la bancarrota o preferís un parchis? –Dijo Mónica a lo que todos nos reímos. Ella, al igual que su hermana llevaba un top ajustado a sus pechos y un pantalón de nylon largo.

Hombre, no se, ¿os apetece un kinito?- Propuso Maite a lo que todos dijeron que si, menos José y Alberto que no sabían que era eso.

El juego consistía en que con un cubilete se tiran 2 dados y había que pasarle a la persona que esta a tu lado el numero que sumen los dados siempre y cuando este comprendido entre el 7 y el 10, si no tocaba mentir. Si el siguiente se lo creía tiraba y tenia que sacar algo superior a lo que le habían pasado. Si no se lo creía y era verdad le tocaba beber un vaso y si era mentira bebía el que se lo había pasado. Luego existía una serie de combinaciones. Así por ejemplo si en los dados salía un 5 y un 6 o un 1 y un 2 significaba kinito que no era otra cosa que mandarle a otra persona que lo volviese a sacar. Si lo sacaba volvía otra vez a la primera persona y tenia que volver a conseguir dicha combinación, de tal forma que los vasos se iban acumulando hasta que uno de ellos no lo sacaba y tenia que beberse los vasos acumulados. Otra combinación era que si sacaban parejas (ya sean dos 1, dos 2, dos 3…) mandabas beber la misma cantidad a alguien o repartías. Sacar un 4 y un 2 significaban doble kinito que era igual que el kinito normal pero bebiendo el doble de vasos.

Y así les fueron explicando poco a poco las reglas del juego a los novatos que al principio no se enteraban muy bien pero enseguida le cogieron el tranquillo, mas que nada porque si no les tocaba beberse el toda la bodega de la casa. José estaba al lado de su “novio” y de Silvia, quien tenia a su derecha a Maite y a Sergio. Mónica estaba junto a Alberto. La cosa se fue animando y todos tenían ya un punto majo, se reían de casi todo y se lo estaban pasando en grande, como todos esos días bastante desinhibidos. Lo que pasa que llegó un momento en que el juego se hacia algo monótono por lo que Mónica propuso una pequeña variación que a todos les pareció bien.

¿Porque no hacemos que el 4 y 2 sea un mandato que dice el que lo saca y se tenga que cumplir por narices? Quien se niegue ha hacer lo que se le pede se va a la calle, bajo la lluvia a quitarse el pedo.

Al único que le dio algo de apuro fue a Sergio porque conocía bien a su novia y tenia miedo de lo que pudiese llegar a pedir a alguien, pero lógicamente, al final cedió y aceptó la nueva variación del juego. Para Alberto era algo realmente cojonudo ya que podría pedir cualquier cosa a las chicas y tendrían que cumplirlo. Ya solo de pensarlo se excitaba.

Así que el juego continuo con un nuevo e inusitado interés. Empezó la ronda por Mónica, pero no fue hasta que se bebieron 7 repartidos vasos más cuando salió el primer 4 y 2. La afortunada fue Silvia que echando una mirada todos finalmente se quedó con José al que, y por se el primero, le dijo simplemente que se quitase la camiseta, entre el abucheo general del resto que les pareció algo demasiado suave. El juego continuo pero costaba mucho que el 4 y 2 coincidiesen por lo que Alberto propuso que tanto el 5 y 6 como el 1 y 2 también fuesen mandatos. El resto acepto ya que todos deseaban mandar algo a alguien.

Y la siguiente en tirar Silvia que casualmente sacó un 1 y 2 .

Bueno como el anterior os pareció algo chorra ahora quiero que mi hermanita y Maite se den un morreo de 30 segundos con lengua.- Alberto y Sergio gritaron afervorizados por el alcohol y el deseo. Las dos chicas la llamaron de todo a Silvia y José solo sonreía. Después de unos momentos de protesta jocosa y bajo la insistencia de los dos chicos y la hermana mayor, fue Mónica la que se acercó a Maite arrastrándose como una gata en celo por el suelo de la sala hasta llegar a la altura de su amiga, la cual cogió la cara de Mónica sin pensárselo dos veces y junto sus labios con los de la pequeña entrelazando las calientes lenguas e intercambiando saliva apasionadamente. Estuvieron así por algo mas de 50 segundos ya que nadie les decía que parasen, estaban embobados viéndolas como se comían la boca e incluso como Maite acariciaba las nalgas de Mónica. Incluso José se quedó petrificado viendo la pasión inusitada que gastaban las dos amigas. Hasta que Silvia salió del autismo colectivo y dijo que ya había pasado el tiempo. Después de unos segundos de silencio, Alberto empezó a aplaudir seguido de los demás espectadores lo que las dos chicas agradecieron encantadas.

El juego siguió entre el recuerdo de ese beso y los vasos de alcohol que seguían injiriendo todos. Las pollas de Sergio y Alberto estaban claramente hinchadas a través de sus pantalones cortos, lo cual no pasaba desapercibido para ninguno de los demás, con comentarios jocosos y en algún caso caliente. El siguiente mandato le salió a Maite con un 1 y un 2.

Vale, habéis gozado como enanos del beso que no hemos dado por lo que creo que ahora es justo que lo hagáis vosotros, no?- José y Alberto se miraron y con la mirada aceptaron hacerlo, pero Maite no había acabado- Quiero que José le coma la boca a mi chico Sergio mientras se acarician la polla el uno al otro durante 1 minuto.

Todos miraron a Maite alucinados, y acto seguido las hermanas gritaron de satisfacción y alegría ante tal sorpresa que les dejó a los chicos en trance, del cual salió Sergio décimas de segundo después para negarse rotundamente a tal petición.

¡¿Estas loca?! Pero como se te ocurre que voy a besar a un tío y además acariciarle la polla… ¿y tu eres mi novia? ¡¡Hay que joderse!!

¡Buhh fuera! – le increpó Alberto que le excitaba ver a su amigo comerle la boca a un hetero, aunque a esas alturas hasta el vuelo de una mosca le excitaba- Pues ya sabes lo que te toca si no lo haces. ¡A pegarte un chapuzón!

Venga cariño que será divertido además es muy excitante, es una situación que me calienta mucho, joder.- Le imploró Maite mientras se acariciaba sensualmente.- Hazlo por mi, que luego te lo voy a agradecer bastante.

Ante la insistentecita de todos incluido José que también le gustaba la idea de acariciarle la polla sobre todo, Sergio tuvo que ceder aunque no muy convencido. Así que José se acercó a Sergio y diciéndole que se tranquilizara acerco su mano derecha al paquete del chaval y con la izquierda cogió su mano y la puso sobre su polla, la cual estaba algo dura debido a la excitante situación, y poco a poco se fue acercando a los labios de Sergio hasta juntarlos sin abrir la boca.

Hasta que no os metáis la lengua no empieza a contar al tiempo, es con lengua o si no nada.- Impuso implacable Mónica.

Al principio no resulto tan excitante como el beso de las chicas, sobre todo por la cara de “asco” que tenia Sergio, que estaba completamente inmóvil mientras José no paraba de acariciarle la polla sobre el pantalón y juguetear con su lengua dentro de su boca. Pero al cabo de unos 40 segundos el chaval empezó a mover la mano acariciando el inmenso palo de José que estaba súper excitado, al igual que todos los demás, incluido Sergio que, aunque no lo reconoció, acabó gozando del beso y de la caricias.

Todos sabían o intuían como iba a acabar la tarde-noche pero querían seguir alargando esta situación que les gustaba y excitaba tanto, así que siguieron jugando al kinito.

Le tocaba al propio Sergio que no hacia otra cosa que acariciarse la polla sobre el pantalón, ya sin tapujos y a la vista de todos. Pero no fue hasta que le tocó el turno a Alberto cuando salió el 4 y el 2. Mandato.

Oye una cosa, si esto es kinito doble también debe ser mandato doble, no?

Eh, eh! Tranquilo, si? –le dijo José en tono jocoso- Lo suyo es que tengas uno como todos los demás.

Bueno, ¿y que mas da? Además es lógico lo que ha dicho. Doble Kinito, doble mandato, no?- respondió Mónica deseosa de que alguien le mandase algo otra vez, fuese lo que fuese. Todos aceptaron la propuesta de Alberto ya que estaban como Mónica, deseando seguir con este excitante juego.

Muy bien, entonces como primer mandato quiero que todos nos quedemos sin la parte de arriba, es decir, con el pecho al aire.- José se imaginaba algo así, aunque le extraño que los dejara a todos completamente desnudos. En esta ocasión no hubo ningún tipo de protesta y todos lo hicieron sin rechistar e incluso José que no tenia camiseta se quito el pantalón corto quedándose solo con unos bóxer que prácticamente no podían esconder su tremenda polla dura como las de los demás. Las chicas dejaron sus pechos al aire y las tres tenían los pezones duros como piedras y Maite se quedó solo con un tanga que se veía bastante empapado, lo que provoco el comentario de Mónica

Ya, como que a ti no te estará picando el coño, perra, que no paras de restregarte la pierna.- Le dijo Maite junto con la carcajada de todos.

Vale, y mi segundo mandato es… – interrumpió Alberto haciendo una pausa- Quiero ver como Mónica y Maite le comen las tetas a Silvia durante el tiempo que quieran.

Tu flipas tío, pero si es mi hermanita.- Protesto levemente Silvia que enseguida fue acallada cuando Maite que estaba a su lado se abalanzó sobre la teta derecha de su amiga y después llegó Mónica y empezó a morder el pezón izquierdo de su hermana con una lascivia impresionante a lo que Silvia solo pudo contestar con gemidos de placer y acariciando los cuerpos semidesnudos de su amiga y hermana. Y en un instante fue Mónica la que fue bajando su mano esta el ajustado pantaloncito de su hermana, donde empezó a acariciarle el coño sin dejar de saborear su pecho. Estaba claro que no era la primera vez que las hermanas disfrutaban de sus cuerpos mutuamente. Silvia se contornaba como una serpiente disfrutando de las caricias que les proporcionaban ambas, mientras Sergio y Alberto tenían los pantalones a reventar quitándoselos también y quedándose al igual que José en bóxer, quien había empezado a acariciar la polla de su amigo. Maite tuvo que detener los lametones que Mónica estaba proporcionando a su hermana después de unos 3 minutos, ya que aun no había acabado el juego.

Todo estaba a punto de estallar, pero todavía querían jugar una ultima ronda, ya que hacía que fuese más excitante el final que todos sabían que llegaría aunque ninguno lo decía. El siguiente mandato le toco a José con un 1 y 2. Era el que más estaba disfrutando de esta situación porque tampoco le ponía de sobremanera las caricias y demás de las chicas, por lo que el mandato que dio fue algo “light” viendo como estaban todos deseando que alguien lanzase la orden que hiciese arrancar la orgía.

Quería que todos se quitasen el resto de ropa que les quedaba “para poder contemplarnos sin nada encima”. Hubo un pequeño abucheo general pero el primero en quitarse el bóxer fue el tímido de Sergio, con el cachondeo generalizado de todos “mira el modosito, que lanzado va…” Le siguió su novia y el resto quedando para el final el propio José que cuando salió su polla dura a la luz todos se quedaron hipnotizados mirando semejante el falo, incluso Sergio que no le podía quitar los ojos de encima. Le media por lo menos 22cm y era bastante gorda. Silvia se mordía los labios mientras no dejaba de acariciarse el coño, totalmente liberado de su pantaloncito, mirando la tremenda polla de su amigo. José tampoco hizo nada para ocultársela un poco sino más bien lo contrario, se puso de pie y se acariciaba la polla ante la mirada de lujuria y deseo de todos los presentes.

Ya casi se habían olvidado de beber cuando les tocaba ya que estaban deseando que alguien lanzase un nuevo mandato e incluso estaban más pendientes de sus propios sexos que de los dados y el cubilete. Por fin le toco a Mónica, probablemente la que más caliente estaba de todas las chicas y en el fondo todos lo sabían por lo que contuvieron la respiración esperando probablemente el que seria el mandato final, siendo además un 4 y un 2 por lo que seria doble.

¡Muy bien, por fin me toca! Pues lo primero que quiero es ver escenas homo –Sergio tragó saliva pensando que le tocaría montárselo otra vez uno de los dos chicos. – Quiero que Albertito le coma esa pedazo tranca a José y que mi hermana se beba todos lo jugos del coño de Maite.

Dicho y echo, Silvia se abalanzó sobre Maite y empezó a comerle ansiosa los pezones llenándolos de su caliente saliva y poco a poco bajando hasta su sexo que podía sentir el calor que desprendía antes de llegar a él. Mientras Alberto miraba a José, sin saber muy bien si hacerlo, lo deseaba como un loco pero no las tenia todas consigo hasta que José le dijo “no te preocupes, sé que solo es sexo, y seguro que del bueno”. No le basto mas palabras para coger a José y ponerle de pie dándole un morreo impresionante y muy sensual que excitó mucho a la causante de ello, Mónica, que no paraba de acariciarse sin tener muy claro si mirar a los hombres o a las mujeres, lo que no era duda para Sergio que no apartaba la vista de su novia viendo como gozaba de la lamida de coño que le hacia Silvia. Maite estaba tumbada en el suelo bocarriba con las piernas abierta de par en par mientras Silvia le metía un par de dedos por el coño y no dejaba de jugar con su clítoris con la lengua e incluso se lo mordía cariñosamente. El ritmo de la follada de sus dedos era frenético e iba aumentando según el sexo de Maite iba expulsando mas y más jugos, permitiendo a Silvia meter un tercer dedo dentro de su amiga. Mientras tanto Alberto ya estaba de rodillas lamiendo y acariciando la polla de su amigo, la cual intento meterse en la boca para comérsela pero era realmente complicado por lo que optó por succionarle el capullo mientras no dejaba de pajearle lo que a José le estaba poniendo malo, le encantaba como lo hacia y no dejaba de acariciarle la cabeza, empezando un movimiento lento para follarle la boca a su amigo, quien la recibía ansioso sin dejar de masturbarse así mismo.

Silvia seguía follando a Maite con sus dedos hasta que esta no pudo mas y tuvo un delicioso orgasmo llenando de jugos la boca de su amiga que no quería dejar escapar ni una gota de ese delicioso brebaje. Viendo semejante escena Sergio ya llevaba un buen rato haciéndose una paja y manoseando las tetas de Mónica la cual no paraba de meterse un dedo en su chorreante coño.

Y por ultimo quiero que la polla de Alberto me reviente en dos y que Sergio se folle a José, que seguro lo esta deseando.- Acabo la segunda parte del mandato de Mónica y ya por consiguiente el juego, ya que acababa de empezar la orgía.- Vosotras dos hacer lo que os de la gana, os doy carta blanca.- Les dijo a su hermana y amiga.

Alberto dejo de comerle la polla a su amigo y se dirigió como un poseso a la boca de Mónica para comérsela como deseaba desde hace días, restregándole la punta de la polla por su hinchado clítoris, lo que la ponía mas cachonda si eso podía ser, moviendo su pelvis hacia el pene de Alberto, quien empezó a bajar por el cuello de su amante basándola, llegando a sus pechos y mordiéndole los pezones que estaban a punto de estallar. Mónica no podía soportarlo más, quería que alguien se la follase y tener un orgasmo o dos o los que hiciese falta. Cuando Alberto estaba llegando a su jugoso coño apareció Maite para tapar los gemidos de placer que salían de la boca de su amiga, dándole un beso igual de sensual que el que se dieron hacia un rato pero esta vez mucho mas caliente.

Silvia había dejado el coño de su amiga para acercarse a José que estaba de rodillas haciéndole una soberana mamada a Sergio antes de sentir su polla dentro de su ano, lo cual le ponía a mil, así como cuando Silvia empezó a chuparsela y aunque pareciese mentira consiguió meterse mas de la mitad en la boca lo que provoco una sensación de éxtasis total en José, quien tumbó a Silvia en el suelo, le metió su polla en la boca y se coloco a cuatro patas ofreciendo el agujero de su culo a Sergio. Este lo entendió a la primera y se la clavó de un solo golpe, empezando un bombeo suave al principio pero que se fue acelerando rápidamente. Era una situación nueva para los tres que nunca habían estado en esa situación pero les excitaba de sobremanera, no paraban de gemir y gozar de las caricias y embestidas tanto de unos y otros. José apoyó una mano sobre el coño chorreante de Silvia quien no dejaba de chuparle lo polla y empezó a moverse restregando su sexo en la mano de su amigo gay, que no paraba de gozar de las embestidas de Sergio en su culo, quien estaba realmente cachondo, no solo por estar follandose a un tío, lo que nunca se hubiese imaginado, si no porque le ponía a mil ver a su novia comerle las tetas Mónica, mientras esta era prenetrado por el coño por Alberto.

La pequeña del grupo tuvo un orgasmo escandaloso, gritando como una loca, mientras no dejaba de recibir la polla de Alberto y los lametones de Maite. Esta se acercó a la boca de Alberto y se la empezó a comer con deseo mientras este no dejaba de bombear en el coño de Mónica.

Quiero mas- le suplico Mónica sacandose la polla del coño y poniéndose a cuatro patas para que la follase por el culo.

Espera un momento cariño, que quiero ver como te folla el culo mi chico. –Le dijo Maite haciéndole un gesto a Sergio para que se acercara hasta donde estaban las dos quien sin pensárselo sacó la polla del culo de José y se dirigió hacia allí, clavándosela, al igual que había hecho con José de un solo golpe mientras veía la cara de placer que ponía su novia recibiendo los lametones en el coño de Mónica.

Alberto se acercó hasta la posición de José y Silvia y se tumbó sobre ella, restregando su polla por sus labios vaginales y besando tanto la polla de su amigo como la boca caliente de Silvia. Sin dejar de saborear ambas partes le metió su polla dura en el coño y empezó un ritmo rápido que provocaba que Silvia no pudiese seguir chupando la polla de José debido a los gemidos casi involuntarios que salía de su garganta. En ese preciso instante Sergio se corrió como nunca dentro del culo de la pequeña Mónica que tuvo su segundo orgasmo mientras unos segundos después se corrió Maite, Fue espectacular ya que en menos de un minuto se corrieron los tres llegando casi al éxtasis total.

Alberto de había incorporado un poco para poder clavársela mejor a Silvia a quien le botaban sus tremendas tetas sin un ritmo fijo y casi de forma cómica. Mónica quería mas así que llegó reptando hasta su hermana y empezó a comerle las impresionantes tetas. Unos instantes después Silvia llegó al orgasmo dejando todo el suelo de la sala lleno de sus jugos. Pero Alberto no se conformó con eso así que dio la vuelta a Silvia como un muñeco de trapo y puso su polla en la entrada de su culo.

“Si, cabron, follate el culo de mi hermana, joder” le animaba Mónica que estaba fuera de sus casillas deseando recibir mas polla en sus entrañas. Se tuvo que conforma con ponerle el coño a su hermana en la boca ya que José no estaba por la labor y Sergio aun no se había recuperado. Alberto se la metió hasta que sus huevos golpearon las nalgas de ella, quien lo recibió sin grito pero si con un inmenso placer rogándole que se la follase sin parar. Tampoco hacia falta que se lo dijera pero eso le puso mas “agresivo” así que se la folló sin piedad, destrozando su ano y durante un par de minutos sin parar. Hasta que José también quería su parte y se acercó a su amigo por detrás, comiéndole el ano antes de acercar su enorme polla al agujero de Alberto.

Este dejo de empujar sobre Silvia al sentir la lengua de su amigo en la entrada de su culo y relajando el ano y agarrandose a las tetas de Silvia esperó a sentir ese regalo de los dioses que tenia José, mientras, ante el momento de falsa calma Silvia comía con mas ganas el coño chorreante de su hermana todavía con la polla de Alberto en su culo hasta que José empezó a meter la punta de su polla por el culo su “novio”, lógicamente despacio, sin prisas, saboreando cada segundo de su mayor deseo, follarse a su amigo. Gracias al sudor que tenia el cuerpo de Alberto, el inmenso sexo fue entrando poco a poco sin que le doliese demasiado, mas bien todo lo contrario, gozando con cada centímetro que avanza dentro de él. Mónica se había levantado para acercarse hasta el culo de Alberto y ver desde cerca como recibía ese falo, lo que la excitaban como nunca hubiese imaginado. Silvia giro la cabeza buscando la boca de Alberto para que saboreara los jugos del coño de su hermana una vez mas, momento en el que lo polla de José no entraba mas en el culo de su amigo. Estuvieron unos segundos los tres quietos hasta que Alberto empezó a mover su culo hacia atrás recibiendo mas de la polla de José y a su vez sacándola del ano de Silvia. Poco a poco empezaron a seguir un ritmo de mete y saca lento que imponía Alberto a sus dos amantes, hasta que unos instantes después ya estaban follando con unos movimientos perfectamente conjuntados lo que provocó que Mónica y Maite tuviesen otro orgasmo acariciándose viendo semejante show quedando las dos exhaustas sobre el suelo, casi sin fuerzas.

Acto seguido y sin dejar de recibir las embestidas de José, Alberto se corrió soltando 5 calientes chorros de esperma dentro del culo de Silvia quien al sentir el semen dentro de su ano tuvo otro orgasmo cayendo al suelo desplomada del cansancio y Alberto encima de ella sin sacar su polla empujado por las embestidas de José, quien no paraba de bombear hasta que no pudo mas y sacándosela del interior de su amigo empezó a masturbarse delante de la cara se Silvia y Alberto llenándoles de cantidades indecentes de semen que cayo sobre sus labios, ojos, cuello e incluso pecho. Y haciendo un ultimo esfuerzo los dos se metieron la polla en la boca para saborear las ultimas gotas que salían de esa preciosidad.

Quedaron todos tumbados en el suelo, mirándose los unos a los otros con caras desencajadas por el cansancio pero con un gesto de satisfacción plena, esa satisfacción que te queda después de echar un maravilloso polvo, que en este caso fue una orgía.

Las vacaciones continuaron con mas historias, pero antes de continuar agradecería algún comentario si esta gustando o si es un rollo de la ostia.

Un abrazo y espero sus comentarios y sugerencias. Gracias

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